De esa manera, terminaron las clases.
Cuando todos dejaron el salón, recogí mis cosas y me preparaba para limpiar. Y no siendo una sorpresa, Araroza estaba ahí con una escoba en sus manos.
-Si te quedaste…
Le hablé a Araroza quien comenzó a barrer el polvo y pelotas de papel del suelo. Ante la inesperada voz, se gira para verme.
-Dije que lo haría no. Este también es mi deber como vicepresidente.
-¿Así que ahora quieres hacer tus trabajos?
-¡N-No tienes por qué verme así! ¡Lo sé, si! ¡Entiendo que ya no me tengas confianza y sé que estuve mal! Así que…
Viendo como estaban llegando las cosas, no espere para interrumpirla.
-Es suficiente, Araroza. No tienes por qué seguir culpándote por eso, ya te dije que ya no importaba. Entiendo lo que tratas de hacer ahora, y lo aprecio en verdad. Además, yo también debería disculparme… por lo que te dije, perdí el control y termine haciendo más daño.
-Eso… no, entiendo perfectamente el por qué lo dijiste. Sé que puedo ser un dolor de cabeza, así que creo que tuve mi merecido esta vez.
Esta chica, en serio, es dura consigo misma… parece que esto la afecto de verdad.
Acomodando las mesas y sillas del aula, ambos quedamos en silencio limpiando todo. A veces recibía pequeñas miradas de parte de ella, parece que aún quiere decir algo.
-Ah… Narukami…
-¿Si…?
-Si no estás ocupado… ¿Te gustaría-?
Cuando Araroza estaba a punto de decir algo. La profesora Davis apareció abruptamente en el salón.
-Oh, ¿aún siguen aquí?
-...
Las palabras de Araroza se pararon en seco dejándola con una cara ruborizada.
-¿Interrumpí algo?
-¡N-No, no lo hizo! ¡Ya terminé aquí, Narukami, llevaré esto y sería todo, ¿no?! ¡Hasta mañana!
-C-Claro…
¿¡Que acaba de pasar!?
La profesora Davis y yo quedamos algo sorprendidos y confusos al ver a Araroza moverse tan rápido así de la nada. Parecía que iba a decir algo importante, pero se fue.
-Araroza y tú, ¿ahora se llevan bien? Me preocupaba verte siempre limpiando solo estos días.
-No sé si nos llevamos bien… pero creo que ahora está funcionado.
-Bueno, me alegro de que te esté yendo bien con tus compañeros de clase, ¿no lo crees?
Con una tenue voz, la profesora Davis me dedica una sonrisa. Pienso que es la primera vez en mucho tiempo que la veo.
Y con lo que dijo, talvez no sea de la mejor forma, pero creo que si es cierto lo que dice.
No pude evitar sentirme un poco feliz.
-Sí, eso creo.
<- - - - - - - - - ->
Luego de terminar los deberes, Ryuji por primera vez había llegado a tiempo a las actividades de del Club, evitando el castigo por llegar tarde.
El pensamiento de que llegaba tarde era muy popular.
Todos llegaban a pensar que Ryuji lo hacía apropósito por razones desconocidas, incluso llegaban a hacer especulaciones y apuestas.
Pero en ese día todo quedo en el aire. El entrenador aparentaba estar calmado, pero sintió un ligero alivio de que no tendría que castigarlo de nuevo.
Con todo eso, las actividades de ese día cambiaron a hacer personales. Cada uno de los estudiantes ya había aprendido los principios fundamentales en los que tenían que trabajar, dándoles la libertad de entrenar lo que ellos prefieran.
Haciendo ejercicios individuales o con ayuda de un compañero. Ya sea entrenamientos de combates o meditación. Todos ya tenían una idea de que querer hacer.
En cuanto a Ryuji, se encontraba parado de brazos cruzados en medio del gimnasio.
Estaba usando la venda en sus ojos y se mantenía quieto en ese lugar sin moverse. A pesar de que no hacía nada, llamaba mucho la atención de algunos estudiantes haciéndose preguntas de qué estaba haciendo.
Pero en realidad, simplemente se había quedado pensando en que hacer ahora que estaba ahí.
Se le había dicho que entrenara con la venda, pero no tenía exactamente una idea de que hacer ahora que los usaba.
¿Debería ejercitarse mientras los usa? ¿Correr? ¿Practicar técnicas? ¿No hacer nada?
Mientras que esas preguntas se acumulaban en su mente. De pronto, un pedazo de basura cayó en la cabeza de Ryuji.
-¿Uh…?
-Jejeje…
Extrañado por eso, Ryuji giro su cabeza intentando comprender lo que paso. Alguien le había arrojado algo y obviamente no sabe de dónde vino ni quien lo lanzo. Pero si escucho una ligera risa burlona a su alrededor.
Un grupo de chicos sin supervisión al ver a Ryuji quieto y ciego.
Quisieron molestarlo, arrojándole cosas, y al estar vendado pensaron que sería divertido ver su reacción.
Ryuji con firmeza y determinación exclamo.
-¡Oigan! ¡El que arrojo eso ¿Quién fue?!
Al oír las palabras de Ryuji, los estudiantes cercanos quedaron algo aturdidos, pero las sonrisas burlonas continuaron.
-¿¡Hah!? ¡¿De qué estás hablando?! ¡Aquí nadie lanzo nada, ¿o es que no ves bien?!
-¡HAHAHAHA!
Con risas llenando el ambiente, cada uno ya ni se tomaba en serio lo que decía Ryuji.
Pero como si todo fuera irrelevante, negando con su cabeza inmediatamente.
-¡Otra vez!
-¿… Qué?
Las voces fueron opacadas por el silencio y caras confusas. Pero Ryuji siguió hablando.
-¡El que sea que haya lanzado eso que lo haga otra vez! ¡Vamos!
Todo se volvió muy extraño. Cada uno empezaron a verse las caras entre sí, intentando comprender lo que habían oído, "¿quieren que le arrojen cosas?" "¿En qué está pensando?"
Fue entonces que uno de los que se encontraba ahí, y la misma persona que había arrojado la basura en primer lugar, hablo.
Un joven de cabello marrón se acerca a Ryuji que se encontraba en modo de alerta.
-Oye, Singular, ¿te escuché bien? ¿Quieres que te lancemos cosas, eso es correcto?
-Ah, sí, me harían un favor si lo hacen, por favor no se limiten y háganlo.
-...
Con una sonrisa, Ryuji dio su permiso para que fuera un tiro al blanco contra ellos.
Al ver la expresión que colocaba, no estaba mintiendo, sonaba muy en serio. Sintiéndose algo dudoso, Ryuji añadió algo más, extendiendo su brazo apuntando con su dedo en el aire.
-¡Vamos, no tengo todo el día! ¡La persona que lanzo eso en primer lugar, si, tú, como te llames! ¡Si tienes tanto tiempo de sobra para desperdiciarlo de esa forma, no te será mucha molestia seguir haciéndolo, ¿verdad?!
-¡Mi nombre es Jimy Marz, y estás apuntando al lado equivocado, idiota!
-Ah.
Jimy estaba irritado. Desde el primer día había tenido un rechazo sobre de que un Singular como Ryuji estuviera ahí, como si todo fuera un juego para él.
Normalmente, rechazaría cualquier cosa que tenga que ver con Ryuji, pero esta vez tuvo una idea que lo hizo mostrar una oscura sonrisa.
De forma relajada, le habla a Ryuji.
-Muy bien, lo haremos.
-¡¿En serio?!
-¡Sin embargo! ¡No te lanzaremos basura, vamos a usar algo más útil que eso!
-¿Qué cosa?
Con la expresión confusa de Ryuji. Jimy le hace una señal a uno de los chicos para que trajera unas cosas del almacén.
Al cabo de unos minutos, había unas canastas llenas hasta el borde de esferas de color negro.
Ryuji se quitó la venda un momento para ver lo que habían traído.
-¿Qué son estos?
-Solo son pelotas de gomas, serán mucho más fáciles de lanzar que simple basura, incluso rebotan ¿ves?
-Ooh, ya veo.
Ryuji quedo algo sorprendido al saber que había cosas como estás en ese lugar. Tanto que empezó a emocionarse y jugar como un niño.
Pero la sonrisa que tenía tallada Jimy se volvía más sombría, diciendo lo siguiente.
-Vamos a lanzarte esto como tú quieres, pero, vamos a usar Spread al mismo tiempo.
-¿Spread…?
-Sí, estás haciendo un entrenamiento, ¿no?, así que sería injusto si nosotros no entrenamos también, ¿no crees? Esto también nos ayudará a entrenar nuestra Aura.
Usar algo como Spread en esto y lanzárselo a alguien más no era algo de lo cual reírse.
Una pelota de goma como esas siendo lanzada con fuerza no causaría ninguna daño serio. Pero si fueran recubiertas con Aura, sería similar a arrojar pelotas hechas de plomo. Si alguien recibiera una de esas le causaría moretones y hasta le rompería los huesos.
Jimy solo quería ver temblar de miedo a Ryuji. Solo un demente aceptaría tal cosa, si ibas a ser un Ripper esto no debería asustarte.
Idolatrándose en sus pensamientos, esperaba la respuesta de Ryuji, a lo que este responde.
-Muy bien, hagámoslo.
-¡¿Hah?!
¡¿En serio lo hará?! Todos decían eso. Con una expresión relajada, casi inocente, Ryuji volvió a caminar a su sitio sin pestañear.
¡Que coraje tiene este chico! Empezando a emocionarse, ninguno hasta ese punto iban a dar marcha atrás, ese chico los estaba retando. ¿Cómo iban a dejar que se fuera así sin más?
¡Veremos cuanto podrás aguantar!
Cada uno de los estudiantes, 8 en total, se posicionaron alrededor de Ryuji alejados varios metros de él.
Apretando su venda, Ryuji planto sus pies y se preparó a cualquier cosa que venga. Estaba excitado, ahora que sabía que algo podía llegar, solo le quedaba concentrarse y descubrir lo que puede llegar hacer este entrenamiento.
-¡Estoy listo cuando quieran!
Con esas palabras, el Aura de los chicos se concentró en las pelotas de gomas, y manteniéndolo de esa forma.
-¡Que conste que así lo quisiste!
La pelota fue arrojada a gran velocidad, provocando ondas de sonido en el aire.
-¡…! ¡Ugh!
La pelota se estrelló en el hombro izquierdo de Ryuji haciendo un sonido contundente en su cuerpo. El dolor que sintió fue instantáneo, haciéndolo chillar de dolor. Ni siquiera hizo señales de esquivarlo.
Los chicos pensaban que era un juego sobre la venda, pero al ver esto no tenían duda de que en verdad no podía ver.
-¡Aquí va otro!
El siguiente fue arrojado, y la pelota roso su antebrazo derecho. No fue un golpe directo, pero el simple roce con su piel lo hacía temblar. Tampoco lo vio venir.
-¡Siguiente!
-¡…!
La pelota rebotó del suelo haciendo un sonido seco, Ryuji lo escucho desde atrás, giro su cuerpo, pero la pelota conecto en la parte baja de su espalda, chocando con su oblicuo mayor.
-¡Agh!
Apenas llevaban 3, y aún quedaban como 50 pelotas. Jimy al ver el cómo Ryuji estaba sufriendo sintió como si lo que tenía su estómago quería salirse.
-¡Oye! ¡¿Ya has tenido suficiente?!
Al decir eso, los demás chicos parecían tener la misma opinión, ninguno quería ser parte de un fusilamiento asistido. Esto ya no se trataba de un juego.
Pero con una sonrisa penosa marcada en su rostro, Ryuji expuso una expresión firme.
-¿¡Por qué se detuvieron!? ¿¡Estamos entrenando, no!? ¡Aún no he dicho que sea suficiente!
¡Este tipo!, Con esas palabras que parecían una provocación, lo chicos se prepararon otra vez, esta vez no se detendrían.
Solo un poco más… creo que estoy entendiendo algo.
Ryuji comenzaba a tener una idea, pero aún le faltaba.
La siguiente ronda llegó.
Golpeando su muslo derecho, su estómago, brazo izquierdo, cadera, rodilla izquierda, abdomen, pecho derecho, muñeca derecha, rodilla izquierda…
Cada golpe era doloroso y al azar, así continuo por unos minutos y ya se habían arrojado 42 pelotas.
Los chicos tenían respiraciones pesadas y caras bañadas en sudor, el uso excesivo de Aura les comenzó a afectar.
En cuanto a Ryuji, ya parecía un despojo humano al verlo, pero más sorpréndete era el saber de cómo es que aún se mantenía de pie.
Sus piernas temblaban, pero parecía que podía seguir. Sin haber esquivado ninguna de las pelotas, esto hacía parecer un linchamiento.
-Haaah… Haaah… ¡Tch!
Estando agotado, Jimy se mordió los labios. Todavía no quería aceptar la derrota.
¿Cómo iba a caer antes que un Singular? Concentrando toda el Aura que aún le quedaba, deliberadamente apunto al lugar que no había tirado.
-¡Ya cae de una vez!
La pelota voló directamente hacia la cabeza de Ryuji.
La onda sonora nuevamente se escuchó a unos pocos metros.
-...
-¿Uh…?
Jimy pudo ver el cómo Ryuji movió su cabeza unos centímetros como si tratara de esquivarlo. Pero…
*PAM*
Estrellándose con su cabeza, la pelota salió volando al igual que Ryuji.
-¡O-Oye!
Al darse cuenta de lo que acaba de hacer, Jimy llama a Ryuji que se encontraba inmóvil en el suelo.
Lamentándose por lo que hizo, empezó a caminar hacia él para ver si estaba bien.
El peor de los casos, hasta podría ni siquiera despertar. Pero todo eso se desvaneció al ver como nuevamente se movía con lentitud y trataba de levantarse.
El color en la cara de Jimy empezaba a cambiarse a una pálida.
No solo por ver el estado en el que se encontraba Ryuji. La sangre empezaba a gotear de su cabeza y la venda de sus ojos se caía a un lado, dejando ver uno de sus ojos.
Pero lo que hizo que lo hiciera sentir es escalofríos fue…
¿Esta… sonriendo?
Sus ojos no lo engañaban, una ligera sonrisa apareció en la cara de Ryuji.
Y la razón era, porque había conseguido entender lo que trataba el entrenamiento.
Una pista que lo haría más fuerte, y que también lo ayudo a evitar recibir un golpe letal como hace poco.
Por lo que aún tenía que seguir… aún no podía detenerse…
-Sigamos… aún no he dicho basta.
Esas oraciones cayeron fuertemente en los oídos de Jimy y de los demás. Por lo que después de tragar la saliva acumulada en sus gargantas.
-Es suficiente, me voy.
-¿Uh?
-Ya he usado mucha Aura, me dará dolor de cabeza después.
Todos tenían el mismo sentimiento que el de Jimy, y empezaron a irse por su lado. Ryuji se sintió un poco decepcionado, eso no lo pudo evitar. Pero también se sintió agradecido.
-¡Muchas gracias, chicos!
-...
Con un rostro ensangrentado y un cuerpo hecho un desastre, Ryuji les dio las gracias con todo el ánimo que podía demostrar.
"Qué tipo tan extraño" fue lo que paso por las mentes de todos.