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Chapter 56 - Cincuenta Y Seis

Shinki fue despertndo lentamente, se sentía mareado y algo descompuesto. Un frío humedo sintió en su brazo derecho, seguido de un pinchazo.

Unas manos sujetaron su  rostro y aunque no podía ver, si podía oír.

— Shinki mi amor, tranquilo. Aquí estoy para tí.

— ¿Qué me estás haciendo?

— Limpiamos tu organismo de la droga que te dieron mi amor.

—¿Limpiamos? ¿Quienes?

— Ya lo sabrás, ahora duerme Shinki.

Sin resistirlo más, el pelirojonse durmió. Para cuando volvió a despertar, se encontraba en una habitación lujosa y bellamente amueblada.

Al despertar no sentía mareos ni descomposturas ni nada. Sus fuerzas habían regresado. Se incorporó con velocidad, mientras su corazón latía como un tambor. Recién notó que estaba totalmente desnudo.

— Tranquilo Shinki, aquí estoy.

— ¿Boruto? ¿Estás vivo?

Como respuesta el platinado se incorporó del sillón donde estaba sentado, se quitó la bata naranja y, completamente desnudo también, se sumergió en la cama sobre del pelirojo.

Boruto lo acarició por cada sector de su cuerpo sin dejar de mirarlo a los ojos. Una tenue luz los iluminaba desde arriba, lo suficiente como para darle a Shinki la luz necesaria para poder verlo y comprobar que su platinado vivía.

Sus caricias empezaban a encenderlo, su cuerpo reaccionaba al tacto de Boruto. Pero las lágrimas humedecían su rostro. No e tendía nada y temía estar volviendose loco.

— Enloquecí ¿verdad? Naomi me capturó y me.....

— No mi amor, esa perra ya no podrá hacerte nada. Mirame, tócame. Soy real, nunca estuve muerto.

Boruto masajeaba las nalgas de Shinki mientras lo presionaba contra su cuerpo. El pelirojo no dejaba de acariciar los platinados cabellos de Boruto, perdiendose en sus celestina mirada. Sentía su aliento acaricar su piel.

— Estás vivo, tal como Boris lo decía.

— Boris me conoce lo suficiente....

— Como para saber que jamás te rendirías, lo sé. No se cansó de repetirlo.

Así  abrazados Boruto le fue relatando todo lo sucedido hasta el presente. Abrazaba a Shinki con fuerza negandose a soltarlo mientras hablaba.

— Pero ya no estaré más lejos de tí mi amor. De echo planeo casarme contigo cuanto antes Shinki.

— Si, si por dios. Nos casemos lo más pronto posible.

Shinki le contó a su vez, lo mucho que lo afectó la supuesta muerte de Boruto.

El platinado con acariciaba con tanta sensualidad y amor mientras lo escuchaba, con su mano derecha acariciaba sus nalgas, con su brazo izquierdo lo abrazaba sin dejar de mirarlo a los ojos.

Shinki rodeaba el torax desnudo de Boruto mientras hablaba. Cuando acabó, el platinado lo besó en la boca con intensa pasión. Cuando se separaron unos instantes Boruto le sususrró en el oído.

— No dejaré que vuelvas a sufrir por mí Shinki, no permitiré que me separen de tí nunca más.

— ¿Nunca más?

— Nunca mas mi amor. Eres mío y de nadie más.

—Tu papá....

— Tranquilo mi amor, Kawaki se está ocupando de él.

—¿Ocupando? ¿Cómo ocupando?

— Será nuestro testigo de bodas. Perdon pero no quiero a tu padre y Mitsuki....me decepcionó al ver su mal gusto.

— Oye es mi padre

— Y el abogdo corrupto que me acosada intentando separarme de mi padre.

—Estaba bajo el control de Menma.

— Te amo Shinki y me quedaré contigo, no soy el mismo de antes. Me cansé de ser atacado y alejado de quienes amo.

— Mi vida te amo.

— Y yo estoy loco por tí.

Se abrazaron fuertemente mientras la luz se apagaba automáticamente. Fuera nevaba. El invierno había llegado.

Hacía dos días que Shinki había desaparecido, pero Itachi se hubo ocupado de hacerles saber a su familia dónde estaba.

Los Oostsutsuki siempre contaron con inmunidad de por vida, significaba que no importaba lo que hayan hecho, nadie podria decirles ni hacerles nada.

Menma jamás pudo obtener el apellido ese debido a que nunca se lo permitieron. Ahora para obtenerlo debía regresar al país donde sería atrapado por la policía inmediatente.

Esa noche Naruto salía de casa, tenía que ir a ver a Itachi por algo que desconocia totalmente. Sasuke seguía en el consultorio. En una hora saldría.

Pero al salir de la mansión, no caminó dos pasos que fue atacado por detrás. Alguien lo rodeó con uno de sus brazos, mientras que con su otra mano le tapó la boca y la nariz con un pañuelo impregnado en cloroformo.

Por más que forcejeó, nada logró y el sueño lo invadió. Instantes luego era arrastrado por Kawaki al interior de su lamborgini en el asiento del copiloto. Lo ató con el cinturón de seguridad y arrancó para alejarse del lugar.

Diez cuadras mas allá se detuvo en un oscuro lugar. Era la mejor zona de la ciudad. La nieve empezaba a caer y el frío se hizo notar.

Kawaki encendió la calefacción. Naruto seguía bajo los efectos del somnífero. El cabello bicolor empezó despremderle los botones de la camisa para acariciarle su torax, mientras sonreía con lujuria.

— Naruto Uchiha, eres muy apetitoso. Tú vendrás conmigo y serás Naruto Ootsutsuki — le susurró mientras acariciaba su miembro sobre los boxers.

Naruto comenzó a mover sus piernas, mientras murmuraba:

— Sasuke....ayúdame....por favor....Sasuke...

— Olvida a Sasuke, ahora tu dueño soy yo...Kawaki Ootsutsuki.