Al poco tiempo, mi madre fue a casa de mi tía.
Ellas acordaron que yo viviría un tiempo con mis primas.
Luego supe que, había dejado amoratadas las muñecas de mi hermana.
En este tiempo, yo había estado estudiando en una escuela de computo.
Pero, había dejado los estudios, al irme de la casa.
No quise continuar, pero, mentí a mi madre.
Ella me dejo cada mes la colegiatura de la escuela, gasto que, antes corría por mi cuenta.
Así pasaron como 6 meses.
Sentía dentro de mi como si esa fuera mi venganza.
Luego de este tiempo, le dije que ya no iba.
Se enojó mucho, no la culpo.
Tarde como 4 meses para aceptar a ir a visitarlos en la casa.
La impresión que me lleve fue muy grave.
No solo la casa estaba hecha un desastre.
No había comida para mi hermano menor.
Nada estaba bien, ni mi madre, que, era ayudada por mi padrastro.
Entre los dos, no podían con los gastos.
Luego de ver cómo vivían ahora, me hizo sentir un complejo de culpa.
Los había abandonado.
No sé si fue correcto o no el hecho de que no tardara en volver a visitarlos y llevar algunas compras del mercado.
Al poco tiempo, regrese a la casa.
Ahora si fui bienvenida, hasta mi madre dijo que mi hermana me pagaría un sueldo por cuidar de mi sobrino.
Dejo en claro que, nunca me molestó cuidar de mi sobrino, solo que, si me molestaba la forma en que yo era tratada.
Mas, por el hecho de que, nunca deje de tentarme el corazón para ayudar a mi familia, o tal vez, me faltaba el valor para irme por mi propia cuenta y necesite que me corrieran... no lo se, aun no lo se.
Volví a cuidar a algunos niños de los que cuidaba antes.
Como un año después, entre a una escuela por correspondencia hasta México, D.F. la carrera era de Dibujante de Comic's.
En este tiempo me apasione mucho por el dibujo y la creación de un manga.
Hasta ahora.
Pase 22 meses casi encerrada en mi cuarto (en este tiempo mi hermana se fue a vivir aparte).
En cuanto me desocupaba, me encerraba, a veces se me olvidaba la hora que era, o el hecho de comer o dormir, me dedique de lleno.
Cuando termine la carrera en casi 2 años.
Hice la secundaria abierta en el INEA.
Poco a poco pareciera que mi vida se iba acomodando.
Aunque, no deje de ser introvertida, solo socializaba con conocidos.
Si lo veo desde mi vida actual.
Puedo decir que, aunque mi padre no estaba presente seguía ahí.
La loza de emociones que había construido, era de hierro muy resistente.
Fuimos sanando cada uno a su manera.
Lo importante era que, mi hermano, dejo de ser un fantasma, aunque, se desvió hacia otra forma de expresión.
Recuerdo que, cuando cumplí los 17, me deslindé del cuidado de niños.
Entre a trabajar a un restaurancito de comida y me separe más del hogar.
En este tiempo, me entro la idea de irme a Mexico D.F., donde podría tocar puertas en una editorial.
Dado que, me había graduado de dibujante de comic's.
Había dos importantes editoriales, lo único que me falto, fue el valor.
Sabía lo que pasaría si me iba.
Las cosas en mi hogar podrían volver a ponerse difíciles.
Comencé a buscar pretextos, lo sé.
Dejar a mi hermano otra vez con carencias, además de no conocer a nadie, quizá vivir en la calle mientras podía pagar un lugar donde quedarme y lo más importante, conseguir el trabajo.
Cuando tuve 14, supe lo que es ser rechazado en un lugar diferente.
Ahora, mis excusas bastaron para quitarme las ganas de volar sola.
Sin embargo, seguiría dibujando y escribiendo hasta el día de hoy.
Cuando cumplí 18, entre a trabajar a un centro comercial de cajera.
En una sucursal diferente a la que trabajaba mi hermana.
En este tiempo fue que nos fuimos acercando ella y yo.
Para mí fue duro entrar a un lugar donde lo esencial para poder trabajar es la comunicación, sociabilidad, el servicio y trato con el cliente.
Yo sufrí mucho con mi jefe de cajas, quien, al verme demasiado "frágil o inocente" para el trabajo, me dijo que con gusto me entrenaría el mismo.
Y lo hizo.