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Chapter 63 - Reunión y conflicto - Parte 5

En ese mismo día, finalizando las clases y las actividades del Club.

Estaba dirigiéndome a la entrada de la Academia para regresar a casa.

-… Fiu, hoy tampoco logre atrapar ninguna… incluso sabiendo la teoría, la práctica es otra cosa.

Intente convencer a Marz y a los demás que me ayudaran a entrenar como aquella vez, pero solo me ignoraron.

Y pensaba que podríamos colaborar entre todos. Pero bueno, con darme esa pista es más que suficiente. De cierta forma, lo que dijo mi abuelo era cierto.

Tener otra perspectiva te ayuda a mejorar, ¿no?

-¿Hmmm?

Llegando a la entrada. Estaba Araroza sola esperando con su mochila.

-Te tomaste tu tiempo. Te estuve esperando un rato.

Araroza dijo eso y comenzó a caminar hacia mí. Podía ver su silueta con más claridad, tenía una expresión seria y relajada.

-¿Estás sola? ¿Dónde están tus amigas?

-Ya se fueron, así que no debes de preocuparte de crear malentendidos.

-… No estaba pensando eso exactamente, pero me alegro de que lo dijeras. Y bien, ¿Por qué me esperaste?

Estaba un poco aliviado de que esa chica (Lucy) no estuviera presente. Nuestras miradas se encontraron y con una suave y tenue voz me dice.

-Necesito tu ayuda.

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Momentos después…

-… Oye, ¿Qué se supone que significa esto exactamente?

Estábamos en una cafetería de la ciudad, ella solo me pido ayuda y dijo: "Sígueme", y estamos aquí.

Estaban nuestros libros y cuaderno de notas en la mesa, y parece que acaba de pedir una malteada.

-Necesito que me ayudes en mi tarea. He estado atrasada en unas cosas y tengo a la profesora encima de mí, quería pedírtelo hace unos días, pero cuando apareció de repente aquella vez tuve que huir. Así que hazme este favor, ¿sí?

-...

La relación que tenemos ella y yo es muy incierta. Mostrando una expresión linda y tierna mientras me pedía favores como una idiota.

No me dejaba de sorprender, no tengo palabras.

-¿Qué gano yo a cambio?

Sin pensarlo demasiado, le pregunté con determinación.

-Qué tal si te invito una malteada de aquí.

-Eso suena bien, pero esto parece demasiado para solo obtener eso.

-Oh… ya veo, chico travieso~, ¿Qué más quieres a cambio?

-¿Quiero un favor?

-¿Un favor…?

-Si alguna vez necesite algo de ti te lo pediré, y sin importar lo que pida lo cumplirás, ¿tenemos un trato?

No estaba jugando. Si ella cree que puede hacer lo que quiera siempre, entonces me divertiré un poco. Poniendo una cara de ligero asombro, parecía que en verdad se lo estaba pensando.

Pero entonces una sonrisa coqueta se marcó en su rostro y me miro con intriga.

-Que alguien como tú me pida algo así me hace pensar si hacerlo o no.

-Puedes negaste si quieres, pero harás tu tarea sola.

-Hmmm, ok. Me arriesgaré. Tenemos un trato.

-Perfecto, mantén tu promesa.

Con un apretón de manos sellamos el trato.

Luego de eso empecé a hacer los trabajos, mientras que ella se sentó con una libreta en silencio.

Estaba concentrado en terminar todo, así que no le preste mucha atención.

Todo estaba tan tranquilo.

-Hey, Narukami…

-¿Hm?

-¿Por qué me perdonaste tan fácil?

Sin despegar su mirada de su libreta me da esa pregunta. Fue algo repentino. Sin embargo, eso no evito que siguiera moviendo mi lápiz.

-¿Por qué preguntas eso?

-Porque aún no te entiendo. Y quiero saber por qué… te trate como un tonto e hice que pasaras cosas difíciles. Si alguien me hiciera lo mismo no la trataría igual como tú lo haces conmigo. Así que, es eso…

Me he dado cuenta de que Araroza es extrañamente muy habladora. Incluso en esta situación parece siempre buscar respuestas.

Estaba empezando a entender más a esta chica.

-Mentiste, Araroza. Ni nada más ni nada menos, cometiste un error y te sientes culpable por eso. Ya te disculpaste conmigo, ¿Qué no es suficiente?

-¿En serio, solo por eso?

-Araroza, entiendo muy bien lo que sientes, lo digo de verdad. Las personas al pasar momentos difíciles llegan a refugiarse en sí mismo para evitar ser lastimados otra vez. No puedes evitar mentir si te han mentido también. No puedes confiar en alguien al principio si una vez fuiste traicionado. Cuando eres lastimado y herido por primera vez… dejas de ser tú.

-...

-Te perdono, Araroza. No porque sea fácil, sino porque sé lo difícil que es cargar con una culpa y arrepentirte por ello. Ya te disculpaste, y al menos para mí. Es suficiente.

-… Ya veo.

Un ligero brillo se vio en sus ojos, y rápidamente cayó su mirada de nuevo a la mesa, mientras que una sonrisa sobresalía de sus labios. Creo que con eso es suficiente para que pueda continuar.

Yo haré lo mismo.

-Estoy sorprendida. Nunca pensé que fueras una persona que habla tanto. Te pareces a mi padre.

-¿Tu padre?

Es la primera vez que Araroza habla acerca de eso, aunque nunca se lo pregunte.

-Mi padre trabaja en un conglomerado, y mi madre, aunque no lo creas, es la directora de la Academia.

-… De hecho, creo haberlo escuchado alguna vez.

Los chicos en el Club son muy parlanchines, pero nunca me llamo la atención esas cosas. Supongo que por eso me rechazan por no tener interés en hablar de eso…

-Ambos están muy ocupados, así que casi siempre estoy sola en casa. No es que me queje tanto… pero a veces se siente muy solitario.

-... Entiendo.

-El cómo visto y la forma que es mi actitud era para llamar la atención. Pero a cambio de eso solo recibí regaños. Mi madre se preocupa por mis calificaciones. Hago mi mayor esfuerzo, pero me resulta agobiante, creo quiere que sea como ella… pero no estoy realmente interesada en verdad.

-Tú como la directora, no puedo ni imaginármelo.

-Jajaja, ¿verdad?

Si esta chica llegara a tener un puesto así, no sé qué le depararía a este país. Pero me alegro que también sea consciente de eso.

-Sabes, yo… No te rías, o te golpearé.

-¿Huh?

-¡En serio te golpearé si te ríes!

-No lo haré.

-Yo… quiero ser diseñador de moda…

-Ah, eso ya era obvio, ¿no?

Cuando vi su libreta pude darme una idea de que le gusta componer ropa. Así que mi reacción no fue tan asombrosa.

-Tú… se suponía que era un secreto. Cuando le mencione eso a mi madre tuvimos una discusión. Mi padre se mantuvo neutral, pero mis ánimos hasta ese punto eran cero. Así que nunca se lo dije a nadie. Ni siquiera Gabi y Lucy lo saben.

-Creo que serías genial. Aunque solo le eche un vistazo, quede impresionado al ver el esfuerzo que le pones.

-Bueno, eso es porque desde pequeña, siempre me han gustado las cosas lindas. Pero no solo con la ropa, también con las personas y animales, cualquier cosa que yo considere "lindo" tiene mi admiración total.

-Oh, es así. ¿Y qué hay de mí?

-Tú no eres para nada lindo, Narukami.

-¿Eh?

Deje de escribir al escuchar eso, intente replicar, pero no pude decir nada.

-El primer día cuando llegaste. No solo fuiste muy grosero conmigo, parecías alguien muy retorcido y malévolo cuando hiciste que me eligieran como vicepresidente. Esa fue una de las razones por las que al principio me disgustabas. Eso para mí no tiene nada de lindo.

-Si sabes que eso pasó por tu culpa en primer lugar, ¿verdad?

Cuando me encontraba incrédulo por las estupideces que decía, una pequeña risa proveniente de ella se escuchó. No pude evitar quedarme mirándola unos momentos.

-Pero sabes una cosa… yo, no sabía quién eras. Cuando solo observas el exterior de las personas, te encuentras con alguien con varias capas que solo muestran debilidades, inseguridades, errores… te encuentras con defectos, y te ciega a ver más allá de eso. Pero si te concentras e intentas ver a través de esas capas. Todas esas cosas que en alguna vez te llegaban a desagradar y rechazarlo… No puedes evitar también encontrar hermosura en ellos.

-¡…!

Araroza me muestra lo que había estado haciendo en su libreta.

Era un dibujo de mí, más específicamente un boceto de mi rostro. Estaba sorprendido, estaba muy bien hecho, hasta creo que parezco más atractivo.

Me hizo muy feliz, y ella también me sonreía.

-Comencemos desde cero, ¿Si?

-Claro, Araroza.

-Solo llámame, Sara. Ryuji.

Sara Araroza, la conocí el primer día de clases, fuimos asignados en la misma clase, y somos también los encargados de la misma. Me hice amigo de Collins y talvez de Gabi. Lucy Yers aún mantiene un rencor contra mí, aunque no tan agresivo. Fui engañado por Sara, y las cosas se complicaron. Pero la situación fue mejorando, y ahora puedo decir que podemos ser considerados amigos.

-¿Puedo quedarme con eso?

-Depende, ¿Cómo va la tarea?

-Te aseguro una nota alta.

-Entonces es todo tuyo.

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Ryuji y Sara caminaban en la ciudad.

Habiendo terminado los deberes se acompañaron en el camino hasta separarse en la estación.

Sara, mirando a Ryuji, sonrió casualmente, y dijo.

-Gracias por ayudarme, espero que nos llevemos bien de desde ahora.

-Sí, lo mismo digo.

La expresión de ambos parecía muy feliz. Sara, al darse cuenta de que ya iban a separarse, entrecerrando sus ojos y con una traviesa sonrisa. Abrazo el brazo de Ryuji haciendo que sus pechos se presionaran contra el apropósito.

-¡Bien, nos vemos mañana!

-...

Sara alzó su mirada con anticipación para ver la reacción de Ryuji ante lo que acaba de hacer.

Pero lo que encontró fue una simple cara como la que siempre tenía. Eso la desconcertó demasiado.

Ryuji, sin mucho esfuerzo, la aparto y se alejó un poco, con la misma expresión calmada, le dice apuntando con su dedo al camino contrario.

-Yo me iré por aquí.

-… Claro…

Sara aún se sentía confundida por esa actitud. Pero a punto de irse, Ryuji, calmado, agrega lo siguiente.

-Sara, tengo muchas cosas de las cuales pensar, también tengo muchas responsabilidades y metas que quiero hacer. Pero ahora que somos amigos, solo te quiero pedir que no hagas cosas innecesarias, por favor. Hasta mañana.

-...

Sara no respondió nada, se quedó pensando un largo rato mientras que Ryuji se alejaba. Sentía que aún no comprendía aún del todo a Ryuji.

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A pocos minutos de haberse separado de Sara.

Ryuji se encontraba caminando hasta que se detuvo en una esquina mientras que sujetaba su brazo. El mismo brazo en el que Sara lo había sujetado.

-No puedo…

Sus pensamientos se amontonaban mientras apretaba su brazo con fuerza. Como si intentara suprimir un sentimiento.

-Tengo que centrarme… no puedo distraerme de otra cosa… esto no debe de distraerme sin importar que… no ahora… tengo que… tengo que....

Ryuji recordaba las cosas que aún se hallaban en su pasado. Su visión se volvía más oscura a cada sentimiento que no sea el de su objetivo.

Eso es lo que Ryuji había entendido, y que aún seguirá manteniendo.