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Chapter 3 - Curiosamente

Eva se había encerrado en su cuarto apenas supo que pablo había muerto y no era como si se sintiera bien con eso, ya iban dos personas muertas y ella se sentía tan culpable por eso que no era capaz de pensar en nada mas, se sentía mal pese a que todo el mundo dijo que no había sido su culpa pero no puede evitar sentirse mal por esto, como si todo estuviera mal.

El celular descansaba en la mesita de noche mientras Eva estaba acurrucada en la cama con los ojos llenos de lagrimas, había huido para escapar de todos aquellos recuerdos que aun se esmeran en quedarsen pegados a ella como mugre, haciéndola sentir que nunca podrá superar nada de lo sucedido y con toda sinceridad, eso la atemoriza a gran medida. 

Aun recuerda esos meses en que fue atormentada por estos dos hombres y las acciones que fue obligada a hacer por su supervivencia la agobian la mayor parte del tiempo, por esto ella había huido de aquella ciudad y aun la perseguía todo aquello, como si nunca se fuera a poder librar de todos esos recuerdos. 

Eva se quedo dormida sobre la cama cuando el cansancio la golpeo, ni siquiera arreglo su postura y el frio le tocaba los dedos de los pies, así duro cerca de dos días, encerrada y sin consumir ningún alimento, siendo consumida por la constante culpa mientras se encerraba en su propio mundo, como si su cuerpo fuera de electricidad y quien la tocara, saliera lastimado por un pinchazo de corriente, así se sentía. 

Valeria por su lado estaba preocupada pero no sabia como acercarse, no tenia la mas mínima idea porque hace dos semanas conoció a esta nueva persona que era su huésped, su cliente. No sabía como acercarse y eso le angustiaba mas de la cuenta, quería poder ayudarla pero como lo haría.

A Valeria siempre le gusto ayudar a las personas, sin importar nada y no poder ayudar a Eva y desconocer toda la historia la hacía sentir importancia en su máximo esplendor, era como ver morir a alguien y no poder ayudarlo en su supervivencia, verle ahogarse y no saber que hacer para que pueda respirar. Así, que se quedo todo el rato sentada en la sala con la esperanza de que Eva saliera y le pidiera ayuda o buscando alguna buena idea para ayudar a la chica, de cabello rosado y piel pálida. 

Cuando escucho un sonido en el interior de la habitación de Eva, se acerco y se sentó en el suelo apoyando la espalda en la puerta mientras con sus nudillos tocaba esta.

— ¿Todo bien?— pregunto Valeria esperando que Eva le contestara, mirando el cuadro con un hermoso paisaje en él, esperando cualquier señal de vida.

— No— contesto Eva, la cual se impresiono de escuchar la voz de la otra luego del suave golpe, había estrellado su celular rosa contra el suelo en un ataque de desesperación mientras lagrimas fluían de su rostro, no quería a nadie cerca o eso pensó, porque cuando escucho la voz de Valeria, una increíble calma se instalo en su agitado pecho— Nada está bien. 

— ¿Quieres hablarlo?— pregunto Valeria con suavidad, aun mirando el cuadro mientras escuchaba la otra suspirar a través de la puerta que las separaba— A veces hablar tus problemas con extraños puede ayudar. 

— Me temo que tu concepto sobre mi cambiara si escuchas lo que tengo que contar— susurro Eva trazando circulos sobre sus rodillas flexionadas mientras miraba el celular rosa destrozado en el suelo, pensando en lo estúpida que debe verse actuando impulsivamente— Solo no me juzgues. 

— No lo hare— promete Valeri luego de un suspiro. 

— Yo mate a alguien— suelta Eva, haciendo que Valeria gire rápidamente la cabeza hacia la puerta cerrada con los ojos cerrados— Y ahora la culpa me esta matando. 

Eva empezó a trabajar hace cerca de dos año en el departamento de marketing en la compañía de alimentos congelados de la familia de su mejor amiga Belén luego de graduarse con excelentes notas de la universidad, era hermosa con su cabello rubio tinturada y sus ropas sencillas pero que la hacían lucir hermosa, ella era una de las mujeres mas hermosas en la empresa pero no solo se destacaba por su físico, también por su excelente rendimiento en las campañas publicitarias en los equipos que trabajaban y dos hombres empezaron a coquetear con ella. 

Pablo y Raúl, dos hombres entre los cuarenta años, Pablo era divorciado y tenia un hijo al que a duras penas si veía y Raúl estaba casado con una hermosa mujer, ambos mirando el bonito y redondo trasero o el busto pequeño pero firme de Eva cada que esta pasaba cerca a sus oficinas, ocupada con el trabajo y en su propio mundo, levantando el deseo de poseerla de estos tipos, los cuales creyeron que por tener un poco de dinero y unos cuantos contactos eran los reyes del mundo. 

Una cosa es mirar y otra muy diferente era acecharla, hasta el punto en que la siguieron hasta una discoteca y descubrieron dos cosas: Que ella era lesbiana y que nunca la podrían tener. Un golpe fuerte para dos hombres que creían que las mujeres eran únicamente para satisfacer sus perversiones y que nunca vieron mas allá de cuerpo de la hermosa Eva, nunca notaron los logros que obtuvo la compañía con Eva y tampoco notaron la inteligencia de la mujer, solo que tenia un bonito trasero y que querían cogérsela. 

Eran los fieles creyentes de que la mujer pertenecía a la cocina y el hombre podía comerse el mundo como quisiera, tan patéticos. 

Eva no era idiota, ella sabia que estos tipos la estaban acosando y fue mas evidente cuando empezaron a hacerle comentarios sobre su buen cuerpo y cuando le toqueteaban el muslo, la rodilla, la cintura o agarraban sus manos con confianza para hablar, a ella no le gustaba que la tocaran las personas desconocidas y mucho menos cuando le daba tanta desconfianza como lo hacían estos dos. 

Ella nunca se lo comento a nadie, ni siquiera a Belén porque estos tipos eran amigos de la madre de Belén y no quería sonar paranoica, una mala decisión.

Una noche, ella era la única que quedaba en la empresa y el vigilante, que estaba en la primera planta de la empresa, o eso pensaba ella, tenia su celular cargando en la oficina de Belén mientras estaba esperando a que imprimiera el informe que debía entregar temprano en la mañana, era acerca de los resultados de la campaña de marketing en la que estuvo trabajando por semanas. Estaba cansada y caminando descalza cuando decidió que los tacones, que no eran muy altos, eran incomodos y sus pies ya dolían. 

Tras de ella, escucho el ruido de la puerta abrirse, haciendo que girara su rostro distraídamente pensando que era el vigilante para obligarla a irse a su casa porque ya era muy tarde, pero a quienes encontró fueron a Pablo y Raúl con una extraña sonrisa en sus rostros.

— Hola— saludo Raúl acercándose a la chica como un cazador a su presa, haciéndola retroceder hasta que golpeo su espalda contra la impresora que produjo un ruido suave— ¿Cómo estás, linda?

— Yo estoy bien, señor Raúl— dijo en un hilo de voz la chica con un reciente color rosa pastel sobre su cabello, el cual antes era rubio— No sabían que estaban en la empresa a estas horas. 

Cuando los hombres estuvieron lo suficientemente cerca, los instintos de huida de Eva se activaron pero fueron lentos a comparación con los movimientos de los dos hombres, que la tomaron por su pequeño cuerpo y la arrastraron. Con los cordones de unos zapatos, amarraron las manos y pies de la chica, demasiado ajustado y demostrando que eran unos novatos pero subestimando por completo las habilidades de escape de la chica secuestrada. 

Tocaron un poco el cuerpo con el que habían fantaseado por tanto tiempo hasta que escucharon el ruido de pasos fuera de la sala en la que estaban, ambos se asustaron y decidieron poner un pedazo de trapo sobre la boca de Eva, la cual estaba llena de lagrimas en su bonito rostro. 

Salieron ambos con angustia de la sala dejando a Eva sola, para que nadie sospechara pero eran demasiado idiota, Eva dio un golpe contra su estomago tensando los cordones apretados contra sus muñecas, rompiéndolo con el impacto y con rapidez se quito el amarre de la piernas, se puso en pie en silencio y cuando estuvo en pie, tomo la decoración de metal de uno de los estantes y cuando la puerta se abrió, lo primero que hizo fue golpear a la persona allí, que en este caso era Raúl, el cual cayo inconsciente en el suelo y formo un charco de sangre que Eva no observo porque, apenas lo golpeo, salió corriendo y entro a la oficina de Belén, en la que se encerró con llave y noto que estaba temblando cuando tomo su celular. 

Lo primero que hizo fue llamar a emergencias, contando todo lo que había sucedido y dando la dirección para que a los minutos llegara la policía y acorralaran a un confundido Pablo, que estaba sosteniendo la cabeza de su ya fallecido amigo. 

El juicio se llevo a cabo, y Eva fue exenta del cargo de homicidio al que quería inculparla el abogado de Pablo por ser un caso de defensa personal, a Pablo no le fue nada bien y mas teniendo en cuenta que la familia de Belén consideraba a Eva con parte de la familia. 

Y luego Pablo murió en la cárcel, siendo asesinado por una de los reos que había sido condenado por matar brutalmente el violador y asesino de su hija.

Incluso con ellos muertos, Eva se sentía culpable por haberle quitado la vida a una persona, sin importar el mal que hizo, ese hombre tenia a su esposa embarazada y ella lo había asesinado para ella poder vivir. La muerte, sin importar su motivo, siempre causara una carga de consciencia grande y mas para alguien que siempre aprecio la vida como Eva. 

Eva le conto todo esto a Valeria mientras las lagrimas mojaban su hermoso rostro y sentía como el peso en su pecho aumentaba. 

— A veces la vida nos pone pruebas— dice Valeria, impactada por toda la historia y entendiendo un poco a esta chica que podía darte pinchazos de electricidad cuando se encerraba en su caparazón de dolor— Y no es tu culpa que él hubiera muerto, solo estabas asustada e hiciste lo que una persona asustada haría en su instinto de supervivencia. 

— Le quite su padre a ese bebé— busca cualquier excusa de la que aferrarse Eva, agarrando con sus puños el dobladillo de sus holgados pantalones de pijama— Esa personita no podrá saber quien era su padre. 

— Dudo que esa personita este orgullosa de tener como padre un hombre que es capaz de tomar por la fuerza a una mujer que se niega a estar con él— explica con rapidez Valeria, apoyando su cabeza sobre la puerta, un poco cansada de esta sentada sobre el duro suelo de madera— Mira, se que no soy buena dando consejos pero algo que tienes que saber es que por mas difícil que sea, no puedes seguir culpándote y castigándote por cosas que no hiciste con intención, tú nunca pediste la muerte de ese hombre y te viste obligada a hacerlo porque iban a abusar de ti— habla con suavidad Valeria, haciendo que las lagrimas de Eva se detengan un poco— Deja todos esos recuerdos aquí, entre los arboles y la naturaleza y cuando vuelvas a la bullosa ciudad, ve a terapia y se exitosa; pídele perdón a ese bebé por haberle quitado a su padre y luego ve y profana su tumba por ser un idiota— aconseja Valeri y hace reír a Eva entre las lagrimas— Pero demuestra que eres mas fuerte que esto, ve a terapia y termina de eliminar la culpa y los traumas que te generaron ese mal rato— Valeria realmente quería que Eva hiciera eso, que demostrara que era fuerte y que nadie podía meterse con ella por ser una mujer hermosa y pequeña, porque ella era tan fuerte como un búfalo— Por el momento, ten tu respiro aquí y si quieres, consigue unos cuantos amigos y se libre, puedes tomar la decisión de seguir con vida aquí y cuando tengas que volver, ser fuerte y decidida. 

— Gracias— dice Eva, y le esta agradeciendo por escucharla, por no juzgarla y por darle estas palabras de aliento— Realmente gracias. 

— Ahora sal de esa habitación y ven a comer algo— la voz de Valeria sonaba demandante pero realmente quería que Eva comiera algo antes que se desmayara porque entonces ella iba a tener un ataque. 

Valeria se puso en pie al igual que Eva y Eva abrió la puerta, encontrándose con el rostro sonriente de Valeria y quiso abrazarla, quería hacerlo porque se sentía tan sola desde que eso paso, alejándose de todos y enterrada en su trabajo y enserio quería un abrazo reconfortante. 

— ¿Puedo abrazarte?— por el contrario de lo que uno creería, la que dijo esto fue Valeria y no Eva. Al ver a Eva tan vulnerable y desmechuzada, con lagrimas por todo su pálido rostro y una apariencia descuidada, le entraron ganas de abrazarla y hacerla sentir que incluso si se sentía sola, no lo estaría mientras estuviera en el hospedaje de Valeria.

Eva no contesto, simplemente extendió sus brazos y se tiro hacia la chica de cabello negro, la calidez que sintieron ambas en ese momento fue indescriptible y Eva por primera vez en varios meses sintió que no estaba sola y que podía confiar en esta persona especial que consiguió en medio de su búsqueda por un respiro lejos de todo lo que la hace sentir triste.

— Todo va a estar bien— susurro Valeria mientras con sus diminutas manos acariciaba la espalda de Eva, frotándola amorosamente— Incluso si ahora no están bien las cosas, siempre volverán a estar bien. Luego del frio invierno siempre llega la primavera. 

Luego del abrazo, Eva fue arrastrada hacia la cocina mientras Valeria le preparaba algo simple de comer y hablaban de otras cosas, Valeria le conto como fue la primera vez que abrió el hospedaje y como Lucas la ayudo en todo, además de que lo considera su mejor amigo en el mundo y una de las personas mas importantes. 

— Lucas fue el que pinto la casa— le cuenta Valeria a Eva, la cual se esta alimentando de una deliciosa y casera sopa de verduras frescas— Además el fue de ayuda a la hora de construir la mayoría de cosas aquí. 

— Lucas parece que se preocupa por ti— comenta Eva, mirando tiernamente a Valeria, con sus ojos un poco cristalizados por la sopa caliente que quemaba en su garganta.

— Él fue quien estuvo en mi proceso de sanación y me ayudo a comprar este lote— le cuenta un poco risueña Valeria a Eva.

— Ahora que lo recuerdo— piensa Eva, ganándose una mirada curiosa de Valeria— Tú no me has contando tu historia. 

— Es algo diferente a la tuya— dice Valeria, acomodando su trasero en la cómoda silla de madera— Yo antes sufría de bullying. 

Valeria era parte de una familia adinerada, siendo la hija menor de tres hijos y la única mujer, la chica siempre fue alabada por ser bella por parte de muchos jóvenes admiradores y los padres de estos jóvenes admiradores, pero había algo que nadie sabia y es que la chica estaba descubriendo que los hombre no le gustaban ni un poquito pese a salir con varios tipos guapos y ser amiga y algunos otros. A ella le gustaban las chicas. 

Esto lo supo cuando conoció a María Fernanda, o mejor conocida como Mafe, una hermosa chica de piel tostada como la suya y de ojos color verde, con un lindo cabello color caramelo que le llegaba por encima de las caderas y facciones delicadas, y pensó que Mafe sentía lo mismo luego de besarse, pero los besos no siempre significaban amor y una inocente Valeria de dieciséis años no sabía esto. 

Claro que luego los besos continuaron pero mas allá de eso no habían conversaciones intimas ni una relación, solo besos pero esto ilusiono mucho a Valeria hasta que Mafe dejo de llamarla y empezó a ignorarla, y Valeria realmente gustaba de este chica pero cada vez que intentaba hablar con ella de esto, Mafe la evadía con una cada de asco. Entonces, unos rumores sobre la orientación sexual de Valeria empezaron a rondar, hablando de ella como si fuera un asco o como si estuviera defectuosa, y ella no estaba defectuosa ¿O si?

Valeria empezó a sufrir de acoso estudiantil, inventando rumores sobre ella y siendo tratada como si se tratara de una violadora, como si ella quisiera tocar a todas las chicas o como si le gustaran todas las chicas por el simple hecho de ser lesbiana. Cuando sus padres se enteraron fue la peor parte del asunto. 

Al inicio actuaban como si fuera una confusión adolescente pero mas tarde, cuando Valeria de en  claro que ella no estaba confundida, empezaron a prohibirle hacer cosas que ella realmente amaba, como tocar el piano o ir a albergues a cuidar a animalitos. Todo esto con la intención de que volviera nuevamente al camino "recto" y Valeria no lo haría. Aunque su salud mental estaba deteriorándose por el bullying en la escuela y por el trato en su casa, aun tenia a alguien de su lado y ese era, increíblemente, su hermano mayor. 

Cristian, su hermano mayor, era el único lo suficientemente inteligente para notar que su hermana no era defectuosa por gustarle las chicas, en realidad, eso estaba bien y más si su hermana estaba de acuerdo con eso. Así que cuando su hermana se graduó del colegio, le regalo un coche de color negro, la hizo cambiar su número de teléfono y la envió a este bonito lugar, en el que ella pudo iniciar de nuevo y compro un bonito lote, en el que construyo el hospedaje y ahora vive. 

Hizo la universidad de manera virtual y hace un año se graduó del departamento de administración, manteniendo increíblemente el hospedaje con buenas finanzas y amor. Además Cristian iba algunos fines de semana al hospedaje a visitar a su hermana menor y a relajarse, Cristian amaba el hospedaje tanto como su hermana lo hacia. 

Valeria no había sabido mucho de sus padres, incluso luego de perdonarlos por arruinar su autoestima y era porque no quería volver a sufrir. 

Le conto todo esto a Eva, con una sonrisa porque ya lo había superado y ya habían sanado todas aquellas heridas. 

— Que hermoso— comenta Eva, conmovida por la historia de la otra— Eres genial.

— Lo se— dice Valeria mandando su cabello, de manera creída, hacia atrás y haciendo reír un poco a Eva— Por mas difícil que sea la vida, merece la pena vivirla. 

— Ahora lo veo— piensa Eva y es que realmente todos tenían su renacer después de una dura prueba y estas dos mujeres eran la prueba de esta teoría.

— Solo no tenemos que rendirnos— dice Valeria con simpleza mientras se encoge de hombros. 

***

Al día siguiente, Valeria había levantado a Eva y le había dicho que llevara ropa de repuesto sin decirle a donde irían, solo pidiéndole a la otra que se dejara llevar y eso intrigo mucho a una perezosa Eva que tenia el cabello en un moño desarreglado, con cabellos rosados. 

Ambas se subieron al mugriento auto de Valeria, el cual tenia un ventilador pequeñito en los asientos traseros y una manta de color rosado con un conejito en una de las esquinas bordado a mano, era bastante bonita e infantil. 

— A ti te deben gustar mucho los conejitos y el color rosado— comenta Eva mientras Valeria maneja con calma hacia el pueblo, el sonido de los pajaritos cantando y el agua fluyendo la hizo sentir extrañamente calmada. 

— Los amo— dice Valeria con una sonrisa mientras Eva conecta el celular de Valeria al Bluetooth del radio del auto, busco en el YouTube una canción tranquila y esta empezó a reproducir Through The Night de IU, una cantante coreana que se había vuelto la favorita de Eva. 

Eva siempre amo la música calmada, en realidad, sus cantantes favoritas por este motivo siempre fueron Warin, que es tailandesa, IU y Mon Laferte, el idioma nunca le importo realmente, solo que la música le trasmitiera calma y estas tres cantantes lo lograban con facilidad. 

— ¿Qué idioma es ese?— cuestiono con mucha curiosidad Valeria, golpeando el manubrio con los dedos al ritmo de la tranquila canción— Me gusta la guitarra, me da calma. 

— Es coreano— respondió Eva con una bonita sonrisa— Deberías intentar tocarla en tu piano. 

— ¿Te gustaría que lo hiciera?— cuestiono Valeria y Eva asintió con la cabeza— Entonces me aprenderé los acordes y antes de que te vayas la tocare. 

— Gracias— susurra Eva, complacida por la promesa que le hizo la otra. 

Al llegar al pueblo, Valeria se parquea en la panadería en la que estuvo el primer día de la estadía de Eva en el hospedaje, cuando llego toda mojada y con una expresión sombría en su rostro, que ahora confiesa se ha suavizado bastante en el transcurso de estas casi tres semanas. 

De la puerta azul, que queda al lado de las de cristal, sale Lucas con una mochila morada colgando de una de sus hombros y agarrado de la mano con una linda mujer de cabello marrón con mechas rubias y robusta, se ven bien juntos y Eva reconoce a la mujer porque es a la que le compra las rosquillas con café la mayoría de tardes desde que llego al hospedaje. 

— Buenos días— Valeria saca su cabeza con alegría por la ventana saludando con alegría a la pareja.

— Estas muy loca para proponer algo así con este clima— susurra la mujer, haciendo que Eva sonría— Oh, mira, la chica de las rosquillas. 

— Se llama Eva— Lucas reprende con suavidad a su esposa mientras se asoma por la ventana de Valeria junto a su esposa para mirar a la chica de cabello rosa— Ella es Andrea, mi esposa. 

— Un gusto— dice Eva con una bonita sonrisa que es respondida por Andrea, con el mismo agrado— Por cierto, tus rosquillas son geniales. 

— Eres la mejor cliente que he tenido— halaga Andrea con alegría— Ven a visitarnos mas seguido incluso cuando vuelvas a tu casa. 

Lucas y Andrea se subieron al auto, corriendo de manera despreocupada las cosas que Valeria tenia regadas en el asiento trasero, el viaje fue tranquilo, incluso cuando Lucas puso sus dinámicas canciones de vallenato. Todos hablaban de la vista y Andrea contaba cosas sobre el pueblo, sobre lo que pensó cuando conoció por primera vez a Valeria y como termino casándose con el tonto de Lucas, haciendo que Eva se girara sobre su asiento para mirar a Andrea y hacer preguntar divertidas sobre Valeria. 

Llegaron a un lugar precioso, decorado con hermosos arboles verdes y el pasto estaba mojado, además se escuchaba a los pájaros cantar y un par de saltamontes, con cuidado caminaron unos metros hasta encontrarsen con una laguna hermosa, en la que se reflejaba el cielo y todos empezaron a quitarsen los zapatos y las medias para luego saltar al agua, que estaba congelada y que los hizo temblar a todos. 

— No se porque siempre le hacemos caso a Valeria en estas cosas— se quejo Andrea, apresurándose a salir del agua y todos la siguieron, con sus ropas congeladas. 

Lucas fue hacia el auto de Valeria y de allí saco tres toallones, le tiro dos a las chicas y con el que se quedo el, envolvió a su esposa en un tierno abrazo, haciendo que su pecho rozara la espalda de esta y que ella apoyara su cabeza en su hombro de manera cómoda. Valeria y Eva se envolvieron en sus toallones hasta quedar en algo parecido a un sushi y se acercaron entre ellas, rozando sus brazos con la otra y sonriendo bobamente. 

— Por lo menos gocemos de esta vista— dice Valeria temblando mientras observa el hermoso paisaje— Además traje sándwiches. 

Pasaron gran parte del día en este lugar, caminando y observando el paisaje, además de que comieron un rico sándwich y bebieron unas cervezas mientras hablaban de todo un poco, además de que Eva se abrió un poco mas y conto algunas cosas sobre su trabajo y experiencias en la universidad. 

Para cuando volvieron cada uno a sus lugares, Lucas y Andrea a su casa, y Valeria y Eva al hospedaje, todos habían quedado un poco agotados y realmente Valeria moría por tomar algo caliente, mas que nada porque justo cuando llego con Eva al hospedaje, se puso a llover con fuerza. 

Se cambio de ropa por una pijama y salió corriendo a preparar chocolate mientras Eva se bañaba y ponía una pijama; para cuando Eva termino de hacer todo aquello, Valeria ya tenia una taza de chocolate calientito sobre la mesa de comedor y ella lo agradeció mentalmente mientras la tomaba en manos y se dirigía a la sala, a sentarse junto a Valeria para ver la telenovela de las cinco de la tarde. 

— Gracias— susurro Eva por el chocolate y Valeria solo le sonrió. 

— Mañana haremos un asado por el cumpleaños del pueblo— informa Valeria y eso hace que Eva se sienta curiosa al respecto— Sera aquí en el hospedaje.

— Que genial— piensa Eva, además nunca ha estado en un evento así— Me gustaría estar. 

—Claro, estas cordialmente invitada— dice Valeria un poco burlona— Viste lo mas lindo que tengas, habrán muchas viejas chismosas aquí y tenemos que impactar con nuestros super outfits. 

— Claro— dice Eva entre risas por el exagerado acento de Valeria para decir la palabra outfit.

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