…Esas aguas siguieron corriendo
y nos llevaron a un sinfín de anécdotas
memorables, sonrisas cómplices,
largos anocheceres
y despertares inimaginables.
Solo la curvatura de sus rosas
y el suspiro de su acojonado cuerpo,
por seguir explorando juntos,
hicieron que el aroma de su cuerpo
se manifestara con mas fuerza que nunca.
Con madurez y vigor incontrolables,
dejaron marcado el corazón al pasar.
Una fuerza interior hizo que su belleza
sea una musa de artista pintoresco
desconocido por el mundo
pero infinito por conocer.
Esa entereza convirtió a una mujer,
a una diosa griega en la criatura mas
sobrenatural de la tierra.
Amarrándome a su vida, a su cintura,
enseñándome lo que es el amor
y como se defiende, como se construye.
Me llevo de la mano a caminar con ella…