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Chapter 3 - Una tibia lluvia

Detesto los problemas, y lamentablemente yo era un problema. Mejor dicho, los demás quieren que sea su problema. Están locos.

—Él no irá contigo— Enfrentó Fred a Kenny.

—¿Y tú me detendrás?— Sonrió presuntuoso Kenny. Su escencia afloró terrible, haciéndome sentir algo pesado. —Elián, ven. No hagas que pierda la paciencia— Odiaba que me dieran órdenes y más que hablaran en tono autoritario.

—Por mí puedes perderla. Fred, no necesito que me defiendas, puedo luchar perfectamente con este tipo— Me adelanté colocándome en posición defensiva. —Si me das un golpe tú ganas— Él se asombró con mi pose.

—Pero...—

—¿Qué? ¿Estás asustado?— Herí su orgullo, dando el primer golpe, que apenas esquivó. Fue sorprendido por cada uno de mis movimientos. —Tienes buenos reflejos— Sonreí, antes de golpear su estómago.

—¡Uhg!— Lo sostuve para que no se golpeará al caer.

—No creas que por ser un alpha dominante, podrás conmigo. Yo jamás dejaré que alguien me domine.— Susurré frívolo.

—E-Elián...— Me miró asustado Fred.

—La próxima vez, puede que me apetezca acompañarte. Me iré por mi mismo ahora—

—¡Es peligroso!— Se tambaleó el alpha.

—¿Aún puedes levantarte? Debes tener buena resistencia.— Dije. —Nos vemos, Kenny— Caminé hasta tomar un taxi. El moreno parecía desesperado por atraparme. Pero, yo no dejaré que nadie me tenga en sus manos.

Volví a casa a la mañana siguiente. Me quedé trabajando, toda la tarde de ayer, en un hotel. Al llegar, estaba en el sofá Kenny, parecía estar esperando. —¡Elián!— Saltó del asiento.

—Hola, Kenny— Saludé.

—¿Estás bien? ¿Qué fue lo que hiciste anoche?— Lo observé enojado.

—¿Qué te importa? ¿Por qué estás tan exaltado?— Cuestioné.

—¡Estuve preocupado por tí!—

—¡Qué estupidez! Apenas me conociste hace una semana. No sabes nada de mí—

—Puede que sea cierto, pero quiero que nos llevemos bien. Vamos a hacer una familia y... Yo estoy realmente perdido. No sé que hacer aquí, y solo puedo obedecer a las indicaciones de tu padre.— Es como un niño, reí por lo bajo.

—Kenny, puedes hacer lo que quieras. No necesitas estar al pendiente de mí. No es bueno tomar acciones falsas— Palmé su hombro. Él paró mi mano.

—Yo si me preocupo por tí, no estoy fingiendo que me agradas— ¿Cómo podría saberlo? Cuando estamos solos te comportas tan sumiso, que me da ganas de tomarte. Pero, también eres agresivo y extraño.

—¿Quieres acostarte conmigo?— Fui al grano. —Todos los alphas son iguales a fin de cuentas— Comenté.

—¡Lo estás mal entendiendo!— Dijo.

—¿En serio?— Lo empujé dónde estaba sentado antes. Y me froté sobre él. —Se te para rápido—

—¡Es una reacción natural! ¿Quién no se excitaría al tener un chico de ensueño como tú sobre sus pantalones?— Me hizo sonrojar.

—Entonces... Solo quieres hacerlo, si es solo sexo, creo que no me...— Abruptamente me dejó contra el suelo.

—¿Haces esto con cualquiera? No lo haría con alguien que no le gusto. No sé tus métodos, pero no lo haré contigo— Se fue a su habitación. Aún sentía el toque de sus manos contra mi cuello y muñeca, los que provocaron un revoloteo en mi interior.

—Ah...— Suspiré. —Si actúas así, solo hará que entre en celo— Tapé mi boca, luego de decir semejantes palabras. Acabo de entrar en calor y lo mejor será encerrarme en mi habitación también.

Kenny es un alpha raro. —¿Gustar?— Me tiré sobre la cama. —Suena a que es un virgen, o solo muy ingenuo.— Hablaba solo. No entiendo a qué se refiere con gustar. ¿Lo interpreta como querer, o agradar? Él dijo que quería que le agradara. Tal vez quiera ganarse mi confianza y llegar hasta a mí. Como sea, sus intenciones no me parecen buenas.

Me senté a revisar el calendario. —Con razón, hoy me llega mi celo— Bueno, da igual, desde los 20 que no sufro un ataque de lujuria. Porque el Kick boxing me ayudaba a contrarrestarlo. Busqué dentro del cajón guantes para mis puños. Y salí al jardín, caminé entre los matorrales y me alejé de la mansión, hasta llegar a mi viejo refugio.

Un saco de boxeo colgaba de un fuerte roble. Me pregunto hace cuánto que no venía aquí. En algún punto me olvidé de esto. De lo que se sentía cuando golpeaba, de lo fuerte que debía dar una patada. Como si fuera natural, mi cuerpo todavía conocía como moverse. Sonreí abiertamente. —Yo todavía no lo he olvidado—. Entonces, enfoqué todas mis energías en darle correctamente al saco. Así es como debería ser, expulsar todo mi potencial sobre el objetivo. Mi cuerpo sudoroso presentía el momento en el que llegaría mi celo, y en el último combo llegó. Mi escencia se expandió terrorífica, sofocandome a mí mismo. Sin embargo, no dejaría que el ser omega me detuviera. —¡No voy a perder!— Continué pegando patadas, y puñetazos sin descanso. Estuve alrededor de 5 horas, sin parar, dañé mis nudillos por el esfuerzo.

—¡Elián!— Escuché a lo lejos. —¿¡Dónde estás!?—

—Te dije que no te preocuparas por mí. En serio, eres terco— Salí entre los arbustos. Él enseguida se tapó la nariz.

—¡Rápido, entra y quédate en tu habitación!—

—Kenny, Kenny, Kenny...— Murmuré. —Es muy cruel lo que dices. No me digas que mis hermanos te informaron de mi celo. Entonces, estás tras mi seguridad— Reí sarcástico. —¿Por qué lo haces?— Me acerqué, y él hizo lo contrario.

—¿Y si alguien te ataca...? No puedo dejar que eso ocurra...—

—¡Ahajaja! Kenny, tú no tienes idea. ¿Quién de los dos está en más peligro? ¿Tú o yo?— Me aproximé, hasta que él chocó con un árbol. —Después de que mi escencia empezó a desbordarse cada día más, ni siquiera los alphas son capaces de acercarce. Normalmente caen desmayados con una erección antes de tocarme— Sonreí malévolo. —Tú magníficamente estás en pie— Lamí mis labios. —¿Quieres un premio? Ya que estoy con ganas... ¿Debería dejar tenerme?— Acaricié su amplio pecho.

—¡Ya basta! Yo no quiero hacerte daño—

—¿Qué daño podrías hacerme? Oh, si te refieres a la seguridad, yo tomo pastillas anticonceptivas, por cualquier cosa— Saqué una risita. A diferencia de otros omegas, que se vuelven indefensos, a mí me pasa lo contrario. Y esta es la primera vez que tengo a un alpha como Kenny en frente. Quiero decir, es el único hasta ahora que considero a la altura. Y como cualquier omega en celo, me están viniendo pensamientos como...

"Quiero que este alpha me monopolice"

—¿Acaso no te gusto, Kenny? ¿Cierto, a que te referías con "gustar"?.—

—Puedo decírtelo. Pero, por favor aléjate de mí— Me apartó. ¿Qué lo hace ser así? A pesar de que es dominante... ¿No le atraigo para nada? El dijo que era un chico de ensueño. ¿Me mintió?

—Bien, mira, me pondré un inhibidor, no causará mucho efecto, pero puede que mis hormonas disminuyan un poco. Por mientras, respira—. Teniendo hecho lo que prometí. Volví al jardín,  encontrándolo sentado en una banca. Y me senté en el otro extremo de esta.

—Sobre lo que me preguntaste... A la gente le parece estúpido la respuesta que les doy. Pero, te la diré porque eres tú— Habla como si fuera especial, no entiendo de dónde viene el trato. ¿Su madre lo habrá criado así? —Me refiero a que no lo haría con alguien que no me ama, el gustar proviene de estar enamorado, no es algo como atracción física solamente—.

—¿Me rechazaste solo por eso? Es genial que te puedas dar el lujo de pensar así. Te envidio— Dije y él me miró sonrojado. —¿De qué te sonrojas? Acabo de decirte que te guardo rencor. ¿Qué hay de bueno en eso?— Él me sonrió. —¿Entonces, no lo harás conmigo porque no te gusto?—

—Sí me gustas— Confesó. —Como dije, tú no gustas de mí—

—¡Ahajaja! Ahora sé como se siente Fred cuando habla conmigo— Reí deprimido.

—¿Él es tu novio? ¿El beta que viste ayer?— Preguntó seriamente.

—Sí, bueno, no sé si decir que es mi novio. Aveces solo parece un amigo con el cual tienes un amor no correspondido y él lo sabe.— Bajé la mirada. —No le gusta tocarme. ¿Le asquearé? No preciso si es porque soy omega, pero me gusta el contacto físico con las personas que aprecio. Sobre todo si sales con alguien. ¿No es lo normal pensar así? Para no sentirte inseguro, necesitas acciones. ¿No lo crees?—

—Sí, si estás en una relación, lo normal es querer todo de la otra persona, desear estar cariñosos, incluso ser posesivo— Siento que me vuelvo a calentar.

—Tal vez hable con él, de todos modos no coincidimos— Toda la calentura se fue al imaginar que no sería más que un amigo de Fred.

—Elián, respecto a lo que dije. No te miento, y no pienso tratarte como un adorno. Puedo ser algo molesto aveces, pero nunca dejaría que dudes de ese modo. En serio, me gustaría que te enamores de mí. Y si aún así no crees que eso podría ser posible, déjame insistir en llegar a un acuerdo, y convertirme en un remplazo de ese tipo. No, no puedo decirte eso, a pesar de que me parezco en apariencia a ese beta, soy un alpha y nunca seré como él. Pero, al menos yo seré sincero— ¿En serio qué le sucede? ¿Qué quiere de mí? ¿Mi amor? ¿Cómo sé que habla en serio? Aún con estas preguntas razonables rondando, Kenny estaba haciendo cosquillear mi corazón.

—¿Qué pasa contigo? ¿Acaso quieres que te monte?— Gateé sutilmente hasta él. —Yo no entiendo mucho lo que dices. Lo único que me han enseñado es tratar afectuosamente a los alphas de este modo. Y en celo, solo puedo pensar sexualmente en tí—

—¿Esta es tu respuesta?—

—Quién sabe, mi respuesta ante tu confesión tendrás que ganartela con el tiempo. Eso si te apetece jugar la tontería que ideó mi familia— Admití.

—No caeré en su juego. Como tú ves, ambos somos libres de hacer lo que queramos. Y yo solo estoy siendo caprichoso contigo—

—¿Caprichoso? El día que me encierres te diré que lo eres—

—No tienes idea— Respondió.

—Depende de los motivos de cómo me tomaré tus acciones de ahora en adelante. Porque aquello es lo único que llena de preocupaciones a las personas— Seduje diciendo en su oído. A esta distancia se me estaban soltando todos los tornillos. Su escencia y apariencia me atraían demasiado. —¿Cómo te enamoraste de mí?—

—Fue amor a primera vista— Me miró a los ojos, y remontó su mirada sobre mis labios y otros lugares de mi cuerpo.

—Kenny, si me observas así no sé que esperar.— Me acerqué a besarle, esos suaves y excitantes labios, incluso besaba mejor de lo que imaginé. —Eso quiere decir, que al igual que yo te atraigo físicamente.— Sonreí.

—¿No crees que es una señal?— Él me devolvió el gesto. Que dos personas se deseen a primera vista, suena a la historia de una disco.

—No puedo solo fiarme de ello. Puede que haya pasado solo porque cumplimos con las expectativas del otro— Dije.

—¿Y eso no es demasiado? ¿Cuántas veces crees que encontrarás a alguien como yo? Pasa lo mismo contigo, eres diferente a los demás— Acarició mi rostro.

—Eres muy astuto, al decirme esas palabras cuando estoy en celo... Podría enamorarme de tí, y ni siquiera sabría si es real o no. Me atraerías con tus labios azucarados, y querría que me dominarás.—

—El único que es dominado aquí, soy yo— Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos.

—Eres extraño para ser un alpha— Unimos nuestros labios, profundizamos con nuestras lenguas. Y el apego sobre el asiento se hizo cada vez más cercano y agitado. Kenny empezó a acariciarme bajo mi polera, y yo toqueteaba su paquete. Era más grande que el de un alpha normal, debe ser algo extraordinario tenerlo dentro.

—Entremos, empezará a hacer frío— Me tomó en brazos.

—Si podía caminar ¿Sabes?—

—Algo me dice que serás el que va a tener más control en la cama. Así que al menos déjame llevarte— Me trajo hasta su habitación. Soltándome tranquilamente sobre la cama. Se sacó la chaqueta y me besó. Sin embargo, cuando adentró su lengua tragué algo desconocido.

—¿Qué...? ¡Oye, tú acabas de darme algo!— Un sueño me mareó. —¿Qué hiciste...?— Caí sobre la cama.

—Duerme tranquilo, me quedaré hasta que tu celo se vaya— Sus brazos me rodearon, y mis parpados cayeron. Este perfume... ¿Dónde lo he sentido antes?