—Bueno… Supongo que es Kalisios otra vez…—
Después de descansar un tiempo, el tiempo perdido de mi espada fue recuperado… Aunque me estoy dando cuenta de algo muy vital…
𝘎𝘳𝘳𝘳𝘳
Mi estómago gruñó, para que posteriormente pusiera mi mano derecha en él, no había comido demasiado el día anterior… Y no es como que tenga comida de emergencia… No tengo tiempo para quedarme aquí… Y solo hay un solo lugar para avanzar.
Me paré enfrente de aquella ominosa estructura al fondo del lugar, se podía escuchar un sonido vacío provocado por el viento en aquel oscuro túnel… Me recuerda a cuando caí a aquel foso con el Treant… Hay algo muy peligroso ahí adentro, aunque a diferencia de aquella vez, no presiento ningún tipo de magia siniestra como la corrupción…
En mi mano izquierda llevaba conmigo un palo de madera con una punta envuelta en trapos que habían sido dejados atrás por aquellos que se aventuraron antes que yo, y a su vez, desenfunde mi espada con mi mano derecha, acercándola al pequeño tronco
—Oh dioses dragón, denme la bendición de su aliento, Piro—
Una llama diminuta incendió la tela del palo, convirtiéndolo en una antorcha, iluminando la oscuridad del lugar tenuemente
—Bien… Aquí vamos de nuevo—
Empecé a caminar hacia dentro de aquel oscuro pasillo… Sintiendo como si las paredes quisieran aplastarme en cualquier momento
Mientras el señor miedo me provocaba escalofríos en mi espalda.
Había mucho silencio, el único sonido que me acompañaba era el de mis pasos y mi respiración... El fuego incandescente iluminaba mi camino… Y de pronto cambios empezaron a ser visibles…
Las rocas desgastadas del pasillo empezaban a lucir talladas y con diferentes tipos de adornos engravados en forma de vainas y olas, y un resplandor al final empezaba a ser visible, tanto así que la antorcha era innecesaria.
—¿Pero qué rayos?—
El lugar al que llegué al final de aquel túnel superó todas mis expectativas, el lugar estaba totalmente iluminado por antorchas en los muros, una gran sala vacía con tres caminos en cada muro
—Hmm… Tal vez deba reconsiderar el entrar…—
Di media vuelta, devuelta al túnel, sin embargo me estampé contra algo inexistente, dejando rojo mi rostro, inmediatamente tallándome la nariz por el dolor leve
—Oh… Nonononono…—
Intente empujar pero nada sucedía, una pared invisible me impedía el irme por donde vine, no importa que tanto golpease o cortara con mi arma, no podía atravesarla
—Ok… De verdad debí haber escogido la derecha…—
No podía irme… Solté un suspiro pesado mientras sentía como mi cabeza me daba vueltas por la presión, di media vuelta otra vez, mirando a mí alrededor por indicios, sin embargo el lugar estaba vacío y silencioso, con mi espada en mano empecé a adentrarme en la sala
—Bueno, esto no podría ser peor—
Así como dije esas palabras, al posar mi pie en el centro de la sala, un gran círculo mágico envolvió el suelo y las llamas de las antorchas se tornaron de un color carmesí, provocando que toda la sala se volviera de ese color
—Yo y mi bocota…—
Inmediatamente me puse en guardia, me metí en la boca del lobo y no hay escapatoria… ¿Quién rayos construiría una trampa mortal en medio de las montañas?
Del suelo empezaron a emerger motas de luz hechas de mana, que pronto se oscurecieron, expandiéndose considerablemente hasta que se juntaron en al menos 10 cuerpos diferentes y al cabo de unos momentos, de la magia emergieron seres que conozco, soltando risilla tras risilla como diablillos que son.
—¡¿Goblins?!—
Enanos de color verde portando desde dagas, garrotes y en la parte trasera habían unos que llevaban arcos, me encontraba en una severa desventaja de números… Ellos actuaban erráticamente, claramente no eran goblins comunes, estos parecieran como si el mismísimo diablo los hubiese poseído, con ojos brillantes en color carmesí…
Posé mi espada en mi hombro derecho mientras daba pasos hacia atrás…
No… Si uso esto ahora será…
No me dieron tiempo a pensar, una flecha dirigida hacia mí se delató por su zumbido en el aire, blandí mi espada y con un bloqueo usando el lado plano de mi espada pude desviarla, ellos empezaban a acercarse lentamente mientras sus bocas babeaban constantemente
—¡Bien! Si tanto quieren morir, ¡denle!—
Y así el combate empezó.
Tres goblins se abalanzaron hacia mí, dos de ellos portaban dagas y el restante portaba un garrote, los que portaban cuchillos saltaron hacia mí, apuntando directamente hacia mi rostro, sin embargo son tan brutos que es predecible hasta para alguien que no haya enfrentado este tipo de bestias antes.
Con un tajo poderoso de mi espada, los hice a un lado golpeando con el lado plano de mi espada a uno de ellos, de tal forma que el empuje haría que se golpearan entre ellos, el siguiente en venir fue el del garrote. El golpeo con todas sus fuerzas, tanto así que me obligó a bloquear, pero poco después hice un rápido movimiento de pies, cambiando el ángulo de mi bloqueo y haciendo que se vaya de largo, permitiéndome patearlo por la espalda y estrellándolo contra el suelo, aproveche este instante para apuñalarlo con mi espada, provocando que se retorciera hasta que dejo de respirar, con un pequeño charco de sangre empezando a rodear el cadáver.
𝙑𝙖 𝙪𝙣𝙤, 𝙛𝙖𝙡𝙩𝙖𝙣 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙚.
Inmediatamente oí el zumbar de flechas dirigiéndose a mi dirección, una ráfaga de 5 proyectiles venían hacia mí, tres de ellos hacían parábola por arriba, mientras que dos más iban directo hacia mí. Usando el lado plano de mi espada, desvié dos de aquellas flechas y las que hacían parábola tuve que rodar hacia adelante para evitar que me dieran de lleno.
Al reincorporarme, tan pronto alcé mi rostro pude observar como los otros 4 goblins que hacían de primera línea ya estaban casi encima de mí, intenté defenderme al desviar golpes de los que usaban dagas, sin embargo un ataque furtivo de uno de ellos hacia la parte trasera de mi pierna me obligó a ponerme de rodillas, dí un gran tajo con mi espada para generar distancia entre mí y ellos, pero uno de los diablillos logro saltar y ponerse encima de mí, poniendo mi espada en medio para evitar los golpes de su garrote, sentía como la baba que salía de su boca empezaba a humedecer mis ropajes y la armadura de cuero que portaba
—¡¿¡¿Es en serio?!?! ¡¡𝐄𝐬𝐚 𝐦𝐢𝐞𝐫𝐝𝐚 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐥𝐚𝐯𝐚!!—
Usando mis pies lo empuje usando toda mi fuerza, haciendo que se estrellara con la pared, debido a que al caer al suelo él se encontraba boca abajo, se escuchó un Crack de su cuello… Eso debió doler…
𝙑𝙖𝙣 𝙙𝙤𝙨, 𝙦𝙪𝙚𝙙𝙖𝙣 𝙤𝙘𝙝𝙤
Ellos eran persistentes, aunque era extraño, tenían un patrón predeterminado, goblins de enfrente atacan, si los repelen, flechas vuelan, teniendo eso en mente pude arreglármelas para salir de la situación rápidamente… Pasaron tal vez minutos intensos que parecían horas interminables, con el suelo manchado en sangre y sudor, solo quedaban dos arqueros y un goblin de delantera, mientras que yo me encontraba con mi rostro y ropajes con algunas manchas de sangre que no era mía, mi respiración se empezaba a entrecortar y el agarre de mi espada empezaba a flaquear un poco.
En cuestión de instantes el goblin de enfrente quiso arremeter contra mí, sin embargo la fuerza de estos diablillos recae en sus números, en solitario son tan débiles como un niño de 8 años, desvié el ataque de su daga, haciendo que esta escapara de su mano, y en consecuencia lo tome del cuello con mi mano derecha, agarrándolo con todas mis fuerzas. Los arqueros dispararon sus flechas, pero estas atravesaron el cuerpo de su compañero ya que lo estaba usando de escudo, mientras ellos recargaban lancé el cadáver inerte hacia ellos, estrellándose y haciéndolos caer al suelo. Apuré el paso con todo lo que tenía, y cuando ellos intentaron levantarse para tomar sus armas…
𝘿𝙞𝙚𝙯…
Sangre salpicó el suelo, mientras mi espada se encontraba manchada y llena de sangre, encontrándome en medio de una decena de cadáveres de duendes verdes alrededor mío…
Las luces de la sala dejaron de producir ese color rojo, y pasó a ser un color azulado celeste… Los cadáveres y la sangre se disolvieron en motas de luz que se dispersaron a través del lugar antes de esfumarse en pleno aire, aquellas manchas que ensuciaban mis ropajes y mi espada desaparecieron también.
Sentí como si esa luz me quitara la fatiga, y al ver mi cuerpo, observe como un brillo verdoso tenue característico de la magia de curación empezaba a rodear todo mi ser
—Bueno, esto sí que es una buena recompensa…—
A la par que dije esas palabras, un círculo mágico de un tamaño mediano apareció en el medio de toda la sala, y lo que pareciese ser un cofre de madera reforzado con placas de hierro apareció
—¡Oh, genial! Tal vez este lugar no sea tan malo—
Me acerque al cofre para después dar una patada a la manija para que se abriera.
—Que tenemos aquí…—
Me agache a revisar el contenido, adentro se encontraba una cosa que tenía una aguja de color rojo en su interior, y diferentes letras, una N, una S, una E y una O… A la par de un pedazo de papel sin ningún tipo de escritura
—Vaya… ¿Pero para que uso esto?—
Una vez saqué el contenido el cofre desapareció, y un pequeño brillo rojo salió del papel que cesó casi al instante.
—Oh… Ya veo—
En el papel apareció enmarcada mi posición actual, y dibujo la sala en la que me encontraba, aquel dispositivo que acompañaba el mapa extraño empezó a moverse, apuntando su aguja hacia el camino que estaba hacia el frente de la sala
—Hmm… Solo espero que esto no sea una trampa…—
Guardando el mapa en mi bolsa, seguí la aguja de aquella baratija… Adentrándome más hacia lo desconocido de estas misteriosas ruinas…