Durante un tiempo, salvo la pesada respiración de "Los humes" todo permaneció en silencio.
Todos esperaban un milagro, con sus cuerpos maltrechos al borde del colapso.
Pero...
—¡ROOAAAAAARRRR! —El rugido más atemorizante que habían escuchado en sus vidas, mató las últimas de sus esperanzas y les indicó que todo había acabado.
El dragón se paró, aunque la herida en su frente era grave no había podido alcanzar a dañar su cerebro, pero si había logrado enfurecerlo hasta enloquecer.
Todo su cuerpo empezó a emitir rayos de color rojo, ya habían visto este ataque antes, era un ataque omnidireccional que abarcaba una gran área.
Ahora que el exotraje había agotado todas sus energías, su defensa había caído en picada, por lo cual estaban seguros de que una vez que ese ataque los alcanzara estarían muertos.
—Ja, ja, ja, ¿Quién imaginaria que todo acabaría así? Supongo que no había forma de ganar desde el principio— dijo Drake, dejando salir una risa lastimera.
—Bueno hicimos todo lo que pudimos, no creo que haya ningún equipo de exploración que pueda derrotar a esta bestia— Dijo Liam, su voz se escuchaba tranquila.
Extrañamente a pesar de que su muerte era inminente todos estaban tranquilos. No era que se habían vuelto locos sino al hecho de que el miedo solo existía mientras hubiera esperanza, pero como ya habían perdido cualquier rastro de ella, sus mentes se relajaron olvidándose del terror intenso al que habían estado sometidos.
La excepción era Einar, él sabía que habían perdido, pero no quería resignarse, no quería soltar lo último de esperanza y buscaba desesperadamente alguna manera de sobrevivir.
Una mano se posó en su hombro —No se puede hacer nada Capitán, ya no queda nada más que hacer— le dijo Aren
Einar se giró a verlo, luego suspiró pesadamente y dijo con tristeza —supongo que tienes razón, lo siento por no poder llevarlos de vuelta-
—De que está hablando, nada de esto es su culpa, déjeme decirle que no me arrepiento de nada en esta vida, si pudiera volver el tiempo al momento en que grité afuera de la base para pedirle un duelo, lo volvería a hacer sin lugar a dudas aun si supiera que terminaría igual que ahora —dijo Aren cuando muchos de sus recuerdos se arremolinaron en su mente, haciendo que no pueda contener las lágrimas.
—Bueno supongo que si me arrepiento de algo, y es que hasta el final nunca pude vencerlo en ningún combate— dijo Aren.
—No hay necesidad de pelear, estoy seguro de que ya me superaste— dijo Einar mirando a Aren como un maestro orgulloso de lo que se había convertido su discípulo.
Luego se volteó a ver al resto de su equipo y gritó —aunque hubiera vivido un millón de años, no creo que pudiera haber encontrado un mejor equipo que este— dijo Einar dejando que su voz refleje todos los sentimientos que tenía por este equipo.
—Capitán —dijeron el resto de su equipo, mientras las lágrimas corrían por sus ojos.
En la nave Siena también estaba llorando, ella estaba esperando para volver a utilizar el arma de la nave, pero al ver que no podía conseguir que funcionarán a tiempo se había derrumbado sobre el suelo con impotencia.
Los rayos rojos que emanaban del dragón crecían en intensidad, zumbando en el aire como una tormenta de fuego a punto de desatarse. Cada chispa que salía de su cuerpo iluminaba el campo de batalla con un brillo ominoso, hasta el punto que los Humes pensaron que era imposible que los soportaran, incluso si se hubieran encontrado en su mejor estado.
Todos se pararon firmes mirando hacia el frente, observando al ser que les arrebataría la vida.
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—¡No quiero morir!
Élis amaba la vida más que nadie, desde que se había unido a este equipo sus días eran emocionantes y llenos de alegría.
Cada día se despertaba con una sonrisa, la soledad y la melancolía que la había afectado en el pasado, ya no existían.
Desde hace 4 años ella pasaba todos los días viviendo su sueño, teniendo aventuras con todos sus amigos. Para ella no había mejor forma de vivir.
Todo era perfecto, entonces ¿Por qué no podía durar un poco más? Se preguntó interiormente mientras su cuerpo se hundía en el lago.
El dolor que sentía era el más fuerte que había sentido en su vida, hasta el punto que amenazaba con arrebatarle su vida en cualquier momento.
Pero no podía morir todavía, sus amigos estaban luchando y era probable que estuvieran peleando por sus vidas en este instante.
«Tengo que ayudarlos» pensó con determinación.
Sus sentimientos le dieron fuerza y al fin pudo abrir los ojos. Luego dió una orden mental a su exotraje, encendiendo los propulsores para impulsarse fuera del lago.
Sus esfuerzos tuvieron éxito y pudo alcanzar la superficie del lago. Aunque casi no tenía fuerzas, logró arrastrarse hasta la orilla. Su mente no era lo suficientemente clara para entender el estado de la batalla, pero aun así comprendió que tenía que ayudar.
Con una orden mental dijo «exotraje activa camuflaje óptico y vuelo silencioso»
Mientras volaba su conciencia se hacía cada vez más difusa, escuchando con claridad como sus latidos se hacían cada vez más débiles.
«No quiero morir» pensó otra vez, pero no tenía elección.
De hecho, esto no era del todo cierto, debido a que pudo usar estos momentos para infiltrarse en la nave y entrar en la cámara de recuperación, pero esta opción ni siquiera paso por su cabeza, porque en este momento lo más importante era salvar a la nueva familia que la había acogido, devolviéndole el color a su vida.
Su vuelo era lento y ni siquiera estaba segura de si se estaba dirigiendo en la dirección correcta, lo único que la guiaba era el instinto y la intuición.
Mientras avanzaba recordó un asunto importante.
«Es cierto, si no lo veo ahora nunca más tendré la oportunidad»
Cuando habían muerto sus padres ella se negaba a creerlo incluso cuando consiguió el archivo de su última grabación ella no había podido verlo, porque estaba aterrada, nada le asustaba más que ver los últimos momentos de sus padres, la sola idea de ver cómo se les escapaba la vida era algo qué no soportaba, pero en este momento con su vida acabándose al fin pudo armarse de valor.
«Pronto los veré otra vez» pensó.
Aunque la idea de la muerte la aterraba, esté pensamiento la consoló un poco.
Con una orden mental dijo «reproduce grabación 1713»
—Archivo protegido, ingrese contraseña.
—Pequeña viajera —dijo Élis derramando una lágrima, mientras recordaba como la llamaban con cariño sus padres.
—Iniciando reproducción.
Una gran cantidad de información fue directamente transmitida hacia su cerebro, formando una serie de imágenes y sonidos que se reprodujeron como de un recuerdo se tratara.
Al fin pudo volver a ver las caras de sus padres que hasta ahora solo podía ver en sus sueños. Ambos estaban sentados en su nave, parecían cansados, pero tenían la sonrisa que siempre recordaba.
Una sección de la nave mostraba signos evidentes de daño, con chispas intermitentes y temblores que sacudían la habitación, pero Élis apenas notó estos detalles; su atención estaba completamente en sus padres.
Su madre fue la primera en hablar, con una voz suave pero firme: —Élis, sabemos que nuestra partida te ha dejado un vacío inmenso. Sabemos que has sentido una tristeza profunda y has derramado muchas lágrimas.
—Hija, entiendo perfectamente ese dolor —continuó su padre, con una mirada melancólica—. Cuando perdí a tus abuelos, sentí lo mismo. No puedo decirte que no llores, porque sería injusto pedirte que reprimas ese dolor. Pero después de que hayas llorado y gritado todo lo que necesites, levántate, sigue adelante. Sé que tienes la fuerza necesaria para superar cualquier obstáculo.
Los temblores se intensificaban, pero su madre sonrió con calidez, tratando de aliviar la tensión que se acumulaba en la atmósfera. —El mundo puede ser un lugar duro, pero también está lleno de belleza y alegría. Para una chica tan brillante y llena de vida como tú, estoy segura de que encontrarás amigos que te acompañen en cada paso.
—Ríe, llora, sueña, vive intensamente, y sobre todo, nunca olvides que te amamos más de lo que las palabras pueden expresar, mi pequeña viajera —dijeron ambos al unísono, sus voces entrecortadas por la emoción, mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.
Un estruendo final llenó la pantalla, seguido por un mensaje que anunciaba el fin de la grabación.
Un río de lágrimas corría por las mejillas de Élis, por años los había culpado por haberse sacrificado por otros sin pensar en el dolor y el sufrimiento que le causarían, pero ahora ella iba a hacer lo mismo.
Al fin podía entender por qué lo habían hecho y su enojo hacia ellos se desvaneció.
«Es la hora» pensó
—Activar modo berseker —dijo en voz alta.
—Advertencia, el usuario se encuentra herido, activar el modo berseker desactivará las funciones de curación. Desea continuar con la activación del modo berseker —informó la IA del traje.
Élis sabía que cuando diera su confirmación no habría marcha atrás, sin lugar a dudas su cuerpo colapsaría en cuestión de segundos.
Dudó durante un momento, después de todo quién no dudaría en dar su vida por una probabilidad de victoria incierta. Pero su indecisión solo duró un segundo —activar modo berseker — dijo con voz calmada.
En el instante siguiente una serie de químicos se inyectaron en su cuerpo brindándole un instante de fuerza y claridad.
Élis sabía que en su estado actual no duraría más que unos segundos, así que rápidamente analizó la situación.
Estaba volando unos 200 metros por encima del dragón, y veía como unos rayos rojos como la sangre se arremolinaban a su alrededor, amenazando con lanzarlos a sus compañeros que estaban al borde del colapso.
Con un pensamiento rápido había entendido la situación y sabía que debía hacer.
—Exotraje transfiere la energía restante a la lanza.
—Transferencia completa— se escuchó unos segundos después
Luego tomó posición y utilizó toda su fuerza restante para arrojar la lanza hacia la cabeza del dragón.
En el mismo instante en que dejó sus dedos, dijo — lanza activa los propulsores al 300% de su capacidad —los propulsores de la lanza emitieron sonidos similares a los de un cohete mientras la impulsaban a toda velocidad.
Por último, utilizó su habilidad especial para empujar con toda su fuerza la lanza.
Las únicas habilidades con las que nacían los Humes, eran ciertas afinidades elementales, pero no podían usar sus habilidades sin el uso de un exotraje que les permita manipular los elementos, por lo cual, no era incorrecto decir que el 99.9% de "Los humes" nacían sin ninguna clase de poderes o habilidades especiales, pero había algunos casos particulares que nacían con una mente tan poderosa que podían mover cosas con un pensamiento, sin necesidad de ninguna clase de apoyo.
Este era el único tipo de habilidad especial que un Hume podía despertar, y dependía meramente de la suerte, ya que hasta el momento no se había podido descubrir como replicarlo.
Aun así, la mayoría de ellos apenas podrían levantar como mucho una tonelada durante un segundo antes de quedar agotados, pero Élis era extremadamente monstruosa en ese sentido, su poder era capaz de levantar más de una docena de toneladas durante unos cuantos minutos.
Pero ella había mantenido en secreto la verdadera magnitud de su habilidad, debido a que si ella lo revelaba, estaba segura de que pronto tendría que convertirse en un sujeto de pruebas por al menos medio año.
Para los Humes que podían vivir hasta 440 años, medio año no era demasiado tiempo, pero eso significaría que tendría que pasar todo ese tiempo lejos de sus amigos y con libertad limitada, lo cual para un alma libre cómo Élis era insoportable.
Por esto no le había contado a nadie de su increíble capacidad. Pero ahora mismo eso era lo que menos le importaba.
Ella solo quería gastar cada recurso que tenía para aumentar su poder. Es por esto que estaba usando la máxima capacidad de su exotraje que estaba especializado en fortalecer la capacidad de su psique, para aumentar sus poderes a otro nivel.
La lanza avanzó en su vuelo a una velocidad inaudita dejando rastros de explosiones sónicas a su paso, mientras se acercaba al Dragón.
«Por favor, no falles» oró.
Su golpe hizo un estruendoso sonido cuando golpeó el suelo, en su punta estaba insertado un pedazo del cerebro del Dragón.
La lanza había ingresado por la herida, atravesando por completo su cabeza, para finalmente incrustarse en el suelo.
—Energía del exotraje en 0%, apagando funciones de combate— dijo la IA del exotraje justo antes de apagarse.
Inmediatamente Élis sintió que todas sus fuerzas la dejaban.
—Este ataque es... — comenzó a decir Élis mientras su pequeño cuerpo se precipitaba rápidamente hacia el suelo y su conciencia se hundía en la oscuridad.
—¡POR MIS QUERIDOS AMIGOS!