- Corre, corre, tenemos que informar al Hermano mayor - - Shh, calla o nos oirán, solo corre - Dos jóvenes escuálidos, corrían en la profunda noche. Casas raídas y mal hechas, junto al hedor del orín y otros fluidos de líquidos a solidos, que inundaban el suelo.
Pero ninguno de los jóvenes hacia ascos, pues este era un olor familiar y común.
El pequeño pueblo era Tartoc, una zona rural cerca de Fuerte Mariolth, la primera lineal de defensa contra los invasores en esta zona. Los jóvenes no conocían siquiera el nombre de su territorio, si tenían una monarquía, o cualquier noción de la política de la zona.
Pronto llegaron a un edificio algo grande en comparación de las chabolas circundantes.
Con unos golpes de ritmo propio, comunicaron su presencia, haciendo que tres jóvenes harapientos, abrieran la puerta con cuchillos oxidados en las manos.
- Hermano Gilbert, Hermana Lea - Los de dentro saludaron mientras los hacían entrar. Antes de cerrar la puerta se aseguraron que no había nadie acechando en los alrededores.
Gilbert un joven de 18, con pelo corto marrón, ropa harapienta pero con algún fragmento de cuero cosido en zonas importantes, con una cuerda sujetaba una pequeña bolsa, junto a una daga mellada. A su lado, Lea, una tierna señorita de 16, usando ropas rasgadas, pero mas hermosas y reveladoras, usaba un ligero maquillaje, hecho por ella y sus hermanas, usando algunos insectos.
- Hermanos, tenemos que hablar con el hermano mayor - Lea dijo.
Aunque todos en el orfanato se llamaban hermanos entre ellos, ya sea mayores o menores, cuando se hablaba del hermano mayor, sin usar nombre para referirse, solo era uno de ellos.
Los jóvenes asintieron, mientras permanecían despiertos en la noche, hoy les tocaba hacer guardia a estos tres, un joven de apenas 16, junto a un par de pequeños de 10 a 11.
La vida en la frontera era terrible, haciendo que los pequeños madurasen a velocidades desorbitadas.
Lea y Gilbert, siguieron en el edificio, allí vieron a sus hermanos y hermanas, todos semidesnutridos, con harapos que no cubrían sus cuerpos por completo, muchos dormían en una pelota, para poder defenderse de la fría y despiadada noche.
- Lea, Gilbert, es tarde, si no es importante, dejadle dormir - Un joven un poco musculoso de 17 estaba en una puerta haciendo guardia, al contrario que lo demas, el usaba un arma de "verdad", un pico mellado.
- Ha estado esforzándose mucho - Otro joven, salió de un rincón, también tenia la misma edad, también fornido, una larga cola ataba su pelo oscuro, en su espalda un arco mal trecho, se podía ver que su fabricación era apenas decente, pero mejor que los útiles cercanos.
- Luos, Barnabi, no tenemos tiempo, es sobre el objetivo - Con la mención, ambos jóvenes, se miraron, pero negaron.
- Aunque es importante, no podemos poner su salud en riesgo, solo dejale dormir un po... - Antes de terminar, la puerta se abrio, mostrando a un joven muy delgado. Sus ropas eran las mas calidas sin ninguna duda, pelo largo lacio, sucio y negro.
Al verlo, Barnabi, el joven del pico, salto para sostenerlo, como si fuese de cristal.
- Hermano mayor, ¿ Que haces despierto?, Tienes que descansar, con tu cuerpo no deberías salir mucho de la cama, mas en invierno - Los demás también miraron con ojos suplicantes al joven.
Balios, un joven de 15, era el hermano mayor de todos los miembros de su pequeña familia.
- Si, si, mama - El joven le sonrió a Barnabi, mientras hablaba en broma, esto les saco una ligera sonrisa a los presentes, pero no pudieron evitar contemplar las manos temblorosas del joven.
- Las noches son malas, Hermano mayor, incluso con las pieles extra, no podemos mantener tu calor - Balios sonrió a Luos.
- Son nuestros hermanos mas pequeños quienes las necesitan mas, yo ya tengo suficiente - Barnabi quería objetar, pero Balios ya le estaba mirando a los ojos.
Barnabi se trago sus palabras y las deposito en el fondo.
Aunque no era el mayor en edad, Balios era quien dirigía el orfanato por decisión unánime de la familia, el tenia dos dones que todos apreciaban, su mente, rápida y decisiva, junto a su buenas manos, mucha ropa o el arco de Luos, todo fue hecho por el.
Además, en el pasado, fue Balios quien se mancho las manos de sangre, matando al antiguo director del orfanato. Ese hombre estaba vendiendo a los niños como esclavos, Balios se entero una noche, que el hombre volvía borracho, entonces lo mato, tras obligarlo a confesar sus actos a los pequeños.
Siendo asi, se gano el respeto y el peso de la familia.
- Lea, ¿Qué escuchaste? - Balios miro a su hermana con ojos serios.
- Estaba haciéndole un trabajo a un estúpido patrullero, el muy imbécil no paraba de balbucear que quería volverme su concubina, etc... El muy precoz al terminar, no se olvido de hablar de mas. Según el, el pequeño convoy ya a pasado Morfus, esta llegando un día antes de lo previsto -