NOTA ACLARATORIA: en este capítulo, habrá indicios sexuales, de violencia explícita y temas delicados (religiosos) para algunos adultos.
Si eres susceptible a estos temas, se recomienda dejar de leer esta historia.
Luego de una conversación subida de tono, acuerdan retirarse del lugar.
Salen del bar, mientras caminan hacia el auto de Jhon.
En una de las mesas alejadas de la barra, una mano se alza para pedir la cuenta.
Luego de unos instantes, del bar, sale una silueta enfundada en ropa entallada, cubierta por una gabardina corta, que se detiene unos momentos a mirar en dirección a la pareja que se aleja en el estacionamiento.
Para darse la vuelta e irse en sentido contrario.
Durante el trayecto, en el auto de Jhon, ambos se encuentran excitados, intercambiando miradas ocasionales.
La mano de Cristina toca como el fuego en la piel del joven arquitecto.
El deslizar de sus manos acariciando sus muslos mientras platican, hace que la voz de Jhon se entrecorte en algunas ocasiones, acariciando tanto sus piernas como un poco más arriba.
De reojo, Jhon observa que Cristina saca de su pequeño bolso, pintura labial en tinta.
Cada movimiento es provocativo, la forma en que lo aplica sobre sus labios, lo hace desear que el camino se acorte.
En un momento, Cristina introduce su mano por debajo de su vestido en la parte frontal.
Jhon, a pesar de estar al volante, intenta no perder detalle.
Cristina, con voz sensual, le comunica que, se siente humeda.
Por desgracia, no hay moteles cerca para hacer una parada.