Shinki había estado al borde de la locura total por la muerte de su amado Boruto. Se sentía tan mal, que optó por desconectarse con esa oscura y dura realidad que ahora le tocaba vivir.
Gracias a Boris pudo retener la cordura aceptando su propia realidad. Sin embargo su familia no le ponía las cosas nada fáciles, en particular su padre al atacar continuamente a Boris por el único delito de ser hijo de Menma.
Como si él hubiese elegido tener un padre asesino y delincuente como Menma. Menos mal que Shura no cedió a los caprichos de su padre, caprichos infundados por cierto.
Cuando escuchaba las discusiones entre su gemelo y su padre se colocaba los auriculares y encendía zu celular. Se esa forma se inundaba con la música aislandose de semejante hambiente con malas vibras.
Mitsuki solía hacerle compañía la mayoría de las veces, ayúdandolo a protegerse. Shinki prefería no mencionar el tema de Boris en casa, aunque en su opinión Gaara estaba errado en todo lo que decía y hacía con respecto a él.
Volvió a la facultad, retomando su amada carrera de medicina. Así se re-encontró con una vieja amiga llamada Naomi. Eran compañeros de la facultad pero había dejado la carrera por cuestiones personales.
Ahora, tiempo después, se volvían a ver. La jóven, de su misma edad, siempre lo hubo buscado ya que le gustaba Shinki. No obstante él sienpre fue sincero con ella al decirle que solo era su amiga, debido a que Shinki estuvo enamorado de Boruto, aunque el platinado no sabía de su existencia.
Pero en esos momentos en que el pelirojo se sentía emocionalemente inestable, la llegada de Naomi fue lo mejor que le pudo suceder.
Con ella se desahogó, le contó absolutamente todo lo sucedido hasta el momento y ella aceptó ayudarlo a sentirse mejor. En esos momentos ella ya no sentía por el pelirrojo ese enamoramiento del pasado.
Ahora solo era su amigo, su gran amigo pero nada más. Por tal razón se propuso ayudarlo a terminar de salir de esa depresión dejando atrás ese horrendo dolor que lo asfixiaba.
La molestia que Shinki sentía por su padre por no aceptar a Boris en la vida de Shura la expresó esa tarde en su despacho, cuando Gaara le hizo conocer su siniestra idea que tenía en mente.
— Padre ¿hablas en serio?
— Si, Shura tendrá que elegir. O Boris o su familia y tú deberás apoyarme en todo Shinki.
— No, Boris me ayudó a salir a flote. Me hubiera enloquecido en verdad de no ser por él ¿acaso no lo entiendes?
— Ni siquiera es profesional, no tiene título. Shinki debes entender que todo ésto lo hago no solo por mí sino por ustedes mis hijos también.
— ¡Lo único que entiendo es que la tosudez te ciega! Luego salió del edificio muy enojado. No comprendía a su padre, lo quería a más no poder pero esas actitudes suyas no las entendía ni las aceptaba.
Sin embargo Naomi apareció en ese momento sonriendo.
—¡Shinki! Que sorpresa
— Naomi — él sonrió y la abrazó sintiendo cómo su buen humor afloraba nuevamente de su interior — ¿Qué haces por aquí amiga?
— Salgo de ver a mi madre ¿estás libre?
— Si
— Perfecto ven conmigo
Ella lo arrastró a su limousina y él se dejó llevar porque en verdad la necesitaba. Se subieron en la limousina de ella y se dirigieron a su mansión. En el interior Shinki suspiró ondo sintiendose apesadumbrado.
—¿Qué sucede amigo?
— Mi padre y su testadurez.
— ¿Quieres hablar de ello?
Shinki le contó lo sucedido en el despacho de su padre, y su patética idea sobre Boris y Shura. Así llegaron a la casa de ella.
— Ven Shinki, entremos a mi casa. Allí seguiremos hablando si te parece.
— Gracias amiga. Lo necesito.
— Para eso estamos los amigos ¿cierto?— Muy cierto
Ambos salieron de la limousona para adentrarse al interior de la gran mansión de ella.