NOTA ACLARATORIA: en este capítulo, habrá indicios sexuales, de violencia explícita y temas delicados (religiosos) para algunos adultos.
Si eres susceptible a estos temas, se recomienda dejar de leer esta historia.
La candente dama, desabrocha el pantalón de Jhon, se acomoda de manera que sus partes íntimas rocen por encima de la ropa, respondiendo cada una a la sensación de la otra.
Entre el palpitar y el calor.
Sus cuerpos comienzan a acalorarse, siente, como el sudor en el pecho de Cristina aumenta de acuerdo a sus roces desmedidos por sobre la ropa, su miembro erecto amenaza con salir de su ropa interior.
Y su mente se comienza a nublar.
El encuentro es inminente.
Jhon, baja lentamente la diminuta pantaleta de encaje de Cristina y la desliza por las piernas, la encierra en su mano y con una sonrisa pícara, le hace saber que no se la devolverá.
Jhon, casi se deja llevar, sabe que con ella no se contendrá.
Luego de poseer a sus vecinas en sueños.
Desea sentir aquella cavidad de fuego.
Fue un acto de dominación sobre sus ímpetus.
Se separa solo un momento para ir por condones a su habitación.
Por un instante, voltea a ver a Cristina mientras se aleja a la habitación.
Aquella mujer, excitada, sentada en la barra de su cocina integral, con las piernas abiertas, sin bragas, lista para concretar sus deseos.
Aquella boca ardiente, deseosa, con los labios entreabiertos.
Es un regalo.