Los disparos se escucharon hasta la habitación de Carol una sonrisa de arrogancia se había dibujado en su rostro, ahora solamente debía manipular a Amara para que no hablara, a veces las cosas sin planearlas sale mejor.
Alexander había vuelto a la habitación en donde estaba Amara, no sin antes dar ordenes explícitas de que el cadáver del hombre fuera levantado, al momento de entrar y ver a Amará recordó las palabras del hombre, el rostro del Mafioso se había endurecido.
Mucho reposo - Expresó David al notar la presencia de Alexander - Alex no vuelvas a hacerlo.
No fui yo - Alexander podía ser sincero con su amigo.
Piensas que soy tan estupido para creerte aquello, Alexander se perfectamente el odio que sientes por ella, porque no eres capaz de soltar el pasado - David lo había recriminado descaradamente- Y no me salgas con que Julia no merecía aquel final porque entonces seremos justos Julia era tan inocente cómo Amara ahora, además tu matrimonio con ella es para hacerla sufrir a ella, pero ¿Te da felicidad? Alex no eres feliz.
Cállate David no estoy dispuesto a escuchar tu sermones.
Me vas a escuchar ¿La piensas tratar cómo a una esclava? 100 latigazos estás mal Alexander.
No fui yo maldita sea - Alex rugió.
Nadie, escuchame bien, nadie se atrevería a ponerle un dedo encima a tu mujer Alexander - David se burló- Con enamorarla y hacerla sufrir un desamor ya basta y sobra.
Alexander se había quedado callado, David tenía razón nadie se atrevería a ponerle un dedo encima a su mujer.
Definitivamente no fui yo no podía dormir y decidí irme junto a ella cuándo abrí la puerta la encontré inconsciente y en estas condiciones - Si algo David conocía bien era la credibilidad de las palabras de su amigo - ¿Entonces qué pasó? Preguntó el médico.
Uno de los hombres- Alexander no sabía cómo expresar aquellas palabras y no entendia porque sentía una opresión de tan solo imaginar que las palabras que le ha dicho el hombre fuera verdad.
¿Alguien abusó de ella porque la tratas como a una esclava en el calabozo, Alexander?
Esas fueron las palabras del hombre que la sometió y que ella al no cooperar había recibido aquellos latigazos - Alexander tenía ira en su voz.
Impresionante a mis 24 años de edad acabo de corroborar que te estás ablandando además de dejarte manipular, Alex te vuelvo a repetir que nadie es tan estupido para meterse con Amara.
Alexander reflexionó y quizás sus demonios lo habían cegado de tan solo pensar que otro hombre tocará a su mujer - Dame el tratamiento y déjame en paz - Expresó Santoro.
Eres un imbécil - David le extendió la indicación y salió de la habitación.
Alexander se había quedado contemplando la espalda vendada de Amara, sus manos quemaban queriendo acariciarla, pero se resignó.
El sol se filtraba por las cortinas Amara había intentado abrir sus ojos, pero el dolor en el cuerpo le sirvió de recordatorio de todo lo sucedido así que intentó de removerse.
No lo hagas - Aquella voz tan aterradora hizo que Amara tragará saliva recordando que había sido orden suya aquel brutal ataque.
Te felicitó - Amara expresó con dolor aquellas palabras - Subestimé su crueldad señor Santoro- Las heridas aún quemaban a pesar de estar bajo el suministro de calmantes.
No hagas esfuerzos- Alexander aun no estaba entendiendo del todo las palabras de Amara.
Alex - La voz de María los interrumpió.
¿Que pasa nana? - Preguntó el hombre sin quitarle la mirada a Amara.
La Familia Montalvo están abajo quieren hablar contigo- Le indicó María, nadie se imaginaba que aquello era la distracción que Carol había puesto.
Diles que bajaré en un momento - María obedeció y Alexander le dedicó una mirada a Amara, pero esta mantenía su rostro al otro lado, Alexander no se percató que la mujer estaba llorando, un error que podría costarle bastante caro a Alexander Santoro y que al final de todo podría derramar lágrimas de Sangre.
La impotencia que Amara sentía no se comparaba con absolutamente nada, además del dolor, hasta que la puerta fue abierta nuevamente.
Tienes más vida que un gato - Carol estaba en la habitación de Amara el cuerpo de la mujer tembló al escuchar la voz de su agresora y los recuerdos de los golpes hicieron que un suspiró se escapara de ella - ¿Me tienes miedo? - Carol se burló- Te juró que ganas de matarte no me faltaron - Las manos de la mujer apretaron la herida de Amara provocándole dolor, Carol Montalvo era hermosa como cruel.
Basta ya - En medio del dolor Amara Expresó aquellas palabras no sabía como soportar el dolor.
Suplicame que te deje en paz, pero esto no es lo que yo quiero- Carol volvió a ejercer más fuerza en ella disfrutando lo que estaba haciendo y ver cómo Amara estaba intentando soportar el sufrimiento.
Los ojos de Amara pasaron de ser encantadores a tristes y en estos momentos aquel sentimiento que nunca se apoderó de ella la estaba dominando y no era otro que el sentimiento conocido como el odio - Juró que después de esto voy a ser tu peor enemiga Alexander Santoro y a ti te voy a hacer lo mismo, Carol y aunque la venganza ni es bueno yo que no le he hecho daño a nadie soy dañada por ustedes, y entonces yo no le llenaría venganza más bien seria devolver el golpe mil veces peor - Pensó Amara Mendoza con determinación en su mirada.
Detente - Volvió a decir Amara tragando saliva.
No lo voy a hacer así que aguanté princesa, o acaso los 100 latigazos no fueron suficientes ¿quieres otros? - Carol estaba yendo muy lejos, pero sabía que Alex tardaría bastante con sus padres - Hagamos un trato yo te ayudo a escapar de Alexander y tú olvídate del pequeño incidente de anoche - Expresó Carol - los 100 latigazos no volverán a ocurrir a parte de eso te ayudaré a escapar.
Atrevete a volver a repetir aquellas palabras Carol Montalvo - Aquella vos escalofriante hizo que el ambiente se volvería frío las respiraciones de las mujeres resonaron en la habitación la atmósfera estaba tensa - Vamos Carol vuelve a repetir todo quiero saber más de tus agallas.