Alex - Susurró Carol aunque el malestar en su estómago la dejaba sin respiración no sabía cómo se estaba manteniendo aún de pie sabiendo perfectamente todo lo que acaba de decir.
Te quiero en mi despacho Carol - La voz del hombre era mortalmente fría- Ahora - Espetó Alexander Santoro intentando de mantener la compostura evitando que la furia se apoderará de él.
La mujer muerta de miedo salió de la habitación - ¿cómo te sientes? - Le preguntó el hombre a Amara esta vez sin contenerse y la acarició, mientras que Amara estaba bastante confundida, pero prefirió no responderle la pregunta a su marido.
Alexander lanzó un suspiró pesado y salió de la habitación y la duda de Amara estaba en el ¿porque Alexander se había enojado, podría ser que el no ha ordenado nada? No eso no puede ser - Se dijo ella misma - Estoy segura que esta enojado con ella por querer ir encontra de sus órdenes y ayudarme a escaparme.
En el despacho Carol se estaba acabando las uñas de tan ansiosa que estaba, los nervios podrían traicionarla se mordió el labio inferior al escuchar la puerta ser abierta.
Ahora mismo me vas a explicar que le estabas diciendo a Amara - Alexander le había agarrado bastante fuerte e inconsistente la había empujado en el sofá.
Na, nada - respondió Carol tartamudeando.
¿Piensas seguir mintiéndome? - Alexander estaba furioso y era la primera vez que Carol lo veía en ese estado sus ojos estaban inyectados de sangre e irradiaba crueldad a su entorno - Carol habla maldita sea - Pero la mujer siguió manteniendo silencio.
¿Ordenaste que le dieran los 100 latigazos? - La respiración del hombre chocaba con su rostro - Por supuesto que lo hiciste, ahora dime ¿Por qué? Deja de ser cobarde y dime las razones de tu bajeza.
Piensas que es poco ver que con ella tienes sexo, que a ella la llevaste en un encuentro formal, que le diste el anillo, piensas que es fácil que mientras yo te acaricie tengas el sudor de otra mujer yo era todo, o acaso no te di lo suficiente y por eso te buscaste a otra para satisfacer tus necesidades, no le ordené a nadie yo misma se los di - Una fuerte bofetada cayó en el rostro de la mujer.
Te atreviste a tocar a mi mujer, porque escuchame bien Carol, ella es mi mujer ante todas las leyes, es la que tiene el anillo es la Señora Santoro ella nació para ser la Mujer del Mafioso en cambió tu nunca estuviste a la altura y si tuve sexo contigo, fue nada más por que se dio, si tu viniste conmigo fue por protección, tus padres tenían un problema serio con otro del Negocio, nunca fue por que te he elegido para mi amante, no, fue sexo casual, pero siempre pensé en ti como una amante - Alexander escupió aquella palabras con desprecio - Y me arrepiento de haberte traído.
Estas mintiendo - Expresó Carol intentando de mantenerse a la altura
No tengo porque mentirte tampoco me interesan tus emociones, Carol dime algo más ¿Yo te di falsas expectativas? - Alexander agarró su barbilla fuertemente, Carol negó con la cabeza.
Entonces, como una amante se va a poner al nivel de la mujer del Mafioso ella es tu Patrona así como yo soy el Jefe ella es la mujer escucha bien esa palabra, la mujer del Mafioso, no estas calificada para ponerle un dedo encima - La ira en su voz era escalofriante ¿Te queda claro? - Carol no respondió.
Carol Montalvo ¿Te ha quedado claro? - Volvió a preguntar Alexander Santoro.
Si me ha quedado claro - Respondió la mujer con mucho pesar.
Bien, te lo advierto Carol no estás en un nivel superior, te prohíbo que vuelvas a acercarte a ella y adelante de mi quiero ver que agaches la cabeza ante ella, el próximo error su precio será tu cabeza hoy te perdono, pero no me faltaron ganas de volarte la cabeza con plomo, y tú sabes perfectamente que si yo saco mi arma de Fuego es para usarla.
Carol agachó la cabeza ante aquellas palabras, Akexander le estaba diciendo la verdad y y ella lo sabía - Pero tocaste a quien no debiste Carol y por supuesto que tendrá un alto costo, desde hoy ya no eres considerada mi amante.
Alex por favor eso no - Carol había suplicado rápidamente.
Cuándo tomó una decisión no hay marcha atrás Carol y me conoces, ya no eres mi amante y en el próximo error que cometas te mató graba eso en la cabeza, ahora dime quien te abrió la puerta.
Yo le di dinero al hombre que mataste sabia que tenía problemas de dinero con un criminal deje que se fuera y que pusiera a salvo a su familia y yo procedí - Carol debía intentar a través de la sinceridad lograr que Alex no le quitará los privilegios de Amante.
Buen cálculo, pero careces de cerebro para hacerlo a la perfección, entonces volviendo al tema llamaste a tus padres para que vengan a verme sin darles la oportunidad de terminar la explicación del porqué no quiero hablar con ellos, y justamente es por mi mujer, mientras ellos estuvieran conmigo tu le ofreciste un trato a Amara para que no te delatara, Carol creo que bien puedes convertirte en mi enemiga, porque no te importa actuar a mis espaldas - Alexander sacó una pequeña daga.
¿Que vas a hacerme? - Carol conocía de la crueldad del hombre, y sus sospechas se intensificó cuando observó la sonrisa malvada en su rostro.
¿Piensas que dañar a mi esposa se va a quedar así? Carol me conoces y sabes que yo no perdonó estos actos - Alexander tronó los dedos y 3 hombres entraron.
Digamos señor - Respondió uno de los 3 hombres que entraron ante el llamado de Alexander.
Lleven a la señorita al calabozo y denle 100 latigazos, luego traiganla junto a María para que le cure las heridas - Con aquella orden Alexander demostró su crueldad y lo implacable que es.
Nadie puede hacerle daño a Amara Mendoza nadie excepto yo, soy tan egoísta que quiero que sus lágrimas, su dolor, sus súplicas sean solamente mías y que el causante de todas esas emociones sea justamente yo, pero esa es personalidad y La Venganza del Mafioso te traerá mucho dolor Amara, pero no físico porque no tengo corazón para dañar aquella suave piel que te pertenece.