CARLO:
Vamos en el auto, y Teffy me platica de todo, es una mujer muy enérgica, somos opuestos, pero me gusta escucharle hablar. Me habla de su vida en Europa, vivió 5 años ahí, es increíble que haya vuelto, la mayoría de personas prefieren quedarse.
Estamos llegando al restaurante entramos, las chicas querían comer pizza, la verdad no soy exigente. Le pregunto que hará el día siguiente, ella me dice que no tiene planes, entonces aprovecho y le agendo una cita.
¿Te gustaría salir mañana? Pregunto. ¿Qué tienes en mente? Responde pensaba que podrías jugar boliche, ¿Te parece bien? – claro ¡me gusta el boliche!
Entramos al restaurante y unos minutos después llega Sam y Erick, estamos cenando y hablando tan en armonía cuando se aparece una ex. Y me habla coqueta, no entiendo que le pasa a las mujeres, por dios, ella termino conmigo y unos meses después empezó a buscar, no he podido librarme de ella.
cariño, me dice. -Nathalia, no me llames cariño, hace meses deje de serlo. -No es posible que me olvides tan rápido. Si tu pudiste hacerlo mientras éramos novios, ¿Por qué yo no puedo hacerlo cuando ya me has dejado? Le digo. Veo a Teffy ponerse roja, se gira y con una voz que notaba estaba molesta, le dice: ¡Tú eres Nathalia! Es un gusto conocerte al fin. – ¿al parecer te han hablado de mí? Espero y hayan sido buenas historias. Claro que lo son, responde ella. Al fin conozco a la zorra que engaño a mi novio, lo boto por algo que no valia la pena y regreso, con el rabo entre las patas, como los perros, cuando regresan por el vómito. Le dice. Y yo reaccionó rápido y me defiendo. Cariño, eso no es justo, me comparas con el vomito de un perro. -Según recuerdo tu historia, ¡ella te trato como el vómito de un perro! Pero aquí la tienes, adorándote frente a tu novia.
Nathalia, deberías tener un poco de amor propio y dignidad, si lo dejaste por alguien mejor, como tu dijiste. Deberías ser un poco orgullosa y no dar marcha atrás, total, el no te dará una nueva oportunidad.
Nathalia se da la vuelta y sale del lugar, prácticamente va corriendo. Volteo a ver a Teffy y tiene una sonrisa de oreja a oreja, levanta la vista, nuestros ojos se encuentra y me dice en un tono que desbordaba diversión. -No tienes que agradecer, al final, tómalo como una ayuda.
¡Está mujer tiene carácter! Cariño, respondo. No estés celosa. Prometo que, para mí a partir de ahora, solo existes tú. - Estas de broma, ¿verdad? Me dice -claro que no, desde ahora no podrás deshacerte de mí, le respondo, lo le veo fruncir la frente y quedarse en silencio.
Erick y Sam nos ven en silencio. Seguimos comiendo y nos despedimos, les indico que yo me llevaré a Teffy, está se niega, pero no la dejo ir.
Teffy, quiero que te quede claro que a partir de ahora no te dejaré ir. Tu estas hecha para mí, le digo sonriente. Ella me ve sorprendida. Debo mostrar seguridad, si soy inseguro, ella ya no querrá verme, me digo internamente.
TEFFY:
WOW. Tranquilo, respondo. Carlo, no seas muy intenso, respondo. En serio me agradas, pero si te pones muy posesivo e intenso creo que perderé el interés. Esta bien, responde, lo tomaré en cuenta.
Me lleva a mi casa y hablamos de cosas comunes, colores favoritos, comidas, actividades, de todo un poco, hasta que escucho que dice; Teffy hemos llegado a tu casa.
Me despido de Carlo con un beso en la mejilla, el es cariñoso, pero Hugo un momento que sentí se estaba pasando con su posesividad. No dejaré que se convierta en ese tipo de persona.
Entro a casa y estoy sola, mis padres no están viviendo en esta casa, están de viaje. Por ello decidí venir y quedarme en su casa. Llego a mi habitación y juro que me siento demasiado cansada, sin ganas de nada, me arrastro a la ducha, me baño con agua calentita, me pongo pijama y me acuesto a dormir, no sé en qué momento, pero me quedo dormida.
Despierto y veo que ya casi es medio día, por Díos, he dormido bastante, mas de lo que debía. Me levanto, me ducho y me visto, algo sencillo, presentable y medio deportivo.
Tomo las llaves y salgo al supermercado a comprar comida para esta semana, compro algo para cocinar hoy, no quiero cocinar algo muy elaborado, pues ya es tarde y me está dando hambre.
Recibo una llamada de Carlo y me indica que pasará por mí para almorzar afuera, le digo que estoy preparando comida, así que le invito a comer a casa, se le escucha feliz por lo que, rápidamente acepta. Media hora después, aparece en casa, le hago pasar y mientras cocino el me ve, me ofrece ayuda y no me niego, ya no falta mucho, pero con su ayuda, termino rápido.
Nos sentamos a comer y no hay nada para beber, lo olvide, le digo. Recuerdo haber visto una botella de vino, así que me levanto y voy a por ella.
Terminamos las dos botellas de vino que había, yo estoy mareada y acalorada, estamos bromeando y hablando de lo mas tranquilo, cuando le digo, ire a limpiar la cocina, no tardo, entro a la cocina, estoy limpiando y esperando se me pase el efecto del alcohol, cuando escucho unos pasos, Carlo entra a la cocina, y me dice; te ayudaré, empieza a lavar trastes, termino de limpiar mi platos, estamos hablando y trabajando, pero no dejamos de rozar nuestras manos, se que es accidental pero no puedo evitar pensar en él de una forma carnal. No, no, no, no… esto no puede estar pasando, por lo que esto no puede pasar. Me alejo a tomar agua, estoy de espalda a carlo cuando siento que se acerca a mi, huele mi pelo, lo hace a un lado y besa mi cuello, siento que mis piernas tiemblan.
Carlo esta no es una buena idea. Podríamos conocernos más, le digo. El me dice – Teffy, mírame a los ojos y dime que no lo deseas.