Amélie se adelantó encima de una colina, estaba emocionada ya que habían llegado a su destino y quería ser la primera en verlo, al menos por ahora.
— Al fin llegamos — dijo al mirar el paisaje y al lugar donde se dirigían
Estando ya todos en la encima de la colina se podía ver el objetivo, una gran aldea rodeada de una cadena de cerros alrededor casi del mismo tamaño, grandes praderas tanto en las faldas de las montañas como encima, se podían notar las grandes escaleras que permitían subir y bajar hacia la aldea, a lado se podían ver las poleas de carga en la cima hacia la aldea, justo como se habían visto en otros lados, lo hacían como elevador o teleférico para las cosas y carruajes ya que los cerros estaban muy empinados para que al menos los caballos no se cansaran, habían llegado cuando apenas amanecía, así que la niebla del día podía verse brillar en los bordes entre los árboles además de las faldas de aquellas montañas para cubrir el centro de la aldea, el olor a tierra mojada, un poco de frio empezando a desaparecer por el amanecer y el paisaje eran satisfactorios para cualquiera que quisiera relajarse.
—Que hermoso — dijo Fiorelence
— Estamos en el reino Bareyle, la ciudad se llama Koryntia, así que hay que ir con cuidado —dijo Amélie—, como aún nadie conoce la identidad del profesor tratemos de no llamar demasiado la atención... lo más que podamos, así que
—Yo solo la intentare pasar bien, no habrá problema...
El pauso lo último mirando a un lado, los demás tenían sus dudas, después avanzaron ansiosos menos Azrael que sentía un interés inconsciente al lugar del centro de la aldea.
Una plaza con el espacio extenso circular con un punto negro gigante en el medio de ese espacio, ahí había un pequeño santuario con una gran piedra blanca en el centro, habían grandes extensiones de tela color blanco y celeste en grandes pilares de color negro de siete metros de alto cada uno, amarrados encima y debajo de estas cual velas de barco moviéndose al aire, los pilares estaban acomodados en un gran círculo alrededor del santuario, Azrael podía sentir un poder creciendo cada vez en cada uno de los pilares como si marcaran un límite, sabía que ese mismo festival no solo era en si una festividad, sino algo más importante de lo que había escuchado.
—Cosas de héroes... malditos sean, aunque ya no estén, siguen provocando problemas — dijo al aire algo frustrado pero con una sonrisa—, ya era hora que me encontrara con uno
Llegaron una hora después de pasar por puestos de vigilancia, no faltando las miradas desconcertadas y curiosas sobre aquel grupo, ya dentro de la aldea, toda la gente les saludaba, otras seguía acomodando o adornando las calles y casas de madera para la festividad, algunas de dos pisos, otras un poco más altas, estas se preparaban arreglando por dentro para convertirlas en posadas, inclusive se podía decir que esperaban a más personas ya que los anuncios sobre productos o instalación de puestos comerciales, las calles empedradas que inclusive eran pintadas de un gris y blanco en algunas piedras como si fueran estrellas.
— !Haagg¡ !Soy el rey demonio!, ¡todos ustedes están condenados! — grito un niño con una máscara extraña de una bestia mutada entre una chimpancé y un sapo
— !Alto ahí, los hermanos media luna te detendrán! — grito en respuesta otro niño vestido con una armadura de madera pintada de plata y una mal forma de una luna en cuarto menguante, tenía un casco de papel.
—! Si ¡ !no podrás contra nosotros¡ —grito otro con una armadura de lo que parecía ser cartón pero una luna mejor pintada
— ¡Atrápenme si pueden! — grito el primero al dar media vuelta y correr
Pero antes de eso el niño choco contra una de las piernas del caballo de Azrael cayendo de espaldas.
— Ten cuidado hermano, disculpe señor
— No hay problema, solo cómo somos nuevos, ¿pueden decirnos sobre ese héroe de la media luna?
El niño se quitó la máscara y se rio, al igual que los demás.
— Disculpa, es muy raro que usted no sepa sobre él—dijo otro al quitarse el casco de madera—, son visitantes, ¿verdad? Entonces, se los contare...
Después de la plática él les dio unas monedas y ellos se fueron felices de ahí.
—Con que es así —dijo Azrael
Antes de avanzar vio como un niño se le quedaba mirando, estaba enfrente de su caballo, los demás trataron de hablar con él para que dijera que era lo que quería, pero él solo estaba con el dedo pulgar derecho en la boca con una mirada curiosa, era un niño de la calle, la ropa andrajosa, sucio de la cara y el cabello, no se veía delgado pero su condición solo decía que eso era lo único bueno en él. Azrael paso de largo y el niño solo lo siguió con la mirada, para después caminar detrás de él, los demás lo dejaron ya que no sabían que hacer al respecto.
— Bienvenidos a la posada "Martillo del Alba" — dijo la recepcionista mitad humana mitad tigre, tenía la cara solo con la nariz de un tigre, los dientes filosos, el cabello largo naranja con mechones negros, además de una complexión robusta sin exageración y el vestido de una sirvienta victoriana.
Todo se veía ordenado, además de que algunos arreglos florales se podían ver en algunas mesitas frente a los sillones y sofás recién limpiados, todo siendo preparado para la fiesta, hasta que miraron al mismo niño mirarlos desde una ventana, era intensa su observación que empezaba a dar miedo a pesar de su edad.
—Disculpe, ese niño... — dijo Amélie señalando a la ventana donde se encontraba
La recepcionista miro hacia esa dirección y suspiro.
— Es Robert, es un niño que siempre está callado, nunca habla con nadie, trabaja en lo que puede pero no habla con nadie y no le hace caso a nadie si no es para conseguir dinero, pero últimamente ha estado raro, como ahora, su atención parece dirigida a ustedes y eso es extraño — dijo la recepcionista al mirarlo y hablar con voz compasiva —, hace mucho sus padres murieron al estar de servicio en los soldados en la capital, así que como nadie está con el creo que se ha vuelto así, diría que lo ignoren, pero les seguirá con la mirada
— Se parece mucho a alguien que es casi igual — dijo Tron
Después de darles las llaves de dos habitaciones se fueron a acomodarse, no habían traído sus armaduras solo por qué Azrael se los había dicho e igual desde un principio sintieron que solo perdía tiempo y quería ir a otro lugar, solo que Ritsumary no había soltado su casco, trayéndolo en la cintura como un trofeo sin serlo.
— ¿Aún sigues sintiéndote mal Ritsumary? —pregunto Fio al verla
Ritsumary se había sentido mal desde que salió, al preguntarle a Azrael sobre ello este le dijo que su cuerpo aún no se acostumbra a liberar su magia, lo que conlleva a un malestar hasta que su cuerpo pueda recuperarse solo y poder acostumbrarse a eso.
*Estoy bien, solo es un poco de cansancio por estar de vigilante* respondió al escribir al aire
— No deberías hacer eso, nosotros nos turnamos la noche, además que ese sujeto no duerme así que es más fácil
*Lo sé, ahora podré descansar un rato*
Había sido difícil, no había podido decirle a nadie mucho sobre su magia, así que debía ser cuidadosa a quien contarle sobre ello, aunque le dolía hacerlo ya que eran sus compañeros.
"Mientras tanto"
Aquel sujeto había completado lo necesario, ahora solo faltaba la parte más esencial, sencilla y difícil de conseguir, pero para completar ello tenía que esperar, una espera no muy larga, pero exasperante, ese momento único del día, saldría a la luz, ese único y glorioso día, así que solo tenía que no hacer nada, justo hasta donde nadie pueda ver cuando atacara.
Lo irónico es que todo mundo de aquel lugar le conocía, no era una buena persona, no era mala persona, solo era un "el", una persona normal, sin problemas con nadie, sin necesidad de herir a nadie, solo era alguien que quería llegar a algo, probar algo, demostrar al mundo algo que él creía por sí mismo, no importando el costo, lo más raro era que para sí mismo, no era del montón, sino una excepción, una única y fatídica excepción de entre todos los seres del mundo que solo son así por su propia mano, sin ninguna razón, sin ningún trauma, sin nada que les haga querer llegar a algo, solo lo hace por que quiere.
Caminaba por la calle principal, saludando a todos, ayudando a quien lo necesitaba, todo por solo matar el tiempo, no sentía nada por nadie, y si era así solo era respeto, inclusive sabía que algunos niños no se le acercaban por precaución aun cuando los adultos les decían que eso era mala educación.
En un momento dado miro algo normal esos días, pero muy raro para él, un grupo de adolescentes caminando en grupo, una joven comiendo a dos manos un trozo de carne, otro aparentemente regañándola por ello, los demás observando todo y otros sin casi interés alguno, pero de entre todos estaban dos que la mirada no les quito mientras caminaban, era un niño pequeño que él conocía y un adolescente de igual edad que ellos, algo dentro de él le decía que era fuerte, pero la complexión de aquel tipo no era buena, algo decía que podría ser un error no vigilarlo, pero no podía hacerlo, aún faltaban algunos detalles y coartadas que preparar, tenía mucho que hacer, tanto de improviso como planeado o seguir algo y esperar que pase o hacer lo que parecerá salir mal y salirse de los planes, había pasado por mucho y nunca pensó en algo como esto, así que irónicamente se lo dejo todo al destino sabiendo que haga lo que haga, todo terminaría ese día, no importando si muere o logra sobrevivir, todos aprenderían algo de lo que él vio en sus sueños.
"Volviendo con Azrael"
Él pensaba en lo que los niños habían dicho, era sobre la leyenda y la razón de la tradición de ahí.
°° Se dice que hace mucho tiempo hubo una amenaza, mucho antes que la del rey demonio, mucho antes de la destrucción de 3 de los 8 reinos principales, no hay muchos registros al respecto pero las leyendas aunque han cambiado de forma de contarse siempre tienen algo en común, un héroe no venido de otro mundo, sino uno nacido en la tierra pero criado en la luna, uno que tenía un hermano muy al contrario del primero, nacido en la luna y criado en la tierra, el primero fue alguien noble que solo recordaba estar en la luna y de otro momento venir a la tierra, fue alguien bondadoso, el segundo aún más y era amado por todos, la diferencia de ello era que el primero°°
°°°El más noble de ellos era el rey, el menos noble era el que protegía a todos, eran hermanos no necesariamente de sangre, eran hermanos solo por qué había algo que los unía a ambos algo muy profundo, algo misterioso e inesperado, que ambos tuvieran la misma madre pero de dos mundos, no hay forma de explicarlo, ¿una Doppelgänger? ¿Un error en el universo? ¿O el simple chiste de alguien por crear algo? Nadie lo sabe°°°
°°°A pesar de ser diferentes ambos tenían la idea de proteger lo que querían, de cuidar lo que amaban, pero aun así, cuando tenían sus propias convicciones, uno sentía envidia del otro, uno sentía que era el que hacía menos que el otro, el que a pesar de ser igual a él, sentía que no era suficiente para toda la gente, o para sí mismo°°°
°°°El criado en la luna que protegía al reino era alguien arriesgado, alguien confiable y alguien que sonreía cada vez que completaba una tarea, por más básica, por más completa y por más difícil que fuese, todo aquel que apenas conocía podía confiarle la vida a él y cuando fallaba el lloraba su muerte sin pena y con el corazón en la mano°°°
°°°El criado en la tierra era más, desde pequeño entendía lo que otros necesitaban, entendía que querían y se esforzaba en conseguirlo, era alguien que escuchaba y trataba de dar críticas honestas, por más feas, por más sinceras, habían muy pocas personas que no les agradaba, pero sabían que podían desahogarse con él, decían que era el más sabio que piso ese mundo, pero por sus propias palabras dijo que no era así°°°
°°°Su madre nunca fue vista, su padre nadie sabe quién fue, ni siquiera la razón del por qué nacieron, pero de que eran poderosos lo eran ya que la fuerza, inteligencia y demás habilidades en ellos eran increíbles. Aunque hubo indicios que alguno de ellos era humano, ya que como todos, sangraban, lloraban, reían y sufrían como uno, inclusive en decisiones difíciles dejaban ver qué a pesar de ser fuertes no podían con todo lo que se presentaba°°°
°°°Un día, el último en el que seguiría la desgracia, hubo una tragedia, traída por una de las bestias más fuertes en todo el mundo, un dragón, no era como las leyendas decían, no venía del bien o mal, no venía del infierno o como un controlador de plagas malvadas o juez que eliminaba la corrupción aun cuando no había, solo era algo que apareció de la nada, destruyendo todo a su paso sin ninguna razón en especial, las aldeas, reinos enteros, incluso a los de su propia especie y otras de su misma fuerza, avanzaba lento y cada vez, cada día, se hacía más fuerte que el día anterior, muchos intentaron eliminarlo, pero no siquiera los héroes le hacían el daño suficiente como para frenarlo, aunque nadie lo dice, se dice que inclusive un Rey Demonio intento igual destruirlo, pero eso es más un mito que una historia real°°°
°°°Llegó la resistencia de aquel reino, se habían preparado lo más que se pudo, y sabían que irían a morir, pero no sin antes darle tiempo a su gente de irse, ese día uno de ellos decidió unirse a la pelea, pero el otro no lo dejo, uno tenía que seguir con la gente, y el otro hacer el trabajo que le correspondía, sin prometerse nada, sin decir nada, ambos se separaron, uno sabiendo que no tendría más opción que guardarse lo que se dirían ya que es solo algo que tenían que hacer por una sola y única promesa°°°
°°°El día llegó, la gran pelea duro 3 años, aquel criado en la luna se unió a quienes eran de otros reinos y bestias, todas con el único fin en común, lucharon y lucharon hasta donde no se podía más, héroes heridos, soldados muertos, máquinas hechas añicos y tierras desoladas por sangre muerte y desesperación, al final solo quedaban pocos, pero habían logrado herir lo suficiente al dragón como para vencerlo, pero una bestia herida es más peligrosa que una más grande, la última resistencia no pudo darle el golpe final a la bestia y la bestia no pudo vencer a la última fuerza que le quedaba al mundo, ambos solo se quedaron de pie, la resistencia se quedó a vigilar el lugar donde el dragón se quedó, y el dragón solo esperaba un descuido para atacarles, pero aun así tuvo uno, uno que fue aprovechado al máximo, por mas pequeña probabilidad de terminar todo°°°
°°°Ambos bandos "murieron" de pie, no acostados al suelo, eso demostraría que se rindieron, y sería la seña para otra gran catástrofe, lo único que quedó en aquella zona fue una carta, sostenida por uno de los soldados, era del criado en la luna°°
*Querido hermano, ambos sabíamos que nos separamos en algún momento, ¿recuerdas cuando prometimos ser iguales a los héroes? Vaya sueños de niños, pero hemos tenido mucho que pasar, aún no puedo superar y no pude superarles, espero y tú puedas hacerlo, sé que lo que diré es estúpido, pero tengo que decirlo... este dragón se ha quedado dormido, no ha muerto, no se moverá así que aprovecha y cubre con todas las fuerzas, magia y gente a esa bestia, has lo que puedas para unir lo más que puedas a toda la gente y reyes de todos lados para planear como encerrarle, mi trabajo ha terminado, espero y tú puedas acompañarme una vez que puedas cumplir esta tarea, y lo siento si es demasiado, pero ambos sabemos que mientras más difícil sea una tarea, más satisfactoria es la victoria*
Atte. Sadler
°°°Desde ese día se le conoce como el héroe de media luna, no es de la tierra, no tampoco de la luna, solo es de la mitad de ambos mundos, mundos que protegió siendo el extranjero de aquí°
°°°Después de más décadas del acontecimiento, su hermano Draiud logro hacer lo que su hermano le dijo, vivió lo suficiente para ver el santuario erigido para proteger y mantener la promesa de su hermano y su legado, muchos héroes ayudaron a ello, tanto por su magia como artefactos regalados por dioses, aunque nadie sabe la procedencia de algunos de ahí, ya que a pesar de ser una leyenda hay algunos cabos sueltos en tan poca explicación, pero esos solo el pasado sabe mantener en secreto, salvo que se les escape uno que otro y afecte a todo el mundo°°°
—Vaya forma de contar una historia — Dijo Azrael después de escuchar a la niña—,Sí que eres muy buena
Ella se sonrojo por ese halago.
—Hay historiadores que les cuentan la historia a los turistas y visitantes, así que hago lo mismo porque me gusta contarla— respondió ella con una sonrisa tierna
— Así que uno de esos héroes se quedó a resguardar el santuario... — dijo Marcus
— Si y dicen que tiene 500 años, aunque eso lo dudó
— ¿Por qué? — pregunto Gabriele curiosa
Los niños rieron un poco como si esperaran esa pregunta y reacción.
— Es cosa de visitantes descubrirlo — respondió otro niño con una sonrisa inocente y burlona
Los niños se fueron corriendo mientras seguían su juego en la calle, los demás se dirigieron a la posada.
— ¿Debería preocuparme por el observador? Creo que no— susurro Azrael mientras entrecerraba los ojos