NOTA ACLARATORIA: en este capítulo, habrá indicios sexuales, de violencia explícita y temas delicados (religiosos) para algunos adultos.
Si eres susceptible a estos temas, se recomienda dejar de leer esta historia.
Preguntó, ¿porque un hombre tan apuesto como el, bebe solo en una noche tan encantadora?
A lo que Jhon, contestó con una sonrisa:
Eso es porque, no había encontrado a una diosa como usted.
Respondió con una voz coqueta.
En ese momento, uno de los camareros, va a entregar un tarro de brandy a una de las mesas alejadas de la barra.
Tales palabras agradaron mucho a Cristina, quien dirigió el ángulo de su cuerpo hacia Jhon.
Con un leve cambio de la pierna que reposaba sobre la otra.
Esto permitió a Jhon, darse cuenta de aquellos chamorros bien definidos, el tobillo delicado, que, hacia lucir sus tacones altos, abrochados con una hebilla al tobillo, el tacón era de aguja.
Peligroso y tentador, pensó.
El cual, al verla de frente, mientras hablaron, su mirada se perdió en ese discreto escote.
Ella y el intercambiaron algunas frases de juego, como el hecho de poder ver lo que hay debajo de las telas.
Y sobre la humedad del ambiente, claro, con tono íntimo.
Para Jhon, ver a Cristina, tomar aquella cereza de su coctel y llevarla a su boca, apresándola con sus dientes y quitando la colilla… llevando con su lengua la cereza dentro de su boca y ver, como sus labios se cerraban.
Fue demasiado… comenzó a sudar.