- Liliana, ven de inmediato
- ¿Que necesita Sr.Park?
- ¿Donde se encuentra los documento de la sucursal de NY?
- Si mal no recuerdo todavía no llegan...Sr
Aquel hombre que permaneció con la mirada agachada, con la última gota de paciencia que le quedaba levantó la mirada. Lilian no duró ni dos segundos en mantener la mirada, aquellos ojos por más claros y hermosos que fueran no traían nada bueno con sigo.
Con tan solo 29 años ya había logrado dejar su huella en la industria del entretenimiento.
-¡Te lo repetiré una vez más, ¿donde están los documentos de NY?!
- Tendrían.....que.....haber llegado pero no están
- ¡¿Y que haces, todavía ahí parada por qué no averías el por qué no los tengos?!
- ¡Ahora mismo, Sr.Park!
En menos de un segundo Lilian ya se encontraba en su despachó, llamando a la sucursal de NY para saber por qué no enviaban los documentos, no hace falta mencionar que el, "El señor Park, está muy molestos y necesita los documentos" fue una bomba de relojería para todos. Con el corazón en un puño Lilian contaba los minutos para que los documentos estuvieran en la bandeja de entrada, su única misión en ese momento era cargar la página una y otra vez, y no era tan fácil con la presión que ejercía el Sr.Park.
Tras diez minutos de recargar la bandeja de entrada, di gracias a Dios por la aparición del correo, lo reviso detalladamente para que no pudiese faltar nada, lo imprimió lo metió en un portafolio y en menos de quince minutos se los entrego al Sr.Park.
Una vez entragos solo pudo respirar aliviada, y podía continuar con todo lo relativo a su boda, ya que no tenía el tiempo suficiente o mejor dicho su jefe le ocupaba casi todo el tiempo libre que tenía no podía hacer otra cosa más que trabajar en su boda y en ser la secretaria de la viuda negra.