*¡TAP TAP TAP TAP!*
-¡¡Deténganse!!
-¡Hah! ¡Hah! ¡Hah!
-Hah… Mierda.
Un poco más tarde del mediodía, se suponía que solo tenía que comprar unas cosas.
-¡Maldición son rápidos!
-¡Deberíamos intentar emboscarlos! ¡Ustedes, vallan por el otro lado!
Todo el panorama a mí alrededor se movía a gran velocidad. Estaba huyendo a toda velocidad como un demente de unos sujetos que ni conozco.
Y todo esto…
-¡Oye, estos tipos quieren rodearnos! ¡Tenemos que buscar en donde escondernos y pronto, apresúrate!
¡¡Es tu culpa!!
Un grito interno resuena por todo mi ser. La razón por la que estoy en este aprieto es por ti. Le lancé una mirada que contenía toda mi ira y desprecio por esta persona. Pero solo me ignoro y siguió corriendo.
De todos modos, es cierto que estaré acabado si nos llegan a interceptar por ambos lados. Estábamos en la zona residencial de la ciudad, está llena de edificios departamentales y negocios pequeños. Hay pocos sitos en los cuales esconderse, por lo menos no está zona…
-¡…!
Llegando a unos edificios, tomo un camino rápido por un callejón a mi costado.
-¿Ah? ¡Espera!
El chico se sorprendió un poco al ver que cambie de dirección tan rápido. Pero sin dudar me siguió.
Ignorémoslo por ahora.
Al ser un callejón pequeño, los que nos perseguían tuvieron que entrar de una forma que les sea mejor moverse, ya que no podían entrar todos a la vez. Eran 8 en total, y solamente pude ver a mis espaldas a tres.
El callejón tenía varias salidas, se dividían de frente, derecha e izquierda.
Pero ya sabía qué camino tomar.
-¿¡...!?
Acelere mi carrera para ganar más ventaja. No sé si el chico detrás de mí podía seguirme, pero eso ya es cosa de él.
Sin mirar atrás, tomo el camino de la derecha, en ese punto todo el recorrido fue recto hasta llegar de nuevo a la calle. Al salir sin llegar a detenerme fui a la izquierda.
En este lado de la calle, fue muy importante que los que me perseguían no vieran a donde corría.
Paso por estos lugares siempre que salgo a correr en las mañanas. Así que sé perfectamente que hay otro callejón que no está conectado con el anterior. Pero este era diferente, al estar separados por una sola tienda solo tengo que volver a esconderme sin ser vistos por ellos.
Al disminuir sus números a una sola línea, pude disminuir su campo de visión y su velocidad, por eso que al salir y no ver en donde estoy, estarían confundidos.
Entro rápidamente al otro callejón escondiéndome en una abertura que solamente yo podría entrar... Al menos eso creía, ya que cierta persona sorprendentemente logro alcanzarme y esconderse conmigo.
-¡Hufff~! ¿¡Hm!?
Aunque me moleste, lo deje pasar por ahora. Coloque mi mano en su boca para que no hiciera ningún ruido innecesario, si nos atrapaban ahora estoy frito.
Entonces.
-¡Tch! ¡¿En dónde corrieron?!
-¡No lo sé! ¡Tú estabas más cerca de ellos! ¡¿No vistes a donde fueron?!
-¡Si lo sabría, no estaría preguntando!
Se empezaron a escuchar unas voces cerca, ¿Una pelea entre ellos? Si es así estaría de suerte.
Al rato de unos cuantas palabras, comenzaron a separarse para buscarnos por todos lados. Sin llegar a saber que estábamos escondidos muy cerca de ellos.
-… Creo que ya no hay nadie cerca… ¿Uh?
Estaba tan concentrado en que no supieran en donde estábamos. Que no me di cuenta de que ya tenía un rato abrazando el cuerpo de este chico para que no hiciera ningún ruido.
Al parecer también se dio cuenta de esto y comenzó a darme pequeños golpes para que lo soltara.
-¡Puaj…! Hah Huuff… Pensaba que era mi fin, ¡Oye, ¿no podrías ser más amable? Casi muero por asfixia!
-Es lo mínimo que te mereces por meterme en tus problemas.
Al liberarlo comenzó a dar grandes bocanadas de aire y decir estupideces en un tono altanero. Su cara estaba todo roja por el cansancio y el estrés de correr. Tengo varias cosas que decirle, pero me las guarde.
Sorpresivamente, las cosas que tenía no se estropearon, por lo que sería mejor irme de una vez.
-Pero en serio eres increíble, estoy sin aliento y tú no pareces estar cansado. Además de que pudimos perder a esos perdedores gracias a ti.
-Ya veo, adiós.
No me interesaba escucharlo más, así que le dije eso de una forma indiferente.
-¡E-Espera! ¡Al menos deja que te dé las gra…!
*¡SAP!*
Intentando alcanzarme con su mano, pero la aparto de mí con un solo movimiento.
Su cara estaba ligeramente confusa, por lo que acabo de hacer. A lo que le respondo.
-¡No vuelvas a acercarte a mí con tanta confianza! ¡No somos amigos o algo parecido, es más, ni siquiera te conozco! ¡No sé en qué diablos pensabas al meterme en ese problema, pero será mejor que mantengas tu distancia, idiota!
-¡¿Haah?! ¡¿Pero qué pasa contigo?! ¡Únicamente quería darte las gracias por ayudarme, no tienes por qué estar tan molesto!
-¡No me importa! Gracias a alguien he perdido mi tiempo y tengo cosas que hacer, me voy.
-¡Espera…!
Quiso detenerme nuevamente, pero ya me había alejado de él. No tiene ningún sentido seguir aquí.
-¿Por qué…?
-¿…?
-¡¿Por qué estás tan enojado?! ¡Sé que fui yo quien te metió en esto y te di las gracias por ayudarme! ¡¿Entonces, porque tienes que enojarte tanto?!
Al parecer. Incluso llegado a este punto aún no se ha dado cuenta.
-Es exactamente eso…
-¿Eh?
-Me estás dando las gracias y todo eso, pero…
Me molesta que me haya usado, pero al fin y al cabo hay algo que me enfada aún más.
Me doy la vuelta para mirarlo y decirle lo que aún no ha hecho.
-¡Si eres consciente que fue tu culpa y me involucraste! ¡¿Entonces, por qué no te has disculpado?!
-¡¿…?!
Esto no era mentira.
En ningún momento se ha disculpado conmigo, no lo ha dicho. Su expresión de arrogancia de hace unos momentos ya no estaba, ahora estaba boca abajo y una cara avergonzada. Como si se hubiera dado cuenta.
-...
Se quedó en silencio ese espacio entre los dos. Llegado a esto solo caminé de nuevo.
-…Ah…
No me detuve a escuchar nada más. Solo me fui.
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Momentos después. Me encontraba en una pequeña tienda que se encargaba de la reparación del calzado, entre otras cosas. Por suerte aún estaba abierta la tienda y pude encargar a que arreglaran mis zapatos.
Luego de pagarle y darles mis zapatos al encargado, un señor de mediana edad. No había mucho que hacer y me retire.
-¡Muchas gracias! Puede pasar a buscarlos el lunes, hasta entonces cuídese.
-Vale, gracias.
El encargado me dio esas palabras con entusiasmo, con una sonrisa que hasta a mí me contagio, supongo que así se trata a los clientes. Debería aprender un poco de esto.
El lunes entonces… hoy es sábado, así que no es mucho tiempo.
Si las cosas son así, entonces no era tan grave. Después de despedirme, Salí del negocio.
Comienzo a estirar mi cuerpo, que por alguna razón me encontraba algo tenso. Debería de irme a casa de unas ves, ya me he tardado mucho.
Y entonces.
-¡Ah! ¡Tú, espera!
-¿Eh…?
Oigo un llamado a unos pocos metros de mí, solo para encontrarme otras ves con la persona que deje atrás hace rato. Se encontraba parado de pie frente a mí con una cara tímida.
-… ¿Qué es lo que quie…?
-¡¡En serio lo lamento mucho!!
-¡…!
Bajo la cabeza para disculparse. Y yo solamente me quede ahí congelado.
-¡Tenías razón, a pesar de que te involucre en mis problemas no me disculpe! ¡Así que por favor te pido que me disculpes!
-...
Me encontraba un poco desconcertado por su repentina disculpa que me quede en silencio por un rato. La verdad no me lo esperaba.
Se encontraba inclinado de pie con una cara de arrepentimiento.
-… Está bien, no hay problema.
-¿Eh? ¡En serio! ¡Te hice una cosa horrible, así que esperaba más rechazo de tu parte!
-No hay necesidad de llegar a tanto… con una disculpa es suficiente.
El chico me miro con una mirada algo sorprendida, supongo que no se esperaba esta reacción. Y la verdad es que no tiene sentido seguir pensando en esas cosas.
Al menos. Eso he aprendido.
-Bien… si eso es todo, adiós.
-¡Ah, un momento!
-¿Qué ocurre?
De nuevo fui llamado pero esta vez en una forma ligeramente penosa.
-¿… Puedo acompañarte? La verdad es que mi casa está por este camino y…
-No tengo ningún problema, pero…
-¡¿En serio?!
-… Si… has lo que quieras.
Después de toda la tensión que había entre nosotros. Volvió esa energía entusiasta que tenía este chico antes, acercándose con esos brillantes ojos color esmeralda. Tanto fue la reacción que termine aceptando su propuesta.
Que persona más extraña.
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-De todas maneras… ¿Por qué te estaban persiguiendo esos sujetos? No parecían muy felices si me preguntas.
Sin más opciones terminamos caminando juntos por la ciudad. Y no pude evitar tener curiosidad por ese hecho, ya que de igual forma fui involucrado en ese conflicto. Entonces el chico de la sudadera negra comenzó a explicarme con su típica actitud algo juguetón.
-Bueno, la verdad es que no fue algo taaan importante.
-Pues para mí sí. Casi termino mal por tu culpa, así que dilo de una vez.
-¡Jum! Ahí está de nuevo esa actitud de arrogante. Muy bien, te lo diré. Lo que ocurrió fue que barrí el piso con ellos en las máquinas de juegos. Y como unos malísimos perdedores quisieron vengarse y eso fue todo. Vez, no fue nada importante.
Por alguna razón aparente, termine involucrado en un problema por la simple razón de una riña de juegos. Ciertamente, una persona se molestaría por perder pero… ¿Tanto para ser perseguido por todo un distrito…?
Algo no cuadraba.
-¿… Estás seguro de que fue solo así? ¿No hiciste algo que hiciera molestarlos al punto de perseguirte sin descanso?
-¡Guah! ¡Que buen clima tenemos! ¿No lo crees?
-Elegiste, el peor momento para ignorarme, idiota.
Sus respuestas indiferentes y bromistas aclararon mis dudas.
Sin ninguna duda esta persona atrae problemas.
-¡De todas formas olvidemos eso! Mejor sigamos con nuestras vidas ¿No?
-Me sorprende el cómo puedes decir eso luego de lo que paso.
-Que importa, además… yo también tengo algo que preguntarte.
-¿Nnn?
No comprendía sus cambios de humor repentinos. Se detuvo por unos momentos, y teniendo una expresión algo indecisa.
-… ¿Cuál es tu nombre?
-¿Mi nombre?
-Sí. Nunca me lo dijiste.
… Ahora que lo menciona, la situación no permitió a que se lo digiera. Incluso yo tampoco sé su nombre.
...
-Ryuji.
-¿Ryuji?
-Sí, ¿Algún problema?
-¡No, no, no es eso! Es que… es la primera vez que escucho un nombre como ese.
Que extraño… solo dije mi nombre pero… ¿Por qué estoy tan avergonzado…?
…Supongo que es la primera vez que alguien me pregunta mi nombre.
¿Por qué será…?
-Si te parece muy extraño… puedes solo… llamarme, Ry…
-¿Ry?
-¡Solo si quieres…! Mi mamá me llama así… así que…
¡Maldición! ¿Por qué le digo estas cosas? ¿Por qué le dije eso?
Mi cabeza estaba hecha un lío. Esto no era para nada normal.
-Ry… ¡Ry! ¡Sí, muy bien, te llamaré así! ¡Entonces, puedes llamarme, Lia!
-¿Lia? ¿Ese es tu nombre?
-¡Sí! Más te vale recordarlo.
Era la primera vez. Que hablaba con alguien ajeno a mi familia.
-Entonces… Es un gusto conocerte, Ry.
Extendió su mano hacia mí, y me sorprendió un poco. Incluso dudé por un momento, pero…
-Si… lo mismo digo, Lia.
Estreche su mano también. Al tocarlo pude notar una piel suave y delicada, incluso era un poco más pequeña que la mía.
-Bien, yo tengo que ir por aquí. Intercambiemos número de contacto.
De inmediato saco un celular de color blanco de su bolsillo, con un sonido desmontable, *¡Clap!*, la tapa de teléfono se alzó. Mostrando su teclado físico.
¿…Número?
-No tengo teléfono.
-¡¿Queeeee?! ¡¿Entonces cómo vamos a comunicarnos?!
-…..
De pronto Lia. Comenzó a entrar en cólera al saber que no tenemos forma de llamarnos. Tanto fue su forma histérica que me llego a afectar…
-… El lunes.
-¿Nnn?
-El lunes voy a recoger unas cosas en la tienda que estaba antes… Estaré ahí cuando abran.
Aunque hace unos segundos se encontraba histérico. Comenzó a aparecer una sonrisa en la cara de Lia.
-El lunes, eh… ¡Muy bien! ¡Estaré ahí al mediodía!
Al decir eso comenzó a correr al otro lado del camino.
-¡Nos vemos mañana, Ry!
-….
Despidiéndose, alzando su mano junto con una radiante sonrisa se fue.
Dejándome algo pensativo por lo que acaba de pasar. Automáticamente volví a mis pasos hacia mi casa con esa duda.
-Mmmmm…
<- - - - - - - - - ->
Al llegar a mi casa y entrar a la cocina. Me encuentro con mi madre con una cara algo tensa.
-¡Tarde! ¡¿Por qué tardaste tanto?!
-Mmmmm…
-¿Qué te tomo tanto tiempo?
-Mmmmm…
-… ¿Ry…?
Su cara cambió a una de preocupación, pero de inmediato me resolví a mí mismo.
-Mamá, creo que hice un amigo hoy.
-¿Hah…?