Los roces de algo peludo recorrían mis labios, nariz, frente, orejas y pestañas.
Me levante con cuidado de no volver a sentir el mareo extremo que experimente ayer, extendí mis manos para sentir el tronco de un árbol y con mucha cautela me puse de pie.
Primero un pie, luego el otro. Me recargue de espalda en el tronco solo para aliviar el mareo residual en mi cabeza.
Mire mis alrededores y para mi sorpresa el cachorro aun estaba conmigo.
-Hol…- Mi voz de vio interrumpida por la irritación y molestia en mi garganta.
-Guau Guau- El cachorro ladro, pero, lo que me sorprendió, fue que de alguna manera logre entenderlo.
Con mucho cuidado y una voz casi inaudible pregunte.
-¿Te llamas Sasha?- Mi voz salió casi inaudible y ronca.
-Guau
-¿Dónde estamos y…como te entiendo?- Sasha o el cachorro me miro a con lo que parecía compasión.
Los brillos de inteligencia destellaban en esos ojos idéntico a los míos. Se sentía como si pudiera ver mis secretos y leer mis pensamientos.
¡Me siento expuesto!
Sasha empezó a caminar hacia una dirección y se volteo, insinuando que la siguiera.
Recogí las manzanas que había recolectado y camine lentamente, siguiéndola.
Camine de forma lenta, los dolores de cabeza aun persistían.
Los pasos tambaleantes que hacia me llevo nuevamente hacia el lago.
Me acerqué y comencé a beber el agua. El ardor de hidratar mi garganta no me molesto y continúe bebiendo hasta estar saciado.
Sasha me observaba. Me sentía incomodo, por decir lo menos, saque una manzana y extendí mi mano, con la esperanza de que la comiera y dejara de posar esos ojos en mi.
Ella la mordió y dejo de mirarme.
-Uf…- Solté un suspiro y empecé a comer las manzanas que había recogido.
Con mi hambre y sed saciadas, me acosté y dormí.
***
Es reconfortante.
Eso es lo único que pasaba por mi mente.
El calor del sol y la frescura del suelo me daban una comodidad que no había experimentado.
Extendí mi mano hacia el sol y vi lo que mas odio.
¡Mi bendición!
Lo que parecía una formula mágica tatuada de una forma exótica en la dorso de mi mano izquierda representaba mi bendición angelical. Toque mi cuello con la mano derecha donde estaba mi otro infierno. La bendición de la diosa del agua.
Justo en el momento que los ojos se humedecían sentí golpecitos en mi cachete.
Mi ojos se abrieron y vi a la persona que mas admiro en este mundo.
-¡Papá!- Grite con mi voz ronca.
Me levante y lo abrase con fuerza.
La persona con cabello de color rosa y ojos naranja-rojizo, me miro con ternura y me palmeo mi cabeza con un cariño palpable.
Llore, las lagrimas caían por mi rostro a mares, incluso mas que ayer.
Mis brazos temblaban y mi cuerpo se estremecía por mis emociones incontrolables.
-Ya, ya…estoy aquí hijo- Me dijo mi padre con una voz reconfortante.
Después de un tiempo empecé a calmarme y pregunté lo que mas me preocupaba.
-¿Liz se encuentra bien?, ¿Qué paso en el palacio imperial?- Mis preguntas estaban mezcladas con sollozos.
-Tu hermana esta bien, no le paso nada- Me respondió con una sonrisa.
Me aparte y cuando logré limpiar mis lagrimas vi a otra persona detrás de mi papá.
Una mujer de cabello rojo y ojos rojos se encontraba mirando el lago, me sorprendió hasta la medula. Las únicas personas con cabello rojo son los miembros de la familia Slora y, a excepción del hermano de papá, todos los Slora desprecian a Elian Loughty, el traidor de los Slora…o eso es lo que me contó mi tío.
-¿Quién es ella?- Pregunte, sin apartar los ojos de la mujer demencialmente hermosa.
-Ella, mmm bueno es Avadon- Su voz con un poco de duda.
La mujer dejo de mirar el lago y sus ojos rojos me observaron.
-Soy la maestra de tu padre- Dijo fríamente, volteando su cabeza hacia el lago.
-Ya veo…mucho gusto- Salude y ella solo asintió con la cabeza.
-¿Papá que paso en el palacio imperial?, ¿Cómo llegue aquí?- Pregunte aun sabiendo que había ignorado la misma pregunta antes.
-Bueno, aah…-Suspiro antes de comenzar a hablar -Como sabrás los demonios tienen clanes que los sirven, unos de esos clanes son los clanes asura y nefilims-
-Si lo se- Hay muchos clanes que sirven a los demonios, pero los asura y nefilims son los mas conocidos por su poder destructivo y su alta actividad en los últimos años.
-Durante la ceremonia apareció un nefilim, 50 asuras y 2 príncipes demoniacos- Su voz se torno mas seria -Ellos raptaron al hijo del duque Slow y robaron una reliquia del emperador- Sus ojos se encontraron con los míos.
-En el momento del ataque no te encontramos, pero tiempo después me entere que mi maestra te salvo de ser raptado y le pedí que te entrenara.
Mi mente se quedo en blanco por un momento mientras las preguntas surgían en mi mente.
"¿El me hizo pasar por ese infierno o fue esa mujer?, ¿Saben el dolor que sufrí?, ¿Me hicieron pelear con esos monstruos? Y…¿Mi padre es consiente de esto?..."
La ultima pregunta recorría por mi mente impidiéndome pensar en algo más.
Abrí mis labios y pregunté con una voz temblorosa.
-¿Padre, sabes lo que pase? – Mi voz casi de rompe con esa simple pregunta.
No lo vi a los ojos, simplemente miré sus pies.
-Veme a los ojos y vuelve a preguntar- La voz de mi padre era ausente de emociones.
Con miedo observé sus ojos y…supe su respuesta...
-¿Por qué?- Cuestione por reflejo.
-¡Lezus!, mírame a los ojos- Su voz es autoritaria, por reflejo obedecí.
-Crees que podrás mejorar sin dolor, sin pagar el precio por obtener ese poder- Su voz siguió subiendo unos cuantos niveles – Crees que te superaras si solo te sientas y esperas a que ocurra algo – Su voz se volvió tan fuerte que me invadió el miedo - ¡Para obtener lo que deseas, hay que sacrificar otras cosas! - Hizo una pausa.
-¡NADA EN ESTE MUNDO ES GRATIS!
-¡¿Quieres poder?!, ¡Entonces esfuérzate para obtenerlo!-Su voz comenzó a bajar de volumen- Por eso te prefiero. Tu te esforzaste y te exigías para superar a Belial, mientras que el solo hacia lo mínimo para complacer a tu madre, sin embargo, en algún momento dejaste de intentarlo y solo diste por hecho que es imposible superarlo- Su voz se volvió gentil.
-Hijo, la vida no es justa. No siempre te dará frutos si das todo de ti en el estudio o entrenamiento- Puso su mano en mi cabeza -Los cielos no siempre son justos, después de todo…Tiene miedo a que lo superes- Mi padre me revolvió el pelo.
-Te pregunto hijo, ¿Quieres desafiar el cielo?, ¿Quieres ser fuerte?, ¿Quieres cumplir tus sueños? – Sus manos agarraron las mías y se arrodillo al nivel de mis ojos.
-Hijo, solo quedan 8 Loughty en todo el mundo; Tu, Belial, Liz, tu madre Elai, tu tío Shurex y tres personas mas.
-Tu y tus hermanos están en constante peligro…principalmente tu- Dijo con una voz que me rompió – Tienes el don de la familia Loughty, el don de la familia Slora y dos bendiciones. Tienes tantos dones que eres un peligro para todos lo enemigos del imperio- Habló mientras colocaba su frente contra la mía – Por eso el emperador te favorece, incluso la iglesia te ayudo en su memento…tal vez no lo parezca, pero has sufrido demasiados intentos de asesinato, se han perdido demasiadas vidas de maestros, sin embargo, no será así siempre – Las lagrimas empezaron a caer de mis ojos.
-El emperador se esta molestando y…- Padre negó con la cabeza- Ahora es el momento que elegir – Padre trajo saliva y agarro con mas fuerza mis manos.
-¿Qué quieres hacer?