Capítulo 6- Primer día de clases.
Si alguien me preguntara: ¿Qué planeas hacer en el futuro? ¿Ya sabes qué estudiar? ¿ A qué universidad irás?
Yo no podría contestar.
Nunca he pensado en el futuro... Tal vez logre enamorarme de una chica y convertirme en amo de casa.
Esa es la única opción, porque no he pensado tanto en mi futuro.
Solo disfruto del presente... Pero, tal vez, cuando termine la preparatoria, podré descubrir lo que quiero ser.
Y la opción de convertirme en amo de casa es algo improbable... No creo que logre enamorarme de alguien.
Pero la vida es un misterio, todo puede cambiar... Tal vez el viejo cliché del amor a primera vista ataque mi corazón... Pero no lo creo.
Ni siquiera me interesa tener amigos... Bueno, mejor ya no pienso en eso.
—Ah… Qué nostalgia. Extrañaba la escuela.
Yuki decidió acompañarme a mi primer día de clases... Bueno, mientras no me moleste, no me importa.
—Oye, oye, ¿ya te preparaste para el discurso?
—¿Qué discurso?
—¡¿Eh?! ¡¿Lo olvidaste?! ¡Se supone que el mejor estudiante debe dar el discurso de bienvenida! ¡Tú eres el mejor...! Bueno, se supone que tienes el título del mejor estudiante.
—Ah... Es cierto... Ya lo resolví, no te preocupes.
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—Oye, mira a ese chico.
—¿Por qué no se peina?
—Se ve raro.
Las voces de las personas a mi alrededor no me importan... Dejó de importarme la opinión de las personas hace mucho tiempo.
—Ahora, el representante de los estudiantes de nuevo ingreso.
La ceremonia se está alargando. Tengo sueño.
—¡Oye, no te duermas!
Yuki se sentó en mi regazo.
—Debes mantenerte despierto.
Ah... Estoy muy aburrido.
—Gracias.
... ¿Una niña pequeña? Ah, no, solamente es plana... Es adorable... Su cabello blanco y ojos azules son lindos... Tiene el cabello largo... Creo que se vería más adorable con el cabello corto.
El discurso comenzó y cerré los ojos. Nadie puede verme los ojos, así que no me importa.
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—¡Saik, despierta!
Yuki me dio un golpe en la cabeza y abrí los ojos.
—Debes levantarte.
Ah, me quedé dormido. Todos ya se están levantando de sus asientos.
Me levanté y bostecé.
—Tengo sueño.
—Oye, espera.
Volteé a ver a la representante.
—¿Qué pasa?
—Tengo una duda. ¿Por qué rechazaste dar el discurso?
—Me dio flojera.
—¿F-flojera?
—Sí. ¿Por qué?
—... Nada, olvida lo que dije.
—Okay.
Me alejé de ella y estiré los brazos.
Debo acostumbrarme a despertarme temprano.
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Entré a mi salón de clases y aproveché que nadie ha tomado la mesa que se encuentra al lado de la ventana en la última mesa de la última fila.
Un asiento cliché y alejado de todos. Perfecto para dormir.
Me senté y Yuki se sentó sobre mi mesa.
—¡Bien, es momento del plan de Yuki! ¡Te ayudaré a conseguir amigos!
Puse mi cabeza sobre mis brazos y cerré los ojos.
—¡Oye, oye, no me ignores...! ¡¿Por qué no puedo tocarte?!
—Quiero dormir.
—¡Todos están socializando!
—No me importa.
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(Pov- Yuki.)
¡Ahhhh! ¡Me desesperas, Saik!
¡¿Por qué no me dejas tocarte?!
Mis manos lo atraviesan.
—¡Saik, vamos, debes socializar!
... ¡Ya se quedó dormido!
—Oye, ¿me darías tu número?
—Debes ser muy inteligente.
—¿Cuál es tu promedio?
La representante es popular entre los estudiantes... ¡Saik, ese serías tú! ¡¿Por qué no aceptaste dar el discurso?!
—¡Hola, mi nombre es Danna! ¡Es un placer conocerlos! ¿Por qué no nos presentamos? Es lo mejor para conocernos mejor. ¡Mi nombre es Danna, tengo 16 años y mi meta es ser amiga de todos! ¡Es un placer!
Ah... Creo que ella iba en mi escuela... Hace años que no la veía... Sigue igual de alegre como siempre... Se volvió más hermosa... ¡Y sus pechos crecieron bastante...!
Me acaricié mi pecho... ¡¿Por qué morí tan joven?! Mi madre tiene pechos grandes... ¡La genética estaba a mi favor! ¡No es justo!
—Mi nombre es Saoto, tengo 16 años y mi meta es ser un buen estudiante... Algo aburrido, ¿no?
—¡Eso es admirable!
—¡Te apoyaremos!
... Un chico guapo... Mmm... Creo que prefiero a Saik... Creo que Saik es más atractivo que él... Si tan solo se peinara.
La representante de los estudiantes se levantó.
—Mi nombre es Ram y tengo 15 años... Supongo que es todo.
Una presentación rápida... Parece una chica seria.
Uno por uno, los estudiantes se presentaron... Ya me di cuenta de sus personalidades y sus pasatiempos... Incluso ya descubrí a la chica tímida y sin amigos... ¡Saik, no te preocupes, lograré que esa chica sea tu novia...! O al menos tu amiga.
... Es cierto, ¿qué tipo de chicas son atractivas para Saik? ¿Le gustarán las chicas tímidas o prefiere a las chicas con pechos grandes?
—Oye, es tu... ¿Eh?
—¿Está dormido?
¡Kya! ¡Este idiota no despierta!
—¡¡Saik, ya llegó el videojuego que ordenaste!!
Saik levantó la cabeza.
—¿En serio...? Ah... Me engañaste.- Dijo susurrando.
—¡Debes presentarte!
—... ¿Qué pasa? ¿Por qué me están viendo?
—Nos estamos presentando. Es tu turno.- Dijo Saoto.
—Mi nombre es Saik... Es todo.
Se volvió a dormir... ¡Ese idiota!
—¡Al menos debes decir tu edad, idiota!
Todos se le quedaron viendo raro... ¡Diste una mala impresión!
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(Pov- Saik.)
Ah, por fin, la hora de la comida.
—Por fin, tengo hambre.
—¡Hmmmh
... Qué adorable puchero.
—¿Qué pasa, Yuki?
—¡¿Qué me pasa?! ¡Arruinaste tu primer día de clases!
—Ah... No me importa.
Me levanté y me alejé de ella.
—Espera.
Me detuve y volteé a ver a la representante... ¿Cómo se llamaba? Lo olvidé.
—Hola, representante. ¿Qué pasa?
—¿No recuerdas mi nombre?
—... ¿Monica?
—Ram.
—Esa era mi segunda opción.
—Mientes.
—Bueno, tercera opción.
—... Ah. Olvidemos eso... ¿Hiciste trampa en el examen de ingreso?
—Sí.
—¡¿Hiciste trampa?!
—Sí. Un fantasma copió las respuestas de los estudiantes y me las dio.
—Haha. Qué gracioso.
Ese tono sarcástico fue adorable.
Saqué una paleta de mi bolsillo y se la ofrecí.
—Toma.
—¿Eh? ¿Por qué?
—Te ves adorable cuando hablas con ese tono sarcástico.
—¡N-no me trates como una niña!
—¿Te trato como una anciana? También tengo bolsas de té.
Saqué una bolsa de té y se la ofrecí.
—¿Quieres?
—... No voy a preguntar el por qué tienes eso también.
—Bueno, si es todo, me retiro.
—Espera... La profesora te preguntó varias cosas sencillas y no supiste responder. Se supone que eres el mejor estudiante de primer año.
—Supongo que no soy tan inteligente.
—... Eres raro.
—Me lo dicen a menudo. Adiós, iré a comer con el fantasma que me pasó las respuestas.
—Déjate de bromas y vete.
Salí del salón de clases y suspiré.
No era broma.
—¡Hahaha! ¡Es gracioso que digas la verdad tan fácilmente! Pero tiene razón, estás levantando sospechas.
—Debo estudiar más.