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Chapter 19 - La flor de primavera - Parte 7

Al día siguiente.

-Supongo que no vendrá hoy…

Después de hablar con mi madre sobre las relaciones interpersonales, entre otras cosas… sin duda no pude evitar sentirme apenado por mi comportamiento desvergonzado con el sexo opuesto.

La verdad esperaba poder disculparme con Lia, pero ya ha pasado más de la hora acordada y no he comenzado mi rutina. Talvez otro día.

Otro día llego y no aparece. Espere al siguiente, y tampoco venía.

Ni al día siguiente, ni el siguiente, y siguiente… No sé dónde vive ni su dirección.

Me llegué a preocupar… pero al consultarlo con mi madre. Solo me respondió con una sonrisa y diciendo que talvez tiene sus propios asuntos.

Lo entendía… pero aun así. No me gustaba.

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Pasaron varios días.

Me encontraba llegando a la entrada de mi casa luego de correr. Y esperándome en ese lugar, no era otro que mi abuelo. Llevaba ya un tiempo que no lo veía. Ya hasta pensaba que se había olvidado de mí. Teniendo una expresión relajada hablo.

-Veo que ya te has acostumbrado. Supongo que no has perdido el tiempo.

-De eso no tengas duda. ¿En dónde has estado abuelo?

-Estaba preparando la siguiente fase de tu entrenamiento. Quería ver si tienes la condición para llevarla a cabo, y veo que ya estás a un nivel aceptable.

¿Siguiente fase?

-Ya hablé con tu madre. Vamos a pasar varios días fuera, por lo que ya está preparada una maleta con cambios de ropa. Ve a recogerlos y vámonos, no perdamos tiempo.

Sin entender mucho, busque las maletas como me ordeno. Estaban en la entrada de la casa, por lo que fue muy fácil hallarlas.

-¿Adónde vamos?

Tenía mucha curiosidad, por lo que él me responde.

-lilium Vallis.

¿Lilium Vallis…? ¿Qué será…?

Mientras empezaba a imaginarme a donde iremos, caminamos a la ciudad con el equipaje en la espalda.

Caminamos un largo camino, llegando al noreste de la calle principal de la ciudad. Pasamos un rato recorriendo los suburbios que termine preguntándole a mi abuelo cuanto falta para llegar y dijo, "Ya estamos cerca." Sin mucho que decir solo le seguí.

Unos kilómetros después.

-Aquí, este es lugar.

Al detenernos, mi abuelo y yo quedamos parados frente a una tienda. A simple vista era parecido a un restaurante, su estructura era de paredes blancas y lisas con ventanas de vidrio sin ninguna mancha en ellas. A pesar de tener dos pisos de altura. Era un sitio muy bien cuidado, pero lo que me llamo más la atención es el letrero colocado arriba en el frente, , sin ninguna duda habíamos llegado.

-Vamos, te presentaré.

-S-Sí.

Inconscientemente asentí y entramos.

*¡Ting-Ting!*

El sonido de una campanilla se escuchó al abrir la puerta.

-¡Oh! Ya llegaste, Eliot.

-Perdón por tardar, Roy. Pero tenía que esperar a mi nieto.

Un hombre bien vestido con traje, con un cabello negro y barba bien cuidados. Levanto la mirada de pulir un vaso de vidrio.

Tenía unos ojos marrones oscuros. Llevaba unas gafas, pero tenía una mirada calmada y madura. Por su aspecto debe de tener unos 40 años. Estaba detrás de una barra donde estaban colocadas diferentes tipos de bebidas. Era la primera vez que veo un lugar como este.

El ambiente del sitio era calmado, mientras se escuchaba una melodía musical clásica.

Tanto las mesas y asiento alrededor estaban limpios, junto a las paredes llenas de recuadros con pinturas abstractas. Supongo que esto es a lo que llaman un bar.

-¿Así que ese es tu nieto? Sí que ha crecido, aunque no se parece nada a ti, ¡Hahahaha!

-Ignoraré que dijiste eso. Ven, Ry. Él es Tom Roy. Es el dueño de este sitio, y al igual que tú es un Singular.

En un momento rápido, mi abuelo me presento al señor detrás del mostrador. Sin querer me puse nervioso.

Aunque sabía que había más como yo. Era la primera vez que conocía otro singular.

-¿¡E-En serio!? S-Soy Ryuji Narukami. Es gusto conocerlo, Señor Tom.

Mi voz se quebró sin querer.

-El placer es mío niño. Puedes llamarme, Sir. Tu abuelo nos contó que quieres ser un Ripper a pesar de ser un singular, el hecho que estés aquí significa que te has esforzado por serlo. Así que tienes todo mi apoyo, chico.

-Y-Ya veo.

El señor habló conmigo con una confianza y amabilidad muy destacables. Mis palabras se hicieron entrecortadas por la sorpresa. De inmediato, me empezó a agradar esta persona.

-Pero… Aún no me has dicho por qué estamos aquí.

Dirijo esa pregunta a mi abuelo que se encontraba charlando con Sir.

-Es cierto, ¿Ya está listo el lugar?

-Sí. Ya terminamos de espaciar todo.

-Bien. Ven, Ry. Vamos a…

De pronto, una puerta al lado de la barra se abrió repentinamente llamando la atención de todos. Saliendo de ella, una mujer de cabello castaño, con el pelo recogido, se encontraba cargando unas cajas, y con una voz fuerte hablo.

-Oye, Tom. Escuche unas voces, ¿Ya abrimos…? Ah, pero si es Eliot y…

La mujer tenía unos rasgos faciales bien detallados, el color de sus ojos eran de un color anaranjados claro, haciendo contraste con su cabello. Además de tener unos labios finos y brillantes por usar maquillaje. También resaltaba el pequeño palillo que tenía entre sus labios que parecía estar mordiendo.

Mientras colocaba las cajas en el mostrador, su atención fue dirigida hacia mí e hicimos contacto visual.

-Tú debes ser el hijo de Sasha y Fynn, ¿Verdad?

Se acercó a mí de una manera natural, supongo que todos los de aquí son muy confiados.

-Es la esposa de Tom, Colette. Preséntate.

-Soy Ryuji Narukami. Es un placer.

Mi abuelo de inmediato tomo la palabra y me presento a la mujer que de una forma cariñosa comenzó a acariciar mi cabeza con ternura.

-Fufu, Eres un niño muy lindo, sin duda no te pareces al gruñón de tu abuelo. ¿Quieres algo de tomar? Tu abuelo invita.

-Espera ¿Qué estás…?

-Un jugo, por favor.

-¡Enseguida!

-¡Oye…!

En un instante le tomé cariño a estas personas, mientras mi abuelo parecía discutir con ellos. Yo solo estaba concentrado en tomar mi jugo de naranja que amablemente me sirvieron.

Después de unas charlas con Sir y Colette. Mi abuelo y yo nos dirigimos más adentro de la tienda.

Me llamo la atención que este lugar fuera tan espacioso. Teniendo en cuenta como sebe por fuera.

Fuimos acompañados por Sir. Hasta llegar a una habitación situada en la recepción.

-Ya sacamos todo, así que tienen todo el espacio que necesitan.

Sir, al decir eso abrió la puerta. No se podía ver nada por la oscuridad, pero enseguida presiono el interruptor de las luces.

-Esto es…

Todo el espacio se iluminó, una habitación de 26 metros de largo aproximadamente. Tanto las paredes y suelo estaban completamente vacíos, no había nada alrededor.

-Bueno, tengo que trabajar. Esfuérzate, chico.

Sir, de pronto se despidió de nosotros dejándonos solos.

¿Esfuérzate…?

Luego de irse, mi abuelo hablo.

-Le pedí un favor a Tom. Que nos permitiera este lugar para entrenar. Asegúrate de agradecerles después.

-¿Entrenar…?

Mire a mi abuelo con duda, y él solo me responde.

-Llego la hora de que aprendas a pelear de verdad.

-¡…! ¡¿Pelear…?! ¡¿En serio?!

Mi reacción fue a causa de la sorpresa por lo que dijo. Si bien sé, la razón por lo que no me había enseñado a luchar, es porque, "No estaba listo." Según sus palabras.

No ha habido ningún avance en esa área desde hace un año. Entonces eso quiere decir que ya puedo aprender.

-Pero antes de comenzar… quiero asegurarme de algo.

-¿Eh…?

Sin ningún aviso. Un puño se dirigió directamente a mi rostro. La velocidad con la que vino, fue tan rápido que no pude ni reaccionar.

Pero a pocos centímetros de mi cara, se detuvo.

-….

-Ya veo.

Caí sobre mi trasero. Mi cuerpo empezó a temblar, como si fuera una reacción natural al peligro.

-Ry, esa es tu primera lección.

-¿Eh? ¿Qué…?

-Jamás pierdas de vista a tu oponente. No importa en qué situación estés, nunca cierres tus ojos. Además, esa podría ser tu mayor ventaja.

-... ¿A qué te refieres?

Mi cuerpo aún se tambalea por el shock, pero logré levantarme y decirle esa pregunta.

-Es tu vista, Ry. He tenido mis sospechas, pero con esto ya lo confirmé. Al parecer tienes una vista más desarrollada que los demás. Incluso me atrevería decir que mejor que la mía.

-¡…! ¿… Mis ojos?

-¿No has tenido dolores de cabeza constantemente por alguna razón? O, ¿Jaquecas repentinas?

Mi abuelo solo se limitó a darme esas preguntas. Y para mi sorpresa, comencé a darme cuenta de que lo que dijo sea verdad. Aunque las veces que he tenido dolores de cabeza fueron en momentos en donde tuve una gran carga de estrés.

Por lo que no sé si eso tenga algo de relevancia.

-La razón de esas jaquecas, es porque aún no sabes cómo controlar tu vista, puede llegar a cansarte tanto física y mental si no logras a acostumbrarte. Pero llegando a ese punto, hay algo que tengo que decirte.

Mi abuelo, con la misma actitud serena, se acercó a mí y dijo.

-Ry… ¿Recuerdas esa vez con lo que paso con Risa?

-… Si…

Lo que ocurrió ese día, era algo que jamás olvidaré.

Después de esas palabras, el ambiente se volvió más pesado. Pero con su misma mirada, continuo.

-Dime, ¿qué sentiste en ese momento?

-¿Eh…?

-¿Cómo te sentiste?

De inmediato, lo recordé.

-… Estaba irritado.

-Que más.

-Estaba molesto…

-¿Algo más?

¿Algo más…?

La imagen de Risa, llego a mis pensamientos. Y entonces.

-… Yo…

-…

-Yo… no quería perder.

-… ¿Por qué?

-… Por qué si perdía. No iba a poder proteger a Risa.

Mi abuelo, cambio su actitud a una alegre, y una pequeña mueca en su cara apareció.

-Ya veo… eso es bueno.

-¿Eh?

-Ry, ¿Sabes por qué los Ripper son fuertes?

-…

-Por qué si no lo son. No podrán proteger a los demás.

-¿Proteger…?

-Hay muchas razones por las que uno se vuelve un Ripper. Pero en la mayoría, esta es una de ellas. Te pregunto estas cosas, porque no voy a enseñarte a luchar para que lo utilices por motivos de ira y maldad. Quiero que lo utilices para que protejas aquello que quieras proteger, ya sea a ti, tu familia, amigos, y tus propias convicciones.

Su mirada y actitud era serias y claras. No había rasgos de maldad en ellas, era tranquilizador.

Pero de inmediato, su tono cambio a una más severa.

-Pero… aunque te diga estas cosas, es muy probable que las cosas nunca salgan como tú quieres.

-¿Eh?

-¿Recuerdas lo que te dije en el muelle?

¿En el muelle…?

Comenzando a recordar cada palabra que fue mencionada por él. Eran demasiadas, cada una era importante.

Algo que me dijo… algo de valor… algo…

...

-¿Equivócate…?

Esa palabra salió de mi boca sin querer.

Pero mi abuelo, asintió a mis palabras confirmándolas.

-Ry, eres inteligente, pero también eres impulsivo. Incluso si te dijera que no hagas algo, no hay nada que confirme que no lo harás. Habrá momentos en donde actuaras sin pensar las cosas, y ni yo, ni nadie podrá hacer nada. Pero a medida que crezcas y avances, lo entenderás sin duda.

-¿… Qué cosa?

-De cuando debes pelear y cuando no.

Realmente no entiendo muchas cosas. Pero sé que lo entenderé algún día.

Si él lo dice, debe ser cierto.

-Muy bien, comencemos de una vez. Este lugar también es una casa, por lo que nos quedaremos unos días aquí. Así que tomemos esto con calma, Ry.

-¡Sí!

Llegados a este punto, no hay marcha atrás.

Solo me queda avanzar.