Eva llego a su casa luego de varias horas de viaje y podía decir con toda claridad que moriría de cansancio mientras se tiraba en el sofá, estaba agotada en todo sentido y simplemente quería que todo se evaporara en una sueño reconstructivo, pero un ruido en su cocina la hizo asustarse hasta que vio como una borrosa sombra se convertida en Belén, la cual se tiro encima de ella y le dijo un montón de cosas que no pudo almacenar en su cabeza.
— Te extrañe— dijo finalmente Belén y Eva solo pudo sentir como su corazón se sensibilizaba, porque ella también había extrañado mucho a su amiga.
La combinación de estar extrañando a Belén y el peso que tuvo desde que salió del hospedaje hicieron que las lagrimas abandonaran sus ojos, un fuerte sollozo empezó a salir de sus labios mientras se aferraba con fuerza al cuerpo de su amiga.
— No creo que estés llorando así solo por mi— susurro Belén manteniendo la calma, acariciando la espalda de su mejor amiga con tranquilidad, como diciéndole que va a estar con ella todo lo que necesite, que le puede contar todo y eso hizo que Eva se sintiera mucho mas sensible, más sentimental— ¿Qué paso?
— Lastime a alguien— susurro Eva pensando con lo triste que se veía Valeria cuando ella partió, y las grandes ganas que tenia de volver a consolarla pero no lo haría— Y la extraño.
— ¿Alguna de las personas de las que me hablaste?— pregunto Belén atando cabos y pensando en que pasiblemente su amiga había encontrado a alguien cuando estuvo en aquel pueblito— ¿Quién?
— La chica del hospedaje— susurro Eva, aun pegada a Belén, sintiéndose reconfortada por el abrazo de su mejor amiga— Valeria, mi raíz.
— ¿Tu raíz, eh?— cuestiono Belén, notando que el vinculo había sido demasiado fuerte para tan poco tiempo, pero incluso si fue solo dos meses, habían pasado todo el tiempo juntas y habían estado íntimamente conectadas, hasta el punto de conocer las costumbres y mañas de la otra— Quizá era una prueba de que mereces la felicidad.
— ¿Y por qué tenemos que estar tan lejos?— cuestiono Eva, soltándose del abrazo de su amiga y mirándola con un corazón herido.
— Porque no siempre va a ser la felicidad de estar juntos, a veces es la felicidad de un recuerdo sanador— responde Belén, besando la frente de su amiga luego de volverla a atraer a su cuerpo para arrullarla en sus brazos, para calmarla— Solo debes mantener intacto este recuerdo, eventualmente dejara de doler.
— Quiero que deje de dolerme ahora— susurro Eva y Belén solo atino a quedarse al lado de su amiga toda la noche, para poder consolarla.
***
Eva paso toda la primera semana de su regreso haciendo todo el trabajo atrasado que no pudo adelantar Belén, además de haber cambiado su número telefónico y andar en las nubes, todo el mundo la notaba muchísimo mejor a como estaba antes de sus vacaciones, Eva no tenia tiempo para siquiera lamentarse acerca de Valeria y todos los recuerdos que formaron pero si le había hecho un espacio en su corazón, aun atesorando la foto que le tomo dormida.
Belén, al principio le pareció raro, pero luego ato cabos y se dio cuenta que esa mujer era Valeria, además entendió mucho mas a medida que pasaba eso, la gente no supondría que alguien como Eva se encariñaría tan fácilmente con una persona de la que luego se separaría pero ahora lo había hecho, había mandado su lado racional a pasear desde que llego al hospedaje y permitió que Valeria se hundiera muy profundo en su pecho, tanto como una raíz.
— ¿No quieres ir a visitarla?— cuestiono Belén sentada en el sofá frente al escritorio de una destrozada mujer de cabellos rosados, Eva estaba agotada mentalmente luego de hacer un informe sobre el ultimo proyecto.
— No— susurro suavemente Eva, podría fingir con quien quisiera que ya había superado todo lo que había pasado en el hospedaje con la estúpida excusa de que había sido una fantasía vacía pero nunca lo haría con Belén, porque Belén la conocía a la perfección y podía deducir con una sola mirada, que la pelirrosa aun pensaba mucho en Valeria— Pienso que es mejor guardarlo como un hermoso recuerdo, a lo mejor ella no desee verme ahora y ya lo este dejando ir.
— Se siente como un amor de verano, de esas película americanas— piensa Belén, específicamente basándose en la trama de esa película viejísima llamada The Grease, pero solo que en un hospedaje y sin los protagonistas tener la oportunidad de volver a encontrarse— Solo que aqui no tenemos verano, solo tenemos tres estaciones y se llama: Soleado, Nublado y Lluvioso.
— Y no somos americanos— recordó Eva, masajeándose un poco los hombros porque se siente tensa, se había acostumbrado mucho a la rutina que tenia en el hospedaje.
— Y tenemos una economía de mierda en nuestro pais— siguió quejándose Belén, haciendo sonreír a Eva— Mi padre podría invertir todo su dinero con tal de sacar al actual presidente.
— Lo se— susurra Eva, recordando al papá de Belén gritando por toda su casona en la que vivia con su esposa que el presidente era un bruto que iba a llevar al pais a la ruina— Escucho a tu papá quejarse casi a diario de eso.
***
Un mes habia pasado desde que Eva habia vuelto a su trabajo, cada vez tenia menos tiempo de pensar en Valeria pero aun guardaba aquella fotografia y la veia todas las noches antes de caer rendida sobre su cama del agotamiento, Eva estaba tan agotada que caia en un profundo sueño.
Ahora estaba en su oficina, ya habia terminado su trabajo sobre la propuesta de marketing para el proximo mes y solo estaba esperando a que sus superiores la evaluaran, asi que organizo un poco su oficina hasta que alguien toco la puerta de cristal y cuando se giro, se encontro con lo ojos de Lucas, la ultima persona que pensaba en ver.
— Lucas— susurro mientras se apresuraba a abrir la puerta y deja entrar al moreno, luego de abrazarlo con fuerza porque a él también lo había extrañado— Hola— saludo Eva luego de soltar a Lucas.
Ambos se sentaron en el sofá en el que Belén normalmente se tiraba con holgazanería para echar chisme o evadir sus actividades laborales, aunque su papá siempre llegaba a la oficina de Eva para sacara a su hija mientras la regañaba.
— ¿Cómo entraste?— pregunta algo sorprendida Eva, estaba impactada de ver a su amigo frente a ella— ¿Y cómo supiste que trabajo aquí?
— Te encontré por una noticia de hace unos meses— explica Lucas y Eva ya sabe de que noticia se trata— Y me cole, el vigilante estaba registrando a un tipo con unos sobres y yo aproveche.
— Me alegra verte— susurra con sinceridad Eva, porque realmente se había encariñado con el moreno— ¿Y que te trae por aquí?
— Valeria esta hospitalizada— le cuenta Lucas y Eva siente como se le entumece el cuerpo ante la noticia, esta asustada por Valeria— Al parecer no te conto nada.
— No— Eva se siente confundida ¿Qué debía contarle Valeria? No sabía absolutamente nada.
— Valeria está enferma— le conto Lucas a Eva mientras esta solo puede fruncir el seño— Del corazón, le dio un pre-infarto hace poco y tuvimos que traerla por unos exámenes.
— ¿Y está bien?— se apresura a preguntar Eva, quiere que Valeria este bien más que nada en este mundo.
— A eso voy al hospital, su hermano está como loco y pienso que la va enloquecer— se burla un poco Lucas, no era la primera vez que algo así pasaba con la pelinegra— ¿Quieres verla?
— Quizá luego— susurro Eva, mordiéndose los labios con culpabilidad, no queria alterar más el estado de Valeria con su presencia— Estoy llena de trabajo.
— Vale, le gustara verte— dijo Lucas y quiso decir algo más, preguntar si se había cambiado de numero porque nunca respondía pero se lo guardo, pensó que simplemente estaba demasiado ocupada con su trabajo.
Lucas se puso en pie y abrazo una vez mas a la pelirrosa, la abrazo con fuerza y ella también le devolvió el abrazo con la misma intensidad. Lucas salió de la oficina y Eva quedo en una especia de trance, tratando de asimilar todo lo que había dicho Lucas. Primeramente, el moreno ya sabia sobre lo que había pasado hace unos meses pero no lo hizo ver incomodo y lo comento con simpleza y luego estaba la situación de que Valeria estuviera en el hospital por un pre-infarto porque estaba enferma del corazón, algo que nunca le comento.
Ahora estaba con las enormes gas de ir tras Lucas y visitar a Valeria pero no sabia si seria bienvenida, precisamente por desaparecer luego de irse y no volver a contactar a su Raíz, así que tenia nervios de ir y ser rechazada o de no ir y no volver a ver a Valeria. Estaba dando vueltas por su oficina con estrés hasta que Belén la interrumpió.
— ¿Qué tienes?— cuestiono Belén, al ver a su amiga caminar con frenesí por toda la oficina— ¿Estás enloqueciendo?
— Valeria está en el hospital— dijo rápidamente Eva, haciendo que Belén la mire con sorpresa— Y me estoy debatiendo mentalmente si debería ir a verla.
— ¿Quieres saber que es lo que yo haría?—
— Si—
— Iría como una maldita loca a verla— respondió con simpleza Belén, sonriéndole a Eva— Y la besaría, y haría que esa mierda funcione a como de lugar— siguió aconsejando Belén— En lugar de quedarme con una maldita fotografía y todos mis sentimientos a flor de piel.
Eva le sonrió a su amiga y salió corriendo con la esperanza de aun encontrar a Lucas por las calles, y así fue, lo encontró en una parada de autobús mientras miraba alrededor.
Eva se hizo al lado del moreno y engancho su brazo el del de su amigo.
— Tardaste más de lo que tenia predeterminado— susurro Lucas con una sonrisa, porque él la había estado esperando.
— ¿Sabías que vendría?—
— Se todo entre tu y Valeria, traidoras— comento Lucas, haciendo sonreír como una boba a Eva.
— Claro que lo tenias que saber—
Al autobús llegar a la paradas, Eva pago los pasajes y llegaron a los quince minutos al hospital, tropezándose con algunas enfermeras en el camino hasta llegar al lugar en que un hombre de traje negro estaba cubriendo su rostro con sus manos mientras temblaba, esto angustio demasiado a estos dos.
Lucas se acerco con el seño fruncido al hombro y lo abrazo, Eva alcanzo a escuchar al hombre murmurar ciertas cosas que la hicieron paralizarse.
— La perdimos— había dicho el hombre entre lagrimas— Se me fue mi hermana— susurro Cristian.
Mi raíz.
Fin