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Chapter 4 - Capítulo 1: Descubrimientos (Parte 3) - Ifrid

—¿Drake escuchaste las últimas noticias? —dijo Liam tratando de distraerlo un poco de su enojo.

—¿Mm... a qué te refieres? — preguntó Drake con un poco de curiosidad.

—Hubo varias fugas en "Ifrid"—

—¿Qué?, ¡Eso es imposible! —exclamó Drake asombrado.

En el vasto universo, "Ifrid" era conocida como la cárcel de máxima seguridad de los Humes, considerándose un lugar temido y respetado. Cumplir los tres requisitos para ser enviado allí, era una señal de la gravedad de los crímenes cometidos y la peligrosidad de los reclusos

El primer requisito se refería a la naturaleza atroz de los delitos cometidos. Los criminales enviados a "Ifrid" eran responsables de actos extremadamente violentos y destructivos, como la trata de personas, asesinatos en masa o la destrucción de ciudades enteras. En resumen, crímenes que impactaban profundamente en la sociedad.

El segundo requisito se centraba en la fuerza y habilidades de los criminales. Solo aquellos clasificados como clase "B" o superior, eran considerados aptos para ser enviados a "Ifrid". Esto garantizaba que los reclusos fueran individuos poderosos y potencialmente peligrosos.

(Nota técnica: el rango de poder de los seres vivos según los Humes se clasifican desde la "F" hasta el "SS")

El último requisito era que debían tener algún tipo de utilidad para los Humes. Esto significaba que su encarcelamiento debería brindar algún beneficio a la sociedad, ya sea por su valor político, su capacidad para proporcionar información importante o cualquier otro tipo de ayuda.

Pero la mayoría de los presos en "Ifrid" estaban ahí porque se consideraban valiosos sujetos de prueba para los científicos, quienes buscaban entender y replicar sus poderes con tecnología avanzada.

Aunque "los Humes" eran conocidos por sus leyes justas y su trato igualitario hacia todos los seres inteligentes, el hecho de que algunos criminales fueran utilizados para experimentación generaba cierta controversia y debates éticos. Sin embargo, en su búsqueda por el progreso y el conocimiento, los científicos continuaban explorando formas de comprender y utilizar los asombrosos poderes de estos reclusos.

Era por estas razones que una fuga en "Ifrid" representaba una amenaza potencialmente catastrófica, lo que evidenciaba los peligrosos y poderosos que eran estos criminales en el universo.

Por esa razón la seguridad de este planeta era tan alta, hasta el punto de que algunos incluso pensaban que era una exageración.

Para comenzar, cada preso era alojado en celdas altamente reforzadas, construidas con materiales prácticamente indestructibles. Estas celdas tenían como objetivo mantener a los reclusos completamente aislados, evitando cualquier intento de escape o comunicación no autorizada.

Además, los presos llevaban consigo inhibidores que limitaban y restringían el uso de su fuerza y poderes especiales. Los inhibidores estaban conectados a órganos vitales, lo que hacía imposible su remoción sin provocar daño o incluso la muerte del individuo. Esto garantizaba un control absoluto sobre los reclusos, evitando cualquier intento de usar sus habilidades para escapar.

En las instalaciones de "Ifrid", solo había presos, y las visitas externas no estaban permitidas. Cada habitación estaba vigilada por una Inteligencia Artificial que monitoreaba todos los movimientos de los reclusos. Además, poderosos robots gigantescos patrullaban los pasillos constantemente, lo que garantizaba una seguridad adicional y disminuía cualquier posibilidad de escape.

Incluso para llevar a cabo los experimentos, se utilizaban controles remotos y robots controlados a distancia, permitiendo a los investigadores realizar pruebas y estudios sin poner en riesgo la seguridad de los involucrados. Estas precauciones adicionales aseguraban que los presos no tuvieran oportunidades de tomar rehenes o causar disturbios.

Eran todas estas medidas de seguridad extrema, las que reflejaban el compromiso de "los Humes" para mantener a los criminales más peligrosos bajo control, minimizando cualquier riesgo para la sociedad.

Pero la razón por la que estas medidas de seguridad eran consideradas innecesarias, era debido a que las mismas condiciones extremas del propio planeta lo convertían en una prisión de la que era prácticamente imposible de escapar.

En primer lugar, el planeta estaba desolado y no habitaba ninguna civilización, lo que impedía encontrar cualquier forma de transporte que les dé a los presos, alguna posibilidad de escapar. El acceso al planeta solo es posible a través de un portal teletransportador, que era controlado desde el planeta madre y que solo se abría brevemente para dejar ingresar a los presos.

En segundo lugar, la atmósfera fuera de las instalaciones de la cárcel estaba altamente contaminada y era extremadamente peligrosa. Estaba compuesta por elementos radiactivos que podrían ser mortales incluso para organismos de clase "B", causando su muerte en cuestión de minutos.

Por su parte, el aire también contenía un veneno altamente letal, lo que hacía que cualquier persona que se aventurara fuera de las instalaciones de la cárcel muriera rápidamente.

En tercer lugar, el planeta estaba ubicado entre tres enormes soles que generaban altas temperaturas capaces de fundir rocas normales en cuestión de segundos. La superficie del planeta estaba cubierta por un mar de lava, lo que hacía imposible cualquier intento de escapar a través de la superficie.

Además, si por alguna razón los presos lograban superar todas estas adversidades y adentrarse en el espacio, se enfrentarían a dos enormes agujeros negros que succionaban cualquier materia que saliera del planeta. Se estimaba que en un par de milenios, incluso el planeta "Ifrid" sería tragado por completo por estos agujeros negros.

Por si fuera poco, la ubicación exacta de "Ifrid" era un secreto altamente protegido por el gobierno, y el planeta estaba extremadamente lejos de cualquier otra civilización, dificultando aún más cualquier intento de escape.

En resumen, si un preso intentara escapar de su celda, se enfrentaría a un ejército de robots con armas avanzadas. Incluso si lograra superarlos, tendría que lidiar con las condiciones hostiles del planeta y enfrentarse al espacio sin ningún medio para respirar, además de evitar ser absorbido por los agujeros negros. Todo esto mientras sus habilidades estaban restringidas por los inhibidores.

En conclusión, escapar de esta cárcel era prácticamente imposible y la seguridad extrema se consideraba más una precaución adicional que una necesidad real.

Liam continuó con su relato, brindando más detalles sobre la fuga de los criminales de alto nivel.

—Aunque la fuga ocurrió hace 3 meses, la información se ha mantenido en secreto hasta ayer. Sin embargo, no hay una gran preocupación por el asunto, ya que lo más probable es que los fugitivos hayan encontrado un destino trágico y hayan perdido la vida —explicó Liam con calma.

—Bueno, supongo que tienes razón ¿Pero quiénes fueron los sujetos que escaparon? —preguntó Drake con curiosidad.

— Se dice que fueron 3 individuos con fuerza de clase "S". La Elfa de la calamidad, el Orco de Sangre y el humano al que llamaban "Dios marcial caído" —respondió Liam

—¿Qué, esos monstruos? —dijo Drake sin ocultar su asombro.

Todos los criminales que había en esa prisión eran famosos, pero estos 3 en particular eran especialmente conocidos. Incluso era probable que cada uno de ellos sean los prisioneros más fuertes y peligrosos de sus respectivas especies.

Para aprisionar a estos seres se habían perdido miles de vidas, solo pudiendo capturarlos gracias al uso de tácticas ingeniosas y buena suerte.

La Elfa de la calamidad controlaba la magia más poderosa jamás vista entre los elfos. El Orco de la sangre tenía uno de los cuerpos más poderosos en términos de resistencia y fuerza física.

Según los registros el poder de ambos individuos estaba en los niveles intermedios de la clase "S".

En cuanto al "Dios marcial caído" incluso se rumoreaba que había alcanzado los niveles superiores de la clase "S". Convirtiéndose en un súper humano con la capacidad de destruir montañas con un movimiento de su mano.

—Esto es muy malo si ese trío une sus fuerzas, sería prácticamente imposible derrotarlos —dijo Drake con el ceño fruncido.

—Bueno, supongo que es una suerte que ya estén muertos— respondió Liam tratando de tranquilizarlo.

—Yo no estaría tan seguro de eso —intervino Einar, su voz tenía un tono de preocupación que rara vez se le había escuchado.

—Tuve la oportunidad de conocer al Dios marcial caído en persona, y sé que no es la clase de sujeto que se enviaría a su propia muerte sin ningún plan, estoy casi seguro que él no moriría de una manera tan tonta — continúo diciendo el capitán.

Mientras decía esto, una serie de dolorosas memorias regresaron a su mente, recordando como uno de los primeros equipos que comandó fue completamente aniquilado.

En ese entonces se le había asignado la misión de atrapar al "Dios marcial caído", que había aterrorizado un planeta entero, cometiendo toda clase de injusticias contra los habitantes.

Desde que Einar fue designado para comandar el equipo de captura, se tomó la misión muy en serio y no fue para nada imprudente.

Durante semanas recolectó información mediante el uso de espías, estudiando meticulosamente su comportamiento antes de planear su ataque.

Así se enteró de sus debilidades y encontró el momento idóneo para atacarlo.

Su larga preparación rindió sus frutos, logrando lanzar un poderoso ataque sorpresa en un momento de vulnerabilidad, hiriendo de gravedad a su objetivo.

Pero, aunque sus preparaciones fueron buenas, el poder del "Dios marcial caído" estaba muy por encima de lo que había esperado, por lo cual, aunque estaba gravemente herido, su fuerza aún era impresionante.

Su error de cálculo condujo a una masacre, haciendo que Einar tuviera que observar horrorizado, como con cada ataque del "Dios marcial caído", uno de sus compañeros perdía la vida.

Al final tuvo "suerte" y los sacrificios de sus compañeros le dieron la oportunidad de derrotarlo y apresarlo, resultando ser el único sobreviviente.

A pesar de todo, nadie lo acusó, debido a que se había clasificado erróneamente la dificultad de la misión. Aun así, Einar seguía sintiendo que todo era su culpa, marcándolo de por vida.

Pero logró reponerse, jurándose a sí mismo que nunca dejaría que un compañero muera, aunque le cueste la vida.

Fue a partir de esta experiencia que se había vuelto mucho más cauteloso y sabio.

Con el tiempo, su liderazgo se convirtió en un faro de esperanza y confianza para aquellos que lo seguían. Su experiencia y sabiduría se traducían en decisiones más acertadas y estrategias mejor ejecutadas.

Su compromiso inquebrantable con la protección de sus compañeros se convirtió en su mayor fortaleza, guiándolo hacia un futuro en el que la tragedia y el sacrificio siempre era vencido por la esperanza y la supervivencia.

Desde entonces nunca más se había conocido la muerte en los equipos que lideraba.