Los días transcurrían sin demora, dando paso última semana para el comienzo de la gala.
Todos los preparativos estaban siendo revisados y coordinados por Liliana, quien se encargaba de la revisión final y verificación de cada detalle relacionada con el evento.
- ¿Han sido confirmadas las asistencias? -pregunto Liliana
- El noventa porciento de los asistentes ha sido confirmado; de ellos, el sesenta por ciento ha sido asignados a la zona VIP y el treinta por ciento a la zona media. El ochenta por ciento de los galardonado también ha confirmado su asistencia. A cada invitado se le ha enviado el cronograma y las indicaciones de vestimenta. Se prohibirá la entrada a quienes no cumplan con las normas -informó el manager.
- Revise la llegada de las flores y verifique que la distancia entre las mesas sea la correcta. Es mejor evitar que la gente se cruce al recoger los premios. Si es necesario, mida de nuevo los espacio. No quiero ningún error.
- Las flores llegaran maña por la mañana. La disposición de las mesas de ha realizado según sus indicaciones, y esta mañana se ha hecho una nueva revisión -respondió el manager a la joven.
Tras finalizar su informar, el maestresala entregó el documento que detallaba la información revisada y asignaba personal encargado de cada puesto, incluyendo una foto de cada responsable.
Además el maestresala proporciono otro documento con las habitaciones preparadas para los galardonados que decidieran quedarse tras la fiesta puerta cerrada.
- Las habitaciones ya están listas, y estas son las llaves de la suite presidencial del Sr. Park. Será verificada y limpiada para el sábado, y el menú seleccionado, tal como usted solicito ha sido añadido -informó el manager.
- Gracias por su arduo trabajo, si surge algo importante, no dude en comunicarse conmigo si es necesario.
- Si ese es el caso, se lo haré saber enseguida. Que pase buena noche, señorita Liliana.
- Igualmente, descanse.
Al salir del hotel, la oscuridad la envolvió, trayendo consiguió una brisa fresca que aliviaba el calor de los días previos. El camino de vuelta a casa fue
- Lili, no podré volver esta noche. No me esperes despierta.
La llamada terminó tan abruptamente como había comenzado. La joven se quedo mirando la pantalla del teléfono, mientras este se apaga, dejando tras de si un silencio pesado.
Al entrar en casa, solo la oscuridad le dio la bienvenida. Encendió la luz, pero el brillo artificial apenas pudo disipar el vacío del lugar. Dispuso las llaves en el aparador y sin pensarlo, se desplomó en la comodidad del sofá. Haciendo presencia el cansancio físico y mental acumulados durante el día.
Se llevo las manos a la frente, cerrando los ojos por un momento, soltando un suspiro pesado. La casa estaba fría, y el silencio a su alrededor tan denso que casi podría escucharse.
Tras unos minutos de inmovilidad, el hambre la empujo a levantarse. Se dirigió a la cocina con pasos lentos, sabiendo que tenia que hacer la cena, pero sin la energía suficiente para entusiasmarse con la tarea. Antes de comenzar la tarea, saco el teléfono de su bolsillo y, casi por impulso, decidió realizar una llamada. El teléfono dio unos tonos para después cortarse.
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Al otro lado de la ciudad una joven borraba los registros de llamada del teléfono volviendo a guardarlo en la chaqueta de nuevo.
- ¿Ocurre algo cariño? -preguntó una voz masculina detrás de ella.
- No, solo estaba pensando en algo -respondió, con una leve frialdad en su tono.
- Se que quieres que todo sea más estable. Hablaré con ella después de la gala. Ahora no es el momento..... ella lo comprenderá cuando se lo explique, pero no ahora.
La joven solo pudo reírse ante la descarada excusa.
- Siempre vas a decir lo mismo -replicó con irritación, girándose hacia él-. No tienes los huevos de enfrentarte a ella y decirle las cosas a la cara. ¿Qué? ¿vas a seguir así hasta que tu hijo nazca tu hijo? Jayden, ya no puedo con esto. ¡Cinco años Jayden! Cinco años de promesas vacías día tras día. Esta será la última vez. ¡Elige: ella o yo Jayden! -gritó la pelirroja, dejando a Jayden completamente en shock.
Era la primera vez que le gritaba de esa manera. Resonando con una mezcla de desesperación y furia contenida.
- ¿Dónde esta ese "nosotros"? -continuó, su voz temblando de rabia-. ¿Dónde quedara nuestra familia? ¡¿DÓNDE JAYDEN?! Solo oigo promesas vacías, siempre lo mismo.
El silencio que siguió a sus palabras era denso, casi sofocante. Jayden bajó la mirada, con un gesto amargo en su rostro. Sabia que tenia razón, llevaba bastante tiempo posponiendo lo inevitable. Era hora de dar prioridad a su familia..... pero enfrentar esa realidad parecía mas difícil de lo que estaba dispuesto a admitir.
- Lo siento Vi, prometo que lo resolveré solo dame hasta después de la gala -dijo Jayden mientras la abrazaba, intentando calmarla.
Pero su rostro traicionaba sus palabras; estaba lleno de amargura y rabia. Aquel que fuera capaz de verlo sentiría malestar e incomodidad.
- ¿Por que no lo haces ahora? Aún quedan seis días para la gala. Llama y se lo dices ahora. -Insto la joven, desasiéndose del abrazo, para entregarle su dispositivo.
Jayden dudó, mirando el dispositivo que Vi le ofrecía, pero al final lo tomo con las manos temblorosas. Marcó el número que, en otro tiempo, le había traído tanta alegría y amor. El tono de llamada resonaba en la silenciosa sala , cada segundo aumentada la tensión, hasta que finalmente, lo único que oyó fue la voz robótica del contestador.
Vi frunció el ceño, molesta y se cruzó de brazo, su impaciencia era evidente. El fracaso de esa llamada solo genero mas frustración a sus ya quebrados planes.
- Se lo diré después de la gala, confía en mí, Vi -insistió Jayden, con tono casi suplicante.
- Siempre es lo mismo. ¿Para qué ilusionarse cuando solo expresas palabras vacías? -replicó Viviana, con una mezcla de indiferencia y molestia en su voz-. Solo demuestras lo cobarde que eres.
- Vi, cariño, por favor..... solo dame más tiempo, ¿si? Te lo prometo será después de la gala.
Jayden la miraba, esperando una respuesta, una señal de que aún podía salvar la situación. Pero la mirada de Viviana fue fría e indiferente, una reacción que lo golpeó mas fuerte de lo que hubiera esperado.
- Ya te he dado bastante tiempo... y demasiada confianza -respondió ella, su tono firme, sin dejar espacio a mas excusas.