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Chapter 56 - Un mal día - Parte 3

Ryuji frunció el ceño por un breve momento y miro a las personas que se les acercaban.

Había tres personas frente a él. Eran cuatro en total, pero uno de ellos intento atacarlo, y Ryuji no tubo de otra que defenderse pateándolo.

Los sujetos parecían ser un poco mayores que Ryuji por su altura.

Pero uno de ellos que tenía la nariz goteando sangre lanzo su mirada a Ryuji.

-¡¿Quién diablos eres?! ¡No deberías meterte en lo que no te incube si aún quieres vivir!

Los ojos de Ryuji se estrecharon.

-Desgraciadamente, si tengo que intervenir. Ustedes están poniendo incómodos a las personas de aquí, solo presten atención a su alrededor.

Hablando con frialdad, Ryuji apuntó con su mano hacia las tiendas del área donde se encontraban personas con miradas inquietas.

Los jóvenes miraron esto y se sintieron avergonzados, pero aun furiosos fulminaron a Ryuji con su mirada.

El joven se acercaba a Ryuji mientras resoplaba de ira.

-¡¿Crees que eso me importa?! ¡Si vas a meterte en mi camino, te reto a hacerlo!

En este momento, el joven junto a los dos que lo acompañaban se precipitaron a atacar a Ryuji ignorando la vista de las personas.

Sin importarles todo lo demás, querían desahogar la frustración que tenían. No importaba de quien se tratase.

El joven salto hacia Ryuji revelando una despiadada sonrisa en la esquina de su boca cuando ataco.

-¡Muérete!

Un puñetazo derecho que iba dirigido al rostro de Ryuji fue esquivado al dar un paso hacia atrás haciendo que golpeara a la nada.

El chico se frustró por esto, y más aún al ver el rostro sin miedo de Ryuji.

Ryuji de forma casual arroja la escoba que tenía en sus manos hacia el chico.

-¡Toma!

-¿Eh?

El joven se extrañó y por reflejo atrapo la escoba en sus brazos, preguntándose por qué había hecho eso. Al levantar la mirada una patada fue conectada en su rostro, al tener sus manos ocupadas no tuvo tiempo de ni siquiera bloquearlo haciendo que callera derrotado en un instante.

Los dos chicos que lo acompañaban, al ver que su compañero era incapaz de pararse, el espíritu de lucha que tenían empezaron a apagarse.

En este momento, casi todos no podían dejar de ver asombrados a Ryuji.

Cuando los chicos que quedaban se decidían si debían de continuar.

*¡PIIII!*

El sonido de un silbato se escuchó en todo el lugar.

Tanto Ryuji como todos los demás presentes sabían de qué se trataba.

Uno de los que aún quedaba de pie se encogió y palideció por esto.

-¡Mierda es la policía, yo me largo!

-¡Esto se ve mal por donde lo veas!

Ryuji mantuvo la distancia para no ser confundido por uno de ellos.

Los chicos cargaron con sus compañeros que yacían caídos y corrieron con todas sus fuerzas para no ser atrapados.

Al parecer eran conscientes de lo que hacían y entendiendo su situación lo mejor era intentar escapar.

Los hombres que vestían como guardias de seguridad llegaron rápidamente a la escena, de inmediato uno de ellos pregunto.

-¡¿Qué ocurre?!

-¡Son aquellos chicos que están huyendo, atacaron a esa chica y ese joven!

-¡Bien! ¡No dejen que escapen!

Ryuji estaba parado a un lado en silencio. Los policías, al oír lo que decían las personas que se encontraban ahí, eran testigos de lo que paso y no tomo mucho tiempo hasta que las cosas se calmaran.

Ryuji suspiro por dentro de alivio, ya que las cosas no se volvieron más problemáticas, y solo fue a recoger la escoba que estaba en suelo.

-N-Narukami… ¿no?

-...

Ryuji y Sara se miraron, y hubo un momento de silencio.

Hace unos minutos se había escuchado un grito. Ryuji, que estaba por la zona, lo escucho y se dirigió a ver qué ocurría.

Jamás pensó que esa persona se trataba de su compañera de clase. Por lo que se sintió algo desconcertado por unos momentos.

Ryuji en un tono ni servil ni prepotente le habla a Sara que se encontraba aun en el suelo.

-Araroza, ¿Qué haces aquí? Y pensar que se trataba de ti…

-Así que si eras tú… lo pensé, pero no lo creía…

Ryuji intentaba entender lo que decía Sara, cuando de pronto una anciana se acercó a ellos.

Con una voz suave y nerviosa le habla a Ryuji.

-Narukami, ¿estás bien? Esos chicos se veían muy peligrosos.

Ryuji al escuchar esas palabras sonrió.

-No se preocupe, señora Ciz, estoy bien. Ya todo debería estar más tranquilo y sin problemas para los negocios.

-Ya veo. Estoy aliviada.

Tanto él como la mujer se sonrieron, las demás personas que se encontraban empezaron a desplegarse a sus puestos de trabajo ahora que todo estaba tranquilo.

La mirada de la mujer de pronto se pasó hacia Sara y pregunta.

-¿Y la jovencita de ahí?

-Descuide, la conozco. Así que puedo encargarme desde aquí.

-Vale.

Con eso dicho, la mujer se dio la vuelta y se fue.

Ryuji observo hasta que se fuera y se devolvió a mirar a Sara, que aún intentaba entender lo que pasaba.

De una forma casual, Ryuji se arrodilla y le habla.

-Adonde quieras que vayas traes problemas, ¿verdad?

-¿Qué quieres decir con eso?

-La verdad no mucho, ¿puedes pararte?

Sara intentó acomodarse para levantarse, pero al mover su pie izquierdo, un ligero dolor recorrió por toda su pierna.

Con una expresión amarga le dice con dolor.

-No creo… mi pie me duele mucho…

-… Entiendo. Puedo ayudarte, pero tendría que cargarte y llevarte a un lugar cerca de aquí, ¿puedo?

La cara de Ryuji no reflejaba nada, sola una simple serenidad. Pero al escuchar lo que dijo, Sara le responde algo confundida.

-¿Me estás pidiendo permiso…? ¿Para ayudarme?

Ante las palabras de Sara, Ryuji le echó un vistazo por unos instantes al rostro de Sara y entrecerró los ojos.

-Claro, no sé exactamente por lo que pasaste, pero puedo darme una idea. También sé que soy la última persona de la que quieres ayuda… así que si, ¿Quieres que te ayude?

Ryuji no pudo ver por completo lo que paso, talvez porque usaba sus lentes en ese momento o porque decidió intervenir al instante en el momento que llego. Pero lo que sí pudo notar, fue que Sara estaba a punto de ser asaltada por unos chicos.

Ya sea por cualquier razón, eso era irrelevante para Ryuji. Los hechos eran esos.

Así que piensa que lo último que quisiera Sara sería tener alguna interacción con un hombre. Siendo precavido al no acercarse demasiado, y preguntar cosas que podrían ser tomadas por estúpidas.

Porque en este momento. Aunque Sara Araroza no lo haya notado, intentando ocultarlo con su típica actitud. Se encontraba temblando en ese lugar.

Al escuchar las palabras de Ryuji. Sara asintió ligeramente su cabeza con su mirada decaída.

Con una suave y quebradiza voz le dice.

-Por favor, ayúdame.

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*¡Ting-Ting!*

El sonido de una campanilla de puerta se escuchó junto con los pasos pesados de una persona.

La mirada del hombre que era dueño del establecimiento, Tom Roy, es dirigido a la persona que había llegado.

Lo más cordial y correcto que decir para un negocio como este sería una bienvenida.

Pero una sonrisa casi irónica se mostró en su rostro al ver al chico que había llegado.

Con una voz grave y tosca le dice.

-Oye, Ryuji… creo haberte encargado que limpiaras la entrada. Así que, ¿Qué paso? Para que tengas una chica cargada en tus brazos. Dime tu secreto.

Ryuji rio con una expresión complicada al escuchar a Tom.

Como él decía, Ryuji tuvo que cargar a Sara hasta el negocio en donde trabaja. El lilium Vallis. Así que fue una suerte que el incidente fue cerca de la zona.

Ryuji no sabía que decir ante las preguntas de Tom, por lo que se sintió un poco nervioso.

-No es nada de lo que piensas. Es un poco difícil de explicar, pero ella es una compañera de clase. Necesito ayuda para atender su tobillo lastimado.

-Así que es eso. Bueno, llévala a una de las mesas. Te traeré un poco hielo.

-Gracias.

Ryuji se dirigió a unas de las mesas y sentó con cuidado a Sara en una de las sillas.

Sara miró a su alrededor y no tardo mucho para preguntar con curiosidad.

-Este lugar, ¿es alguna clase de restaurante?

-En realidad es un bar. Aunque también servimos comida.

-¿Y por qué no hay nadie? ¿No les va bien el negocio? ¿Es eso?

-Veo que tu actitud se ha recompuesto un poco, ¿eh?

¿Cómo que el negocio está mal? Pensó Ryuji ante las preguntas sin cuidado de Sara.

Ryuji estaba a punto de responder, cuando de repente Tom apareció con un botiquín y una bolsa de hielo en sus manos.

Con una expresión de simpatía con una sonrisa dice.

-Eso es porque los fines de semana abrimos un poco más tarde de lo normal. Hola, me llamo Ton Roy, y soy el dueño de este lugar. Ya que eres una amiga de Ryuji, siéntete libre de quedarte cuanto quieras.

-C-Claro, muchas gracias, señor. Espero no causarle problemas. Soy Sara Araroza, ¿Es el papá de Narukami?

-¡Jajajaja! Desafortunadamente, no tenemos esa relación. Él es el nieto de un amigo, pero es un chico al que estimo mucho, por lo que me ayuda aquí de vez en cuando a cambio de quedarse. Y también… Araroza ¿no? Creo que Ryuji te menciono algunas veces.

-Estás hablando de más, Sir.

Ryuji detuvo a Tom antes de que dijera más cosas de las necesarias. Tom creyó que estaba poniendo algo incómodo a Ryuji, por lo que se detuvo de decir más.

Pero no antes de despedirse primero.

-Entonces volveré a mi sitio. Llámenme si necesitan algo.

Cuando Tom se alejó de ellos, una sonrisa cómica se mostró en la cara de Sara y dice.

-Ese señor es muy amigable, me cae bien.

-Por supuesto que sí. Como sea, déjame ver tu pie.

Ryuji hablo sin delicadeza y abre el botiquín para sacar unos vendajes.

Mientras Sara observa a Ryuji pregunta.

-Así que les hablas sobre mí. ¿Qué les has mencionado?

-Todo lo que sé hasta ahora de ti prácticamente. Pero no hablo de ti todo el tiempo.

Sin cambiar su humor, Ryuji responde a cada cosa que preguntara Sara.

Al momento de sacar todo lo necesario del botiquín, Ryuji se acerca al pie lastimado de Sara y comienza a atender la ligera inflamación que se estaba mostrando.

Al tocar el área de la herida. Sara no pudo evitar fruncir el ceño ante el dolor. Ryuji, al notarlo, procedió con cuidado.

-¿Sabes primeros auxilios?

-Solo lo básico, esto solo te aliviará un poco para que puedas regresar. Después puedes pedir que alguien con más experiencia te ayude.

-Pues eres muy bueno. Al menos es lo que pienso.

-Como verás, tengo heridas a diario, por lo que tengo algo de experiencia.

Sara miró el cómo era atendido su pie, y fue cuando su mirada fue guiada al rostro de Ryuji por influencia de sus palabras. Y noto que aunque eran casi indetectables. Su cara estaba algo inflamada y rasguñada.

Volviendo nuevamente los recuerdos que antes quería olvidar. Haciéndola mirar hacia otro lado.

-Ya veo…