Llegamos JUAN y yo.
No lo veíamos, comenzamos a bailar y tomar, a reírnos de quien se caía de borracho.
Tarde, pero, llegó la pareja.
Nos saludaron, se veían tan felices, sentí como un hoyo profundo en mi corazón.
Correspondí a la sonrisa, desde ese momento, no me levante de mi silla si no, para rellenar mi vaso.
JUAN me dijo que lo sabía.
El también sintió lo que yo en algún momento, ahora, justo ahora, no lo sabía.
Pensé en lo estúpida que era yo.
Tome un poco de todo lo que había en la mesa y me tome un vaso.
Era como una bomba, y yo estaba acostumbrada a tomar demasiado.
Tolere el segundo vaso.
A mitad del tercero, JUAN me detuvo, me dijo que si seguía me iba a poner mal.
Yo me sentía tan mal.
Llego el momento en que sentí la necesidad de salir, de escapar, el solo verlos juntos, me dolía demasiado.
A pesar de que JUAN me dijo que no me fuera, era de madrugada.
Yo me Salí.
Nos quedamos un instante afuera, mi coraza se quebró.
Comencé a llorar como magdalena en silencio.
O por lo menos lo intente.
JUAN me dijo que iba a ir por FRED, yo le dijo que no lo hiciera, no quería que me viera así.
JUAN se fue.
Entonces, yo trate de irme.
Pensé que había avanzado muchas cuadras, pero, la realidad es que, avance solo más de una cuadra.
La voz de FRED de alcanzo, me dijo que no me fuera, me llevarían a mi casa.
Le dije que no, tomaría un taxi.
El, corrió hasta alcanzarme y me abrazo por detrás.
FRED me dijo que lo sabía y como yo, dudo demasiado.
No podía dejar de llorar.
FRED me detuvo y me abrazo muy fuerte, mis piernas me traicionaron y caí de rodillas con el abrazándome y llorando desconsolado.
Algunos de los compañeros se acercaron, trajeron un carro, JUAN se fue conmigo en el carro, me llevaron a casa.
Y puedo decir que jamás me sentí tan dolida en toda mi vida, aun hasta el día de hoy.
Hice llorar al hombre que amé más que a mi vida.
Aun puedo sentir el llanto ahogado y su voz que me decía: ¿porque no me lo dijiste antes?
Ciertamente, quizá esto no hubiera pasado.
Hasta ahora no se con certeza lo que significa, pero algo si se.
Mi vida hubiera sido otra.
FRED, ¿realmente me hubiera amado?
Me concentre tanto en cubrir mis sentimientos con una coraza para que nada pudiera lastimarme de nuevo.
Y eso mismo provoco que en mi vida haya un luto perpetuo.
Falte dos días al trabajo.
Me costó mucho lograr entrar el tercer día de nuevo al trabajo.
Los compañeros me miraban, porque, sabían todo.
Por más que quise evitar a FRED y a su novia.
En la hora de comida me alcanzaron juntos.
Fue muy incómodo.