-Listo. Con esto debería bastar, intenta no moverlo tanto. ¿Aún te sigue doliendo?
Cuando Ryuji termino de atender el pie de Sara, colocándole encima una bolsa con hielo para disminuir la inflación. Miro a Sara esperando una respuesta.
Sara, con una sonrisa, le dijo.
-Ya no me duele tanto. ¿Quién iba a pensar que serías un buen salvavidas?
-No sé cómo debería tomarme esos halagos viniendo de una persona de tan mal juicio.
-Sabes, algunas personas solo debería guardar silencio cuando la persona que ayudaron les halaga.
-También existe la palabra "Gracias".
Mientras la conversación pasaba, ambos se miraron y sus expresiones se iban aliviando.
A pesar de tener un carácter directo y grosero, Ryuji la contrarrestaba de inmediato.
Eso, en vez de molestar a Sara, pensó que era divertido y tranquilizador.
Sara no pudo dejar escapar un suspiro mientras se acomodaba en la silla.
-En serio me llevé un susto. No sé cómo llegaron a pasar las cosas hasta ese punto con esos inútiles.
-Solo tuviste mala suerte. Normalmente, este lugar es más tranquilo y casi nunca pasa nada malo.
-Mala suerte, ¿eh…? Supongo que me lo merezco por como soy ¿verdad?
-Nadie debería de pasar por eso, sin importar de quien se trate… pero de cierta forma, supongo que el karma es una perra, ¿no?
-¡Oh, vamos! ¡Pudiste solo acabarlo en la primera frase!
-¡Jajajaja! ¡Perdona!
Sara se sintió bastante a gusto en ese momento, ya que Ryuji le hablaba con tanta naturalidad. La sonrisa que le mostraba era tan cálida, que se hizo cuestionar si era el mismo chico que ella conocía en la Academia.
¿Quién iba a creer? Que me sentiría tan cómoda estando con él…
Ryuji, manteniendo su sonrisa, le dice.
-Pero no te preocupes, esta zona es relativamente seguro, como habrás visto, la seguridad pública hace sus rondas periódicamente. Y también, si vienes cuando esté trabajando, te ayudaré si algo llegara a pasar.
-Acabas de sonar como todo un galán. Pero eres tú, así que no hay mucho que decir.
-Pudiste acabarlo en la primera frase, tonta.
Sara se burló de las reacciones cómicas que Ryuji hacía cuando era molestado. Tomándose sus palabras con sinceridad.
Sara le dice de forma casual.
-También fue increíble el cómo derrotaste a esos tipos.
-¿Eso? Esos buenos para nada no son gran cosa si los comparo con los del Club. Por cierto, ¿Qué estabas haciendo para que esos tipos te atacaran?
-En realidad no mucho. Estaba esperando a mis amigas cuando… ¡¡Ah, es cierto!!
-¡¿Q-Qué?! ¡¿Qué ocurre?!
Ryuji se sorprendió por la repentina reacción de Sara, muy confundido se quedó viendo el cómo sacaba su teléfono y empezó a teclear los botones, por el movimiento tan abrupto que hizo, su mochila cayó al suelo. Pero ignoro eso y se concentró en su teléfono.
Mientras Ryuji recogía su mochila, noto que las cosas en su contenido se salieron, unas hojas de papel y libretas estaban esparcidas.
-Con todo lo que paso, se me olvido que tenía que avisarles a Gabi y Lucy en donde estoy. Seguramente piensan que las deje plantadas…
Ryuji aún levantaba las cosas de Sara sin prestarle mucha atención a lo que decía.
Cuando ordenaba sus cosas en la mesa, no pudo evitar tener curiosidad en el contenido de una de las libretas, por lo que la abrió a cuesta de Sara.
La cara de Sara se puso pálida al ver esto. En un tono nervioso resopla con temor.
-¡E-Espera, Narukami! ¡No veas!
-...
Era demasiado tarde, Ryuji pasaba las hojas de la libreta ante los ojos Sara.
Ryuji tenía una expresión simple y serena. Como si lo que hacía no era nada malo.
-Esto es…
-Awww, cielos….
Las mejillas de Sara se tornaron cerezas mientras se sujetaba la cabeza con una mano. El contenido de esa libreta era un secreto, y ahora era visto por la última persona en la que pensaría mostrarlo.
Ryuji, con una expresión algo dudosa, le dice.
-¿Estos son dibujos…? No… ¿Bocetos?
La libreta estaba repleta de bocetos y figuras de ropa de distintos estilos y formas. Cada hoja que pasaba, estaba llena de ellas. Incluso había recortes de revistas pegadas como material de referencia.
Ryuji no tenía palabras para describir lo que veía. Había demasiadas cosas de las cuales podría hablar, pero no sabría por cuál empezar.
Sara, como si quisiera recuperar la compostura, menciona un tono desvariado.
-Eso… eso es solo un pasatiempo que tengo, sí, eso es. Me gusta dibujar esas cosas para pasar el rato y perder el tiempo… solamente es una tontería.
-... No entiendo.
-…
Los ojos de Sara temblaron al escuchar esas palabras de Ryuji.
Entrecerrando sus ojos y con una sonrisa tallándose en su cara con una expresión un poco apagada. Apretando ambos puños le dice.
-¿Verdad…? Es algo sin sentido.
Con su mirada en los suelos, Sara intentaba recuperarse, pero la sonrisa que tenía parecía desvanecerse por cada segundo que pasaba.
Quería decir algo, lo que sea. Pero no podía.
Ya que pensaba que era algo estúpido de que discutir.
Fue entonces cuando Ryuji sin siquiera despegar su vista de la libreta le dice.
-No entiendo por qué si eres tan dedicada en esto, siempre parece que no te importa nada más.
-…. ¿Qué?
-Digo que en serio parece gustarte estas cosas. ¿Qué es esto? ¿Diseño de ropa?, hay muchas cosas aquí, por lo que eso es lo me hace pensar.
-...
Sara abrió la boca.
Ella quería decir algo, pero al final, ¿Qué podría responder?, no sabía por qué, pero sintió que podría llorar ahora.
En las palabras de Ryuji no había mentiras, podía saberlo. Sin embargo, aun teniendo una expresión incrédula, Sara le pregunta.
-¿En serio piensas eso?
-Como no hacerlo, esta compleeeeeetamente lleno de dibujos bien detallados a mano, incluso tienen las fechas en las que las hiciste, mira, la más reciente fue hace 2 días.
Ryuji le paso la libreta con la página en donde estaba la ilustración del dibujo parecido a un maniquí.
Sara se quedó observando la página sin moverse ni un centímetro. Aunque era algo que ya había visto. Ella no despegaba su vista.
Apretando sus labios le dice.
-¿Y qué te parecieron…?
Ryuji se mantuvo reflexionando unos momentos antes de responder. Pero luego de pensarlo un poco decide hablar.
-La verdad no estoy seguro de que si mi opinión sea de valor. No tengo mucho conocimiento en esas cosas, así que no sé si son buenos o malos. Pero a mi parecer, creo que es un trabajo hermoso.
Viendo esto, las palabras y expresión de Ryuji.
-¡Hahahaha!
Sus ojos parpadeaban con lágrimas con una sonrisa cálida que aparecía en el delicado y suave rostro de Sara. Dando una carcajada que llenaba todo el lugar.
-Ya veo, así que eso piensas. Gracias.
-Seguro, aunque no sé por qué me agradeces.
-A veces solo basta con decir gracias, ¿no?
Luego de decir esas palabras. Una de las puertas se abrió con fuerza y saliendo de ella una hermosa mujer de cabello castaño y ojos anaranjados.
La mujer caminó mientras ataba su cabello con una liga, observando el lugar que a esta hora debería de estar vacío.
Encontró a Ryuji y a Sara hablando plácidamente. Con una actitud calmada y casual se les acerca.
-¿Qué es esto? ¿Tenemos un cliente?
-¡Ah, Colette! Ven, quiero presentarte.
-¿Uh?
Justo en ese momento, Ryuji llamo a Colette que pasaba por el lugar.
Sara observó a la mujer y quedo algo impactada al verla. No sabía si era por su expresión o el aire que trasmitía, que hizo que se sintiera un poco nerviosa.
Vestía los mismos atuendos de trabajo de Ryuji Y Tom, pero en ella la hacía resaltar su voluptuosa figura, además de su semblante tan definido y cuidado, haciéndola una gran belleza.
Ryuji dijo con entusiasmo.
-Ella es Sara Araroza. Pasaron algunas cosas y se está quedando aquí hasta que su pie se recupere.
Colette, al escuchar esto, arrugo ligeramente sus cejas y miro detenidamente a Sara.
-Sara Araroza… ¿Así que es la chica que has mencionado?
Con un tono frío, Colette murmura eso haciendo que todo el ambiente se tensara.
Sara dio suspiro en su corazón y con una cara un poco pálida dijo.
-S-Soy Araroza, una compañera de Narukami. Es un gusto conocerla.
-Sí. El placer es mío, niña.
Sara se sentía muy presionada en ese momento. Tanto sus palabras y rostro reflejaban una gran intensidad.
Incluso pensó que era apropósito y que estaba haciéndose una idea errónea. Pero al ver a Ryuji solo pudo ver una cara tonta de duda, como si no se diera cuenta de lo que estaba pasando.
Sara deseó con todas sus fuerzas que Colette dejara de mirarla.
Fue entonces cuando Colette, con una sonrisa en su rostro, miro a Ryuji que se encontraba a su lado.
-Ryuji, ¿podrías llevar unas cajas que están en el almacén y llevarlas al 2º piso? Son pesadas, así que ten cuidado.
Al escuchar eso, el cuerpo de Sara se sacudió. Por nada en este mundo quería quedar a solas con esa mujer.
Intento trasmitirle un mensaje a Ryuji con sus ojos para que no la dejara. Pero él solo respondió…
-De acuerdo, déjamelo a mí. Ahora vuelvo.
¡Noooooooo!
Sara gritó desde su corazón, mientras que ella y Colette despedían a Ryuji con una sonrisa nerviosa en su cara.
Luego de que Ryuji salió de la escena.
Colette se giró lentamente hacia la persona que estaba sentada, intentando no hacer contacto visual.
Colette hablo con simpleza.
-Oye.
-¡¿Si?!
-¿Quieres beber algo?
Sara miró a Colette y sus ojos estaban fríos y calmados. Siendo tomada por sorpresa con esa pregunta, dudo en responder.
A lo que Colette menciona con una ligera sonrisa.
-Tenemos un buen Té helado. ¿Te gustaría?
-A-Ah, seguro, porque no…
Justo cuando Sara dijo eso. Colette giro su cuello y grita a sus espaldas.
-¡Oye, Tom! ¡Un Té helado!
-¡Enseguida!
-...
Sara, al ver esto, ya no sabía cómo reaccionar. ¿Acaba de gritar la orden?
¡Esta mujer es aterradora!
Ella quería salir corriendo de ese lugar. Pero intentando mantener la calma le habla un poco insegura.
-Este… ¿Cuánto seria por eso?
-Oh, ¿eso?, en realidad no mucho.
-¿Eh?
Sara no sabía el porqué. Pero tenía un mal presentimiento.
Al momento en el que Colette borro su sonrisa. El corazón de Sara tembló cuando vio su expresión que era como el hielo eterno.
Un escalofrío destelló dentro de sus ojos. Cruzando sus brazos le dice.
-Solo quiero hablar contigo sobre unas cosas.