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Chapter 7 - Volumen 1: Capitulo 7

"¡No mires hacia atrás, Emma!."

"¡Corre!."

"¡Corre!."

En tanto decía esas palabra, Freya veía como esa cosa negra, que comió a su madre era inmensa y tenía varias patas.

Su cuerpo era como el de una araña gigante.

La araña tenía un gigante ojo en medio de la cara y en la parte del abdomen una boca con grandes dientes.

La bestia había dado vuelta el auto en el que estaba y con una de sus filosas piernas clavo su punta en el cuerpo de su padre.

El cuerpo ya muerto se lo llevó a la boca que tenía en abdomen y se lo comió por partes.

Primero mordió la parte superior del cuerpo y después la inferior.

Algunas partes del cuerpo cayeron al suelo.

La sangre caía desde su boca en chorros.

A los ojos de Freya, ver la forma en que trataba un cuerpo humano le causo odio, desprecio y por sobre todo miedo y asco.

No podía creer como esta bestia disfrutaba comerse el cuerpo de su padre hasta el punto de degustarlo por partes.

Con muchas lágrimas huyo del lugar en tanto se disculpaba con su padre por haber dejado que su cuerpo sea tragado por ese demonio

"Lo siento, padre."

"Voy a vivir para poder vengarte a ti y mamá."

De esta manera, Freya y su hermana menor se escaparon del auto y de aquella criatura indescriptible para sus ojos.

Corrieron sin parar luego de haber salido de la casa en llamas.

Se dirigieron hacia el sur, es decir, hacia donde se dirigían en un principio.

Las dos hermanas estaban tan asustadas que nunca se detuvieron a descansar.

Corrían por un callejón sin ver hacia los costados o atrás. Ignoraban por completos sus alrededores.

Ambas iban agarradas de la mano, pero Emma iba adelante.

Tras eso, la hermana mayor detuvo a la menor con un abrazo.

Emma estaba acelerada y no pensaba en nada.

Lo único que tenia en mente era correr y correr. Estaba completamente segada por lo que estaban viviendo.

Una vez la detuvo, la abrazo y se arrodillo en tanto le grito a su hermana menor.

"¡Detente!."

"¡Ya esta!."

"Corrimos lo suficiente para alejarnos de ese lugar."

"Ya esta todo bien."

Agarra el rostro de Emma y lo puso contra el suyo, que tenía sangre cayendo sobre su rostro.

"¡Mírame a los ojos!."

"¡Ya no tienes porque correr!."

"Ya estamos lejos de esa cosa y no tienes que seguir corriendo a menos que yo lo diga, ¿entendido?."

Emma se quedó durante cinco segundos pensando y a continuación se largó a llorar mientras abrazaba con fuerza a su hermana.

En tanto consolaba a su hermana, ella meditaba con seriedad sobre que decisión tomar con respecto a donde ir.

"No hay duda, tenemos que ir hacia el sur."

"Tenemos que salir de Noruega y entrar a Suecia, ya que, si vamos hacia el oeste será difícil debido a que si aparecieron por todas las playas va a ser imposible no encontrarse con esas bestias raras"

"Tengo que proteger a mi hermana sin importar lo que suceda, es mi única familia que me queda y voy a ser todo lo posible para verla salva de cualquier criatura de esas."

Seguido de que estuviera meditando con seriedad mientras su hermana lloraba en sus brazos, un fuerte ruido metálico se escucha en el cielo.

Era el mismo ruido que escucho en la playa o cuando estuvo con sus padres.

Era algo similar a un grito metálico.

Las dos se sintieron atraídas e intrigadas por el ruido que acababan de oír y observaron hacia el cielo.

Cuando miraron hacia arriba, vieron volar algo que se podía notar que era metálico a simple vista, pero lo raro es que eso que volaba no era un avión.

Después de todo los aviones no tienen alas.

Al principio esa criatura voladora iba lenta, pero tras unos segundos salió disparada a una gran velocidad hacia el sur, hacia donde ellas se dirigían.

"Esa cosa si que es aterradora."

"No se como salieron todas esas criaturas del agua, pero con solo verlos puedo decir que no son monstruos buenos…"

"Es más, con solo verlos comer humanos se nota que no son nada bueno."

"No obstante, lo más preocupante es que haya tantos."

"Cuando observe la playa esas cosas no dejaban de salir del mar. Si son tantos y de esos tamaños entonces nuestra ciudad no tiene salvación."

Freya no dejaba de meditar en sus dudas y preocupaciones.

Pensaba que debían irse rápido de donde estaban debido a que, si todas las demás bestias de la playa llegan a donde esta ella, entonces va a ser difícil que salgan vivos de la ciudad.

La hermana mayor fue sorprendida por Emma, cuando dijo con un tono un tanto inocente "Esas cosas en el cielo se parecen a murciélagos."

Al ver a su querida hermanita mucho más calmada que antes le sonríe con tranquilidad.

"Creo que tienes razón, Emma. Esas cosas si que se parecen a un murciélago gigantes y de chapas."

"Ya va siendo momento de que nos vayamos, así que pongámonos en marcha."

Las dos hermanas conocían a la perfección la ciudad debido a que siempre se la pasaban yendo hacia todos lados.

Cruzaron entre varias casas para no ser vistas por alguna criatura, pero cuando iban a cruzar una de las calles, vieron lo desolada que estaba y eso las preocupo.

No hubo ningún problema.

Es más, todo estaba muy tranquilo.

Por suerte todas esas cosas al parecer se encontraban mucho más atrás.

De esta manera lograron salir a las afueras de la ciudad.

Después de lo sucedido con su padre y madre no se encontraron con criaturas similares durante toda su caminata.

Una vez afuera, podían ver como la hilera de personas caminaban en dirección hacia el sur.

Algunos estaban quietos viendo entre llanto la ciudad.

Haber perdido su hogar y familiares era muy duro para todos.

La mayoría de los ancianos deseaba quedarse y morir en este lugar, pero lo cierto es que no era lo mejor, así que los incentivaban a irse.

Freya, al ver esa hilera de personas decidió unírseles junto a su hermana.

Mientras caminaban, la ciudad a lo lejos podía verse a la perfección.

También podían apreciar con mucha mejor visibilidad el cielo nublado y los pequeños rayón que salían desde lo más lejos del mar y caían sobre la ciudad provocando la destrucción de muchos lugares.

Además, desde donde estaban podían ver como esas criaturas horrendas poco a poco avanzaban por la ciudad como una holeada.

Por si no fuera poco, desde el mar seguían saliendo miles de esas cosas.

Sin embargo, lo que ocurrió a continuación hizo que todos miraran hacia atrás.

Una gigante cosa con forma de gusano había salido de algún lado y se paseaba por la ciudad y entre la holeada como si nada ocurriera.

Es bestia causo miedo en todos y por instinto decidieron correr todos hacia delante.

Ahora deseaban más que nadie huir de este lugar.

-CONTINUARA-