Delta se la pasaba viajando alrededor de ese nuevo mundo con sus propios medios, miró a semi-humanos convivir entre los humanos, a los animales más salvajes, extraños y exóticos, tanto salvajes como domésticos en todos lados, eran de diferentes tipos que hasta parecieran haber sido sacados de la mente de alguien que usa drogas muy seguido para motivarse, aunque le calmaba que algunos fueran un poco familiares a los que conocía y otros no tanto, aparte de eso, conoció a muchas personas en sus viajes y aceptaba misiones solo para mantener su travesía constante, aunque solo le alcanzara para una sola ciudad o mitad de camino al ir en un carruaje cada día, nunca se salvó de ladrones o encuentros infortuitos en su viaje como ver a aventureros en problemas y gente necesitada, además de meterse de manera casi innecesaria (no todo el tiempo) en problemas con soldados o cualquier otra cosa que le pareciera ver (para ellos) sospechoso, ya que aún mantenía su ropa militar de camuflaje, y otro cambio de ropa extraña a las vestimentas regionales a donde andaba.
De Bareyle a Undyne y de ahí a los demás reinos, no le importaba el tiempo, disfrutaba de las vistas y ciudades como antes no pensaba hacerlo en su mundo original, disfrutaba el frío, el calor y los espectaculares paisajes que rodeaban las ciudades o montañas, podía igual estar en lugares donde mantenían las líneas enemigas contra las fuerzas del rey demonio, de vez en cuando veía enfrentamientos entre esas fuerzas y los héroes o soldados que peleaban para repeler sus asedios, en un día como otro se quedó a almorzando mientras miraba una batalla en las cercanías de una ciudad de Undyne.
— Vaya forma de provocar a Jezabel no le interesa perder gente si eso hace que vayan a su castillo... ¿Será un masoquista? — dijo mientras tomaba jugo de un envase de plástico
Siguió su camino escuchando a lo lejos la conmoción a pesar de que su distancia era considerable, las explosiones, y magia lanzada podían verse como fuegos artificiales por la mañana, hasta que sorpresivamente no escucho más, había terminado tan rápido como empezó, eso era algo que no había escuchado a no ser que fuese una emboscada hecha con armas de fuego al detenerse, pero era extremadamente raro que eso pasara, así que le llamo la atención ese suceso.
Enseguida miró al lugar, saco unos binoculares que le había pedido a Jezabel y vio un carruaje extraño, hecho de metal y adornado finamente de manera elegante entre detalles dorados y azules, eso pasaba por un camino recién hecho adornado por los cadáveres de los soldados de Jezabel, la batalla había ocurrido algo cercano a la entrada de la ciudad, con los binoculares que podían ver a una gran distancia de más de cuatro kilómetros de distancia, se dispuso a ver qué fue lo que había hecho todo eso tan rápido.
— Para un héroe esto le tomaría máximo tres días a dos... es demasiado extraño
El carruaje se detuvo y primero bajaron dos sujetos, después uno extendió la mano para ayudar a bajar a alguien más, ahí fue cuando lo sintió, un sentimiento de pesadez profunda que le hacía sentirse pesado, además de nervioso sin razón, quien bajo de ahí fue una mujer, traía una máscara blanca y tenía un vestido largo de solo una pieza color azul celeste y adornos de tela transparente, de cabello recogido color dorado, ella se detuvo y miró justamente donde él estaba, como si le presintiera a pesar de la distancia y eso hizo que su corazón y mente entraran en pánico.
— ¡Mierda!
Al instante activó su habilidad trampa y la vio a escasos metros de él, su corazón latía a mil por hora, ahora que la veía más cerca notaba el ambiente de misterio y algo de belleza en ella trayendo un vestido de dos piezas rosa pastel y algo de blanco en los detalles de la falda, observo como ella miraba la basura que el aún no había levantado, se acercó y el aún aturdido se movió poco a poco a un lado, no respirando y no haciendo nada innecesario para que no lo notase, por muy escondido que estuviera.
«Si Jezabel pudo sentirme, no debo bajar la guardia en absoluto» pensó manteniendo la calma lo más posible
Después alguien más apareció, era una joven cubierta por una capucha blanca que le dejaba ver solo la mitad del rostro hacia abajo, la capucha estaba conectada como una sola pieza a una gran manta, recordándole a su amigo, pero ella se le podía ver la vestimenta interna y no una especie de oscuridad total que no dejaba ver nada más.
— ¿Que pasa Duquesa? — pregunto la joven con una voz solemne hacia la primera que apareció
— Sentí... que alguien me observaba demasiado, pero desapareció justo antes que yo llegará, debió notarme más rápido que yo...
La segunda chica suspiro.
— Debe saber que hay muchos así, como los héroes, volvamos, los demás estarán preocupados por esto y harán un desastre como las otras veces, más por lo que usted acaba de hacer
— Cierto, me disculparé con ellos, solo diré que tenía prisa, no necesitan más explicaciones
Después desapareció demasiado rápido, la segunda sólo aspiro el aire y dijo esto antes de desaparecer.
— Tuviste suerte
Delta apareció y levantó sus cosas tan rápido como podía.
—¡¿Qué demonios fue eso?!
Era una de las pocas veces donde se sentía tan abrumado por algo así, y ni que decir con Jezabel, ni siquiera con él podía sentir una presencia poderosa.
»¿Tal vez se contiene por mí? Se lo agradeceré cuando lo vea
Se fue de ahí sin volver a mirar a donde había estado observando antes, las noches las pasaba en el castillo de Jezabel, era trampa, pero siempre lo hacía y solo se quedaba a dormir y volvía a donde quedó justo como una partida guardada de algún video juego. Esa noche hizo lo de siempre, pero quería hablar con el rey demonio. Abrió la puerta y al mismo tiempo la misma chica paso por un lado, ambos se detuvieron, el estático y sorprendido, ella como si nada.
—No quiero que te vuelvas a acercar a ella... no sé por qué él te deja vivo... la próxima vez yo no lo haré— su voz era totalmente despreciativa hacia él, con tanta saña y furia que Delta tragó saliva en silencio
Después se fue, y Delta siguió con sus pasos hacia la sala del trono aún con el corazón en la boca, pero decidido a conseguir respuestas.
—Veo que conociste a Silver— dijo Jezabel al mirar al rostro de su amigo
—Rayos hermano, esa sirvienta tuya es intensa
—No es mi sirvienta, es mi esposa
Eso lo detuvo en seco, era una gran sorpresa.
—Ha, perdón, ente... ¿Disculpa?
—Es una larga historia, veras...
—No, mejor no, tengo demasiadas sorpresas para solo un día, solo pediré una... ¿quién es a quien tu esposa cuida?— interrumpió sabiendo lo importante y pasando a la otra cosa
—Se ve que la conociste, se llama Kyle, no conozco su demás nombre, al parecer es una duquesa del infierno, un demonio en tus términos, pero muy fuerte, según Silver, ella es la segunda cosa más fuerte además de mí, y dice que falta poco para que me alcance, ¿puedes creerlo? — dijo Jezabel en tono burlón moviendo los pies
—Pues vi, bueno, estuve cuando ella termino una batalla entre tus fuerzas y las de una ciudad, la acabo en segundos
Ahora movió los brazos, Delta no preguntó por eso.
—Aun así no aceptare eso, pero por lo que veo, realmente te marcó
Delta suspiró al verse como quería en palabras de su amigo.
—Como no tienes idea, espero no verla... al menos no en mis viajes
—Yo quisiera conocerla, pero Silver es muy reservada con ella, no sé cómo se conocieron, pero como quedamos, ella sus cosas yo las mías
Delta lo miro.
—Lolicon
— ¿Por qué dices eso y que significa? — pregunto Jezabel escuchando por primera vez esa palabra
Delta se alejó de ahí terminando su plática y bostezó.
—Creo que lo entenderás algún día— dijo Delta al cerrar la puerta—, buenas noches
Todos los días, él eguía viajando, Jezabel peleaba contra los héroes que llegaban cada cierto tiempo a su castillo, Silver casi nunca casi salía de la mansión de Kyle, ni siquiera cuando su padre le mandaba a llamar
— Deberías ir a tu casa, al menos tu padre debe estar preocupado— dijo Kyle sentada en un escritorio
Soleri (Que es el verdadero nombre de Silver) hizo un puchero infantil
— Le dije que estaría aquí, además que respondo sus mensajes que manda aquí, con eso debería ser suficiente— dijo sin dejar de inflar las mejillas mientras miraba a otro lado
Kyle estaba escribiendo algo en un gran pergamino rojo, casi estando absorta en ello de no ser por Soleri que jugaba con su cabello largo hasta los pechos.
— Bueno... al menos de tu esposo no hay que preocuparse que pregunte
— A él lo voy a ver unos días después de que salgo de aquí— respondió rápido
Kyle se detuvo de escribir, Soleri seguía mirando y jugando con el cabello de Kyle.
— Soleri, ¿No vas con tu padre pero si con el Rey Demonio? — su voz se volvió un poco más seria
Soleri volvió a ver a Kyle, claramente eso se le había pasado en algún momento.
— ¿Nunca te lo dije?
— Solo una vez lo hiciste, pero pensé que esa vez fue la única
— Ha, entonces discúlpame por eso, debí decírtelo pero pensé que ya lo había hecho— dijo Soleri con una sonrisa de culpa
Kyle dejó la pluma a un lado del pergamino y abrazo a Soleri por la espalda.
— Soleri, debes saber que él es el enemigo de este mundo...
— Lo sé, pero...
La presión fue más fuerte algo que hizo a Soleri dejar su cabello.
— Es un ser que no debe mantenerse en contacto con nadie que no sea un héroe para eliminarlo...
— Entiendo, lo entiendo bien Kily... podrías...
Aún más fuerte.
— Que necesita ser eliminado lo más pronto posible...
— ¡KILY SUELTAME!
La condesa reaccionó relajando su agarre la había abrazado demasiado fuerte y rápido, Soleri cayó al suelo empezando a toser por recuperar el aliento, Kyle se sintió mal por ello y la quiso levantar.
— ¡Soleri, perdóname! Yo...
Soleri dio un giro alejándose de ellas y levantándose por sí misma.
— Se lo que es, se lo que tiene que hacer, no soy tan estúpida como para no saberlo, mi padre, todos lo saben, también que no necesito a nadie que me defienda de él, soy y seré igual de fuerte o más una vez que crezca, soy un dragón y los dragones tenemos el orgullo de ser fuertes, tú más que nadie debería saberlo...
Le dio la espalda a ella y se fue sin despedirse.
— !Estúpida, estúpida...
Soleri estaba afuera del castillo de Kyle, sintió aún la presión en su cuerpo y respirara suavemente.
—No soy grosera con ella, pero hay momentos donde...
— Señorita Soleri... ¿Le pasa algo?
— No, nada...
Quién le había hablado era Wisteria, uno de los sirvientes más cercanos a Kyle, tenía su mismo tamaño, además que era muy serio a pesar de su edad.
— Dime Wisteria... y sé que está pregunta te incomodará bastante... ¿Por qué es que Kily odia al rey Demonio?, y lo pregunto en el sentido que ella lo odia más que nadie en el mundo
Wisteria miró a Soleri, sabía que no podía decirlo, pero ella era alguien que pasaba y hacía reír a Kyle.
«No creo que sea tan malo decirle» pensó
Le hizo señal que esperara y despareció, después de unos momentos apareció nuevamente y le dio una libreta sin portada, solo con las hojas de papel. Antes que volviera a hablar Wisteria le señaló que no hablará, le dio a entender que se podía hablar de eso, así que guardó la libreta dentro su ropa.
— Intenta no enojarte con ella, Kyle es incomprensible lo sé, pero está haciendo algo por los demás qué perdimos todo, por favor ponte en sus zapatos si es que puedes
Ella miró a otro lado, desapareció después.
— ¿Le entregaste la libreta? — pregunto Kyle detrás de Wisteria
— Si, pero... es tu amiga, no deberías engañarla de esa manera
— Todo mundo sabe lo que él hizo, ella es la más cercana a ese sujeto, ¿no crees que sería de ayuda para eliminarlo?
—...
Wisteria quería recriminar algo, pero no lo dijo.
Unos metros atrás del castillo de Jezabel, Soleri leía la libreta, mientras más la leía sus emociones brotaban, mientras más leía sentía como si le diera razón a quien escribió eso, cayeron algunas fotos de la libreta, la arrojó a un lado y corrió a la entrada en el gran portón golpeándolo fuertemente para querer entrar a la fuerza mientras gritaba que la dejaran pasar.
— ¿Debería dejarla entrar?— pregunto Jezabel mirándola desde una pantalla holográfica que salía de una gema
— Viene demasiado enojada, y para que se calme necesita golpear algo muy fuerte... ¿Podría opinar algo?— dijo una voz de manera tranquila y sería
De tanto golpear la entrada al fin lo logro, pero no sé detuvo, corrió hacia la puerta principal del castillo y de una patada la abrió arrojándola hacia enfrente. El primer piso o nivel, tenía aún su remodelación, las esculturas de caballeros, algunos extraños monstruos y las máquinas de guerra estaban siendo pegadas como si fueran rompecabezas, el piso de mármol pulido y brillante tenía grietas y agujeros por casi todos lados, el techo estaba intacto ya que era muy alto, ella siguió avanzando sin mirar más a su alrededor.
Algo cayó del suelo destruyendo nuevamente todo a su alrededor y lanzando la loseta del suelo hacia todos lados, una especie de Gorgona quimera, con tres cabezas, dos piernas deformes de caballo, brazos humanos con garras filosas, las escamas verde esmeralda y pálido, los ojos cerrados y las lenguas bípedas que salían de sus bocas les decían donde estaba su víctima ya que podían sentir el calor corporal de sus víctimas.
— ¿Es en serio?... !Enserio!
Las demás copias de la Gorgona la empezaron a atacar, ella se preparó para atacarlos pero fue demasiado tarde, todo paso tan rápido que ella después despertó en el jardín de frente al castillo. Miró alrededor y su mente parecía reacomodar lo que pasó, aun cuando estaba aturdida.
— Al fin despiertas — dijo una voz a un lado
Ella miró de dónde provenía la voz, ahí estaba Jezabel dándole la espalda, ella se levantó y fue contra él con todas sus fuerzas, pero un muro invisible se interpuso en su meta deteniéndola en secó, después se dolió el rostro por el impacto que caso hace romper su espalda y cabeza.
— Deberías aprender a no volverte loca tan rápido — dijo Jezabel
— Se parece a su madre en eso — dijo otra voz que ella conocía
Ella miró más a la derecha.
— ¿Padre? ¿Qué hace aquí?
Pharmagon Arut Demisery el capitán dragón, incluso temido entre su gente y creador así como parte de muchas leyendas de ese mundo, ha enfrentado a muchos reyes demonios antes de Jezabel, y claro, a este también, pero la razón por la que ambos siguen vivos fue por qué había sido quien intento entrar a la fuerza al castillo de Jezabel, eso y la guerra maldita que ocurrió hace mucho tiempo atrás, además del dragón del caos que casi acaba con el mundo habían pospuesto su enfrentamiento.
— Como no visitas a tu viejo padre decidí matar el tiempo viniendo aquí, ¿No puedo? — su voz tranquila y falsamente decaída era demasiado perturbadora para ella
Ella no dijo nada, la razón por la que no lo iba a visitar era para no verlo como ahora, ese sujeto antes podía ser amenaza para quien sea, su imponente porte, presencia y fuerza que hacía de manera inconsciente hacer temblar a quien sea, podía hacer sudar a inclusive un igual de fuerza que él, ahora parecía ser alguien diferente, como los humanos que veía de lejos, casi no podía sentir ya la fuerza que le caracterizaba, ahora solo era alguien que pasaba sus días de manera tranquila y sin preocupaciones, ella sabía que tenía que verlo, pero algo le incomodaba bastante.
— Siento que debería preguntar, pero me ahorraré las molestias y el enojo — dijo Jezabel aún sin voltear a verla
— ¡Tu! ¿Realmente asediaste Nightcore y a los celestiales?
— ¿Por qué debería responder eso? — pregunto Jezabel
— ¡Hacer eso solo haría el caos más fuerte en el equilibrio de este mundo!
Ahora Jezabel solo miró a Pharmagon.
— ¿A los dragones les gusta conservar el equilibrio de las cosas?
Él solo levantó los hombros incluso sin comprender a su hija.
— !Como sea! ! Responde!
— No
Y así empezó la discusión, una aparente adolescente gritándole a un ser oscuro cubierto de una gran manta morada con negro mientras vapor salía hacia afuera.
— Bien, hagamos algo
— No tengo tiempo para estupideces
— Quieres que responda tus preguntas, ¿Si o no?
— ¿Qué quieres?
— No tardaste nada en decir eso... Bueno, si quieres que responda solo atraviesa mi castillo, enfréntame y trata de vencerme, justo como todos los demás héroes
— ¿Solo eso? Acepto
—Ni siquiera lograste pasar los ataques de Gigi, y eso que solo fue una ilusión
Soleri infló las mejillas en un berrinche.
—!Eso solo fue un error de cálculo!
Se fue a la entrada nuevamente.
»¡Te demostraré que puedo pasar este lugar si me concentro!
Pateó la entrada nuevamente y avanzó gritando el nombre de la Gorgona quimera para provocarla.
— ¿Realmente está bien que mis monstruos no se contengan con ella?— preguntó Jezabel
— Está bien, si ella quiere algo tiene que sudar mucho para conseguirlo, además, tú tienes que ser el único que la comprenda... aunque seas el enemigo a vencer del mundo
—... No es justo…
— Si, no lo es, pero será tu responsabilidad
Soleri cada vez que entraba solo tenían que pasar unas cuantas horas y terminaba despertando en el jardín, cada vez que eso pasaba Jezabel le decía...
— Por fin despiertas
Y ella volvía a entrar sin demora al castillo, incluso Gigi se aburrió al intento número setenta y ocho, ella despertó y escucho el "Al fin despiertas" de Jezabel, solo que está vez se mantuvo en el suelo.
— ¿Quieres algo de almorzar? ¿Café, agua, sangre?
Soleri le observaba mientras estaba pensando, su padre ya se había ido de ahí, las sirvientas trajeron una mesa pequeña, tazas de té y el almuerzo, solo que estaba cubierto de plástico transparente.
»Tu padre dejó esto y se fue, creo que deberías comer antes del almuerzo que ellas servirán, por cierto, ¿Sabías que él las hizo personalmente?
Lo que dejó Pharmagon fue unos sándwiches de verduras y carne, del tamaño promedio a cualquier otro, ella los comió con tranquilidad y bebió un poco de té al terminar. Para después volver a la entrada, o al menos dirigirse hacia ahí, solo que miró de lado a Jezabel.
— Cuando vuelva... dile que el sabor no está tan mal
Avanzo nuevamente al castillo, solo que Jezabel probó un poco de aquellos sándwiches, y tuvo que soportar el escupir por el sabor horrible.
— Tantas horas que yo y mis sirvientes nos esforzamos en enseñarle algo como esto, es increíble que aunque sea tan sencillo él lo haga parecer una misión imposible... pero veo que igual tiene los mismos gustos... todo por qué se le acaba el tiempo... tiempo...
Miró como las sirvientas dejaban nuevamente a Soleri en el pasto y se retiraron de ahí.
—¿Debería bajar aunque sea un poco la intensidad? Pero si lo hago se enojara.... Que importa
Aún tenía el sándwich en la mano y de este salió humo morado haciendo una palabra.
*Lo haces, te mataré y está vez aunque muera yo también*
—Maldito viejo hijo de perra