Olvidaba dar fe de mis primeros meses trabajando en la tienda, con mis 18 recién cumplidos.
Las primeras veces que fui a un bar con mi hermana y sus amigos.
Es curioso cómo te sientes, a la vez, te sientes algo aterrada, hasta te da frío… o solo me pasa a mí.
A pesar de estar cómoda entre los amigos de mi hermana y que me hacían sentir aceptada a pesar de no conocerme en realidad.
Yo quise ser parte de su mundo.
Cada uno de ellos me daba un trato durante la conversación para no hacerme sentir fuera del círculo, cosa que, de verdad agradezco.
Dentro de este círculo, puse mi vista en uno de ellos, no fue a propósito, pero, de verdad me llamó la atención.
Su nombre, dejémoslo en Mike.
Era muy atento, caballeroso y detallista, típico en esos hombres de mi generación, de los que hay pocos hoy en día.
Hasta la fecha, un romántico incurable, supongo. UWU.
Fue mi centro de atención por un tiempo.
Yo me di cuenta de que, mi hermana le gustaba, y no solo a él, si no, también a otro de sus amigos, los dos, eran muy unidos.
Y esto creaba cierto conflicto.
Que, aunque, no era muy marcado, si se notaba.
Meses después, fue que, comenzamos a salir Mike y yo.
Aunque, yo era feliz, y trate de no ser tan mojigata o algo así.
Intente ser una mujer, aunque, por dentro era una niña inocente todavía.
Quizá tomé un papel que no pude llenar, al suceder esto… me convertí en una sombra de lo que quise ser.
Creo que, en ese tiempo, no fui la mejor opción para él y quizá para nadie, lo entiendo.
En ese tiempo llore mucho, era obvio que las cosas no marchaban bien y no sabia como hacerlas mejorar.
El, no dejaba de ser atento y cariñoso.
Era detallista, como cuando dejaba alguna rosa en el esprín de la puerta y lo dañaba.
Mi madre se molestaba y yo, en cambio, adoraba ver esa rosa.
No sé si era porque, le agradaba o era la culpa de no sentirse a gusto conmigo.
Digo esto porque, en las últimas fiestas juntos, fue muy notable, el no soportaba estar conmigo, como si estuviese de mal humor.
Entre más alejados, mas cómodo estaba.
Y yo me mantenía junto a Raúl, nuestro amigo en común.
Y aunque según todo iba bien, la realidad era otra.
Así, que, como inicio, termino también.
Me gustaba coquetearle de vez en cuando, aunque, a veces me molestaba un poco su indiferencia, sobre todo, en cuanto mi hermana hacia presencia en alguna fiesta.
Cuando ella se desaparecía con alguien, es cuando a veces me prestaba atención.
A decir verdad, mi autoestima estaba tan necesitado de algo de cariño que, esto me bastaba.
A veces pasaba toda la noche, sentado, en algún rincón, viendo a todos de lejos.
Era su amigo mi pareja de baile, un chaparrito de cuerpo fuerte, "amarrado" dirían algunos, de carácter muy amable y fiel a su novia.
El hombre ideal si me preguntan.
Mi novio, solo nos miraba, no sentía ni un poco de celos o interés en verme si quiera.
Con el tiempo, me canse de esa situación.
A lo mucho nos dábamos besos y algunos roces de caricias.
Yo quería algo más, un sentimiento real que me demostrara que en verdad en algo le interesaba.
Cabe decir que, yo era virgen en este tiempo, una joven con todas las hormonas revueltas, como todas las jóvenes del mundo.
Una vez en su casa, casi llegamos a la intimidad.
Él era cuidadoso.
Así que, no lo permitió.
Creo que, debo estar agradecida que cuidara de mi de esa manera, yo en verdad lo quise con toda la sinceridad que los primeros amores dejan en el alma, así que, me hubiera dejado llevar.
No sé a ciencia cierta si era por mi falta de cariño que mendigaba esas migajas de aceptación, a pesar de saber y sentir que él no me quería.
Por esta razón, puedo entender a las personas que han pasado por esta situación.
Y puedo apostar que, es, falta de autoestima.
Intente ser una novia no celosa, ni empalagosa.
Pero, intente ser alguien interesante para él.
Ahora, creo que ese fue precisamente el problema.
Puse demasiado peso en el.
Hacerlo el centro de nuestro universo es un peso que no deberíamos poner en los demás.
Hoy, de adulta lo puedo entender.
En ese tiempo, dolió.
Lo llamare: necesidad afectiva en exceso.
Al poco tiempo, cortamos la relación.
Sin decirlo siquiera.
Solo nos alejamos.
Como se deja un capitulo abierto sin motivo y sin razón alguna.
fin de capitulo 30