Varias semanas habían pasado desde que Elizabeth llegó a la Academia Star, estaba aprendiendo muchísimas cosas nuevas por lo que se sentia muy feliz. Todas las clases eran increíblemente interesantes, sentía que había perdido muchísimo tiempo en la aldea donde creció. Ahora en verdad se sentia muy afortunada.
Pero aquello no significaba que no tuvo ni tenía problemas. Eso de la jerarquía de las razas era un gran problema para ella debido a su condición de zombie.
Era la clase mas baja de todas y por ende la mas repudiada y discriminada aunque alli se suponía que estaba prohibido discriminar. Por este tema ella debia asegurarse siempre de permanecer junto a sus amigos de lo contrario temía que algo malo pueda sucederle.
Volviendo a las clases, aquella tarde después de la escuela Elizabeth se quedó sola en el salón mirando su reporte vacío. De tanto en tanto suspiraba con pesar, cuando se abrió la puerta. Era Nagi con su acostumbrada sonrisa. Al verla se sorprendió.
- Nagi ¿qué estás haciendo aquí? Pensé que te habías ido a casa
- Me fui pero recordé que me deje un libro aquí. Así que vine a buscarlo. Y tú ¿qué haces Elizabeth?
Al ver el reporte vacío de ella supo la respuesta. Le sonrió con ternura y se ofreció a ayudarla ya que la mayoría de los estudiantes se agrupaban por sus razas para hacer dicha tarea pero ella al ser la única zombie estaba sola.
Elizabeth no sabía qué hacer ya que debía escribir mucho y no se le ocurría nada interesante
- ¿Tu también estás trabajando en grupo Nagi?
- No, también lo hice solo ya que soy el único hombre invisible del campus
Aquello fascinó a Elizabeth ya que sintió que no estaba sola. Al menos había alguien como ella.
- Lo terminé el mismo día en que nos lo dieron porque no me gusta dejar las cosas a medias ni para el último momento.
Elizabeth suspiró mientras apoyaba su cabeza sobre el escritorio, estaba perdida. Nagi le acarició la cabeza tiernamente con la mano mientras la miraba con ternura. El contacto de la mano de Nagi fue cálido, esto la hizo suspirar sin siquiera pensarlo ni darse cuenta.
Nagi se ofreció a ayudarla ya que no deseaba verla deprimida. Aunque no sabia sobre la vida de los zombie algo podría hacer. Con su guia Elizabeth pudo empezar con la tarea escolar.
- Necesito escribir sobre la forma en que vivimos pero todo me parece tan común que no sé que poner
- Escribe sobre esas cosas corrientes, te lo dije antes ¿recuerdas? Nadie sabe nada sobre los zombies aquí. Incluso las cosas que creemos saber están mal. Por lo tanto creo que cualquier cosa que escribas será nuevo e interesante - Aquello lo dijo Nagi con brillos en sus ojos - Por ejemplo ¿qué haces todos los días? Escribe eso y será suficiente
Elizabeth empezó a escribir sobre lo que Nagi le sugirió. Así el reporte fue tomando forma.
"Los zombies vivimos 400 años y empezamos a envejecer cuando cumplimos los 300 años. Pero tardamos en curarnos debido a la mala circulación de nuestra sangre. Vivimos en la aldea aislada, no nos gusta relacionarlos con el mundo exterior pero yo soy la excepción a eso.
Podemos infectar solo a los humanos si así lo queremos..."
- Oye en el reporte habla sobre tu apariencia - le sugirió Nagi. Ella se tocó la mejilla con los dedos. Desde que llegó le habían dicho que era linda pero nunca antes había oido eso - Eres...eres hermosa Elizabeth. Te lo he dicho. Nunca había visto a alguno como tú. Eres muy hermosa.
Nagi rara vez hablaba así por lo que desvió la mirada algo avergonzado y Elizabeth, tras oir esas palabras, sintió que su corazón latía muy rápido.
- Solo digo tonterías, disculpa Elizabeth
- Oh no..,en serio...me gusta que digas esas cosas. Nunca antes me había considerado bonita. Gracias
- ¿Todos los zombies son así de hermosos?
- Si
- Esa es otra característica de los zombies
- Supongo que si, en mi aldea hay zombies mucho mas hermosos que yo. Por eso es tan extraño que todo el mundo crea que soy hermosa cuando no lo soy
- Tal vez tu no estas de acuerdo porque viviste rodeada de zombies hermosos. Ahora veo que los zombies son extraordinarios.
La confusión de ella hizo reir a Nagi ya que creia que los asuntos de la belleza eran los temas preferidos de las chicas sean de la raza que sean. Erica solia decir que la belleza es justicia.
El tiempo siguió transcurriendo y ambos fueron desarrollando la tarea mientras aprendian algo más.
"Si no hubieras dicho que eras una zombie todos habrían pensado que eras una sirena"
Nagi pudo conocer mas a Elizabeth y ver que para ella el aspecto fisico no lo es todo porque hay algo mucho mejor.
- La mayoria de los zombies si se preocupan por lo fisico por lo que no les gusta envecejer. Algunos hasta se suicidan . Temen a la soledad
- Puedo entender como se sienten - de repente Nagi parecia muy serio. Miro hacia un costado a un punto fijo - Elizabeth eres realmente fuerte. Te tengo un poco de envidia - Nagi se veia triste y esto preocupó a la zombie al punto de acariciar sus mejillas con dulzura - ¿Elizabeth? -
- Lo siento pero...es que parecias estar mal ¿dije algo malo sin darme cuenta? Lo siento
- Te he echo preocupar por mi. Estoy bien...como siempre. Terminemos la tarea lo antes posible y volvamos. Ya casi sale la luna. Si no regresamos antes del anochecer los profesores se enojaran con nosotros. Volvamos a trabajar - tras decir eso le sonrió alegre mostrandose animado otra vez.
Pero ella pudo notar que detras de esa sonrisa se ocultaba un deseo de mantenerla alejada. Lo más probable era que Nagi no quiera hablar del tema y esto solo preocupó más aún a Elizabeth.
El la estuvo cuidando desde que llegó a la academia y eso inducia a la joven a anhelar hacer algo por él pero al haber sido tan solitaria siempre no tenía idea de cómo actuar en este tipo de situaciones.
-Elizabeth - dijo Nagi - En serio...estoy bien..,así que no pongas esa cara ¿está bien? Me hace sentir mal que pongas esa cara
- Lo siento, no era mi intención Nagi
- Bueno..,entonces podrias sonreir ¿no? Creo que eres mas linda cuando sonríes
El corazón de Elizabeth dió un salto al oir aquello y al ver a Nagi sonreir se sintió en el paraíso. ¿Qué era ese sentimiento? Algo nuevo para ella, su corazón vibraba al punto de sentirse comoda e incómoda a la vez. Que extraño era todo para ella. Puso su mano en su mejilla y suspiró. Miró a Nagi con más detenimiento, era un chico muy atractivo.
La luz de la luna, que ya habia salido, se reflejaba en su blanca cabellera dandole un toque angelical. Cada vez que sonreia sus maravillosos ojos se le iluminaban.
Extraños sentimientos la invadian y por alguna razón no podia dejar de mirarlo. Con una sonrisa dibujada en sus rostros ambos acabaron el reporte y regresaron a sus habitaciones.