Los recuerdos fluían en mi mente… Mientras el tiempo a mi alrededor se detenía… ¿Es esto lo que pasa cuando estas a punto de morir…? Empecé a ver partes de mi vida que pensé que había olvidado hace tiempo… Mis primeros pasos… Veo vagamente a mi padre junto a Jusean, animándome mientras con todas mis fuerzas caminaba hacia ellos, sin embargo termine abrazando al gran ser de escamas negras al lado de él… Recuerdo las veces que me escapaba con Raciel cuando éramos pequeños… Estoy muy seguro que era un dolor de cabeza para mis padres en ese entonces… jeje… Sin embargo… Esto no es lo que busco… Necesito ver más allá en lo reciente…
—Una… ¿Espada sin filo…?—
No podía creer en ese momento lo que tenía en mis manos… Una espada corta, casi como un daga solo que unos cuantos "Nites" más larga, con una herrumbre en el metal que cubría casi toda su superficie, y con el hecho de que su filo era inexistente se podría decir que esto es más un palo de metal que cualquier otra cosa, mi padre que estaba enfrente de mi tenía mi misma expresión, con los ojos bien abiertos, frotando sus manos contra ellos por unos momentos
—Archer… Bueno, definitivamente esa es un arma muy curiosa… Y esa habilidad… Tendremos mucho que hablar después de la ceremonia…—
—Es… ¿Algo malo…?—
—¡No! En lo absoluto hijo mío… Despeja tu mente por el momento, tienes muchas cosas que hacer ¿no?—
Después de aquel intercambio mi padre me tomo del hombro y me hizo voltear atrás, mi madre y Kalem junto a su padre estaban tratando de llamar mi atención entre la muchedumbre, a la par de que Mauro, Aidan y Ruri veían hacia acá con una expresión de intriga, mirando fijamente hacia mí, luego voltee a ver a mi espada… ¿Recibiré burlas? ¿Es realmente esto por lo que entrené tan duro? Tantas preguntas se acumulaban en mi cabeza, sin embargo ninguna tenia respuesta.
Mientras bajaba las escaleras con mi espada en mano, sentí como si el mundo se volviera más lento con cada escalón.
Recuerdo ese momento… Primero escuche un estruendo viniendo de las afueras del pueblo… Con un destello rojo que iluminó aquella parte más allá de la pradera que rodeaba nuestro hogar… Vi como los dragones se exaltaban, Raciel se encontraba entre ellos, volando hacia las personas del pueblo, vi como mi padre corría hacia mí con Jusean detrás de el y antes de volver a parpadear…
Una explosión se escuchó… Y el negro en mi vista y un pitido en mis oídos bloqueo mis sentidos…
𝒜𝓇𝒸𝒽𝑒𝓇…
Escuche alguien pronunciar mi nombre mientras un sonido estruendoso se escuchaba al fondo, escuchaba la madera crujir… Y el rugido de los dragones de fondo.
—¡Archer! ¡Tienes que despertar amigo!—
Cuando abrí los ojos, me encontré con un mar de llamas, las casas estaban encendidas en fuego al fondo de aquel callejón, sentía un dolor punzante en mi pierna izquierda que yacía cubierta con vendas manchadas de sangre, Mauro se encontraba enfrente de mí, mientras que Aidan y Ruri afuera del callejón, guiaban a las personas lejos de todo aquel caos
—Que… ¡¿Que rayos paso…?!—
—Ni los adultos saben ¡Todo se prendió fuego en un segundo!—
Traté levantarme y a duras penas pude, el dolor era muy grande como para permitirme caminar bien, mi ceño se fruncía con solo apoyar mi pie en el suelo
—¡¿Y los dragones?!—
—¡Están bien! Pero hay personas tratando de capturarlos, ellos hicieron esa magia extraña—
Mientras intercambiábamos palabras, salíamos del callejón reuniéndome con los otros 2 aspirantes a jinete, una vez en la calle, la destrucción era masiva, no solo era una porción del pueblo, todo el lugar estaba en llamas y los civiles corrían hacia las afueras del pueblo en el lado sur mientras que había un brillo negro lentamente avanzando en el lado norte, nuestro grupo se encuentra en la zona este cerca del centro
—Vaya, ¡estás vivo! Fue un dolor de espalda cargar contigo ¡¿sabes?!—
—Hay que movernos, ¡los elders dijeron que hay forma de huir por el sur!
—¡¿Estás hablando enserio Ruri?! ¡Ahí solo hay montañas, bosque y un rio que lleva a la nada!—
En medio de todo el caos, aquellos protagonistas de la discusión eran Aidan y Ruri… Siempre han tenido sus diferencias creativas sin embargo este no era el tiempo.
—¿¡Podrían callarse por un minuto!?— Exclamé, haciendo que los dos detuvieran sus alaridos —No podremos hacer mucho si nos quedamos juntos…—Mauro agregó mientras tenía su mano en su barbilla, el sudor se podía ver acumulándose en su frente —Mauro, tu y yo deberíamos ayudar a los demás en la zona norte, Ruri ¿cuál es la habilidad de tu bastón?— Tome mi espada con fuerza y me puse al lado de Mauro, cojeando levemente con mi pierna herida, Ruri vio a su bastón, más bien a la joya que estaba en el pico de este mismo —Amplificación de hechizos mediana…— Dijo en voz baja aunque entendible.
—Bien, Aidan, sé que quieres pelear en el norte pero necesitamos que alguien cuide de Ruri mientras va con los heridos en la zona sur…—
—¡¿Qué?! ¡¿Quieres que sea escolta de señorita perfecta?! No gracias—
—¿¡Pueden dejar de lado sus diferencias ahora?! ¡Estamos en medio de una crisis!—
Razonar con Aidan era difícil, siempre lo ha sido, un cabeza dura hasta la medula sin embargo tenía su truco, y ese era…
—¡Esto es algo que solo puedes hacer tu! ¡No te daríamos un trabajo si no fuera importante!— Mauro fue el que exclamó estas palabras, poniendo sus dos manos en los hombros del pelirrojo, haciendo que este cierre los ojos mientras cada vez más fruncía el ceño
—¡AAAghh! ¡Bien! ¡Pero solo por esta vez!— Y ahí está, Mauro siempre sabe cómo hablarle a este tipo, supongo que por algo son inseparables… Los cuatro presentes estábamos a punto de separarnos cuando…
—¡Archer! ¡Espera!— Ruri me detuvo, haciendo que voltease inmediatamente, observando como ella se acercaba a mí con su mano izquierda haciendo un gesto, el dedo índice y medio estaban alzados y los demás cerrados, junto con su mano derecha que tenía sosteniendo su bastón
—օɦ ɖɨօֆɛֆ ɖʀǟɢօ́ռ ɖɛ ʟǟ ʄɛʀȶɨʟɨɖǟɖ, ƈʊʀǟ, ƈʊʀǟ ǟ ǟզʊɛʟ զʊɛ ʄʊɛ ɦɛʀɨɖօ, օɦ ɖʀǟɢօռɛֆ ɖɛʍʊɛֆȶʀɛռ ֆʊ ʍɨֆɛʀɨƈօʀɖɨǟ ɦǟƈɨǟ ռօֆօȶʀօֆ ʏ օȶօ́ʀɢǟʍɛ ɛʟ ʍɨʟǟɢʀօ ɖɛ ʟǟ ʋɨɖǟ ʍɨֆʍǟ. ɦɛǟʟʀǟ— Después de tan largo recital, un brillo verdoso salió de su bastón, que se impregno completamente en mi pierna herida y en tan solo unos segundos, esta se cerró por completo y quitando el dolor que me aquejaba
—Fiu… Esas lecciones de magia al fin sirven de algo…—
—Ruri… Gracias…—
—Meh, prefería una espada a esto, pero viendo lo tuyo, supongo que me quedo con esta cosa—
Después de aquel intercambio, nos reímos los dos un momento, ella siempre entrenó para ser espadachín… Quien diría que terminaría siendo una maga…
—¡No hay tiempo que perder!— Después de que pronunciara esas palabras, los cuatro silbamos usando nuestros labios y dedos de apoyo, cada uno siendo de una tonalidad y melodía diferentes, y después de un momento cuatro rugidos respondieron, empezando a correr cada uno hacia sus respectivas zonas, Mauro y yo hacia el norte de la aldea mientras que Aidan y Ruri iban al sur, seres escamosos descendieron desde el cielo y al estar cerca del suelo, nos sujetamos cada uno a las patas de estos reptiles voladores, llegando a montarlos en su totalidad.
Desde el cielo el caos era más aparente y conforme nos adentrábamos hacia el norte, las llamas cada vez más se intensificaban, y el brillo negro de entre el carmesí se lograba apreciar cada vez más, podíamos ver el flujo de civiles y la gran cantidad de dragones de agua tratando de apaciguar el fuego en su escape, entre ellos, logro divisar un dragón de escamas negras
—Raciel, ¿puedo usar una?— Acaricie suavemente la parte superior de la cabeza de mi dragón, este respondió con un resoplido e inflando sus mejillas —Sé que no te gusta pero la situación lo amerita, hermano— Con cuidado y lentamente, tome una escama medio suelta que estaba en su costado y al quitarla de ahí jalándola con mi mano derecha, Raciel dio un pequeño gesto tembloroso alrededor de su abdomen, no era doloroso pero generaba mucha picazón y termina siendo molesto para ellos
—օɦ ɖɨօֆɛֆ ɖʀǟɢօ́ռ, օȶօ́ʀɢʊɛռʍɛ ƈʟǟʀɨʋɨɖɛռƈɨǟ, օƈʊʟʊֆ ʍǟӼɨʍʊֆ ɖʀǟӄօռɨӄǟ—
La escama tomo de u color azul índigo a un color amarillento profundo con un hueco en el centro
—Siempre se te ha dado bien eso ¿no? Tal vez hubiera sido mejor que tu fueras un mago— Mauro voló con Dionis para estar a la par mía, su tono a pesar de la situación era bastante calmada, de nada servía estar en pánico en medio del caos total
—Bueno… Siempre he tenido facilidad en memorizar estas cosas, pero ya sabes, mi mama me obliga a leer todos esos libros…— Mama siempre ha sido partidaria de que en cualquier situación la magia puede venir bien, si tan solo tuviera una escama… Tal vez podría prenderle fuego a ese maldito treant… Sin embargo, aun necesito buscar respuestas antes de volver…
Puse mi ojo izquierda de tal forma que podía ver a través del hueco en la escama y al instante pude divisar más allá de entre las llamas, acercando mi vista hasta poder divisar aquel ser de escamas negras, encima había un hombre con una máscara de dragón colgándole por la espalda, sosteniendo una especie de cuchilla redonda con un mango en el agujero del centro mientras que en su espalda se encontraba una mujer de cabello negro sosteniendo lo que parece ser una flauta
—¡Mi padre y mi madre están protegiendo una gran cantidad de civiles dirigiéndose hacia el sur!— A la par que dije aquello, la escama perdió su poder y al instante siguiente, Raciel y yo empezamos a descender en picada hacia aquella dirección —¡Hey, Archer! ¡Espera!— Mauro me siguió el paso lo más rápido que pudo, al empezar a descender, aquel brillo negro se podía divisar de entre el fuego, cerca de donde vi a mis padres luchar, una vez cerca del suelo, logre escuchar el ruido de la gente huyendo despavorida de lo que sea que aquel brillo negro de entre el carmesí pudiera hacerles a ellos, aparte del gran daño que ya ha hecho al pueblo, escuché el sonido de alaridos triunfantes, como un grito de guerra.
—¡Cris! ¡Dame una mano!— Escuche la voz de mi padre, agudizando mi vista pude observar como aquella cuchilla en su mano empezaba a juntar mana de color amarillo vibrante y esta empezaba a girar a una velocidad ridículamente alta —¡Escucha atentamente por favor!— Pude escuchar la voz de mi madre que estaba detrás de mi padre, ella acercó la flauta a sus labios y al instante, una melodía que resonó hasta donde Mauro y yo nos encontrabas se escuchó, y una aquellas hermosas notas pararon, sentí como si algo en mi interior se encendiera y algo se escribiera en mi muñeca izquierda, rápidamente voltee a ver mi mano y observé que habían palabras escritas en mi piel con una tinta color negro y un temporizador al lado de los mismos
ֆք ǟȶӄ ʊք ʟʋ 5 1:00
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Después de sentir tal torrente de mi poder a través de mi cuerpo, vi como el arma de mi padre intensificaba su brillo y el giro del mismo era tan potente que casi se podía jurar que era un tornado encarnado envuelto en rayos y centellas
—օɦ, ȶօɖօֆ քօɖɛʀօֆօֆ ɖɨօֆɛֆ ɖʀǟɢօ́ռ, քɛʀʍɨ́ȶǟռʍɛ ʊֆǟʀ ֆʊ ʄʊɛʀʐǟ, քɛʀʍɨ́ȶǟռʍɛ ʊֆǟʀ ֆʊ օʍռɨքօȶɛռƈɨǟ, զʊɛ ֆʊ ǟֆȶʊƈɨǟ ɨʟʊʍɨռɛ ʟօֆ ƈɨɛʟօֆ ʏ զʊɛ ֆʊ ɨʀǟ ɖɛֆȶʀʊʏǟ ʟǟ ȶɨɛʀʀǟ, ɖɛռʍɛ ʟǟ ɮɛռɖɨƈɨօ́ռ ɖɛʟ ʄʊʀɨօֆօ ɦɛʀʍǟռօ ɖɛ ʟǟ ʟʟʊʋɨǟ ʏ զʊɛ ֆʊ ɢʀǟռ ɛֆքɨ́ʀɨȶʊ ɢʊɨɛ ʍɨ ǟʀʍǟ, ƈɦǟӄʀǟʍ: ¡ɛʟɛƈӄǟ ʟʊʍɨռɨʊֆ ʋօʟǟʀɨֆ!—
Escuchar esas palabras hicieron que mi cuerpo se estremeciera, sabía que mi padre era tan buen luchador como su habilidad de liderazgo… Sin embargo nunca esperé que tanto… Con un gran lanzamiento, su arma dejo su mano y voló como un proyectil hacia el brillo negro entre las llamas, que debido al viento las disipó lo suficiente como para ver al fin aquello a lo que nos enfrentábamos…
Soldados con armadura negra totalmente armados… Con el sello de lo que parece ser un dragón en el centro de su peto grabado de un color dorado… Sin embargo… Esa especie de dragón…
Antes de poder procesar más aquello que veía, el proyectil impactó de lleno en las fuerzas armadas de negro y un gran relámpago de color amarillo impacto en el lugar, como si los mismos dioses hubieran bendecido aquel ataque, la onda expansiva fue tan fuerte que provoco turbulencias mientras sobrevolábamos el lugar
—¡Ese es el jefe de la aldea para ustedes, jaja!— Mauro tenía una gran sonrisa al ver esto, acomodándose los lentes triunfalmente, se podría decir que se le podía ver un brillo en aquellos cristales delante de sus ojos.
El polvo se levantó del lugar del impacto, pero el aire caliente de las llamas lo disiparon en momentos, de entre el sonido de la madera crujir, se escuchó una serie de susurros, ¿tal vez palabras? Cuando la humareda amaino se pudo observar como aquellos soldados bloquearon el impacto con escuderos en su línea frontal, varios de ellos cayeron, sin embargo en la parte de atrás había personas con túnicas rojas y mantos negros, recitando a todo pulmón una gran serie de hechizos, círculos mágicos en el aire empezaron a formarse y proyectiles mágicos de fuego y tierra en gran cantidad cubrían la parte encima de ellos
—¡¿Es enserio?! Si quieren otra ronda que así s— Mi padre trató de canalizar mana en su arma otra vez, parpadeando un segundo para después apagarse, haciendo que se derrumbase encima de Jusean, el mana que uso fue considerable, vi como mi madre fue a auxiliarle, empezando a tocar otra canción, sin embargo las fuerzas enemigas ya estaban terminando de recitar
—¡Archer! ¡Tu padre está en CD!—
—¡¿Crees que no lo sé?!—
Empecé a acelerar aún más hacia donde se encontraban mis padres mientras que me acercaba en mi montura a la cabeza de Raciel, poniendo mi mano derecha cerca de sus fauces
—օɦ քօɖɛʀօֆօֆ ɖɨօֆɛֆ ɖʀǟɢօ́ռ, քɛʀʍɨ́ȶǟռʍɛ ʊֆǟʀ ֆʊֆ ɮɛռɖɨƈɨօռɛֆ, քɛʀʍɨ́ȶǟռʍɛ ʊֆǟʀ ֆʊ քʀօȶɛƈƈɨօ́ռ, ɖɛռʍɛ ʟǟ ɦǟɮɨʟɨɖǟɖ ɖɛ ֆʊֆ ɦɛʀʍǟռօֆ ʍǟ́ֆ ǟʟʟǟ́ ɖɛ ʟօֆ ƈɨɛʟօֆ, քɛʀʍɨȶɛ զʊɛ ռʊɛֆȶʀօ ʀʊɢɨɖօ ɖɛȶɛռɢǟ ǟ զʊɨɛռɛֆ օֆǟռ ʟǟֆȶɨʍǟʀ ǟ ʍɨ քʀօ́ʝɨʍօ, ʏ զʊɛ ֆʊ ʍǟʟɖǟɖ ֆɛǟ ʀɛքɛʟɨɖǟ ƈօռ ɮօռɖǟɖ ɖɛ ʟǟ ʍɨֆʍǟ ʍǟɢռɨȶʊɖ, ¡ɢʀǟʋɨӄǟ ʀɛքɛռȶʊʍ ɖʀǟӄօռɨӄǟ!—
En medio de mi recital junto a Raciel, los proyectiles hechos por la milicia de negro fueron desatados, pude observar como mi padre con la fuerza que apenas pudo recuperar, abrazó a mi madre con todas sus fuerzas, poniéndose el delante del fuego inminente mientras que Jusean trataba de generar magia en su garganta y hacer el intento de minimizar el daño, y justo antes de poder impactar, un rugido estruendoso generado por Raciel se escuchó y un brillo morado cubrió la zona delante de donde estaban mis padres, los proyectiles se detuvieron en el aire, como si el tiempo se hubiera detenido
—Esta magia… ¡No puede ser…!—
Mi padre observo aquel suceso boquiabierto y una vez poniéndose a pensar un momento bajando su mirada, volteo hacia detrás de Jusean donde Raciel y yo nos encontrábamos volando muy bajo que se podría decir que estábamos tocando casi el suelo, tenía mi brazo extendido y la palma de mi mano totalmente abierta, el mana a controlar era tanto que mi extremidad temblaba con fuerza, lentamente cambie el gesto de mi mano pasando a ser solamente dos dedos levantados siendo el índice y anular, acercándolos lentamente a mi pecho y al momento en el que llego a la altura de mi corazón.
Extendí mi brazo nuevamente con fuerza y con la mano abierta nuevamente, los proyectiles mágicos cambiaron su rumbo y con toda la fuerza y cantidad que tenían, las devolví de donde vinieron, impactando de lleno, los escuderos no aguantaron y los magos que estaban detrás fueron inutilizados, todos estaban retorciéndose en el suelo y varios también noqueados por el impacto. Una vez asegurado el lugar, descendí al suelo con Raciel mientras que Mauro se quedaba en los cielos, vigilante a cualquier cosa que pudiera suceder
—¡Padre! ¡Madre!— Grité mientras corría hacia ellos que estaban empezando a bajarse de Jusean, una vez cerca, como si fuera una red me atraparon en un abrazo, y luego de un momento me soltaron, sus rostros irradiaban de alegría con una sonrisa en sus rostros cubiertos de hollín y polvo
—¡¿Qué haces aquí?! Pensábamos que ya habías evacuado con los demás, no te encontrábamos por ninguna parte y queríamos buscarte y…— Mi madre era un mar de nervios a pesar de lo estoica que se veía junto a mi padre en el combate, ella rebuscaba con sus manos en mi rostro por si tuviera heridas, aunque creo que esas fueron sanadas por Ruri hace rato…
—Me enorgullece decir que no la hubiéramos contado sin ti… Veo que aprendiste muy bien a dominar esa magia extraña de Raciel— Mi padre me desarreglo el pelo si no es que ya fuera un desastre debido a todo lo que está pasando.
Gravedad… Un elemento muy raro en dragones y aún más difícil de usar debido a que hay muy pocos hechizos disponibles, los eruditos estiman que por ahí en el mundo han de haber más hechizos de gravedad pero dudo que uno de esos me sirva ahora…
—¿Donde esta tío Kalum y Kalem…?— Mi voz se entrecortaba, casi como si exhalara esas palabras, no quería que lo peor les hubiera sucedido a ellos…
—Tranquilo, ellos están bien… Jusean, ¿podrías decirme si aún queda alguna caravana en proceso de evacuación?— Mi padre puso su mano en mi hombro mientras bajaba su rostro un momento, al voltearse para hablar con Jusean, el dragón negro asintió levemente y sus ojos se iluminaron de color amarillo y al cabo de unos momentos el hizo un gruñido grave
—¡¿Ya llegaron hasta alla?!—
Las palabras de Jusean fueron que la milicia negra se acercaba a la última caravana de evacuación en la zona sur, que también es el lugar donde todos estaban escapando…
—Archer, tú y Mauro van a seguirme, ya casi todos han de haber evacuado pero tenemos que asegurarnos que todos se vayan… ¿Te apuntas a tu primera misión oficial?—
Al escuchar esas palabras mis ojos se abrieron plenamente, mi madre que estaba al lado dio unos pequeños aplausos de alegría aunque pronto volvió a tener sus nervios devuelta debido a lo que esto implicaba
—¡Por supuesto!— Sentí como si la llama en mi interior ardiera más vívidamente que las llamas que cubrían el pueblo, apreté mis puños con fuerza y mantuve firme mi espada en mi cintura
—Entonces básicamente iremos a patear traseros ¿no?— Aquel que dijo esas palabras fue Mauro que se acercó hacia nosotros junto con Dionis, bajando de los cielos y aterrizando al lado nuestra, el ancho de la calle empezaba a parecer algo pequeño —Bueno… Supongo que si ya están los tres supongo que necesitaran un apoyo por ahí— Mi madre soltó un suspiro al vernos tan animados, su cara totalmente decía "que se le va a hacer", tomando en mano su flauta y acercándose a mi padre
—¡Muy bien, jinetes! ¡Monten!—
—¡Si señor!—
Sin más que discutir, mi padre y mi madre se subieron encima de Jusean que dio un pequeño rugido de emoción, Dionis y Raciel le siguieron una vez Mauro y yo nos subimos a ellos respectivamente y en menos de un parpadeo nos alzamos en el cielo, y con mis padres liderando el camino, nos empezamos a dirigir hacia el ultimo estrecho de aquella noche…
Recuerdo haberme sentido muy emocionado en ese momento… No podía creer que en mi primer día como jinete iba a pelear junto a mi padre… Aunque la situación fuera la mejor… Gracias a las historias del tío Kalum y Jusean, mi padre es alguien asombroso… Que a pesar de que tuvo un arma y habilidad buenas como es su chakram y la habilidad de dominio del elemento rayo, el no dejó de esforzarse y siguió trabajando diligentemente hasta ser jefe de la aldea… Él es mi ídolo… Me pregunto que me diría si me viera ahora mismo…
Las flamas del pueblo aun no amainaban y las estrellas del cielo empezaban a esconderse entre nubes negras que no dejaban ver ni la luna llena, siendo la única fuente de luz el carmesí de las llamas, al ver hacia abajo, podía observar partes de la milicia negra en el suelo debido al reflejo de esas armaduras que traen extendiéndose grandes números hasta la parte sur del pueblo, sin embargo había algo que me inquietaba… Entre tantos soldados había algo que soltaba una presencia como ninguna otra… Tal vez él sea peor que un treant anciano viéndolo bien… O cualquier otro monstruo que haya allá afuera en el mundo…
—¡Miren!— Mauro exclamó, señalando hacia lo que parecía ser una zona con menos flamas, y con varios dragones revoloteando por ahí, se podía ver cómo había mucha gente ahí yendo hacia dentro del bosque, sin embargo el brillo negro de la milicia se acercaba cada vez más, en conjunto a proyectiles de colores carmesí, verde y de un color morado creados con magia
—¡Prepárense para el combate, Mauro tu ayuda a los demás a alejar las flamas, Archer tú me ayudaras a repelerlos con tu gravedad, necesitamos ganar todo el tiempo posible!—
—¡Entendido!—
Despues de ese pequeño intercambio, nos movimos como unidad por lo cielos, descendiendo con rapidez hacia la acción en proceso
—¿Y yo que voy a hacer, cariño?—
—Lo que mejor sabes hacer, panquecito—
UGGGGGGGHHHH, porque tuve que recordar eso… Me alegro que ellos sean así pero es muy vergonzoso… Por algo Jusean los llamaba "pareja tonta", aunque a decir verdad… Extraño un poco ese ambiente incomodo pero cálido a la vez… Solo espero y en un futuro no termine de esa manera si tuviera una pareja…
…
Tal vez un poco, si…
En cuestión de segundos llegamos abajo y el estruendo de las personas huyendo y los dragones peleando era ensordecedor
—¡քɨʀǟӄǟ ɖʀǟӄօռɨӄǟ!—
Justo al llegar al suelo, un muchacho pelirrojo encima de un dragón de escamas carmesí exclamó, llamas salieron del hocico de la bestia e inundaron la calle de donde el brillo negro se acercaba, los escuderos en su primera línea pararon el fuego, pero la fuerza los empujaba hacia atrás
—¡ȶɛʀʀǟӄǟ ɖʀǟӄօռɨƈǟ!—
Después del fuego, una chica encima de un dragón de escamas cafés acompaño el ataque, la tierra empezó a temblar, y los tabiques del suelo de la calle empezaron a resquebrajarse, la calle de dónde venían las tropas de la milicia negra fue sellada con una pared de piedra y una vez el estruendo cesó ambos dragones se desplomaron en el suelo
—¡¡Encendiste tu alma Flambel!! Ahora descansa un rato amigo…—
Aidan se encontraba encima de Flambel, acariciando su lomo, ambos se veían exhaustos, aquel dragón carmesí tenía sus escamas de un color apagado debido al uso excesivo de mana y ellos no eran los únicos, Ruri que estaba encima de su dragón, Tlali, también lucían de la misma forma, tanto mi padre como yo nos bajamos de nuestros dragones y fuimos en dirección a ellos, mi madre y Mauro nos seguían por detrás
—¡Aidan, Ruri! Lo hicieron bien, ¿informe?—
—¡¿J-Jefe?! ¡Ah, claro! Varios civiles y todos los demás ya han sido evacuados, solo falta esa última caravana y nosotros…— Aidan fue el que respondió con una voz entrecortada, siempre luce energético pero es manso con mi padre, y con razón debido a la fuerza que tiene
—Perfecto, ustedes deberían de empezar a evacuar también, ¡Mauro!
—¡Aquí señor!
—Ayuda a tus compañeros a evacuar a los demás civiles, necesitamos al menos un jinete hábil para proteger a esas personas, cuento contigo—
—¡Entendido!—
Después de ese intercambio de palabras, pude ver como Aidan y Ruri guiaban a sus dragones con el resto de la caravana, caminando lo más rápido que podían aun con cansancio mientras Mauro junto con Dionis fueron detrás de ellos, los civiles que quedaban se adentraban en el bosque lentamente debido al angosto camino.
De pronto el sonido de explosiones proviniendo de la calle que Ruri selló anteriormente, captando la atención de los presentes, la piedra empezó a resquebrajarse con cada impacto que recibía, mi padre y yo nos acercamos a nuestros dragones con nuestras armas en guardia
—Archer… Si la situación se complica… Corre, ¿vale?—
La mirada de mi padre no titubeaba pero había algo más… Su mirada era la de aquel que estaba dispuesto a morir, fruncí el ceño un momento debido a sus palabras
—¡Todo saldrá bien! Saldremos de aquí, ¡estoy seguro!—
Reafirme con fuerza mi postura, con mi pierna izquierda enfrente y mi cintura ligeramente agachada, sosteniendo mi arma con ambas manos, escuche una pequeña risa de mi padre, acompañada de una sonrisa
—Me pregunto de quien sacaste ese valiente lado tuyo muchacho—
—Tenía que ser hijo de padre… ¿No?—
Intercambie miradas con mi padre, mientras se empezaba a escuchar una melodía de entre las explosiones, frenética pero harmoniosa, como si mi madre demostrara su determinación para no quedarse atrás, con el respeto del uno al otro reafirmados, mi padre y yo volteamos hacia nuestros respectivos dragones con sonrisas en nuestros rostros
—¡Jusean!—
—¡Raciel!—
Ambos exclamamos, ambos dragones empezaron a cargar mana en sus hocicos y al mismo tiempo el muro que sellaba la calle se destruyó, los civiles trataban de apurar el paso mientras que la milicia negra empezaba a acercarse, y al mismo tiempo mi madre terminaba de tocar, la magia y mana paso por nuestros cuerpos y los efectos empezaban a potenciar nuestro desempeño, rápidamente miré hacia mi muñeca izquierda para ver lo que había sido escrito esta vez
ǟȶӄ ʊք ʟʋ 5 1:00
ֆք ǟȶӄ ʊք ʟʋ 5 1:00
ɖʄ ʊք ʟʋ 5 1:00
Y así con todas nuestras fuerzas aumentadas… El retraso de lo inevitable empezó…
Los primeros en acercarse fueron una unidad de 5 soldados enemigos armados con espadas y lanzas, mi padre y yo nos separamos mientras que Raciel y Jusean disparaban proyectiles de mana, deshaciéndose al instante de tres de ellos, dejando solamente a un lancero y a un espadachín, mi padre arremetió contra el soldado con espada mientras que yo me enfrenté al de la lanza.
El lencero sabía lo que hacía ya que mantenía su distancia a pesar de que estaba armado con una espada sin filo en lo absoluto, sin embargo debido a un descuido en una de sus incontables estocadas, se dejó abierto para que pudiera desviar la lanza y arremeter de lleno hacia el mientras se encontraba desprotegido, dando un salto y abalanzando el lado sin filo de mi espada contra su cabeza protegida por un casco de metal
—¡ɢʀǟʋɛɖǟɖ ɖʀǟӄօռɨӄǟ!— Con el aire que me quedaba exclamé, Raciel soltó un rugido pequeño y un brillo morado se posó sobre mi espada y en el instante que golpee la cabeza de aquel lancero, el casco se deformo un poco por la fuerza generada por la gravedad y lo mando a volar varios "newts" de distancia, noqueándolo por completo y su vez, mi padre terminaba con su encargo, electrocutando y paralizando al tipo con el que peleaba, incapacitándolo.
Sin embargo la pelea no había terminado aún, se acercaban cada vez más soldados y usando el mismo proceso de acción arremetimos contra ellos…
El tiempo pasó y quedaban pocos civiles por evacuar, sin embargo las oleadas seguían viniendo y cada vez más fuertes, una explosión hecha por magia de viento nos empujó a mí y a mi padre hacia atrás, cayendo cerca de nuestros dragones, mi madre se encontraba sin aliento después de usar tanto mana en sus melodía, mientras que padre y yo desgastados por toda la pelea y varias heridas a través de nuestros cuerpos se podían observar, logrando levantarnos solo por mera determinación, sosteniendo nuestras armas firmemente a pesar del cansancio.
—¡¿Es que acaso… No se terminan nunca…?!— Exclamé con mi voz rasposa y respiración agitada mientras que Raciel se acercaba a mí para tener donde apoyarme, sentí como mi padre me observaba, y a su vez mi madre lo observaba a él, después de unos momentos, mis padres se observaban el uno al otro, mi padre suspiró
—Archer… Tienes que irte…—
—¡¿Y dejarlos solos?! ¡Están dementes!—
Mi padre tenía cierta preocupación en sus ojos mientras arqueaba sus cejas, me mantuve en guardia ya que los soldados se acercaban lentamente hacia nosotros
—Archer, en el otro lado necesitaran a jinetes hábiles como tú, ¡tienes que irte! Tu madre y yo estaremos bi—
—¡No lo estarán! ¡Sé que es lo que pasa por tu mente cuando pones esos ojos!—
Sentí como lagrimas se acumulaban en mis ojos debido a la rabia e impotencia que albergaba mi corazón en ese momento, sabía que no importa cómo, no íbamos a salir todos de ahí, mi padre bajo la mirada y cuando volvió a ver hacia mí, sus ojos parecían humedecidos mientras mi madre lloraba con una sonrisa en su rostro viendo hacia mi
—Perdóname hijo mío…—
Cuando escuché esas palabras, algo me agarro por mi ropa, levantándome del suelo
—¡¿Pero qué rayos?! ¡Raciel! ¡¿Qué haces?!— Al voltear a mis espaldas, Raciel me sostenía con sus dientes aferrados en mi gambesón, no importaba que tanto pelear o trata de quitarme la prenda de encima, el simplemente me agarraría de nuevo… el dragón de azul índigo tenia lagrimas rebosando de sus ojos, soltando pequeños sollozos
—Cuídalo muy bien… Y… Archer…—
—Te amamos…—
Cuando escuche esas palabras de mis padres al unísono, Raciel me llevo colgando hacia dentro del bosque donde los civiles ya habían evacuado, grité a todo pulmón hacia mis padres mientras el brillo negro se acercaba hacia ellos y en tan solo momentos… Perdí mi vista en la oscuridad del bosque…
Me encontraba devastado… Llorando en grandes cantidades mientras Raciel me llevaba en su boca, despues de un rato logramos alcanzar a los últimos civiles que estaba en el camino, Mauro se puso en guardia al oír los pasos de Raciel pero abrió por completo sus ojos cuando me vio en tal estado
—¿Archer…? ¡¿Qué paso?!— El chico de lentes se bajó de su dragón, poniéndose al lado de mi impotente yo mientras seguíamos nuestro camino
—Mis padres… Ellos…—
—Archer… Está bien, está bien… No necesitas decirlo…—
Al escuchar mis vagas palabras, el rostro de Mauro paso de preocupación a melancolía en un instante, apretando sus puños fuertemente para después suspirar
—Falta poco… Raciel, ponte en medio de la formación, yo iré detrás…— Mauro se subió nuevamente en Dionis, poniéndose detrás de nosotros mientras que el sollozante dragón azul se posicionaba entre Flambel y Tlali. Ruri y Aidan me observaban imaginándose lo que pasó allá atrás mientras bajaban sus cabezas…
Pensé que la oscuridad del bosque seria nuestra guarda, y que el caos que habíamos dejado atrás solo brindaría tranquilidad al camino…
No podría estar más equivocado…
Un estruendo se escuchó desde atrás, los cuatro volteamos hacia dónde provenía aquel sonido, las flamas que provenían del pueblo se intensificaban, y la tierra empezaba a temblar, Mauro que estaba viendo en primer fila se giró hacia nosotros con un rostro horrorizado
—¡¡QUITENSE DEL CAMINO, ESPARZANCE!!—
Casi como si fuera instinto, todos los presentes, incluyéndome a mí y Raciel, nos quitamos del camino de tierra y llegamos a los lados adyacentes del mismo, en tan solo unos segundos, una llamarada de proporciones titánicas cubrió todo el camino y debido a la gran presión, destruyo arboles circundantes, y me tiró del agarre de Raciel, soltándome y cayendo varios "newts" alejado de él, levanté mi rostro del suelo casi de inmediato y observé como las personas desafortunadas que no se quitaron de en medio a tiempo eran incineradas y hechas cenizas , con sus gritos de agonía escuchándose por momentos.
Cuando el fuego cesó, vi como los civiles se esparcían mientras se dirigían despavoridos a más dentro del bosque, pero en la misma dirección que antes, mi alrededor se volvió un caos en un instante, observe como los demás corrían por instinto, dejándome atrás mientras me levantaba
—¡Raciel! Hay que…— Cuando exclame y voltee hacia atrás de mí, observe como Raciel se mantenía de pie y se acercaba hacia mí, sin embargo sus alas tenían varios orificios generados por las llamas, apenas y se podía sostener a sí mismo, corrí hacia él y me mantuve a su lado mientras empezábamos a avanzar lo más rápido que podíamos, acelerando entre ratos.
—¡Alguien… Ayúdenme…!—
—Esa voz… ¡¿Kalem?!—
Una voz familiar venia de entre varios troncos que cayeron varios "newts" delante de nosotros, al acercarme observe una imagen que no creo que se me olvidé en mucho tiempo… Kalem yacía sollozante en rodillas… Mientras que enfrente se encontraba el cuerpo de su padre… Con varias de sus extremidades y su cabeza aplastada por los arboles… Nadie… Nadie puede sobrevivir eso…
Al pasar de unos momentos Kalem alzó la vista y me observo con angustia en sus ojos
—¡Hermano mayor…! ¡Por favor tienes que…! ¡Papa necesita…!—
—Kalem…—
Él se encontraba en negación… Su corazón estaba hecho añicos y el shock de los sucesos no le permitía moverse… Y ahora entiendo el sentimiento de mis padres al hacer lo que hicieron… Y lo que yo le hice sentir a el… Solo espero que me perdone algún día…
—¿Uh…? ¡¿Archer?! ¡¿Qué haces?!— El pequeño exclamo mientras lo cargaba, sosteniéndolo por el hombro y empezando a correr en dirección hacia donde los otros escaparon
—¡Noooo! ¡Mi papa se queda atrás! ¡No puedes dejarlo ahí! ¡Archer escúchame por favor!—
El pequeño pataleaba con lágrimas en sus ojos, desgastando su voz debido a su fuerte tono… Sentí en ese momento como mi vista se nublaba… En ese momento pensé que era el humo que llegaba hasta al bosque se había metido en mis ojos… Engañándome a mí mismo de mis propias lagrimas que empapaban mi rostro lleno de polvo y hollín…
No se por cuanto tiempo corrí en ese entonces… Sin embargo podía ver de entre la oscuridad del bosque una luz, ¿tal vez sea la forma en que los demás lograron escapar?
—¡Ya falta poco Raciel, aguanta un poco más amigo!— Voltee a ver a aquel dragón azul que ya se encontraba exhausto después de todo lo que ha pasado esta noche, sus escamas se mostraban de un color apagado y su respiración era agitada y pesada. Poco a poco nos acercábamos al brillo, y voces a lo lejos se escuchaban
—¡….No podemos dejarlos ahí!
—¡¿…Es que acaso quieres morir jovencita?! ¡El portal se cerrara en breve y te quedaras ahí atrapada!—
Una voz rasposa y grave se escuchaba junto a una voz femenina, y solamente un cabello con rizos se me venía a la mente, apuré el paso todo lo que pude y en cuestión de momentos salí al claro… Enfrente de mí solo se hallaba una zona abierta entre todo el bosque, y al final de la misma se encontraba un peñasco con lo que parecía ser una puerta justo en el borde, sin embargo esta se resquebrajaba y se veía en mal estado, pude notar un rostro conocido al otro lado de aquel umbral
—¡Clara!— Exclame el nombre de la chica con toda mi fuerza, ella logró escucharme y volteo hacia mí con una sonrisa en su rostro, no obstante la reunión fue interrumpida, la puerta se resquebrajaba cada vez más y así como lo dijo aquel anciano al lado de ella, la vía de escape se cerraba… No iba a llegar a tiempo… Estábamos a demasiados "newts" de distancia…
Por un momento sentía como si la esperanza dejara mi cuerpo… ¿Todos los esfuerzos de mis padres fueron en vano…? Todo lo que sobreviví en tan poco tiempo fue… ¿para nada…?
Y justo cuando me iba a dar por vencido… Me di cuenta de lo que traía en mis hombros…
No… No todo fue en vano…
Y espero… Que algún día me perdones por esto…
Junte todas las fuerzas que tenía en mí y con mis manos y brazos, tomé a Kalem de la cintura, y como si mi vida dependiera de ello… Lancé al pequeño hacia la puerta…
Vi aquella expresión en su rostro, con lágrimas en sus ojos bien abiertos mientras cruzaba aquel umbral…
No llores… ¿3 años eh? Ojala pudiera verte convertirte en un gran jinete…
Mientras esos pensamientos pasaban por mi mente, una gran sonrisa se dibujó en mi rostro mientras que aquel niño que consideré mi hermano pequeño gritaba mi nombre…
Y así, conmigo cayendo al suelo por la fuerza que usé, escuché el sonido de cristal quebrarse, para que cuando volviera a mirar a aquel barranco, ningún rastro de aquellos que lograron irse se pudo observar…
Momentos después me levanté, con mi espada herrumbrosa en mano mientras me acercaba a aquel risco, definitivamente no había nada… Y al ver hacia abajo… Una caída sin precedentes se hallaba… En un hueco en donde pareciese tener fondo…
—Fin del camino uh…— Solté un suspiro mientras voltee hacia arriba, el cielo aún estaba cubierto por el humo… Pero la luna ya empezaba a dejarse ver… Como si fuese un faro de esperanza en donde su ausencia es desgarradora…
Momentos después miré a Raciel, montando guardia mirando hacia el bosque, recostado en el suelo con sus alas en reposo, me acerqué a él… Y lo acaricie en su cabeza, tratando de limpiar la suciedad que había en su rostro
—Gracias ayudarme a llegar hasta aquí, estrellita…— Al pronunciar estas palabras, el dragón soltó unos pequeños quejidos
—No debes disculparte… Si no hubieras hecho caso, tal vez no hubiéramos podido salvar a Kalem…— El silencio era nuestra acompañante, como si la tormenta hubiera pasado… O como si la aceptación de la muerte viniera a mi alma… Observaba el cuerpo mallugado de Raciel, como sus escamas se encontraban casi apagadas, el pobrecito ha usado mucho mana, y a pesar de aún quedaban tal vez una docena con magia cargada, era muy poco como para hacer un hechizo significativo
—Raciel… ¡Puedo tomar un par?— Cuando dije aquello, el respondió con un gruñido, sin embargo luego fue acompañado de un suspiro y un pequeño chillido
—Gracias…— Con cuidado después de pedir permiso, tome 3 escamas, cosa que lo molesto ya que solo dije que dos, sin embargo esto tenía su propósito
Con cuidado me subí encima de Raciel mientras sostenía una de aquellas escamas, presionándola con mi frente una vez arriba
—օɦ ɖɨօֆɛֆ ɖʀǟɢօռ… ɖɛռʍɛ ɛʟ ʍɨʟǟɢʀօ ɖɛ ʟǟ ʋɨɖǟ… ɦɛǟʟ ɖʀǟӄօռɨӄǟ— Al susurrar aquellas palabras, la escama paso de tener un color azul índigo a un verde suave y en consecuencia, puse esta piedra verdosa encima de una de las alas y las heridas de esta empezaron a cerrarse lentamente
—No es el Healra de Ruri… Pero espero que ayude amigo…— Momentos pasaron mientras curaba las heridas de Raciel, pero de pronto el empezó a gruñir, me voltee inmediatamente y vi como un brillo negro venía desde la oscuridad del bosque, bajé de donde estaba al suelo y me puse en guardia al instante.
Varios pasos se escuchaban junto al rose del metal con metal típico de las armaduras…
—Vaya… Parece que llegue un poco tarde…—
Una voz grave y suave se escuchó de entre la oscuridad, y después de unos momentos, una persona acompañada de varias decenas de soldados se apareció… Con una armadura negra acompañada de una capa del mismo color y con un interior de color rojo… A pesar de ser una armadura, esta no lucia como tal, era tan ligera a la vista que se podría decir que no tenía para nada y en su espalda… En su espalda llevaba una guadaña… Con un tamaño tan grande que era del mismo tamaño de su cuerpo… Con un metal de color gris con tonalidades rojas…
—¿Hmm…? Pero que tenemos aquí… Un pueblerino que no logró escapar supongo—
Aquel hombre lucía un rostro indiferente, como si fuera un no muerto con la capacidad de hablar, su rostro a pesar de ser fino tenia cicatrices a lo largo de este, desbordaba experiencia de batalla y… Una presencia obscura que me provoca escalofríos de solo recordar…
—Me impresiona lo preparados que están para estas situaciones… He de decir que tienen un don para huir con el rabo entre las patas—
Ese comentario de su parte hizo que me hirviera la sangre, apretando mis dientes y frunciendo mi ceño fuertemente
—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué hacer todo esto?!—
Exclamé, el solamente suspiro levemente, sacudiendo su cabeza de lado a lado
—Digamos que… Estos… Dragones tuyos… Tienen un recurso muy raro de nuestro interés, es una pena que casi todos escaparan… Sin embargo ya tengo un premio gordo—
El hombre tomo algo de entre sus ropajes y lo lanzó enfrente de mí, una escama de color negro era iluminada por la luna, mis ojos se abrieron completamente y mis retinas temblaban
—¡¿Qué les hiciste?!—
—Vaya… Supongo que no solo te refieres a aquel molesto dragón negro… ¿Te refieres a esta melosa pareja?—
Al instante después, dos personas atadas fueron empujadas de los arbustos, saliendo a un costado del claro, había varias heridas alrededor del cuerpo de cada uno y cuando levantaron la mirada ellos estaban aterrorizados por la imagen enfrente de ellos
—¡Archer…! Por lo que más quieras, solo ¡Vete de aquí!—
Al oír su voz no tenía ni la más mínima pizca de duda… Eran mis padres, me alegraba saber que no habían muerto pero no cambia el hecho de que están incapacitados… Nunca había oído a mi padre con ese tono… Pareciese como si tuviera enfrente a un monstruo… o algo muchísimo peor…
—¡Están bien…!—
—¡Eso no importa ahora! ¡No puedes enfrentarte a él…! ¡No sabes a lo que te enfrentas!—
Nunca había visto a mi padre tan asustado… Y la cosa es que realmente él tenía toda la razón… Mi espada temblaba tenuemente y mi pulso no se mantenía firme, la presión que aquel hombre ejercía era titánica…
En un instante luego de aquellas palabras de mi padre, Raciel se levantó de su descanso y emitió un rugido sonoro que hizo a los soldados encogerse, sin embargo aquel hombre de la guadaña no se inmutó, y después el dragón azul se abalanzó hacia el, como si fuese planeado el tipo chasqueo sus dedos, y de entre los matorrales una gran red de proporciones gigantescas envolvió a Raciel, restringiendo su hocico y sus demás extremidades, cayendo al suelo al lado de aquel hombre
—Y con ese ya son dos premios gordos…—
—¡Raciel!—
No podía simplemente quedarme de brazos cruzados y ver como se lo llevaban otra vez en el mismo día… Corrí hacia él, pero una sombra detuvo mi camino, y mientras un brillo grisáceo se abalanzaba hacia mí a una velocidad ridícula, reaccionando justo a tiempo para bloquear aquel filo gris y rojo con el lado plano de mi espada, la fuerza fue tal que me empujo devuelta a donde estaba, después de aquel intercambió escuché como mi madre se exaltaba.
—Tsk Tsk, Tienes agallas niño… Pero no puedes salir de cada situación peleando ¿sabes?—
El hombre daba pasos tan silenciosos como el viento mismo, y al dar el 3ro su guadaña quedo enterrada en la tierra del suelo por su mano propia
—Tienes un arma interesante… Mira niño, te tengo un trato—
Al pronunciar estas palabras, el mostro una mínima sonrisa mientras se cruzaba de brazos, mi guardia nunca bajó
—Tienes dos opciones… Te unes a nosotros… Olvidamos que esto nunca paso, nos deshacemos de estos dos melosos y sales de aquí ileso junto a tu vulgar reptil súper dotado…—
Su mano derecha pululaba encima de Raciel lentamente, para después ponerla encima de su guadaña a su costado derecho con un rostro sin expresión, pero con una sombra detrás de el que proyectaba una sonrisa en medio de la oscuridad
—O… Te resistes… Tus padres podrían sobrevivir a la par que esta salamandra… Pero tu… Tú serás una jugosa adición a mi colección de almas…
—¡Archer! ¡Simplemente corre! ¡Nosotros no importamos pero tú sí!
Escuchaba como mis padres me imploraran que me fuera… Que corriera por lo que más quisiera… Sin embargo no había forma de escapar… Rodeado de las fuerzas enemigas… Y la representación de la muerte en carne y hueso enfrente de mí…
Mis ojos ardían junto con mi corazón, mientras reafirme mi postura de combate, observe por un momento a mi padre… Que muy bien sabía que pasaba por mi cabeza al hacer esa mirada… y cuando voltee enfrente de mí… No había rastro de aquel hombre
—Que así sea—
Un susurro se escuchó a mi costado izquierdo, y al voltear casi de inmediato, me encontré con la sombra de la muerte junto a una sonrisa de color rojo en su rostro obscurecido, el lado plano de mi espada se interpuso en medio de su ataque y me empujó nuevamente debido a la gran fuerza que tenía, no había tiempo para respirar o reaccionar… Solo actuar… Y retrasar lo inevitable
Me estrelle contra el suelo y me deslice por la tierra, usando mi espada en contra de esta para frenarme, una vez me detuve observe encima de mí, encontrándome aquella sombra abalanzando su guadaña hacia donde estaba, rodé a mi costado derecho mientras el enterraba el filo de arma en el suelo, al reincorporarme y afianzar mis postura nuevamente, lancé un tajo de gran fuerza hacia su torso, sin embargo el mango de metal de aquella guadaña detuvo el golpe, haciendo que mi espada rebotase, dándole tiempo para sacar la guadaña del suelo y lanzar un tajo en diagonal hacia mi cabeza. Sin mucho tiempo a reaccionar, abalancé mi espada con todas mis fuerzas a su arma, chocando y empujándonos mutuamente mientras las chispas generadas por el rose del metal iluminaban el lugar
—Nada mal… Un arma interesante para un chico interesante… ¡¿no?!—
Después de aquellas palabras, el ganó el choque, empujando mi espada a un lado y dándome una patada en el estómago, despojándome de mi aire y lanzándome al suelo.
Aun con la falta de aliento, pude recuperarme antes de que otro ataque me diera, rodando hacia el costado y esquivando por completo el filo de la guadaña, mi madre no sabía qué hacer, peleaba con todas mis fuerzas mientras escuchaba sus llantos debido a su impotencia.
Nuevamente el choqué de nuestros aceros se produjo, generando un estruendo metálico que resonó a través de todo el lugar, sin embargo cambie el curso de mi espada, usando el lado plano en vez del filo, haciendo que su guadaña se deslice y me pase de largo. Con rapidez metí mi mano en mi uno de los bolsillos de mi gambesón y saque una de las escamas que me dio Raciel antes, apoyándola en mi pecho lo más rápido que pude
—¡ʄʀɛɛʐɛ ɖʀǟӄօռɨӄǟ!—
Después de exclamar aquellas palabras, lancé la escama hacia los pies de aquel hombre, congelando su pierna derecha por completo, el trato de romper el hielo con su guadaña, pero mi espada rechazo su intento de escape y con el mismo impulso golpee la parte detrás de la rodilla de la pierna que no estaba congelada, haciendo que cayera de rodillas. Y cuando alzó su vista para planear su siguiente movimiento, mi espada golpeo con todas sus fuerzas su cabeza que yacía cubierta por un recubrimiento de metal menor, rompiendo el hielo por la fuerza del impacto y empujándolo unos "newts" de distancia, mientras el usaba su guadaña para detenerse.
Mi respiración se entre cortaba y mis músculos empezaban a doler, todo el cansancio acumulado del transcurso del día se ha acumulado y al fin está haciendo efecto en mi… El hombre se mantuvo de pie un momento, su rostro obscurecido por las sombras fue iluminado por la luna, revelando que sangre salía de su cabeza, cubriendo le parte izquierda de su rostro
—No me imagine que me darías pelea… Esta es tu ultima oportunidad niño, no seré muy amable la próxima que nuestros aceros choquen…—
—¡No serviré a alguien como tú!—
Exclame mientras apretaba con fuerza el mango de mi espada, el hombre dio un suspiro antes de tomar su guadañe y posarla por encima del hombro
—Entonces esto se acabó…—
Casi como si su voz fuera el viento mismo, su susurro llegó a mi alma como si fuera agua helada… Mientras una gran presión se generaba en él, y una gran sombra se cernía encima de su guadaña
Mis padres estaban aterrados, mientras exclamaban una y otra vez como llantos y gritos
—¡¡CORRE ARCHER!!—
Al instante siguiente, la muerte misma se acercaba a una velocidad descomunal hacia mí, lanzando un tajo al que apenas pude reaccionar, golpe tras golpe y bloqueo tras bloqueo, no podía tener un respiro ni apertura para atacarme la fuerza de sus golpes era inmensa y me empujaba hacia atrás con cada impacto, en uno de esos golpes, nuestros aceros chocaron una vez más, intenté cambiar el lado de mi espada al plano, pero él lo predijo, haciendo que yo me pase de largo y me golpeara en la parte trasera de la rodilla con el mango de su guadaña, mi postura decayó un momento y su guadaña ya se acercaba a mi cabeza, sin embargo saque de mis bolsillos la última escama que me quedaba
—¡ɢʀǟʋɛɖǟɖ ʀɛքɛռȶʊʍ ɖʀǟӄօռɨӄǟ!—
Un brillo de color morado se posó en la guadaña de la muerte por un momento y su ataque se detuvo abruptamente, dándome tiempo a contratacar con un golpe a la cien, sin embargo debido a la pequeña cantidad de mana, el hechizo se deshizo momentos después, logrando repeler mi ataque, haciendo que me espada rebotara con fuerza… Y mi guardia fuera expuesta…
Sentía como si el tiempo se empezara a detener, vi como de entre el rostro ennegrecido de aquel hombre… Una sonrisa carmesí se cernía entre la oscuridad, no había forma de bloquear… No había forma de escapar… No había forma de esconderse del frio toque de la muere...
—¡¡¡A̳̳̹̟̋ͣ͌ͅR̛̦̦̝̤͌̏͜͟͜C͖͖̮̗̗͉̔̓ͧͨH͇͇̹͊ͪ́̕ͅE̢̢̻ͮͧͦ͋͞͡E̢̢̻ͮͧͦ͋͞͡E̢̢̻ͮͧͦ͋͞͡E̢̢̻ͮͧͦ͋͞͡R̛̦̦̝̤͌̏͜͟͜!!!—
Escuché el desgarrador llanto de mi madre mientras era empujado hacia el risco, mientras observaba como grandes cantidades de sangre saliendo de mi torso se desparramaba por el aire…
Vi todo como si el tiempo no existiera… Observe como mi madre lloraba con un rostro que resquebrajaba mi corazón… Mientras mi padre trataba de liberarse de sus ataduras con lágrimas en sus ojos… Raciel se encontraba llorando mares de sus ojos mientras varios soldados se lo empezaban a llevar a alguna parte…
Sentí… Frio… Mucho frio… Como si la vida de mi cuerpo se fuese… Mientras aquel hombre me miraba caer al vacío… Con una sonrisa despiadada que me atemoriza en mis pesadillas…
Recuerdo mirar al cielo mientras este se despejaba del humo… Las estrellas y la luna iluminaban la oscuridad del firmamento…
Cerré mis ojos por un momento… Sentía como mi vida pasaba por mis ojos… Y cuando los volví a abrir… Un recuerdo en mi pude ver… Que tal vez ya había olvidado hace mucho tiempo…
—ℳ𝓊𝓎 𝒷𝒾𝑒𝓃 𝒜𝓇𝒸𝒽𝑒𝓇, 𝒹𝒾𝓂𝑒, ¿𝓆𝓊𝑒́ 𝑒𝓈𝓉𝓇𝑒𝓁𝓁𝒶 𝒹𝑒 𝓉𝑜𝒹𝒶𝓈 𝑒𝓈𝒶𝓈 𝓉𝑒 𝑔𝓊𝓈𝓉𝒶 𝓂𝒶́𝓈 𝑒𝒽? ℒ𝒶 𝒸𝑜𝓃𝓈𝓉𝑒𝓁𝒶𝒸𝒾𝑜́𝓃 𝒹𝑒𝓁 𝒸𝒶𝓃𝑔𝓇𝑒𝒿𝑜 𝑜… ℰ𝓁 𝒹𝓇𝒶𝑔𝑜́𝓃 𝒹𝓊𝓇𝓂𝒾𝑒𝓃𝓉𝑒… ℒ𝒶 𝓃𝑒𝒷𝓊𝓁𝑜𝓈𝒶 𝒹𝑒 𝒦𝒶𝓇𝒾𝑜𝓃𝓉𝑜𝓈…—
Escuché la voz de mi padre, mis ojos yacían fijados en las estrellas… El me llevaba sentado en sus hombros en medio de la planicie afuera del pueblo… Era… Muy pequeño en ese entonces… ¿Tal vez tenía 4 años?
—¡ℳ𝑒 𝑔𝓊𝓉𝒶𝓃 𝓉𝑜𝒹𝒶𝓈𝒽!—
—𝒮𝓊𝓅𝑜𝓃𝑔𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝑒𝓈 𝒶𝓈𝒾́, 𝒿𝑒𝒿𝑒—
En ese entonces me fascinaba el cielo… Raciel aún era muy pequeño como para poder montarlo… Soñaba con algún día surcar el cielo con el…
—𝒜𝓇𝒸𝒽𝑒𝓇… 𝒟𝑒́𝒿𝒶𝓂𝑒 𝒸𝑜𝓃𝓉𝒶𝓇𝓉𝑒 𝓊𝓃𝒶 𝒽𝒾𝓈𝓉𝑜𝓇𝒾𝒶…—
Padre era mucho de contarme historias para dormir… Aunque no recuerdo esta…
—ℋ𝒶𝒸𝑒… ℳ𝓊𝒸𝒽𝑜… ℳ𝓊𝒸𝒽𝑜 𝓉𝒾𝑒𝓂𝓅𝑜… ℋ𝓊𝒷𝑜 𝓊𝓃 𝒹𝓇𝒶𝑔𝑜́𝓃 𝓎 𝓈𝓊 𝒿𝒾𝓃𝑒𝓉𝑒 𝓆𝓊𝑒 𝒶𝓂𝒶𝒷𝒶𝓃 𝓁𝒶𝓈 𝑒𝓈𝓉𝓇𝑒𝓁𝓁𝒶𝓈 𝒹𝑒𝓁 𝒸𝒾𝑒𝓁𝑜—
—𝒞𝒶𝒹𝒶 𝒹𝒾́𝒶 𝓎 𝒸𝒶𝒹𝒶 𝓃𝑜𝒸𝒽𝑒 𝒹𝒶𝓃𝓏𝒶𝒷𝒶𝓃 𝓂𝒾𝑒𝓃𝓉𝓇𝒶𝓈 𝓋𝑜𝓁𝒶𝒷𝒶𝓃… ℒ𝓁𝑒𝑔𝒶𝓃𝒹𝑜 𝒸𝒶𝒹𝒶 𝒹𝒾́𝒶 𝓎 𝒸𝒶𝒹𝒶 𝓃𝑜𝒸𝒽𝑒 𝓂𝒶́𝓈 𝒶𝓁𝓉𝑜 𝑒𝓃 𝑒𝓁 𝒸𝒾𝑒𝓁𝑜…—
—𝒮𝒾𝓃 𝑒𝓂𝒷𝒶𝓇𝑔𝑜 𝒸𝓊𝒶𝓃𝒹𝑜 𝑒𝓈𝓉𝒶𝒷𝒶𝓃 𝒸𝑒𝓇𝒸𝒶 𝒹𝑒 𝓉𝑜𝒸𝒶𝓇 𝓁𝒶𝓈 𝑒𝓈𝓉𝓇𝑒𝓁𝓁𝒶𝓈… 𝒮𝑒 𝓆𝓊𝑒𝓂𝒶𝓇𝑜𝓃… 𝒴 𝒸𝒶𝓎𝑒𝓇𝑜𝓃 𝒶 𝓁𝒶 𝓉𝒾𝑒𝓇𝓇𝒶 𝓊𝓃𝒶 𝓋𝑒𝓏 𝓂𝒶́𝓈…—
—𝒜𝓊𝓃 𝒶𝓈𝒾́… 𝒞𝑜𝓃 𝒻𝓊𝑒𝑔𝑜 𝑒𝓃 𝓈𝓊𝓈 𝒸𝑜𝓇𝒶𝓏𝑜𝓃𝑒𝓈, 𝑒𝓁𝓁𝑜𝓈 𝓈𝑒𝑔𝓊𝒾́𝒶𝓃 𝒾𝓃𝓉𝑒𝓃𝓉𝒶́𝓃𝒹𝑜𝓁𝑜… 𝒰𝓃𝒶 𝓎 𝑜𝓉𝓇𝒶 𝓋𝑒𝓏…—
—𝒴 𝓊𝓃 𝒹𝒾́𝒶… ℰ𝓁𝓁𝑜𝓈 𝒹𝒶𝓃𝓏𝒶𝓇𝑜𝓃 𝒸𝑜𝓂𝑜 𝓃𝓊𝓃𝒸𝒶… 𝒱𝑜𝓁𝒶𝓃𝒹𝑜 𝑒𝓃𝓉𝓇𝑒 𝓁𝑜𝓈 𝒸𝒾𝑒𝓁𝑜𝓈 𝒸𝑜𝓂𝑜 𝓊𝓃𝑜 𝓈𝑜𝓁𝑜… 𝒴 𝒸𝓊𝒶𝓃𝒹𝑜 𝓁𝓁𝑒𝑔𝒶𝓇𝑜𝓃 𝒽𝒶𝓈𝓉𝒶 𝑒𝓁 𝒻𝒾𝓃𝒶𝓁 𝒹𝑒𝓁 𝓉𝓇𝒶𝓂𝑜… ℒ𝒶𝓈 𝓁𝓁𝒶𝓂𝒶𝓈 𝓁𝑜𝓈 𝒸𝑜𝓃𝓈𝓊𝓂𝒾𝑒𝓇𝑜𝓃…—
—𝒴 𝒹𝑒 𝓈𝓊𝓈 𝒸𝑒𝓃𝒾𝓏𝒶𝓈… 𝒟𝒾𝑜𝓈𝑒𝓈 𝓈𝑒 𝒸𝑜𝓃𝓋𝒾𝓇𝓉𝒾𝑒𝓇𝑜𝓃… ℒ𝑜𝑔𝓇𝒶𝓃𝒹𝑜 𝓉𝑜𝒸𝒶𝓇 𝓁𝒶𝓈 𝑒𝓈𝓉𝓇𝑒𝓁𝓁𝒶𝓈 𝓆𝓊𝑒 𝓉𝒶𝓃𝓉𝑜 𝒶𝓃̃𝑜𝓇𝒶𝒷𝒶𝓃…—
—ℰ𝓈𝒸𝓊́𝒸𝒽𝒶𝓂𝑒 𝒷𝒾𝑒𝓃 𝒜𝓇𝒸𝒽𝑒𝓇… ℋ𝒶𝒷𝓇𝒶́𝓃 𝓂𝑜𝓂𝑒𝓃𝓉𝑜𝓈 𝑒𝓃 𝒹𝑜𝓃𝒹𝑒 𝒶𝓁 𝒾𝑔𝓊𝒶𝓁 𝓆𝓊𝑒 𝒶𝓆𝓊𝑒𝓁𝓁𝑜𝓈 𝒹𝑜𝓈, 𝓉𝑒 𝓋𝑒𝓇𝒶́𝓈 𝑒𝓃 𝓈𝒾𝓉𝓊𝒶𝒸𝒾𝑜𝓃𝑒𝓈 𝒹𝒾𝒻𝒾́𝒸𝒾𝓁𝑒𝓈 𝓆𝓊𝑒 𝓉𝑒 𝒽𝒶𝓇𝒶́𝓃 𝒸𝒶𝑒𝓇 𝒶𝓁 𝓈𝓊𝑒𝓁𝑜…—
—𝒫𝑒𝓇𝑜 𝓃𝓊𝓃𝒸𝒶… 𝒩𝓊𝓃𝒸𝒶 𝒹𝑒𝒷𝑒𝓈 𝓇𝑒𝓃𝒹𝒾𝓇𝓉𝑒… 𝒴 𝒶𝓈𝒾́ 𝒸𝑜𝓂𝑜 𝒶𝓆𝓊𝑒𝓁 𝒿𝒾𝓃𝑒𝓉𝑒 𝓎 𝓈𝓊 𝒹𝓇𝒶𝑔𝑜́𝓃, 𝓉𝑒 𝓋𝑜𝓁𝓋𝑒𝓇𝒶́𝓈 𝒶𝓁𝑔𝓊𝒾𝑒𝓃 𝒶𝓈𝑜𝓂𝒷𝓇𝑜𝓈𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓁𝑜𝑔𝓇𝒶𝓇𝒶 𝓉𝑜𝒹𝑜 𝓁𝑜 𝓆𝓊𝑒 𝓈𝑒 𝓅𝓇𝑜𝓅𝑜𝓃𝑔𝒶…—
—¡¿𝒟𝑒 𝓋𝑒𝓇𝒾𝓉𝒶𝓈𝒽?!—
—𝒮𝑒𝓅, 𝒹𝑒 𝓋𝑒𝓇𝒾𝓉𝒶𝓈—
—𝒜𝓇𝒸𝒽𝑒𝓇… 𝒫𝓇𝑜𝓂𝑒́𝓉𝑒𝓂𝑒 𝓆𝓊𝑒 𝓃𝓊𝓃𝒸𝒶 𝑒𝓃 𝓁𝒶 𝓋𝒾𝒹𝒶 𝓉𝑒 𝓇𝑒𝓃𝒹𝒾𝓇𝒶́𝓈… 𝒴 𝓆𝓊𝑒 𝓈𝑒𝑔𝓊𝒾𝓇𝒶́𝓈 𝒶𝒹𝑒𝓁𝒶𝓃𝓉𝑒 𝓈𝒾𝓃 𝒾𝓂𝓅𝑜𝓇𝓉𝒶𝓇 𝓆𝓊𝑒 𝒽𝒶𝓎𝒶 𝑒𝓃𝒻𝓇𝑒𝓃𝓉𝑒… ¿𝓈𝒾́?—
—ℋ𝓂𝓂𝓂𝓂𝓂… ¡𝒯𝒶 𝒷𝒾𝑒𝓃! ¡ℒ𝑜 𝓅𝑜𝓂𝑒𝓉𝑜!—
—¡ℰ𝓃𝓉𝑜𝓃𝒸𝑒𝓈 𝒶𝓈𝒾́ 𝓈𝑒𝓇𝒶́! ℬ𝓊𝑒𝓃𝑜, 𝒹𝑒𝒷𝑒𝓂𝑜𝓈 𝒹𝑒 𝓇𝑒𝑔𝓇𝑒𝓈𝒶𝓇, 𝓉𝓊 𝓂𝒶𝒹𝓇𝑒 𝒽𝒶𝓇𝒶́ 𝓈𝑜𝓅𝒶 𝒹𝑒 𝒷𝑜𝓇𝓇𝑒𝑔𝑜—
—¡¡𝒴𝑒𝑒𝑒𝑒𝒾!!—
Vi como mi padre y mi yo pasado se alejaban de aquella serena planicie… Mientras con una sonrisa en mi rostro y lágrimas en mis ojos… Caía al vacío… Y la oscuridad me consumió por completo…
Añoro nuevamente esos días… Sin embargo algo muy profundamente dentro de mí me dice que eso no sucederá…
No debo de caer ahora…
Tengo demasiadas cosas que hacer…
¡Tengo que encontrar a Raciel…!
Y salir de este… Maldito bosque…
Yo…
Aun…
Aun no…
𝐀𝐮́𝐧 𝐧𝐨 𝐡𝐞 𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐝𝐨…