POV HUGO
Desde que llamé a esa chica no me pude quitar la sensación de que la conozco de algún lado. En este momento estaba sentado en mi silla buscando pistas de esos rusos, y no había nada, literalmente. Es como si no estuviesen allí.
Pasé a mirar las noticias, las cuales no dejaban de hablar del dueño del restaurante y el tiroteo producido allí. También hablaban de la familia del hombre y no sé cuántas cosas más, lo mejor en este momento era centrarme en el trabajo, teníamos que pillar a esos tipos.
"No jodas…" escuché como dijo Derek, haciendo que levante mi mirada "¿Qué pasa?" pregunté "Ya sé por qué me suena el apellido D'angelo." No estaba entendiendo nada de lo que estaba hablando, por lo que me echo hacia atrás en la silla y espero a que me explique.
"¿Recuerdas a las chicas del café del aeropuerto?" asentí "Es el padre de ellas." Me quedé mirando para él para ver si era una coña o no, pero cuando veo que está hablando en serio, me pongo recto en la silla y me quedo mirando para él. "¿Con quién hablaste?"
Busqué en mi mente con quién de las hermanas había hablado, porque en este momento estaba demasiado sorprendido para recordarlo "Con Alexandra creo recordar." Dije después de unos segundos "¿Y no dijo nada?"
Negué, porque no había dicho demasiado, supongo que por qué estaba sorprendida o no sé "Sólo le conté lo que había pasado y luego colgó. No estoy seguro de que haya entendido lo que le dije." Dije recordando la conversación "Pues supongo que sí porque están de nuevo aquí." Dijo mirando hacia la pantalla detrás de mí, lo que hace que me gire para verla yo también.
En la pantalla se veía a las dos chicas abrazando a una señora, Alexandra tenía a una niña en brazos y un hombre detrás de ellas, con una mano en la cintura de esta. Supongo que era la pareja de alguna de ellas, tal vez el padre de Alison. "Creo que deberíamos ir a ese funeral." dije
Derek centró su mirada en mí y elevó la ceja "¿Y por qué?" preguntó "Tengo la ligera sospecha de que sabían lo que estaba pasando." Derek negó, porque sé que podía parecer imposible, pero la pregunta que me hizo la chica me hace pensar que hay algo raro en todo, o tal vez era una excusa para verla, ya no tenía ni la menor idea "¿Y cómo lo iban a saber si no estaban ni aquí?"
Me encogí de hombros y me levanté para ir a ver que podía descubrir por las calles. Tal vez descubríamos algo nuevo pasado un par de horas desde el ataque. En ese momento empieza a sonar el teléfono de Derek que no tarda mucho en contestar, y durante la conversación, puedo ver la cara de este cambiando a una de asombro y de no entender nada de lo que le estaban contando. Cuando cuelga, se queda mirando un par de segundos a la pared, y luego pasa a mirarme a mí.
"¿Qué fue lo que te dijeron para que te quedase esa cara?" pregunté poniéndome la placa "El Titano…" Me tensé, porque para mí que ya se había desatado la guerra cuando la mafia italiana se enteró de lo que había pasado en sus calles con los rusos "¿Qué pasa con él?" negó y dejó el móvil en la mesa, se levantó y empezó a recoger sus cosas "Se dice que lo han asesinado." Cuando escucho eso me quedo mirando para él, no esperando para nada esa noticia, lo cual para nada querría decir que las cosas mejorarían.
"Tenemos que investigar eso, porque si es cierto, se va a armar una buena. Los italianos no se quedarán tranquilos ahora que asesinaron a su jefe." Asentí y cogí las llaves del coche "Esto se va a poner más feo de lo que estaba." Guardó el móvil en el bolsillo y ambos empezamos a caminar para ir a coger el coche.
"La cuestión ahora es quien se quedará con la mafia. El señor no tenía familia." Dijo Derek más para sí mismo que para cualquiera que estuviese oyendo "Leonardo, su mano derecha"
Cuando llegamos al coche, nos metimos rápidamente, no sin antes comprobar si teníamos más armas, porque si era cierto que el Titano di Ferro había sido asesinado, las cosas se pondrían peor de lo que estaban.
POV ALEXANDRA
No estaba de buen humor cuando aterrizamos, y mucho menos al encontrarme a todos esos reporteros en la entrada del puñetero aeropuerto. ¿Es que no nos podían dejar en paz? Mi madre en este momento no estaba para soportar las miles de preguntas que ellos querían saber, y tanto yo como Megan no estábamos del humor para hacerlo.
Cogí en brazos a Alison porque noté como tenía miedo, y cuando uno de los periodistas la toca, iba a darle un guantazo, pero la mano de Diego en mi cintura me impide seguir mi camino hacia ese periodista. Este también tenía un brazo rodeando la cintura de Jennifer que en este mismo momento estaba asustada.
En el momento que nos metimos en el coche, senté a Alison, le puse el cinturón y me giré para ver qué Megan estaba haciendo lo mismo con nuestra madre. Diego se quedó mirando para ella y sabía que es lo que estaba pasando en este mismo momento por su cabeza, pero no es algo que yo no supiera ya. Le di a nuestro conductor la dirección del hotel en el que nos quedaríamos por unos días mientras recuperaba nuestra casa y en cuanto llegamos, Diego sacó las maletas del maletero y las metió en un carro para llevarlas a nuestra habitación.
Mamá y Jennifer decidieron irse a dormir, la primera más bien no dijo nada y ni siquiera probó bocado desde el medio día anterior, y Jennifer había comido algo en el jet y algo en la suite, por lo que no me molesté demasiado en insistirle que se quedase con nosotros, tenía muchas cosas en las que pensar.
Para mi suerte, era de noche y Alison estaba cansada, por lo que después de que cenase, la metí en cama. La ayudé a ponerse el pijama y en cuanto terminé, la arropé y le di un beso en la frente.
"Mami, ¿Por qué no vamos a casa con el abuelo?" preguntó Alison y me paré por un segundo sin saber que decirle exactamente "Porque no podemos." Alison se sentó y se quedó mirando para mí intentando descubrir que es lo que estaba pasando realmente "¿Le ha pasado algo al abuelo?"
Cuando salió esa pregunta de su boca, me quedé mirando para ella entrando en pánico, pero pronto me calmo. No quería asustarla "¿Por qué lo dices?" pregunté "La otra noche te escuché hablar con la tía Megan. No volveré a ver al abuelo ¿verdad?"
Y esto no podía estar pasando. Sabía que Alison era una chica muy inteligente para su edad, todos los profesores lo decían, pero es que no sabía cómo contárselo. Era complicado para mi hablar de lo que le pasó a Francesco, y sobre todo teniendo en cuenta que lo asesinaron personas en las que él confiaba.
"Lo volverás a ver algún día." Dije "¿Y eso será mucho o poco?" Le pasé la mano con una pequeña sonrisa en mi rostro y negué "Mucho tiempo." Le dije "Entonces ¿la abuela tampoco lo verá? ¿Por eso está triste?"
Asentí y ella acabó por sentarse en mi regazo poniendo su mano en mi brazo "No te pongas triste, algún día tú también lo verás." Me reí y le di un beso en la sien. Aún no entendía como lo hacía, pero siempre me sentía mejor con ella "Eso espero. Ahora a dormir que debes estar cansada." Asintió y me dio un beso en la mejilla "Te quiero, mami." Ahora fue mi turno de devolverle el beso y la arropé para que no cogiese frío "Yo también te quiero princesa."
Volví a darle un beso en la frente y ella cerró los ojos quedándose a los pocos segundos dormida. Salí de la habitación cerrando la puerta con mucho cuidado de no despertarla y me dirigí al salón donde estaban los otros dos cuando veo como una carta se desliza por debajo de la puerta, me acerco a cogerla para ver que es.
Mi queridísima Alexandra,
Espero que las cosas te vayan bien y que estés cuidando a mi hija como debes, porque si no, vamos a tener un problema, no pienses que se me olvidó que te marchaste de aquí con la zorra de tu amiga sin permiso, pero bueno, esta nota no es para eso.
He escuchado que los hombres de tu padre lo asesinaron. Que irónico, el temible Titano di Ferro asesinado por su mano derecha, con los años se fue volviendo blando y en este negocio se paga caro. Quiero darte mi pésame y ofrecerte por última vez que te vengas a vivir conmigo con nuestra hija, y si puede ser que dejes la idea de intentar matarme a mí y a mi hermano, sabes que no acabará bien.
Si decides venir a vivir conmigo, no será como la última vez que estuviste con nosotros, estarás mejor cuidada y no tendrás que pisar ese lugar de nuevo. Reúnete conmigo en tu casa a media noche con nuestra hija, no es necesario que traigas nada, compraremos todo nuevo.
Espero que aceptes, querida
Dimitri
Esto no podía estar pasando. Abrí la puerta para ver quién mierda había traído la puñetera nota, y para colmo, el guardaespaldas no está en la puerta, por lo que la cierro de un portazo y me dirijo al salón donde estaban los otros dos.
"Ale, ¿está todo bien?" pregunto Diego saliendo de la cocina con algo de comida en la mano "Diego, llama a los chicos." Dije empezando a buscar las armas que necesitaba en este preciso momento "¿Para qué los quieres a esta hora?" preguntó sorprendido, pero en este momento no tenía tiempo de dar explicaciones, lo único que quería hacer es ir a por ese gilipollas que se había atrevido a enviarme una nota.
"Porque los necesito, deja de preguntar, no tengo toda la noche." Miré si el arma estaba cargada y me la metí en la parte de atrás de mis vaqueros "No estarás pensando en entrar en esa casa esta misma noche, ¿verdad?" preguntó siguiéndome de un lado a otro "Eso es lo que voy a hacer, asique los necesito en este momento."
"¿Y qué hay de las armas? Sé que quieres entrar en esa casa más que nada en el mundo y recuperar lo que es tuyo, pero no pienso permitir que mis chicos se metan en algo de lo que no tienen ni la menor idea, mucho menos sin armas y el equipo necesario." Dijo intentando detenerme, pero en este momento no lo iba a conseguir, tenía un objetivo en mente en este momento "Por las armas no te preocupes, porque recuerdo que papá tenía un lugar donde tenía el armamento y todo lo necesario, y por lo de que no tengan ni idea no deberías preocuparte, porque me encargaré de que les quede claro y se sepan la casa de memoria si es necesario."
Megan apareció por la puerta del salón "Ale, Diego tiene razón. Esto es muy precipitado." Negué, porque lo iba a hacer dijesen lo que me dijesen "Quiero ir a casa."
Con esas palabras nos giramos todos en la dirección de dónde venía la voz de mi madre para encontrármela allí de pie mirando a la nada, y a pesar de que me alegraba que estuviese allí de pie y pidiendo ir a casa, en este momento tenía en la cabeza atrapar a ese tipo, estoy segura de que ese tipo no irá solo, pero me enfrentaré a quien sea necesario para pillarlo y acabar con él con mis propias manos.
"Tenéis que recuperar la casa de esos estúpidos que se atrevieron a matar a mi marido." Dijo Analissa seriamente "¿De qué hablas?" preguntó Megan sorprendida "No soy estúpida, sé en qué estaba metido vuestro padre desde el principio. Sólo quiero volver a mi casa." Me acerqué a Analissa y le puse mi mano en el hombro para calmarla de alguna manera "Haré todo lo necesario para que mañana por la noche estemos en casa."
"Más te vale Ale. Por la niña no te preocupes, me quedaré cuidándola." Asentí y seguí buscando un par de armas más que tenía guardadas por la habitación "Puedo llamar a alguien si no quieres. Lo entendería. Debes descansar aparte." Negó y me dio una pequeña sonrisa lo que hizo que me relajase un poco, al menos podía ver que estaba mejor que ayer "Estaré bien, ahora ve a recuperar nuestra casa."
Cuando pasé por su lado le di un beso en la sien y asentí, porque a pesar de que en este momento no era mi prioridad número uno recuperar la casa, de paso que estaba allí podía aprovechar "Lo haré. Llamaré a alguien para que se quede con vosotras."
Acabé de guardar las armas y empecé a dirigirme a la puerta. Mientras Diego conducía al lugar en el que nos encontraríamos con ellos, llamé a Adriano para que fuese a ese mismo lugar, y cuando llegamos ya todos estaban allí. Nos bajamos del coche y Diego se puso a mi lado.
"Hey tío, ¿para qué nos necesitas a todos? ¿Te has metido en algún lio?" preguntó uno de los chicos dándole un apretón de manos "No, no es para mí, es para ellas." Dijo, señalando en nuestra dirección "Oh, nunca nos dijiste que conocías a chicas tan guapas, las cosas que les haría yo." Tanto Megan como yo apretamos nuestro puño, pero Diego no tarda nada en coger de la camiseta a ese chico y levantarlo un poco en el aire.
"Y si se os ocurre ponerle un solo dedo encima a cualquiera de ellas, os mato con mis propias manos." Dijo. Pude ver como todos tragaban y miraban a Diego medio asustados al parecer. Sabía que tenía su parte seria y de chico duro, pero nunca me lo pude imaginar hasta ahora.
"Está bien, ¿para qué somos buenos entonces señoritas?" preguntó otro de los compañeros de Diego "Necesitamos gente leal para trabajar con nosotras. Por el dinero no os preocupéis porque os daré el que queráis mientras sea un precio justo. En caso de que aceptéis trabajar con nosotras, Diego pasará a ser vuestro jefe, y como me entere de que alguno de vosotros nos quiere traicionar no acabará bien y probablemente acabéis en el fondo del Mediterráneo o congelados en alguna montaña."
Asintieron y gran parte de ellos se cruzaron de brazos, pareciendo ofendidos porque dijera eso, pero me daba exactamente igual "Nosotras no hacemos eso señorita, somos leales a nuestros jefes." Asentí, porque por el bien de ellos era mejor que no lo hiciesen "Me alegra saberlo, ahora necesito saber quién quiere trabajar para nosotras."
"Estamos dentro todos, al menos será como un trabajo fijo." Asentí de nuevo y me giré para empezar a sacar las armas del coche "¿Cuándo empezamos a trabajar?" me giré en su dirección con una sonrisa en mi rostro, pero no una real "Esta misma noche, tenemos que ir a un lugar."
Pude ver la pregunta de en rostro de todos, pero ya ni me molesté en contestar, por lo que lo acabó haciendo Megan. "A recuperar la casa de nuestra familia. El armamento está dentro de esa bodega. Coged todo lo que necesitéis y os explico que es lo que vamos a hacer. Necesito que cojáis silenciadores también y pediros que no matéis a los tipos en esta foto. A esos los quiero vivos."
Mientras estábamos cogiendo las armas y todo lo que necesitábamos, les conté el plan y por donde debía entrar, todos los escondites que había. Para mi suerte, tenía los planos de la casa en el móvil, lo cual nos ayudaría a que se ubicasen. Cuando terminamos y se aprendieron la casa de memoria, nos metimos en el coche para dirigirnos a la casa. Yo iba en el coche con Megan y Diego que era el que iba conduciendo mientras yo iba en mi mundo.
"No te preocupes, todo saldrá bien Ale" dijo Diego, pero eso ya lo sabía yo, no hacía falta que me lo dijese "Más vale que salga todo bien." Dije igualmente, porque en este momento estaba interesada en los rusos "Ya verás que sí, ellos son buenos en su trabajo, créeme."
Puso su mano en mi hombro dándole un pequeño apretón "Diego, tú vas a ir con Megan." Les dije "¿Qué? Ni de coña. Yo siempre voy contigo." Protestó Megan, pero en este momento no me importaba. Quería a Megan lejos de Dimitri, ya cuando lo cogiese le dejaría golpearlo un rato.
"Esta vez no será así, vas con Diego y punto. Además, no estás del todo bien después del disparo del otro día." Dije empezando a caminar y pude escuchar como Diego le preguntó si lo habían hecho "Me dieron al chaleco, y estoy bien." Me paré y me giré en su dirección "Te vas a ir con Diego y punto."
Megan negó y antes de que pudiese empezar a andar de nuevo, me paró "No voy a dejar que vayas sola." Fruncí el ceño, porque ni Megan me diría lo que podía hacer o no, eso lo tenía más que claro "Estoy con tu hermana, no debes ir sola." La apoyó Diego, lo que era de esperar "Voy a ir sola y punto."
"Ale, tienes una hija, no te puede pasar nada." Dijo Megan intentando convencerme, y de ser en otro momento me hubiese enfadado por meter a Alison en la conversación, pero no tenía tiempo en este momento para eso "Y no me va a pasar nada, asique deja de comportarte como una niña pequeña y haz lo que acabo de decir."
"Sé que estás enfadada y quieres recuperar vuestra casa, pero ir sola no es la mejor solución." Me encogí de hombros y empecé a caminar de nuevo en la dirección a la casa. "Me da exactamente igual, voy a ir sola y punto."
Estaba por llegar al borde de la propiedad cuando escucho a Megan decir algo que no debía "Ale, piensa en Alison por una vez…" me giro, esta vez sí enfadada "¿Me estás diciendo que soy mala madre por no pensar en mi hija?" dije acercándome a ella y parándome delante de ella con mi pistola en mano "No dije que fueses mala madre…" intentó remediar, pero no había nada que pudiese remediar eso en este momento "Eso fue exactamente lo que dijiste."
Decidí que era mejor entrar antes de golpear a alguien que no quería porque tenía más que claro por qué lo estaba haciendo. Si lo que decía la nota era cierto, Dimitri estaría por la casa sobre media noche, serían dos pájaros de un tiro.
Entramos en la casa sin ninguna decir nada más, y yo me fui sola, pero sé que no iba a estarlo por mucho tiempo, por lo que me dirigí al despacho de mi padre para ver si podía ver a alguno de esos estúpidos, pero en mi cabeza estaba ir a por ese tipo.
Cada vez que me cruzaba con uno de los guardias que estaban vigilando la casa, acababa con él, sin dudarlo una sola vez, pero no tarde nada en correr hacia la dirección en la que escuché a uno de los guardias diciendo que estaban los rusos en la casa, no tardó nada en volverse un infierno la casa, y escuchaba mi nombre a lo lejos, pero en este momento lo que me importaba era encontrar a Dimitri y acabar con él.
Entré en la habitación de Alison para mirar como estaban las cosas por el jardín cuando me fijo en que Dimitri está parado debajo de la ventana y empieza a agarrarse a las plantas para entrar en la habitación de ella, por lo que entro rápidamente, abro la ventana y apunto a su cara, lo que lo hace pararse y mirar para mí con una sonrisa igual a la que tenía en su asquerosa cara cada vez que me violaba.
"Deberías bajar el arma querida… no te voy a hacer nada." Dijo con una gran sonrisa en el rostro "Eso porque no te lo permitiré." Le saqué el seguro al arma y le metí una bala en la cámara "Vamos, no eres como todo el mundo cree. Sé realmente como eres y que no serás capaz de dispararme."
"Créeme que en este momento quiero matarte y no con un arma, sino con mis propias manos." Dije acercándole el arma más a la cara de cerdo que tenía "No serías capaz… soy el padre de tu hija." Como si eso lo fuese a salvar, rodé los ojos, no lo pude evitar "Más razón me das para que te quiera matar. Ahora te bajas con cuidado si no quieres que te meta un balazo en el entrecejo."
"¿De verdad piensas que mis chicos dejarán que me hagas un solo rasguño? Estás loca si lo piensas." Dijo con la sonrisa desapareciendo lentamente y haciendo que apareciese una en la mía, no sé por qué siempre tendían a subestimarnos "No quieras probar."
"Vaya… cambiaste en estos años… lástima que lo de tu padre fuese tan blando por tu culpa como la de tu hermana." Dijo moviendo lentamente la mano hacia su arma, como si no me estuviese dando cuenta "¿Qué mierda estás diciendo?" dije apretando más el arma "De no ser por vosotras, Francesco no se hubiese vuelto blando. De no haber escapado del club hace seis años, él estaría vivo en este momento."
"Nosotras no hicimos nada." Dije enfadándome "Claro que lo hicisteis, pero si te sientes mejor pensando que no es vuestra culpa, adelante, más tarde te darás cuenta que es cierto lo que te digo."
Eso no podía ser cierto, mi padre no se había vuelto blando, era el mismo desde que lo conocí, al menos en el ámbito de la mafia, pero antes de que me pudiese parar para pensar en lo que acababa de decir este gilipollas, veo como entre los árboles se mueve alguien y apunta en mi dirección, por lo que no tardo nada en disparar.
Mientras esos tipos me disparaban, Dimitri aprovechó para bajarse y empezar a escaparse, pero ni de coña iba a dejar que se escapase, por lo que empecé a disparar hacia todos los lugares en los que veía que me dispararan hasta que nadie me disparaba.
"¡¡¡¡Dimitri!!!!" Le disparé a la rodilla haciendo que se cállese al suelo y gritase de dolor. Aparté el arma a mi espalda y bajé para llegar junto a él que se había empezado a arrastrar para intentar escaparse, pero no tardé mucho en llegar y le puse el pie sobre la herida que le acababa de hacer.
"Eres una hija de puta Alexandra." Dijo y una gran sonrisa apareció en mi rostro "Me importa una mierda lo que me digas." Pude ver cómo su enfado estaba aumentando, pero a mí eso me importaba una mierda "Me las pagarás, mi hermano no se quedará quieto hasta acabar contigo."
Si de verdad esperaba que eso me detuviese, estaba muy equivocado, es más, esperaba que viniese, así podría acabar con gran parte de mis pesadillas. "¿Sabes qué? Lo estaré esperando a que venga, y te aseguro que acabará como tú… muerto."
"Eso ya lo veremos, querida." Me acerqué un poco más y elevé el brazo para noquearlo "Dulces sueños, Dimitri, no tardaremos mucho en vernos." Y con eso le di un golpe en la frente con la culata de la pistola dejándolo cao al instante. Estaba sangrando bastante, y la verdad no quería que se muriese así, se merecía sufrir, por lo que le arranqué una manga de la chaqueta y le hice un torniquete para evitar que sangrase tanto como lo estaba haciendo.
Estaba terminando de hacerle el torniquete cuando noto un golpe en la parte de atrás de mi cabeza que hace que vea doble y me duela de cojones, pero a pesar de eso todo, golpeo con todas mis fuerzas al tipo que se había tirado encima de mí. Tener a este tipo encima de mí me hacía recordar el tiempo en el que me violaban día sí y día también, y no podía evitar estar asustada y tener miedo, pero no iba a dejar que eso me nublase el juicio en este momento, tenía que salir de aquí, volver con mi hija y recuperar lo que era de mi familia, ese era mi objetivo número uno, bueno, eso, y vengarme de los rusos.
Escuché como uno de los hombres de Dimitri dijo que lo cogiesen, para mi suerte, en esos doce años encerrada, aprendí ruso, es una gran ayuda en este momento, pero estaban equivocados si pensaban que iba a permitir que se me escapase su querido jefe, ni muerta lo permitiría.
"Eres una hija de puta, pero pagarás por lo que le acabas de hacer a nuestro jefe." Dijo el tipo con un fuerte acento ruso "Ni en tus mejores sueños, estúpido." Conseguí alcanzar la navaja que tenía en la bota y se la clavé en el estómago varias veces. Notaba un líquido correr tanto por mi cabeza como por mi estómago, pero eso era bueno, al menos sé que ese tipo se iba a morir.
"¡¡¡¡Ale!!!!" Para suerte mía, Megan y Diego estaban por llegar junto a mí y sacarme a este tipo de encima, pero antes de que esos estúpidos se llevasen a Dimitri, lancé la navaja al tipo que se lo estaba llevando, acertando de pleno en el pecho. Parece que no cambiarían en la vida, siempre de gallitos y que no les pasaría nada, y al final morían por no llevar el chaleco antibalas. Estúpidos a mí pensar.
Supe el momento en el que el tipo que tenía encima se murió porque de repente, todo su peso acabó encima mía, dejándome un poco sin aire, pero Megan no tarda mucho en llegar, y con la ayuda de Diego me lo sacan de encima, haciendo que la primera no tarde en darme un abrazo de oso.
"Mierda… pensé que te había perdido… o que ese tipo te estaba haciendo algo… ¿es que acaso te has vuelto loca o qué te pasa? Tienes una hija en la que pensar… no te puedes permitir estar sola y que te pase algo… no me puedes dejar a mí sola…"
La abracé en el momento justo que se echó a llorar. Puede ser que fuese lo más estúpido haber ido sola por la casa teniendo en cuenta que todos nos odiaban en esta casa, y eso que ellos no sabían que estaban los rusos, porque si lo llegan a saber, ni de coña me dejarían ir a mí sola.
"Estoy bien… pero yo de ser tú me apartaría." Le dije apartándola de mi para evitar que se manchase de sangre "¿Por qué?" dijo mirándome de arriba abajo "No quiero que te manches de sangre."
"Eso es lo de menos… ¿Cómo llegó la sangre a tu cabeza?" Ya ni me dejó contestar, me hizo girar la cabeza, debo decir que nada delicadamente, y empezó a examinarme la cabeza. "Yo los mato… es que los mato. Dime cuál de estos imbéciles fue el que te hizo esto." Preguntó cargando el arma "El que me sacasteis de encima, pero estoy bien, de verdad. Tú asegúrate de que Dimitri no se escape."
"¿Qué?" dijo girándose en mi dirección sin entender nada "Tenemos a Dimitri, Megan." Empezó a mirar para todos lados, hasta que se dio cuenta de la figura que estaba a un par de metros de mí. Se levanta, se acerca lentamente y después de un par de segundos de mirarlo, le da una patada en sus partes.
"¿Dónde está Stefan?" preguntó levantando el arma por sea caso andaba cerca nuestra "No estaba." Dije mirándola "Eso es imposible… estos dos no se separan." Se giró para mirarme y ver si estaba hablando en serio "Pues lo han hecho… tenemos a uno de los rusos."
"Algo es algo… mientras no pillamos a Stefan podemos distraernos con este." Dijo con una sonrisa diabólica en su rostro "No te olvides de Leo y sus hombres." Su sonrisa se amplió más haciendo que en la mía apareciese una pequeña sonrisa "De esos también nos encargaremos. Me da la sensación de que tenemos mucho trabajo que hacer, querida hermana."
"Sí, pero por ahora llevémoslos a la bodega, busquemos a alguien para que limpie la casa para mañana temprano y preparemos el entierro de papá, no podemos dejar que mamá se encargue de eso sola." La sonrisa desapareció de su rostro a la tristeza que tenía presente desde ayer cuando nos enteramos de que Francesco había muerto "No podrá ella sola…" dijo prácticamente en un susurro "Vámonos a casa. Diego, encárgate que los mejores hombres estén custodiando a esos estúpidos, pero sobre todo a este estúpido."
"Me encargaré personalmente de ello." Dijo, haciendo un par de llamadas "No, necesito que te vengas a la suite con nosotras." Dije, porque era donde lo necesitaba en este momento. Los chicos se encargaron de coger a Dimitri y llevarlo a la bodega mientras que Diego y Megan estaban conmigo y me iban a ayudar a levantarme, pero me mareé tanto que tuve que volver a sentarme en el suelo.
"Vente anda, te llevaré yo. ¿Conduces Megan?" Diego se agachó para cogerme en brazos, que a pesar que no me gustaba, en este momento estaba demasiado cansada como para moverme por mí misma. "¿Te encuentras bien?" preguntó preocupada mi hermana y acercándose a donde estábamos "Sí… sólo me mareé… todo me da vueltas."
"Eso debe de ser por el golpe que te llevaste. En cuanto lleguemos a la suite te lo miraré y me aseguraré que no tienes nada." Dijo Diego levantándose conmigo en brazos "Más te vale Diego, porque como le pase algo a mi hermana, te mato con mis propias manos." No pudo evitar reírse al parecer, lo que hace que Megan lo mire enfadada "No te preocupes, no permitiré que le pase nada. "
"¿No será mejor que llame a un médico para que la atienda?" preguntó Megan, preocupación evidente en su rostro. "Lo tienes justo delante, asique deja de preocuparte." Dijo, y estoy segura de que no tenerme en brazos, estaría señalándose a sí mismo "Yo pensé que eras navy." Dijo confundida por un momento.
"Y lo soy, pero estudié medicina." Una sonrisa apareció en mi rostro, porque sé que eso no le iba a gustar a Megan "No dejaré que uses a mi hermana como conejillo de indias." Se cruzó de brazos delante nuestra para evitar que anduviésemos "Megan, está bien… no será la primera vez que me cura…" dije.
"¿Por qué? ¿En qué líos te metiste, Ale?" pasó a mirarme, con enfado visible en su rostro "En ninguno, sólo eso." Dije cansada, no quería tener esta discusión en este preciso momento "Duérmete hermosura, te cuidaré y no dejaré que Alison te vea así." Miré hacia arriba, porque eso último me encantaría la verdad "¿Me lo prometes?"
Asintió y con eso dejé que mis ojos se cerrasen, porque realmente, estaba demasiado cansada. No había dormido por prácticamente una semana, y eso en este mismo momento me estaba pasando factura, por no decir que estaba demasiado cómoda en los brazos de Diego, él era el único hombre en este momento que me podía hacer sentir segura, sé que estaré bien y que no dejará que nada me pase, y se lo agradezco de todo corazón.