NOTA ACLARATORIA: en este capítulo, habrá indicios sexuales, de violencia explícita y temas delicados (religiosos) para algunos adultos.
Si eres susceptible a estos temas, se recomienda dejar de leer esta historia.
Cristina, se queda en la cocina, untando saliva en sus dedos, se dedica a frotar su clítoris, para darse placer, preparando así, el platillo para Jhon.
Con su otra mano, aprieta uno de sus pezones y lo eleva hacia su boca para tocarlo con la lengua y subir su excitación.
La cocina no es un lugar tan usual para un encuentro sexual, esto es la magia de esta ocasión.
Cuando Cristina se había dejado llevar por los espasmos de placer de la zona que estaba estimulando.
Uno de los cuchillos que se encontraban en la tabla de madera donde se encuentra el kit.
Comienza a elevarse lentamente, y su punta a dirigirse hacia el cuerpo de la morena candente.
De pronto, un escalofrío le atraviesa la espalda de Cristina.
Un dolor muy punzante la hace arquearse hacia atrás.
El cuchillo de cocina se le ha encajado y ella da un gemido de dolor.
Al voltear, no ve nada, pero, piensa que, de alguna manera, quizá Jhon, la haya apuñalado.
Después de todo, es un desconocido.
Su razonamiento le hace dudar, ella esta tan cerca de la ventana que, es imposible que una persona le haya atacado desde ese lugar.
Cristina se siente muy confundida, solo puede pensar en una cosa, debe escapar.
No le interesa saber cómo paso, solo quiere salir de ahí.
Un pensamiento cruza por su mente.
Sus ojos denotan horror.