A las afueras de una pequeña y humilde aldea de montaña se encontraba una casita deteriorada construida de adobe con techo de paja. La pequeña casa parecía que podría caerse ante cualquier viento fuerte, ciertamente no resistiría la temporada de lluvias que se acercaba o alguna otra inclemencia del tiempo. La mayoría pensaría que nadie se atrevería a adentrarse y permanecer en ese lugar, sin embargo, si había alguien dispuesto a hacerlo, ese alguien era Zhou Zan, un joven de diecinueve años que el día anterior había sido abandonado allí.
El joven dentro de la casita estaba recostado sobre un tapete de paja tirado directamente en el suelo, su cabello largo y negro estaba enmarañado y sucio, su rostro y ropa de un estilo chino antiguo también estaban sucios, pero a pesar de eso la tela de su ropa estaba en buen estado, el color rojo de su hanfu era visible bajo la suciedad.
Si, el color de su ropa era rojo. El joven recostado en cama había estado apunto de casarse con un miembro de esa aldea, afortunadamente para él, esa persona había huido el día de la boda, debido a eso la familia de esa persona se había quedado con la dote del joven, alegando era su culpa y de su mala reputación la otra parte se negara a casarse y huyera. La otra parte era el hijo menor de esa desvergonzada familia, un chico de dieciocho años.
La razón por la que Zhou Zan, siendo un hombre iba a casarse con otro hombre se debía a que era un ger. Un ger era un hombre con la capacidad de embarazarse, reconocidos por un pequeño símbolo en el centro de su frente, ese símbolo podría considerarse un huadian natural, dicho símbolo era color rosa pálido, después de convertirse en un ger casado ese símbolo se volvería de color rojo.
A Zhou Zan lo habían amordazado y atado para enviarlo a un lugar lejano con el propósito de casarlo con una familia de campo, queriendo así arruinar su vida y deshacerse de él. Los responsables habían sido su madrastra y medio hermano ger. La madrastra había enviado sirvientes a buscar a una familia en otro condado para casar al joven, habían buscado una familia que esperaban lo tratara mal, al mismo tiempo le habían ordenado a los sirvientes difundieran una historia falsa sobre que el joven era un sirviente de una casa rica que había querido trepar a la cama de su maestro luego de confabular contra la señora de la casa.
La verdad era que el joven si había querido subirse a una cama, pero no a la del maestro de la casa, quien había sido su padre, sino a la del prometido de su medio hermano ger, quien siempre lo había odiado por haber sido preferido y mimado por su padre. El padre del joven había muerto hacia un mes, temiendo caer en desgracia al quedar al cuidado de su madrastra se arriesgo y fue descubierto intentando causar una ruptura en la pareja que estaba por casarse. Sus acciones solo habían hecho crecer el odio de su hermano, quien le había pedido a su madre se deshiciera de él. Debido a la existencia de una hermana mayor que vivía en la capital no habían podido tomar medidas más extremas.
Zhou Zan había sufrido una gran humillación cuando el prometido que no quería y despreciaba huyera, había sido echado por la familia de ese chico, sin embargo esa familia se había quedado con la dote. Superado por todo lo que había pasado se había lanzado al río para suicidarse, sorprendentemente había sido rescatado por alguien, la familia del prometido fugado lo había tomado pero solo para dejarlo en esa pequeña casa y olvidarse del joven.
La realidad era que si había tenido éxito en su intento de suicidio y se había ahogado.
Pero cuando el alma de ese Zhou Zan había salido, el alma de otro Zhou Zan había entrado.
Le había tomado un día y una noche comprender su situación, él, un joven de veinticinco años había muerto en el apocalipsis para luego abrir los ojos y descubrir había cambiado de cuerpo con alguien que compartía el mismo nombre, había viajado a una dinastía antigua y desconocida de un país parecido a la antigua china, perteneciente a otro mundo, los gers no habían existido en su mundo.
Ya había asimilado algunos de los recuerdos del dueño original del que ahora era su cuerpo, debido a eso entendía la situación en la que se encontraba. «Ahora soy un nuevo Zhou Zan», pensó, apretando en un puño su mano. Hacia mucho que había dejado de usar su nombre chino, desde la muerte de sus queridos padres en su adolescencia. Las personas a su alrededor lo habían llamado Susan en lugar de Zhou Zan debido a que había nacido y vivido en un país diferente al de sus padres.
Aunque era una situación difícil no era tan mala como había sido la situación en su propio mundo. La guerra en el país donde se encontraba había terminado hacia más de un año, la situación era difícil, pero no grave, y parecía no volvería a ocurrir otra guerra en un largo tiempo.
Zhou Zan estaba agradecido por haber conseguido una segunda oportunidad de vivir. Pensó en el dueño original de su cuerpo, «lamento lo que te ocurrió y lamento hayas terminado con tu vida, espero estés en algún lugar mejor, Zhou Zan», susurró mentalmente cerrando los ojos y uniendo sus palmas, «cuidaré tu cuerpo y atesorare esta vida». Comenzó a rezar por el alma del otro Zhou Zan.
Ser un ger era extraño, pero no algo imposible de asimilar, Zhou Zan era gay y siempre había añorado hijos y una familia, no estaba dispuesto a ser el quien diera luz, pero le alegraba saber podría casarse con otro hombre algún día con total libertad y tranquilidad. Nunca había podido cumplir su deseo de formar una familia, habría sido egoísta y peligroso dadas las condiciones en su mundo.
Se puso de pie, enseguida se mareo, estaba débil y hambriento, estados no desconocidos para él. Se acercó a la puerta, pensando en una forma de recuperar la que ahora era su dote.
Zhou Zan era del tipo de persona tranquilo, su carácter era gentil, no le gustaba ocasionar problemas, mucho menos involucrarse en ellos, su mayor deseo siempre había sido vivir una vida pacífica, ahora que tenía otra oportunidad, definitivamente no la desperdiciaría.
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