...Eso de volver a empezar
se nos dio de mil maravillas.
Convirtiendo lo que habíamos soñado,
en realidad dispersa por el universo.
Con esos nudos estomacales
por no saber lo que el blanco de las nubes,
nos depararía.
Por no saber buscar en lo desconocido
lo bueno por conocer.
Por no saber que la comodidad de la costumbre
se te asemeja tanto a lo normal que,
cuando no la desencadenas en al nuevo,
no sabes como tu interior reaccionara.
Asi, nos fuimos a vivir la experiencia
de nuestras vidas,
donde solo nosotros podíamos
figurar y asentar a pie de paso firme
nuestro amor.
Allí, donde la enseñanza
de la unidad conjunta del amor familiar
se transforma en mas que uno mismo
y se convive con el realismo
de una nueva realidad de aventureros de la vida…