Capítulo 3.
Jane estaba apuntó de salir para irse, cuando escucho la voz del presidente Feng que iba hacia donde estaba, así que corrió silenciosamente al baño para esconderse nuevamente. Al entrar, el presidente Feng noto que ya no estaba la ropa y que había una toalla mojada sobre la cama haciéndolo enojar más. —"Esa mujer estuvo aquí, se escapó de nuevo o está aquí, debo encontrarla"—.
Jane escucho como la puerta de la habitación se cerraba y decidió salir de nuevo, al querer irse silenciosamente, escucho la voz del presidente Feng justo atrás de ella.
—Ahí es donde te escondías conejito.
—¡Ah! Presidente Feng. Pensé que se había marchado—ríe nerviosamente—.
—Eres escurridiza conejito. Sera mejor que no te comportes mal o tendré que castigarte.
—De verdad que usted es un idiota, no soy una mascota a la que pueda domesticar, así que le agradecería si me deja irme.
—Y vuelves a decirme idiota, conejito. No te iras tan rápido.
Cuando Jane estaba planeando irse un guardia se puso en su camino bloqueando el paso, engañándolo, terminó haciendo que el guardia terminará noqueado con un golpe en la cara. —"De algo sirvió tener clases de karate por 5 años"—.
Se fue sin decir nada y sin dar una mirada al presidente Feng. —"Está vez te dejare ir, conejito, pero nos veremos de nuevo"—.
Jane se marchó con una cara de enojo que no pensó en lo que estaba bien y lo que estaba mal en ese momento, cuando ya estaba lejos, solo suspiro y volteo su mirada hacia la izquierda, mirando una tienda de peluches que le llamaron la atención, decidió entrar para mirar un poco más a fondo, entre todos había uno que llamo su atención, era un unicornio de 25cm de alto y 15cm de ancho, su melena de color arcoíris con unos ojos cosidos de color negro, de acercó al mostrador y le preguntó a vendedor cuanto costaba.
—Disculpe...
—¿Qué se le ofrece?
—¿Cuánto cuesta ese unicornio de arriba?
—Lo lamento señorita ese unicornio es de exhibición, no está en venta.
—Bien, gracias.
Salió de la tienda con una cara triste, se marchó al departamento con su madre, cuando llegó noto que estaba dormida, decidiendo no levantarla. Dejó su bolso en una silla y se sentó pensando en ese unicornio que le llamó la atención demasiado. —"Ah... Ese unicornio era tan hermoso"—. Suspiro y se levantó de la silla para irse a dormí, ya que tenía que trabajar al día siguiente.
Se acostó en la cama perdida en sus pensamientos, ignorando todo lo demás que realmente tenía importancia, se durmió muy temprano; tuvo tiempo para descansar bien para el día siguiente decirle a su madre que tenía un trabajo.
Al levantarse miró la ropa que le había dado el presidente Feng, doblándola con cuidado la guardo al fondo de su armario; vistiendo una camisa de botones y un pantalón, salió, encontrando a su madre haciendo el desayuno.
—Mamá—dijo Jane con un tono nerviosa—.
—¿Qué sucede hija?
—Conseguí un trabajo en donde me pagan 150 dólares por mes, eso ayudará en algo.
—Me alegra hija, mientras puedas estar bien, no importara lo que consigas, así que no te fuerces.
Sentándose a desayunar, no se atrevió a decir otra cosa, después de terminar se despidió de su madre para irse, llego a su trabajo, solo saludo a Kelly y se fue a cambiarse a su uniforme.
Todo el día se pasó tranquilo en la tienda no había ningún problema, sin embargo, esa tranquilidad acabo cuando un señor alto y fuerte entró, acercándose al mostrador, empezó a pelear con Kelly, Jane se decidió a ir para saber que sucedía ahí.
Al llegar, se dio cuenta que el hombre amenazaba a Kelly, con su mano levantada apuntó de golpearla, así que Jane corrió y le grito.
—¡Disculpe! ¿Qué está haciendo?
—Al fin una mujer hermosa me atiende, esta inútil no quiere salir conmigo, ¿Qué tal tu hermosa? —voz grave—.
—Este no es un lugar para tener citas, señor, será mejor que se vaya por donde vino y no moleste sino va a comprar nada.
—¡Maldita mujer! ¡¿Quién te crees para correrme?!
El hombre volvió a levantar su mano para darle un golpe, Jane no tuvo otra, más que no mirar como recibiría el golpe, pero antes escucho la voz de un hombre, justo cuando le iban a pegar, así que volvió a girar su visión y vio a su mejor amigo, Ian, sosteniendo la mano del hombre y con una cara enojada viéndolo frente a Jane.
—¡Maldito mocoso!
—Márchese, por favor.
—¡Bien, pero esto no queda aquí!
Ian volteo a ver a Jane y le sonrió para al final darle un pellizco en su cara, mientras cambiaba esa sonrisa en una risa, Jane solo lo miró, poniendo una cara molesta cuando la pellizco.
—Enserio eres problemática niña.
—Cállate.
—Jajá. Yo no soy el que se está enfrentando a un hombre fuerte y grande.
—Ya deja de bromear y dime que haces aquí.
—Vaya, como tratas a tu salvador, jajá, vine por que supe que trabajas aquí, y quería llevarte a casa.
—Bien, espera aquí.
Jane se fue a cambiar, mientras que Ian la esperaba, al terminar de cambiarse, escucho los llantos de Kelly, quien había salido corriendo a la sala de descanso, en el momento en que Jane la había ayudado. Se acercó, preguntado si estaba bien, ya que después de todo le preocupaba.
—¿Estas bien, Kelly?
—Sí, solo me espante, ¿estás bien?, no te hizo nada.
—¿Ya terminaste, niña? —llega Ian—.
—¿Ah? ¿Quién es él?
—Él es mi mejor amigo, Ian, y ella es mi amiga, Kelly.
—Mucho gusto, linda.
—Hola.
—Bueno, se acabó nuestros turnos.
—¿Qué tal si vamos al club?
—Solo si Kelly quiere.
—Si...—dijo con un tono tímido—.
Los tres se dirigieron al auto de Ian y se fueron al club para tomar algo, al llegar se sentaron en una mesa del fondo, empezaron hablar, mientras tomaban bebidas diferentes.
—¿Qué es lo que veo?
—Ahora que Ian.
—Solo estas tomando jugo, Jane.
—Tiene razón Jane, toma esto—le da una bebida—.
—Ustedes dos están siendo cómplices, saben que no soy buena bebedora—"Lo aprendí a la mala en mi última ocasión"—.
—Estoy yo, te cuidare si algo pasa.
—Bien, solo por esta vez.
Ella lo tomó con iniciativa y dejó que Ian se fuera a bailar todo el rato, mientras que ella y Kelly hablaban y reían hasta que Ian tomó de la mano a Kelly para llevársela a bailar, Jane seguía tomando, terminando completamente ebria.
Tomó su bolso y se fue caminando un poco mareada, llegó un poco lejos, de repente escucho que su teléfono sonaba, pero estaba tan ebria que no le importo.
Siguió su camino hasta que se calló en la banqueta y se raspo la rodilla, cuando se volvió levantar una luz de un auto la iluminó y del bajo el presidente Feng.
Jane, aunque estaba ebria se espantó al verlo e intentó correr, pero él le tomó del brazo y la detuvo. Ella le dio una patada y pudo salir corriendo antes de que la volviera a sostener.
Después de un rato se detuvo, se sentó en una banca en el parque para descansar, checando su rodilla, que estaba sangrando, suspiro, sabiendo que la ayuda del presidente Feng no estaría tan mal. Ian llegó corriendo después de un rato, mirando como ella jugaba con un pequeño arbusto que había al lado de la banca donde estaba. Al verlo, Jane se acercó y dejó que la cargará.
Al día siguiente se levanta de nuevo para darse cuenta que estaba en la casa de Ian, así que se levantó con un dolor intenso en su cabeza y salió de la habitación, viendo a Ian con dos cafés y el desayuno preparado.
—¿Qué sucedió?
—Una niña se quedó jugando con un arbusto en mitad de un parque, lo bueno es que la encontré.
—Quejido—No vuelvo a tomar, como les pude hacer caso.
—¿Alguna vez he sugerido algo que terminará bien? Vamos, siéntate, te prepare el desayuno y algo para la resaca después.
—¿Qué haría sin ti, niño? —tomándolo de los dos cachetes—.
—Soy fantástico, ¿verdad? —engreído—.
—Jajá, solo porque me cuidas, te daré la razón esta vez.
Mientras comían Ian se le quedaba viendo, ya que él sabía que había olvidado todo, incluso lo que esa noche él le había dicho cuando estaban ebrios, eso lo alegro un poco, pero también lo puso un poco triste, que haría cuando se enterara de ese secreto que lo comía por dentro.
Después de desayunar, Ian llevó a Jane a su trabajo, ya era un poco tarde, pero eso no impedía que ella no fuera.
Al entrar a la tienda, ve a Kelly con la gerente de la tienda, Jane se espantó y aun así tomó la iniciativa de avanzar para averiguar que estaba sucediendo entre ellas.
La gerente volteo a verla con una sonrisa y luego miró a Kelly también, las dos parecían felices, la gerente le tomó del hombro a las dos.
—Jane, gracias a las ventas que han tenido, desde este mes reciben 250 dólares (5,000 aproximadamente)
—¡¿Enserio?! Que alegría.
—Me estaba contando la gerente que con todo lo bien que lo estábamos haciendo, es nuestra recompensa.
Jane se emocionó hasta que se puso a pensar la razón de todo eso, ella solo llevaba menos de un mes trabajando, es una cosa tan extraña lo que le sucedía, durante todo el día se puso a pensar lo mismo una y otra vez. –"¿Qué trae entre manos la gerente? No hice nada de que enorgullecerse para que suceda algo así, algo no anda bien y necesito saber que es"—.
Terminó el turno de ambas, cada quien tomó su camino y mientras Jane caminaba no dejaba de pensar en lo que estaba pasando.
El mes pasó tranquilo y el último día del mes llegó, el día que Jane esperaba demasiado, así que fue a trabajar con una sonrisa en su cara, durante todo ese tiempo ella había olvidado todo sobre sus dudas y preocupaciones, aunque eso no quitaba que aún se le hacía extraño; cuando llegó vio a Kelly con una sonrisa y un sobre.
—Hola Jane, la jefa te espera en su oficina.
—Sí, voy para allá. Que emoción.
Entró a la oficina y vio a la gerente esperándola con su sobre de dinero en las manos, se sentó y con una cara seria se le quedó mirando, sin querer sacar su emoción.
—Bueno Jane Yagami, este mes que has trabajado lo has hecho muy bien. Aquí tienes tu paga.
—Muchas gracias, jefa.
Se levantó sin ninguna expresión, saliendo, salto de emoción, al fin podía ayudar a su madre. Kelly y Jane se abrazaron, cuando terminaron de celebrar Jane fue a buscar a Ian, pero se cruzó con Iker y decidió saludarlo.
—Hola, Iker.
—Hola, Jane, ¿cómo has estado?
—Bien, hoy recibí mi primera paga y quería celebrar con mi...—la interrumpe—.
—¿Tu novio? jajá... Ya entiendo por qué rechazaste al presidente Feng, eres fiel a tu novio.
—¿Qué dices?... No, es mi mejor amigo y lo del presidente Feng, es solo por su arrogancia y su personalidad.
—Jajá. Explícame mejor porque te cae mal el presidente Feng, mientras vamos por una taza de té.
—Claro, pero yo no tomo té.
—Bueno, entonces vamos por unos batidos y me cuentas.
—Bien—feliz—.
Los dos entraron a la cafetería xx y se sentaron para hablar, primero pidieron unos batidos de fresa y moras. Cuando apenas Jane se estaba preparando para decir algo Iker tomó la palabra primero.
—Bueno, ¿Por qué odias al presidente Feng?
—Qué rápido preguntas, no te contaré nada hasta que prometas que no le dirás todos después a él.
—Bien, bien. Ahora cuenta.
—Bueno, no lo odio. Al contrario, lo amo, es mi ídolo, tan apuesto. Por cierto, sobre lo de antes, yo sí tengo novio, que mal, si estuviera disponible.
—Tranquila, ya entendí. Jajá. Enserio eres buena ocultando tu amor por él.
—Bien, ahora que me toca preguntar. ¿Qué relación tienes con él?
—Soy su trabajador.
—Ay, por favor, no engañas a nadie y menos a mí, por cómo te trata de bien, más que a los otros empleados.
—Él es mi mejor amigo, ahora veo que no eres tonta, pero aun así me dijiste todo lo que quería.
—Mhm, ¿seguro?... 'Es tan encantador, como lo adoro', por favor deja de creer lo que te dicen, nada de lo que te dije tiene sentido, es hacer algo y decir todo distinto, hay que diferencia la realidad de una mentira.
Iker se le quedó viendo con una cara sorprendida, pues él nunca espero que una chica diferente pudiera engañarlo tan fácil para sacarle información. Aunque lo engaño, Iker quería saber hasta dónde podía llegar su inteligencia ante él.