Después de recorrer un poco los puestos que ya estaban preparados, ahora estaban en lo que sería la única entrada a ese santuario ya que alrededor había un rio y la entrada era un puente, aquel rio que pasaba por debajo la aldea, el puente tenía dos pilares unidos como un triángulo, en la punta de estos una roca volcánica, dentro de ahí el un jardín adornado de algunas flores y árboles.
Había un pequeño sendero de no más de diez metros que atravesaba el jardín la entrada del santuario, el camino tenía lozas color azul marino del cual empezaba a tornarse celeste en algunos, tal vez por el reflejo del cielo, el santuario era una cueva más grande de una sola entrada, la misma que se podía ver de lejos, aquella gran roca estaba rodeada de gente con ropa ceremonial, vistiendo una sola y gran tela como una toga, pero más parecida al estilo japonés a pesar de no conocerlo, con lazos plateados como si la cola de aquella ropa estuviera hecha tiras, una gran tiara de metal en la cabeza adornada con aretes que se movían cual cascabel de gato, maquillaje neutral para las mujeres y un bastón de madera con cadenas negras en la punta que colgaban como adornos para los hombres, tanto los aretes como las cadenas en los bastones, tenían en la punta pequeñas esferas naranjas, se veía que eran pacifistas, pero entre las monjas destacaba una mujer.
De rostro puro, una mirada sería, tranquila, serena, notándose vacía en los ojos y una tez casi de porcelana, como si con solo tocarla se rompiera, sombras en sus ojos, sin labial en sus labios, pero estos tenían un color cereza, en la frente una luna llena de metal sostenida con líneas plateadas que rodeaban su cabeza como una red, estaban sujetas al cabello como extensiones artificiales para cabello, este era largo hasta llegar a la cadera, violeta como la flor de la cual pertenecía ese color y lacio, muy radiante dándole la apariencia cercana a una diosa.
— Es hermosa — dijo Marcus
— Sí que lo es — dijo Fiorelence apoyándolo
Esa mujer que definitivamente era la máxima sacerdotisa, caminaba paso a paso de un modo que a pesar de mostrar poco, parecía demasiado benevolente hacia su responsabilidad, extendía un poco las manos hacia abajo a los lados al igual que su mirada cabizbaja, su ropa era muy diferente, no tenía ninguna tiara en la cabeza, un vestido de solo una pieza, un poco abierta del pecho, con las mangas tan largas tanto hacia el frente como holgados que era como si se necesitarán grandes brazos para que se taparan, cadenas grises sujetadas de las mangas que llegaban hasta el suelo haciendo un ruido metálico apenas perceptible.
—Mañana es el inicio de las festividades, es bueno llegar, tenemos que ir por...
—Los estábamos esperando — dijo una mujer en medio del grupo
Todos demasiado rápido desenfundaron sus armas a la primera palabra, más bien no eran armas en sí, eran cucharas y unos palillos de madera que habían tenido comida antes, solo que sintieron algo los detuvo.
— ¿Me sería demasiado pedir que no vuelva a hacer eso? La próxima vez mis alumnos la mataran sin mediar palabra — dijo Azrael sin mirarla
Podía verse que a pesar que era una sacerdotisa casi sin expresión, la garganta se había movido al tragar saliva, podía sentir una daga en la nuca y una intensión asesina muy grande de golpe, no tardo en empezar a sudar y sentir la boca seca.
—Me... disculpare en nombre de mi mensajera — dijo otra voz delante de todos
Al mirar quien era ellos sentían una fuerte presencia, como si a la orden se quisieran arrodillar, solo la mensajera lo hizo al igual que algunas personas detrás de ellos.
Después de una sensación de tranquilidad ahora se sentía como si todo el mundo a la primera mala señal de algo indebido los quisiera matar, pero el rostro de ella estaba inmutable, no tenía los ojos abiertos como hace momentos, ahora estaban cerrados, más de cerca se veía más radiante que de lejos que hizo a los hombres y mujeres tragar saliva inconscientemente.
La sacerdotisa sonrió, rió un poco, y todo se silenció de golpe, la sensación se detuvo junto con la respiración.
—Los estábamos esperando...
Azrael podía sentir que se habían sentido de su presencia aun estando muy lejos.
—Chicos, son libres de ir a donde quieran, los que quieran quedarse pueden hacerlo —dijo Azrael —, nos veremos en la posada al atardecer
Eveline, Tron, y Amélie se fueron mientras hablaban de la belleza que los había saludado, los demás se quedaron ahí, toda la gente ni siquiera parecía moverse hasta que ella se fuera.
—Por aquí — dijo la sacerdotisa señalando el camino y yendo primera
Los demás monjes seguían sus oraciones o limpiaban de alguna impureza el lugar con alguna escoba o recogían alguna basura que volaba al aire y caía al rio. Después llegaron a la entrada de la roca, la sacerdotisa se arrodilló y miró a los demás o eso se sentía.
—Háganlo ustedes chicos, debes saber que yo no haré eso — dijo Azrael
Ella parecía mirarlo desconcertada.
— ¿Él siempre es así? — pregunto la sacerdotisa a Marcus con un tono tranquilo e inmutable
— S-siempre que puede
—Ya veo... bien, ahora junten las manos y crúcenlas en su pecho como una equis, después separen y pónganlas al suelo junto a la cabeza por favor
Ellos lo hicieron como dijo, al hacerlo podían sentir una presencia aún más fuerte que la de ella viniendo dentro la cueva.
» Cuando aparezca por favor no digan nada, dejen que yo hable, es la costumbre, lo siento
Antes de que preguntarán, la presencia estaba frente a ellos, era igual de fuerte que la de Azrael por ello no se explicaban cómo era posible.
—Shiraishi, puedes levantar la cabeza, diles que hagan lo mismo — dijo una voz infantil de un niño
—Como ordene padre
— ¿! Padre!? — gritaron todos
Se levantaron demasiado rápido para ver si era cierto y si lo era, había un chico con ropa escolar deportiva color verde con franjas blancas, cabello corto, una mirada sencilla brillante, máximo se podía ver qué tenía trece años, tenía rasgos asiáticos pero un poder casi inconmensurable podía sentirse brotar de su espalda hacia el frente como un resplandor invisible.
—Es un gusto conocerlos, mi nombre es Kouhei Kojima, pueden llamarme solo Kouhei
Todos estaban demasiado desconcertados con lo que veían, además de muchas dudas al respecto.
— ¿Eres un héroe verdad?... Disculpe por lo brusco pero... — dijo Marcus claramente desconcertado
— No, no hay problema, y lo soy — respondió el con una sonrisa demasiado alegre
Todos murmuraron impresionados por ello era la primera vez en su vida que veían uno ya que habían desaparecido hace ya bastante tiempo, Azrael avanzó hacia él, ambos parecían quererse enfrentar, Kouhei no dejaba de mirarlo a los ojos, Azrael tampoco y el ambiente se volvió demasiado pesado, tanto que parecía que en cualquier momento el mundo se iba a acabar de golpe.
—Por favor pasen, es raro encontrar a un Dullhalan con humanos por aquí — dijo Kouhei sin inmutarse y moviéndose de ahí
Shiraishi pasó con un elegante andar, casi sin mover su vestido o hacer algún sonido con las partes metálicas de su vestido, eso daba claro sobre el control de su cuerpo, los demás le siguieron al igual que Azrael que no había dicho casi nada.
Al entrar se podía distinguir una diferente sensación a la que se sentía afuera, dentro del santuario estaba demasiado bien resguardado por monjes con armas extrañas enfundadas en su cintura, si por fuera se veía como una gran roca de 10 metros de diámetro, por dentro parecía ser el lobby de un gran hotel, pero sin nada sofisticado, habían antorchas en las paredes, telas adornando casi el mismo sitio con pinturas antiguas, más monjes y sacerdotisas pasando, acomodando y limpiando todo alrededor, pero uno que otro miraba a los visitantes de manera curiosa y vigilante, habían escaleras hechas con la misma piedra hacia otros pisos descubiertos como si se tratara de una pequeña aldea dentro la roca, en las paredes de cada piso habían pequeñas aberturas o agujeros cubiertos con madera.
En total eran solo 3 pisos, según habían escuchado antes en la posada, casi nadie era aceptado a entrar aquí a no ser que un monje superior lo permitiera, solo se habían acercado por curiosidad y nunca se esperaron eso. Ritsumary miraba a Azrael por encima de su hombro, este seguía con una mirada hacia adelante pero parecía no notarla a ella, había visto muchas expresiones en él, pero nunca una como si estuviera a punto de hacer algo serio.
Después de subir al último piso caminaron hacia una entrada con un interior del tamaño de su salón de clases, ahí había un gran cuadro con imágenes antiguas, rupestres, no eran muy legibles o se lograba tratar de encontrar forma alguna, pero había una en especial que llamo la atención, la forma de un gran dragón que abarcaba casi toda una pared de 2 metros, en los pies de este un grupo de personas que apenas podían llegar a lo que eran sus espinillas.
Mientras veían todo alrededor, una sacerdotisa acercó un recipiente con una especie de tetera, tazas, una especie de agitador, eran cosas extrañas para los chicos, y las puso en una pequeña mesita y lo que parecían cojines que había traído otra sacerdotisa que venía con ella, una mas puso la tetera encima un pequeño horno que encendió con un poco de magia.
— Tomen asiento por favor — dijo Kouhei al sentarse en uno de los cojines—, siento mucho el no tener los utensilios necesarios para esto, ni el lugar adecuado— su voz parecía denotar un poco de tristeza
Hablo al aire, pero unos entendieron que se dirigía a Azrael. Los demás se sentaron como él, en cuclillas, obviamente Azrael no lo hizo y se quedó de pie
—Siento la descortecia, pero se lo que vas a hacer, así que un no muerto no puede participar en eso, además, ellos son principiantes y no lo entienden así que no hay preocupación, solo diré, que son cosas que no se pueden evitar
—Agradezco tu amabilidad por decirlo, aunque eres mi invitado...
Era una plática parecida a un lenguaje extraño entre esos dos, incluso Shiraishi no pudo evitar fruncir el ceño un poco ya que le parecía extraño ver a su padre mas tranquilo que otras veces solo con hablar un poco de esa manera. Kouhei coloco tres porciones de lo que parecía ser de lo que estaba hecho el te, la forma en la que movia sus manos era delicada y seria casi al mismo tiempo, de una manera tan natural que parecía que estaba mas que acostumbrado a eso, todo mientras mantenía una sonrisa llena de nostalgia.
Después de terminar de servirlo y de las miradas de asombro de parte de los alumnos, Kouhei tomo una taza y la giro dos veces a un lado para tomar un poco de su contenido, los demás imitaron eso ya que sentían que seria mala educación no hacerlo como el, después de terminar de tomarlo todo volvió a girarlo otras dos veces y lo dejo, el té tenía un sabor astringente, pero con un toque o forma muy diferente a la que ellos conocían, era algo inexplicable y muy diferente, pero con un sentimiento de extraña familiaridad. Después de eso suspiro y tomo una postura para hablar algo serio.
— Para dar inicio a esto, en primer lugar me disculpare con ustedes por robarles algo de tiempo, pero como han dicho sobre mí, sí, soy un héroe, pero no de los recientes desaparecidos, sino mucho antes de ello — dijo Kouhei de manera tranquila —, no deberían sentirse incómodos al escuchar algo como esto, pero debo decir que me sorprende que ustedes estén al control de un Dullhalan, últimamente ha habido muchas cosas raras, entre ellas ciertos asuntos políticos que a pesar no deberían involucrarme, lo hacen, afectan también a aquellos que no tienen nada que ver.
Nadie había dicho nada, lo dejaron hablar, pero Fiorelence no soporto la curiosidad.
—Disculpe por no esperar el permiso de hablar pero... ¿usted sabe al respecto del por qué ya no se ven héroes? — pregunto Fiorelence
Kouhei pareció mirar a la chica y suspiró, su expresión tomo una más seria.
—Esperaba preguntar lo mismo, yo no sé si sea el último o tal vez otro rezagado más de ellos, ya saben, héroes que no quieren seguir la línea de defender al mundo a menos que sea a sí mismo u otros asuntos, tengo unos contactos, pero eso sería decir que aun así no hay más héroes que yo conozca... —respondió Kouhei
El ambiente se tomó más pesado que antes, Azrael escuchaba eso con suma atención.
» Y veo que las repercusiones de que haya pasado todo eso ha hecho cosas que nunca se han visto antes, pero bueno, antes de continuar sé que se preguntarán el porqué de traerlos aquí
Había sido algo que no querían tocar aún o no sabían cómo llegar a ese tema ya que habían sido sorprendidos por semejante bienvenida aún sin invitación.
»La razón es el casco que trae su compañera —respondió Kouhei
Ritsumary inconscientemente tocó un poco el casco que traía, los demás no evitaron mirar lo mismo.
» Traigan lo demás —ordenó Kouhei
Tres sacerdotisas diferentes trajeron cajas en sus brazos eran del tamaño de una persona mayor, las dejaron entre Kouhei y ellos, estás se abrieron dejando ver partes de una armadura del mismo color negro, el torso, la parte baja y los brazos, solo faltaba el casco, Ritsumary contuvo el aliento al igual que Marcus, claramente pensaban que el casco era la única parte.
— ¿Sabes de dónde proviene ese casco?, O más bien ¿Puedes decirme cómo lo conseguiste?
Ritsumary no sabía si responder a eso, ese casco es un regalo muy preciado que le ha acompañado desde que tenía memoria, no de sus padres ya que ni siquiera ella sabía si viven o murieron, es de alguien que le ayudo a buscar su razón de ser en el mundo además de una meta propia que quiere alcanzar y esa meta se encontraba a menos de dos metros de ella con los brazos cruzados... estaba a punto de responder.
— Es una copia de un casco antiguo, despide la misma esencia por qué ha estado cerca de mí, un ser mayor del inframundo, no creo que sea parte de lo que esté en esas cajas que tienes — respondió Azrael sin dejar su expresión —, a menos que nos muestres que hay ahí y puede que te diga dónde está la original
Kouhei le miró y después Ritsumary, pero ella soltó un suspiro de manera lenta.
— Sabía que no iba a ser fácil convencer a esa chica teniendo tan buen protector, lo que hay en estas cajas son partes de una armadura antigua, las partes de la armadura de Sadler el conocido héroe de media luna
Todos soportaron la respiración, era una información tan repentina.
—Y necesitas la parte de la cabeza para completarlo... y ¿entonces?— pregunto de nuevo Azrael
Kouhei se levantó y sacudió sus pies, se acercó a las paredes y tocó unas cuantas pinturas.
—Desde el principio de su visita quiero creer que ya han escuchado la historia de este santuario
— Escuchamos la versión pública, ¿y la privada cuál es? Siempre hay algo que se tiene que ocultar de la demás gente para que no haya pánico— claramente Azrael ya estaba metido en eso
Todos sabían que era así, y por ahora lo dejarían hablar sin interrumpirlo ya que justo ahora el era mas directo que ellos, Kouhei detuvo sus pasos al estar en la pintura del dragón y se quedó mirando un rato.
°°°[...] el dragón no está muerto, solo ha gastado sus fuerzas, más bien, le hemos hecho gastar todas las fuerzas que tenía, encontramos un mineral que nos ayudó, no sé de qué esté hecho, o que sea, pero aunque ha sido una gran ventaja, esa cosa también ha cobrado su precio con las vidas de muchos, mi armadura... no fue recubierta con esa cosa, sino con la sangre de ese dragón°°°
°°°Un gran mar de esa misma, fue horrible, pero si la dejó ahí un gran y largo tiempo hasta que la encuentres, se hará fuerte, le vi mientras se alimentaba de sus víctimas, primero parecía succionar la sangre y después comerlas, la sangre es su fuente de poder, si estoy en lo correcto y mi hipótesis es correcta, al hacer eso haré a mi armadura más fuerte, espero y logres encontrarla, si hay alguien más leyendo esto que no sea mi hermano, debe saber que el dragón despertara un día y buscará parte de su poder en esta armadura, lo digo porque tiene tanto sus sangre como partes de sus huesos, ¿Puedes creer lo que se puede hacer con la alquimia? Así que haz lo que puedas para tener toda esta armadura, es la única que ha sido tratada así, si alguien más la obtiene, estarán perdidos nuevamente y no habrá ninguna posibilidad de defenderse...°°°
—En realidad hubieron 3 hojas en la carta que Sadler le dio a su hermano, la de siempre es la última carta, la segunda es la que acabo de hablar, solo que le borramos ciertas partes a la primera para no asustarlos
— ¿Y esa cosa volverá? — pregunto Marcus nerviosa
Kouhei suspiro de manera pesada, su expresión cambio.
— No estamos seguros, pero hemos reunido todas las partes faltantes y solo queda la de tu compañera, no hay duda que eso es una señal que no falta mucho para ello —respondió —, yo no me guío por las casualidades, pero esta es una que no puedo dejar pasar así que...
— Toma
Azrael arrojó el casco a Kouhei, Ritsumary no se dio cuenta hasta que lo hizo.
— ¡Oye¡ ¿Qué demonios estás haciendo!? — grito Ritsumary con todo su ser a pesar de tener la voz muy ronca
— Cállate, ¿o acaso no quieres ayudar?
Él la miro, ambos se quedaron así, Marcus quería apoyar a Ritsumary, pero ella se calmó al volver a sentarse, presionó sus manos y miró disgustada a otro lado.
— Cuídenlo mucho— dijo ella
Kouhei sonrió y dejo el casco a una sacerdotisa que lo acomodo sobre otro cojín.
— En recompensa por ello queremos...
—No hace falta, solo venimos a ver el festival, no nos entrometeremos en sus asuntos, aunque no puedo prometer un caos si algo sale mal— dijo Azrael
El héroe se quedó un poco en silencio pero retomó su postura.
—Claro, disfruten del festival de mañana, muchas gracias por su ayuda
Todos salieron de ahí acompañados nuevamente por la sacerdotisa Shiraishi, hasta ella podía sentir la presión ejercida por la furia de Ritsumary hacia Azrael, pero tenía la mirada baja, Azrael camino lento para hablar con Shiraishi.
—Oye, chica
—¿Si? ¿Que pasa?
—Dile a tu padre que gracias por el "Kaiseki" (té ligero)
—¿Kaiseki?
Azrael la miro mientras ella estaba algo aturdida por lo que dijo, después de eso decidieron descansar en una cafetería cercana al santuario, pero no habían pedido nada, ni siquiera Fiorelence podía decir algo sí estuvo bien o no, así que fue a pedir algunas bebidas, Ritsumary no dejaba de mirar a Azrael, este congelo a Gabriele con hechizo para que no escucharan su plática.
— No te enojes, también sentiste el ambiente en ese lugar — dijo Azrael — Nos vigilarían cada vez que se les dé la gana, además que podría causar problemas innecesarios para todo mundo
*Se supone que eres el Rey Demonio, ¿No podrías simplemente hacer algo? * respondió Ritsumary en un gruñido ya que hablaba de manera telepática
— No puedo hacerlo sin antes saber a lo que me enfrento, y ese sitio estaba hasta el tope de fuerza pura, si hiciera algo el mismo lugar me debilitará lo suficiente para retenerme un poco o igual identificar que soy realmente — dijo Azrael—, y se ve que todos ahí están asustados por la leyenda esa
*Aun así, ese casco... lo quiero de vuelta, le prometí a padre cuidarlo hasta el día de mi muerte*
— ¿Padre? — Pregunto Azrael—, creí que los dos eran huérfanos
—Lo somos, padre es quien le dio el casco a ella, quien nos cuidó hasta que podíamos defendernos y quién le inculcó a mí y a Ritsumary el deber de matarte — respondió Marcus—, debiste conocerlo o algo así, dijo que fue parte de una escaramuza a tu castillo pero se retiro en el ultimo nivel, nunca nos dijo por que
Podía sentir una furia guardada en la voz de Marcus, aún no aceptaba del todo que Azrael siguiera vivo y haciendo lo que quería.
— Podría... si supiera su nombre
—Su nombre era "...."
—Lo consultaré en el altar del castillo... ahora, ten antes que nos vean
Azrael le dio el casco negro.
—¿!EH!?
— Creí que le habías dado el original— Pregunto Marcus
— ¿Darle algo poderoso a alguien que apenas conocemos? ¿Realmente me crees tan estúpido?
Marcus no respondió a eso, Ritsumary volvió a sujetar el casco en su cintura y lo amarro mas fuerte, Azrael descongelo a Gabrielle
— A decir verdad, no me había interesado en ustedes ni en ese casco en absoluto, no sentía nada de especial en eso o en ustedes dos, pero ahora que he escuchado que es parte de algo importante, creo que es hora de investigar más a fondo si me afectara en algunos planes que tengo, tenemos tiempo suficiente hasta que sepan que ese casco es falso, así que vamos
— ¿Iremos a la posada? -- pregunto Gabrielle desconcertada
—No, iremos a otro lado, uno donde nos digan más de lo que no nos dicen ellos, no tardaremos mucho
Ninguno de los tres entendía lo que quería decir.
— ¿Por qué no me sorprende que sepas algo sobre esto? — dijo Marcus
—En realidad no sé sobre esto, pero conozco a alguien que puede decir algo al respecto ya que tiene más años que yo, Abby sal, no quiero que Gabriele aún sepa mi secreto
Ella le dio un golpe en la cabeza y sonrió.
— Si, si, entiendo, no puedo creer que sepas cuándo aparezco — dijo Gabriele al sonreír de manera coqueta —, no quería perderme lo que harás está vez
— ¿Gabriele? — pregunto Marcus perplejo por lo que veía
Ella le miro a él, y sonrió por lo desconcertado que estaba.
— Ha, ¿deberíamos decirles?
— Abby es la segunda personalidad de Gabriele, es un tope mental que impide que asesine a alguien por accidente... listo ya vámonos
Aún seguían sin digerir del todo eso.
— ¿Se podía decir que es un gusto conocerlos? A pesar del tiempo que tienen de conocer a Gaby y no se preocupen, también se el secreto de él
— Fiolerence ira a la posada, así que no habrá problema que ella nos espere— dijo Azrael
Los tres se saludaron como si fuese la primera vez.
— ¿Y? ¿Quién es la cosa o persona que puede ayudarnos? — pregunto Abby
— Bueno, Ritsumary debió sentirla cuando interrumpió la aparente pelea que tuve con Rhondrew en el festival —
— ¿Es cierto Ritsu? — pregunto Marcus
*Si, alguien logro alejar a ambos de un solo movimiento... pero fue demasiado rápido, apenas note que era alguien poderoso*
— Alguien que es igual de fuerte que el Rey Demonio... ¿y quién es la afortunada o afortunado?— pregunto Abby curiosa por
— Mi... Esposa
El aire se detuvo, los corazones de esos tres tuvieron un shock al casi borde del infarto, se sintió como un golpe de un martillo, sus mentes se apagaron por momentos y no sentían su alma por momentos hasta que los segundos pasaron y sintieron su respirar de nuevo. Al mismo tiempo y algo lejos 2 personas sintieron un golpe al corazón sin razón aparente como un toque eléctrico repentino.
— ¿E-esposa? ¿Cómo, como cómo? Claramente dijiste que no te enamorarías de nadie... — dijo Marcus
Azrael ni los volteo a ver, parecía que realmente casi no quería hablar de más del tema o de por si sentía una vergüenza que quería ocultar.
— Bueno, es algo complicado de explicar y no puedo explicar la forma en la que ocurrió sin la otra parte... vamos, no tenemos mucho tiempo
«Si alguna de esas dos se entera se mueren» pensó Ritsumary