Naruto y Sasuke llegaron al hotel donde pasarían los próximos meses como segunda luna de miel. Aquella era una hermosa ciudad cuyo clíma lluvioso era perfecto para lo que estaban buscando.
Aquel lujoso hotel tenía la forma de una pirámide y todo lo que adentro había pertenecía a la antigüa cultura egipcia. Se podía decir que ese hotel lo tenía todo para ser inmensamente feliz y no necesitar salir del mismo.
Naruto reía mientras miraba aquello con asombro como si fuese un niño de cinco años. Era tan expresivo que hacía reír a Sasuke. Se merecían un buen descanso para recuperarse luego del intenso padecer que el maldito de Menma los hizo padecer.
Naruto amaba la cultura egipcia como su padre Minato. Repentinamente recordó cómo ambos planeaban hacer un hermoso viaje al antigüo Egipto juntos.
Por supuesto que eso sucedió cuando su padre aún lo quería, y eran muy unidos. Habían planeado tantas cosas juntos, pero su primo Menma tuvo que arruinarlo todo con sus mentiras y su padre que le creyó.
La angustia se adueño de Naruto quien quedó inmóvil mirando el vacío mientras Sasuke pagaba por adelntado la estadía en ese hotel.
Naruto cerró sus manos en forma de puños, impregnado de dolor y furia hacia su padre biológico quien se dedicó no solo a negarlo sino a despedazar su vida torturandolo durante veinte años.
Si en verdad me querías padre, nunca debiste creer en las mentiras de Menma quien solo envidia albergaba en su alma. ¿Cómo pudiste darme así la espalda?
Me dejaste inutilizado por tantos años, pusiste al mayordomo en mi contra, cuando ese hombre me solía querer. Le mentiste a Sasuke sobre mí y alejaste a mi hijo de mí, permitiendo que tu nieto viva en la miseria.
Te arrepentiste demasiado tarde maldita sea. Por tu culpa perdí gran parte de mi vida, no pude criar a mi hijo y Sasuke, la persona que tanto amo, sufrió lo indescriptible.
Espero que te pudras en el infierno maldito. Espero que tu alma no tenga descanso alguno.
Sasuke lo drvolvió al presente tras tocarlo suavemente. Supo darse cuenta que su amado plantinado estaba repentinamente triste.
Sin decir nada lo abrazó con dulzura. Naruto le devolvió aquel abrazo con otro más intenso y empezó a llorar en su hombro derecho.
- Mi padre debió seguir queriendome Sasuke ¿por qué se dejó llevar por la envidia del maldito de Menma? Destruyó nuestras vidas mi amor. Por su maldita culpa sufriste tanto tú también.
Sasuke lo abrazaba con ternura limitandose a escucharlo. Cuando supo que su amado se había calmado un poco, lo besó con pasión.
- Deja el pasado atrás mi vida, ya no importa ¿sabes por qué? - Naruto negó con la cabeza - Porque nosotros vencimos, tú y yo resultamos ser los ganadores. No lo lamentes más. Sé que te duele porque en definitiva era tu padre y ustedes se hicieron muy unidos luego de la muerte de tu madre. Pero nada lograrás lamentandote tanto. Nada de nada.
- Te amo Sasuke
- Y yo te amo más, mucho más mi vida.
Fueron a la suite del hotel donde pasarían los próximos seis meses. Sus valijas estaban ya ahí. Se quitaron las ropas y se sumergieron en la tina tibia, donde se amaron con intensa pasión.
Se relajaron y Sasuke pudo levantarle el ánimo a su amado esposo, devolviéndole la alegría y la fascinación que lo embargó al entrar a ese hotel. En verdad necesitaban embriagarse de ese inmenso amor para revivir.
El destino los llevó hasta ahí para revivir y renacer como el ave fénix de sus mutuas cenizas. Las risas y alegrías pronto inundaron la suite dejando atrás el oscuro y doloroso pasado.
- Comienza algo nuevo mi amor - decía Sasuke muy enamorado de su esposo - Pienso amarte con cada fibra de mi ser.
- Comienza ahora Sasuke, quiero hechos no palabras - dijo Naruto con ardiente mirada.
- A tus órdenes amado dios del sol. Ra
-¿Ra?
- Así llamaban los egipcios al poderoso y magestuoso dios del sol. Ra.
La alegre risa de Naruto excitó a Sasuke a más no poder. Allí mismo, en la tina, comenzaron con la danza del amor.