Einar era un capitán cauteloso que siempre priorizaba la seguridad de su tripulación sobre todo, exigiendo el cumplimiento estricto de todas las normas de seguridad. Según el protocolo establecido, él y Aren, como los mejores guerreros de la nave, debían ser los primeros en descender y explorar el área, para asegurarse de que no hubiera peligros antes de permitir que el resto del equipo se uniera a ellos. Sin embargo, apenas se abrió la compuerta de la nave, una figura pequeña salió disparada como una flecha y comenzó a explorar a su alrededor con un entusiasmo desbordante.
—¡Élis, cuántas veces te he dicho que debes esperar a que nos aseguremos de que no hay peligro antes de bajar...! —comenzó a reprender Einar, pero al darse cuenta de que Élis no le prestaba la más mínima atención, detuvo su regaño y suspiró resignado.
—Aren, hazme un favor y asegúrate de vigilar que no se meta en ningún lío —continúo diciendo.
Aren asintió con cansancio y siguió a Élis con una expresión de agotamiento. Este tipo de situaciones se habían repetido tantas veces que Aren sentía que, en lugar de ser el guardián de toda la tripulación, se había convertido en la niñera personal de Élis. A pesar de que no era su función principal, tenía que mantener un ojo constante sobre la joven exploradora, ya que sus impulsos y entusiasmo podrían llevarla a meterse en problemas innecesarios.
Pero Aren era un soldado disciplinado que seguía las órdenes de Einar sin vacilación.
Aunque en su interior guardaba un motivo personal por el cual había terminado por unirse a este escuadrón de exploración.
"¿Quién diría que el mejor soldado de la academia de guardianes acabaría en un modesto equipo de exploración?", pensó Aren para sí mismo.
Recordó claramente cómo conoció a Einar hace menos de cinco años, justo después de completar su entrenamiento en la academia de guardianes con los más altos honores. En aquel entonces, Aren era arrogante y se sentía invencible, con un talento impresionante que no se veía en siglos.
Poseía una combinación perfecta de fuerza, velocidad, destreza y un instinto de combate casi sobrenatural.
Debido a eso, cuando la academia de guardianes publicó la evaluación de sus habilidades, la comunidad de exploradores espaciales quedó atónita y cientos de propuestas llegaron a sus puertas, buscando reclutar a aquel prodigio.
Sin embargo, su ego y arrogancia eran casi infinitos en aquel entonces. Por lo que decidió hacer una declaración pública desafiando a todos —¡Solo me uniré al equipo que logre derrotarme! ¡Traigan a sus mejores guardianes y traten de vencerme!
Entonces muchos equipos furiosos acudieron a Aren, algunos parecían tener más afán de cerrarle la boca más que de reclutarlo.
—¿Quién se ha creído este niño? Apenas salió de la academia y ya se cree invencible. Si no le doy una lección hoy, no podré dormir en paz.
—Ja, ja, ja, los novatos que no conocen la inmensidad del universo son realmente graciosos. Supongo que hoy tendré que enseñarle el valor de la humildad.
—Vaya, joven que hace mucho alboroto. Será mejor que aprendas temprano que siempre hay alguien mejor.
Guardianes de varios equipos que confiaban en su propia fuerza hacían declaraciones arrogantes antes de afrontar a Aren. Sin embargo, después de un enfrentamiento con él, todos salían lastimados y cabizbajos. Su destreza y habilidad en combate les demostraban lo cruel que podía ser la diferencia de talento.
Pronto, no quedaron más contrincantes dispuestos a enfrentar a Aren. Su ego, ya desmesurado, se volvió aún más inflado, decidiendo ir directamente a las bases de los escuadrones de exploradores, con el fin de desafiarlos uno por uno.
Sin embargo, para su mala suerte, el primer escuadrón al que retó fue el de Einar. Aún recordaba claramente cómo había llegado a su base y había gritado con arrogancia —¡Vengo a retar al más fuerte de tu equipo! ¡Que salga y me enfrente si no es un cobarde!
Einar, en un principio, trató de ignorar las provocaciones de Aren. Sin embargo, ante su insistencia, finalmente decidió salir a su encuentro. Con una voz cansada, Einar le preguntó.
—¿Está bien, si te enfrento te retirarás?
—¿Tú eres el guardián del equipo? —preguntó Aren.
Einar suspiró y continuó —No soy el guardián del equipo, soy el Capitán. Este equipo aún no tiene un guardián designado.
Aren frunció el ceño, ligeramente decepcionado. Había venido buscando un desafío real, no un simple ejercicio. Sabía que la diferencia entre los exploradores normales y los guardianes era abismal. Los guardianes, seleccionados y entrenados para proteger a la humanidad en los entornos más hostiles del universo, poseían un potencial de batalla que superaba en un 30 a un 50 % al de los exploradores regulares. No solo eran más fuertes y ágiles, sino que sus habilidades tácticas y su instinto en combate estaban en una liga completamente distinta.
Enfrentar a un explorador común, incluso uno experimentado, no representaba un desafío real para alguien de su calibre. Por eso, al saber que no se enfrentaría a un guardián, Aren sintió que todo esto no era más que una pérdida de tiempo.
—En ese caso, no tiene sentido enfrentarte. Solo sería una pérdida de tiempo —dijo mientras comenzaba a alejarse.
Justo en ese momento, la voz enojada de Siena resonó desde la entrada de la base.
—¿Quién se atreve a hablarle así a mi Capitán? ¿No sabes que si él quisiera, podría aplastarte con la uña de su dedo meñique?
Ante esa provocación, Aren se detuvo y miró a Einar tratando de medirlo. Luego, con una leve sonrisa, dijo:
—Bueno, supongo que ya que estoy aquí debería hacer algo de ejercicio.
El ambiente tenso se llenó de emoción mientras los miembros del equipo de Einar se reunían para presenciar el enfrentamiento entre su capitán y el desafiante Aren.
Luego de eso Aren pensó «Analizar estadísticas».
La microcomputadora que todos "los humes" tenían instalado en un lado de la sien le indicó a Aren una serie de datos.
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Nombre: Einar Righart
Rango: ¡Información clasificada!
Méritos (31): ¡Información clasificada!
Estadísticas:
Fuerza - 157
Agilidad - 128
Vitalidad - 133
Magia - 00
Especial - 00 (sin afinidad elemental)
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«¡Pero qué diablos!», pensó Aren sorprendido, al ver que sus estadísticas eran bastante más elevadas que el guardián promedio, siendo su fuerza incluso superior a la suya. Pero lo que más lo asombraba era la cantidad de méritos que tenía Einar.
Aren sabía que el sistema no le permitía esconder la gran cantidad de méritos que había obtenido y que cada uno de esos 31, representaban una hazaña importante a favor de la sociedad.
Aunque Einar había ocultado los detalles específicos de ellos, el simple hecho de tener una cantidad tan abrumadora indicaba lo extraordinario que era.
Aren había conocido a grandes generales y militares con una considerable cantidad de méritos, pero ninguno de ellos se acercaba siquiera a la mitad de los que tenia el individuo que tenía frente a él. Estaba claro que Einar era una figura destacada y respetada en la sociedad, alguien cuyos logros y habilidades iban más allá de lo común.
Aren comprendió que había subestimado enormemente a su oponente. Su actitud arrogante y confiada disminuyó un poco, mientras miraba a su oponente comenzó a emocionarse y pensó.
«¡Lo derrotaré!»
Pero apenas empezó la batalla Aren se encontraba completamente desconcertado y asombrado por la superioridad abrumadora de Einar. A pesar de su confianza y su talento como guerrero, se dio cuenta de que había subestimado enormemente a su oponente.
Pero lo que realmente desconcertaba a Aren no era solo la técnica de Einar, sino su capacidad para anticipar cada uno de sus movimientos. Parecía como si Einar pudiera leer su mente, reaccionando antes de que Aren siquiera completara sus ataques.
La batalla se intensificó rápidamente. Aren lanzó una ráfaga de golpes, cada uno más rápido y potente que el anterior, pero Einar esquivaba y bloqueaba con una facilidad que rayaba en lo inhumano, moviéndose en todo momento como un veterano, gastando la mínima energía necesaria para neutralizar cada ataque de Aren.
Einar no le dio tregua. Con una velocidad sorprendente, cerró la distancia entre ambos y lanzó un barrido bajo, haciendo que Aren perdiera el equilibrio. Antes de que pudiera reaccionar, Einar puso su mano en su pecho y, con un giro que aprovechó la inercia de Aren, lo lanzó al suelo. El impacto resonó en la explanada, y Aren, aturdido, sintió el frío del suelo bajo él mientras trataba de recuperar el aliento.
La batalla había terminado. Aren se esforzó al máximo, utilizando todas sus habilidades y tácticas aprendidas en la academia de guardianes, pero aun así no pudo hacerle frente a Einar. Fue derrotado sin piedad, incapaz de asestarle siquiera un golpe.
Aren se encontraba, agotado y con una mezcla de frustración y admiración en su rostro. Se dio cuenta de que todavía tenía mucho por aprender y mejorar para llegar al nivel de Einar.
Einar se acercó a él con una expresión tranquila y extendió su mano para ayudarlo a levantarse. A pesar de la derrota, Aren podía sentir la amabilidad y el respeto en los ojos de Einar.
—Eres fuerte, pero aún tienes mucho por descubrir y desarrollar. No te desanimes por esta derrota, úsala como una oportunidad para crecer. Mencioné antes que aún nos faltaba un guardián, ¿Quieres el puesto? —dijo Einar con una voz serena.
Aren asintió, sintiendo una nueva determinación arder en su interior. Aunque había sido derrotado, se había dado cuenta de la brecha que existía entre él y los verdaderos héroes de su raza. A partir de ese momento, se comprometió a trabajar aún más duro para superar sus límites y convertirse en un guerrero digno de enfrentarse a Einar.
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—Despejado, pueden bajar —la voz de Einar, devolvió a Aren al presente.
—¡Hey! ¡Espera un momento, no te alejes demasiado! —exclamó Aren, apresurándose para alcanzar a Élis, que había comenzado a correr por todas partes recogiendo muestras de plantas, sus ojos brillaban con una fascinación desbordante mientras exploraba el entorno.
—Está más absorta de lo usual. Debe haber encontrado algo realmente interesante —dijo Liam mientras bajaba de la nave.
—Si, ha sido un largo viaje por lo que su impaciencia ha estado creciendo a niveles peligrosos. No sabes lo difícil que ha sido parar su entusiasmo estos últimos días. Ayer tuve que mezclar una píldora para dormir en su bebida para evitar que estuviera revoloteando a mi alrededor toda la noche —profirió Siena con tono cansado mientras estiraba los brazos y bostezaba.
—Jajaja, te compadezco, debe ser difícil dormir en la misma habitación con ella —dijo Drake soltando una carcajada.
—Basta de charla, permanezcan alertas, aún no sabemos nada de este lugar, por lo que no deben bajar la guardia — ordenó Einar, mientras se adelantaba hacia el frente.
La tripulación asintió y siguiendo sus órdenes, comenzaron a adentrarse en este nuevo planeta inspeccionando sus características con detenimiento. Cada uno de ellos estaba equipado con los exotrajes nivel 5, que también era la mejor armadura de batalla inteligente para protección que tenían actualmente en su inventario.
Este exotraje representa un salto increíble en el campo de la biomecánica y la interacción Hume-máquina. Su diseño aerodinámico combina la estética futurista con una funcionalidad sin igual.
El exotraje no incluía un casco para no entorpecer los sentidos del usuario, brindando protección a través de un campo de energía invisible alrededor de la cabeza. Este poderoso campo no solo ofrecía defensa contra ataques físicos, sino que también aislaba al usuario de elementos peligrosos presentes en la atmósfera.
Su armazón ergonómico y flexible está construido con un material llamado XZD-24, que era una de las aleaciones más duras y resistentes conocidas, llegando a calificar con 717 según la escala de resistencia universal de los humes.
Para poner en perspectiva, la adamantina que era uno de los materiales más codiciados para la creación de armaduras, solo tenía una resistencia de alrededor de 320. Es decir que el material "XZD-24" era más del doble de resistente.
Esta aleación ofrecía una protección excepcional, capaz de soportar impactos y golpes extremos. Hasta el punto de que Incluso si una roca de 5 toneladas cayera sobre ellos, no les causaría daño alguno. Era por esto que estos trajes encabezaban la tecnología de los Humes para defensa personal, que un equipo de exploración normal no podía permitirse.
Además de su resistencia, los trajes estaban equipados con tecnología avanzada. Contaban con sistemas de soporte vital, comunicación interna, análisis ambiental y herramientas de exploración integradas.
Estos trajes representaban la vanguardia en la tecnología de defensa personal de los Humes y eran un componente fundamental para garantizar la seguridad de la tripulación durante sus exploraciones en los planetas desconocidos. Era la confianza en la fortaleza de sus exotrajes, lo que le permitía a la tripulación adentrarse en el nuevo mundo sin temor al peligro.
Caminaron con cuidado observando su entorno con curiosidad. Aunque cuando empezaron a descender ya habían visto la enormidad de los árboles de este planeta, aún estaban asombrados al verlos tan de cerca.
Liam saco algunos instrumentos de un compartimento de su exotraje antes de comenzar a analizar el suelo. Pronto obtuvo algunos resultados y la expresión en su rostro se tornó cada vez más asombrada.
Al notar esto, Siena le preguntó con curiosidad, —no te había visto poner esa expresión desde hace mucho tiempo, ¿Qué descubriste?
—Esto es muy raro, la antigüedad de los elementos que conforman el suelo, no corresponde con las características normales que un planeta joven debería tener, además la consistencia y resistencia de este suelo es totalmente anormal.
—Mm…, ¿Estás seguro de que no es un error de medición de los instrumentos? —dijo Drake con algo de recelo.
—Ya he revisado los datos dos veces, pero sigo obteniendo los mismos resultados, además observen esto —luego les hizo una señal para que se apartaran y lanzó un golpe con su puño al suelo.
La fuerza que un exotraje de nivel 5 le daba a su usuario no era ninguna broma, se estimaba que una persona normal con este exotraje podía aumentar su fuerza alrededor de 50 veces. Por lo cual, aunque Liam era delgado y no tenía una musculatura tan desarrollada como la de Einar o Drake, un puño suyo lanzado a un suelo común, trituraría inmediatamente cualquier roca aledaña y generaría un pequeño temblor.
Pero el golpe de Liam, potenciado hasta el límite por su exotraje, apenas dejó una huella superficial en el suelo, contradiciendo todas las expectativas. Sabían que esto sugería que el suelo no solo es anómalo en su composición, sino que ha sido compactado o alterado a nivel molecular.
Este resultado causó que todos mostrarán un inmenso asombro, pero antes de que pudieran decir nada, una entusiasta Élis apareció y dijo —Capitán, no lo va a creer estos árboles son increíbles, cómo ya habrán notado, es imposible que un planeta con tan pocos nutrientes y luz solar de origen a árboles de este tamaño, por lo cual, han desarrollado un sistema que les permite procesar minerales inertes en nutrientes aprovechables. Además, sus hojas, más anchas que las de cualquier especie conocida, capturan eficientemente la luz de estrellas distantes, lo que sugiere una evolución acelerada para maximizar la fotosíntesis en condiciones adversas.
—Asimismo, según los resultados, la antigüedad de varios de estos árboles apenas tiene 400 años, sin embargo, para que árboles tan gigantescos crezcan hasta este tamaño, normalmente requieren de varios miles de años. Mi teoría es que estos árboles pueden estar aprovechando un tipo desconocido de energía o radiación cósmica como catalizador para su desarrollo acelerado —continuó Élis mientras su voz se volvía cada vez más exaltada.
—Por último, también tienen la capacidad de mejorar y estabilizar los suelos haciéndolos sumamente resistentes —dijo Élis con exacerbado entusiasmo.
—Mm…, Liam también dijo que la edad del suelo no concordaba con la antigüedad, esto es muy raro —dijo Siena pensativa
—Con este descubrimiento, sin lugar a dudas, en el próximo certamen, seré la ganadora indiscutible del premio a la biología —continúo diciendo con gran alegría.
—Capitán, creo que deberíamos terminar la exploración rápidamente, hay algo que no me gusta de este planeta —dijo Aren con una expresión preocupada.
Einar asintió y habló con tono solemne —siento exactamente lo mismo, todos continuemos rápidamente y no se separen —luego le dirigió una dura mirada a Élis y repitió —¡No se separen!
—¡A la orden Capitán!, ya escuchaste simio que ni se te ocurra ir andando solo por ahí buscando bananas —dijo Élis con un tono firme mientras palmeaba a Drake y se alejaba con una sonrisa en su rostro.
Una vena se empezó a abultar en la frente de Drake, pero cuando estaba a punto de contestar, Siena le tocó el hombro mientras le hacía un gesto que parecía decir: "deja en paz el asunto, no puedes ganar contra ella". Drake suspiró y siguió caminando con paso deprimido.