POV MEGAN
En este mismo momento estaba echando humo por todos lados. Al parecer mi hermana había decidido enviar al guardaespaldas a casa sin ella, y por mucho que intentásemos que nos dijera donde estaba, no sacábamos nada de él. Si algo me quedó claro es que harán lo que le digamos.
Eran las cinco de la mañana y estaba preocupada por lo que le podía pasar a mí hermana para no aparecer por casa a esta hora. Sólo espero que los rusos no la hayan cogido por su terquedad de no querer tener un guardaespaldas con ella. En momentos como este es cuando quería acabar con ella.
"Debes tranquilizarte, estoy seguro que está bien." Dijo Diego desde el otro sofá "No me puedo tranquilizar si no tengo ni la menor idea de donde está mi hermana. No puedo entender cómo es que puedes estar tan tranquilo." Miré por la ventana a ver si la veía por algún lado, pero no, y me cabreaba más.
"Porque sé cómo es tú hermana y que no dejará que le hagan nada. Es más, es demasiado complicado que le puedan llegar a hacer algo, es demasiado inteligente, con una gran intuición y entrenamiento. ¿De verdad piensas que le puede pasar algo?" dijo, pero no tenía que decirme nada de eso, al final ya lo sabía. Eso no implicaría que no me preocupase por ella, porque sé mejor que nadie como se pone en caso de que algo le afecte mucho, y lo que dijo Dimitri pareció tener ese efecto.
"Puede ser que tenga todo eso, pero los rusos andan por ahí fuera y como le pase algo te juro que la mataré yo misma en el momento que la encuentre." Me giré en su dirección con los brazos cruzados. "Va a estar bien, tranquilízate." Diego se levantó y se vino a mi lado "No tengo el lujo de poder estar tan tranquila como tú en este momento."
"No estoy tan tranquilo como aparento. Mejor, ¿por qué no me cuentas algo?" Elevé una ceja, porque si algo parecía estar tranquilo, pero supuse que era bueno en enmascarar sus sentimientos. ¿Qué quieres que te cuente? Pregunté "Algo de lo que dijo el ruso."
Me quedé mirando para él un par de minutos, porque no tenía ni la menor idea de lo que podría saber yo de algo que se dijo allí dentro, es más, no tengo ni la menor idea de gran parte de las cosas. "Hay muchas cosas que dijo que no tengo ni la menor idea, pero pregunta."
"Dijo algo de que ella se llevaba todas las palizas por ti. ¿A qué se refería?" preguntó, y eso era de las pocas cosas que podía responder "¿No te lo contó?" pregunté sorprendida, porque hasta donde yo sabía, le había contado bastantes cosas de lo que había pasado allí dentro.
"No me contó gran cosa que digamos, sólo lo básico debo suponer, que estabais encerradas en algún lugar, que lograsteis escapar y que tanto Francesco como Analissa os acogieron." Asentí, porque lo era "Eso y Alison. Pero lo que dijo es cierto." Dije "No entiendo." Me fui al sofá para sentarme y acomodarme un poco, esta no era una conversación que me gustaba tener y no era algo de lo que Ale y yo hablásemos, nunca lo habíamos hecho.
"Recuerdo que estábamos en una habitación como diez chicas, y no sé, desde el principio, como que conectamos. Nos apoyábamos la una a la otra y compartíamos una historia similar la parte que me contó en aquel momento. Recuerdo que cuando venían a por mí después de que me dieran una golpiza que no pude levantarme en una semana, siempre impedía que me hiciesen algo, o al menos siempre que estaba. Debo admitir que, desde ese día, los clientes como ellos les decían, me trataban mejor." Dije "¿Crees que ella tuvo algo que ver con eso?" asentí, porque tengo más que claro que ella tenía algo que ver.
"Estoy segura de que algo tuvo que ver. No sé qué trato hizo con los rusos, pero fue lo que hizo." Se quedó mirando para mí un par de segundos sin entender demasiado "¿Y nunca te lo dijo?" negué
"No, pero sé de sobra que algo tuvo que haber hecho. También desde esa, era ella la que llegaba peor, y a pesar de que le pedí millones de veces que no hacía falta que no tenía que tomar mi lugar, nunca dejó de hacerlo, es como si no escuchase nada de lo que le decía."
"Lo hacía porque te quiere." Dijo poniendo su mano sobre mi rodilla "Es posible, pero era ella la que llegaba peor. Puedo apostar que un día casi la matan de la golpiza que le dieron." La cara de Diego me dejo más que claro que no tenía ni la menor idea de eso, y estoy completamente segura de que Ale no se lo contaría a nadie "¿Tan mal estuvo?" preguntó en un susurro y yo asentí.
"Creo que era la primera vez desde que estaba allí que vi de lo que eran capaces de hacer esos animales. Desde ese día decidimos entrenarnos para salir de allí, era lo mejor que podíamos hacer." Dije con una pequeña sonrisa "Y lo conseguisteis." Asentí "Sigo sin saber muy bien cómo es que lo logramos. Tenía demasiado miedo de lo que nos pudiese pasar en caso de que nos pillasen. Incluso tuvimos que golpear a Stefan por el camino."
"Sois las mujeres más fuertes que conozco, de verdad. Os veo como mis hermanas pequeñas, y puedes tener por seguro que no dejaré que nadie os haga nada, antes tendrán que pasar por encima de mi cadáver." Puse mi mano sobre la de él y dejé mi cabeza sobre su hombro. Ahora entendía por qué Ale se sentía tan cómoda con él, era fácil de hablar con él.
"Puedo ver el porqué de que Alexandra confíe en ti como lo hace. Eres bueno escuchando." Dije "Pues estaré ahí siempre que lo necesites. Incluso si lo único que quieres hacer es gritar o llorar." Justo cuando le iba a contestar, Alexandra aparece por la puerta y debo decir que, con una sonrisa en el rostro, que no es que me alegre, que lo hace, pero teniendo en cuenta como estaba hace un par de horas se me hace raro. Al parecer iba tan metida en sus pensamientos que empieza a dirigirse escaleras arriba, de no ser que yo se lo impido.
"¿En serio Ale? ¿No podías tener al guardaespaldas contigo hasta que volvieses a casa?" dije, levantándome del sofá y yendo hacia ella "No, no lo necesitaba. Ahora si me dejas me voy a cambiar que dentro de un rato nos reunimos con todos." Por un momento me había olvidado de eso y sé que más tarde me arrepentiría de no haber dormida algo, no que pudiese haberlo hecho en caso de intentarlo.
"Mierda… se me había olvidado." Susurré "Pues ya estoy aquí para recordártelo, ahora si me dejas…" Y con eso se fue escaleras arriba sin dejarnos decir nada más. De verdad que en momentos como estos es cuando más odio a Alexandra, por mucho que la quiera, siempre hace lo que le da la gana.
"¿Qué fue eso?" preguntó Diego a un par de pasos de distancia "No tengo ni la menor idea, pero se veía más contenta que cuando se fue de la oficina." Medio susurré, pero era cierto y extraño a la misma vez "¿Tú crees que tiene algún novio por ahí que no nos quiera contar?" no pude evitar reírme, porque si había algo que Ale no soportaba, era tener a un tío demasiado cerca de ella, siempre se tensaba en cuanto había alguno a menos de cinco metros de ella.
"¿Quién? ¿Alexandra? Lo dudo, si hay algo que no hace, es confiar en los tíos." Dije una vez pude dejar de reírme "Pero ese problema lo tenéis las dos." Me giré para mirarlo, y Diego tenía los brazos cruzados con una pequeña sonrisa en su rostro "Sí, pero créeme, ella mucho peor que yo."
"Entonces, ¿te puedo decir algo sin que te enfades?" y esa simple frase ya hizo que frunciese el ceño "¿Por qué me iba a enfadar?" pregunté "Teniendo en cuenta como reaccionaste en el momento que los viste…" dijo sin acabar de decir lo que estaba pasando por su mente, pero me podía hacer una ligera idea de que estaba hablando "¿De qué hablas?" pregunté igualmente para asegurarme de que era eso de lo que estábamos hablando.
"¿Recuerdas cuando Ale apareció esta mañana con el chico ese?" preguntó "Sí, ¿qué pasa con él?" No entendía a que venía eso. Si me enfadé es porque una, a Ale no le gusta tener a un chico cerca de ella y veo complicado que de la nada, le guste tener al menos uno, me lo hubiese dicho en caso de ser así, y dos, no me fiaba de nadie que estuviese demasiado cerca de mi hermana.
"Pues que él se puede ver que está coladito por tu hermana…" cogí una bocanada de aire, sorprendida por lo que había dicho Diego. No tenía sentido, el chico no la conocía de nada, y mucho menos Alexandra, pero, por otro lado, gran parte de los tíos de la universidad lo están. "¿Y eso qué? Mucha gente lo está."
"Pero pienso que ella puede sentir algo por él también." Empecé a reírme, pero cuando vi que lo decía en serio, paré y me quedé mirando para él un par de segundos "¿Por qué lo dices?" pregunté, porque esa sensación no la había tenido yo.
"No sé, desde que la conozco no la vi tan cerca de un tío, y mucho menos llorando y abrazarla." Me quedé pensando un momento, y tenía que darle la razón. Ya era raro que llorase delante nuestra y que nos dejase que la abrazásemos como si nada, solo Alison y yo tenemos ese privilegio "Es cierto… Entonces crees…" le pregunté, incapaz de terminar la frase "No lo sé, pero me gustaría saberlo."
"Entonces hacemos algo, tú te encargarás de investigar qué es lo que hace mi hermana y todo sobre ese tipo. Si cabe la posibilidad de que ella sienta algo por ese tipo me quiero asegurar de que no le hará nada a mi hermana." Una sonrisa apareció en el rostro de Diego, el cual acabó por cruzarse de brazos "Vaya, que sobreprotectora." Dijo y yo bufé. Sé que lo era, no hacía falta que nadie me lo dijese.
"Es lo menos que puedo hacer después de todo lo que hizo por mí allí dentro, y, además, no quiero que ni ella ni mi sobrina sufran, asique haré todo lo que esté en mi mano para evitarlo." Diego asintió "Te ayudaré con eso." No pude evitar sonreír, estoy segura de que Diego me podía ayudar en muchas más cosas relacionadas con Ale "Realmente nos podemos llevar bien." Le dije
"¿Es que acaso te esperabas otra cosa, linda?2 en cuanto dijo eso último, no pude evitar que apareciese una mirada asesina en mi rostro, no me gustaban esa clase de palabras, me hacía recordar a cuando estábamos en el club, y quería que esos recuerdos siguiesen lo más enterrados posibles.
"¿Qué me acabas de llamar?" le pregunté, dejando claro que no me gustaba lo que había dicho "Lo que escuchaste, y antes de que empieces como lo hizo tu hermana en su día, no pienso llamarte otra cosa. Claro está que no lo haré delante de las personas que trabajan para vosotras." Dijo "Tú también trabajas para nosotras te recuerdo." Asintió "Lo sé, pero soy distinto a los demás."
En eso, Alexandra baja ya cambiada y con su sonrisa en el rostro. Se fue hacia el jardín y nosotros nos dirigimos a nuestros dormitorios para cambiarnos para lo que sea que quiere hacer mi hermana a estas horas de la mañana. Cuando llegamos allí, ya estaban todos los guardaespaldas, por lo que tanto yo como Diego nos pusimos a su lado mirando hacia estos que tenían cara de no entender nada.
"Muy bien, me alegra ver que sois puntuales, pero lo que me importa en este momento es deciros lo que tenéis que hacer. Eso no quiere decir que os vaya a decir como tenéis que hacer vuestro trabajo, porque eso lo sabréis mejor que nadie. A lo que me refiero es a los pasos que tenéis que seguir, porque a pesar de que seamos una mafia, no quiere decir que quiero que se enteren de que esta mafia sigue en pie. Para empezar, siempre que salgamos a cualquier cosa que no sea como labor de guardaespaldas, llevareis chaleco antibalas, incluso si estáis vigilando la casa, si algo hemos aprendido yo y mi hermana en estos años es que los trabajadores como vosotros se creen mucho y que nada puede derrotarlos, y nosotras lo menos que queremos es que os muráis. Segunda, usareis silenciadores, siempre, pero sobre todo en la casa. Tercera, nada de dejar pruebas en un cadáver, el mínimo fallo en eso, y os mato yo misma y última en base a la formación, todos los días tendréis que entrenar, me importa un bledo que seáis los mejores, aquí se entrena. Obviamente lo haréis por turnos mientras unos vigilan la casa, los otros entrenaran y se puede decir que tendréis turnos de trabajo. ¿Alguna duda en esto?"
Todos asintieron, y se puede decir que la Alexandra que tenía en este momento delante de mis narices era muy distinta a la que estuvo en la reunión con los socios, por lo que supongo que lo que le pasase mientras estuvo fuera, tuvo que ser bastante bueno.
"Vale, ahora, la parte organizativa y la que todos odiamos. Diego será el que se encargue de dirigir la seguridad de esta casa, y si necesitáis cualquier cosa, podéis dirigiros a él o a nosotras. Mi hermana y yo seremos las jefas como debéis saber. Otra cosa que debéis saber es que en esta casa hay una niña de la cual no tiene ni la menor idea de a lo que me dedico y eso tiene que seguir así, por lo que dentro de casa no tendréis a la vista las armas a no ser que sea caso extremo necesario. Cómo mi hija vea una sola arma dentro de la casa, acabareis en el Mediterráneo. Otra cosa importante es mi familia, cada una tendrá un guardaespaldas y más os vale hacer vuestro trabajo bien, porque si no tendremos un problema. ¿Queda entendido?"
Volvieron a asentir. Debo decir que me gustaban estos chicos, me da la sensación de que, si puedo confiar en ellos, y eso es lo mejor que nos puede pasar en este momento la verdad. En ese momento, Alexandra da un paso adelante y se saca la chaqueta, lo que ya no me da tan buena espina.
"Bueno, ahora quiero comprobar una cosa y espero que hagáis lo que tenéis que hacer, no quiero arrepentirme de contrataros, eso sí, no os preocupéis, no os pienso matar por esto." Dijo, y eso no me daba buena espina "¿De qué hablas Ale?" pregunté acercándome a ella "Un par de ellos se enfrentarán a mí."
No pude evitar que mis ojos aumentasen de tamaño. ¿Es que acaso se había vuelto loca? No hace más que un par de días se había llevado un buen golpe en la cabeza, y a pesar de que no decía nada, sé que le dolía. "¿Te has vuelto loca? ¿Te recuerdo que no hace mucho te llevaste un gran golpe en la cabeza?"
Ale se giró en mi dirección y con una pequeña sonrisa que se suponía que me tenía que tranquilizar, puso una mano en mi brazo "Estoy bien de eso, asique deja de asustarlos, y tú, enséñame lo que sabes hacer."
El chico al que señaló se acercó a ella temeroso y ella seguía con esa sonrisa plasmada en el rostro, pero al menos no era la misma que tenía al entrar en casa, sino que era una que siempre ponía cuando entrenábamos.
El chico se fue a por ella, pero no tardó nada en acabar en el suelo, y así un par más. Estoy más que segura de que estaban intentando no hacerle el más mínimo daño, y también estoy más que segura de que Ale se estaba dando cuenta por la cara que tenía en este momento.
"Fabio, espero que no me defraudes." Dijo con una sonrisa y el guardaespaldas que había ido con ella mostró una pequeña sonrisa "No lo haré, señorita." dijo, sacándose la chaqueta "Eso lo veremos en este momento."
El chico no tardó nada en ir a por ella, y este si parecía que no iba a ponerle las cosas fáciles a ella, hasta que acaba en el suelo y no tardo nada en ir a junto a ella. Esto era mala idea. "¿Tú eres estúpido o que te pasa? ¿Qué parte no entendiste de que se llevó…?" iba a ir a por él, pero Ale me coje del brazo y hace que me quede allí plantada, sin moverme.
"¿Te quieres calmar?, estoy bien. Al menos es el único que hizo lo que se le pedía. Espero que para la próxima os fieis de lo que digo. Ahora todos a sus puestos, los entrenamientos empezarán a las siete de la mañana." Con eso empezaron todos a irse a sus puestos mientras nosotros tres nos quedamos en el jardín, Diego y yo mirándonos sin entender que es lo que estaba pasando en este momento por la cabeza de Alexandra.
"¿Me puedes explicar a qué vino esto Ale? Te recuerdo que no estás recuperada del todo para hacer eso que acabas de hacer." Ale se levantó del suelo y se limpió el pantalón "Estoy bien, y ahora si me permitís, tengo muchas cosas que hacer antes de que se despierte mi hija."
Y con eso salió del jardín. De verdad, se puede decir que en este mismo momento desconocía a mi hermana, y quiero saber qué es lo que había pasado en ese tiempo que estuvo sola para que esté así de tan ben humor.
POV ALEXANDRA
Sé que, en este momento, tanto Megan como Diego estaban pensando que era lo que me pasaba, porque si algo sé, es que sé que ellos se deben estar preguntando de donde salió mi buen humor repentinamente, pero no les iba a decir que la razón de mi buen humor repentino era Hugo. Era un gran chico y muy majo, puede que hasta podamos llegar a ser amigos en algún momento, pero de momento seríamos conocidos como él dijo.
Me fui directamente al despacho de mi padre para ordenar un par de papeles más antes de ir a despertar a mi princesa. Eran las seis y media de la mañana y tenía tiempo suficiente para hacerlo. Otra cosa que tenía que hacer era conseguir a mi guardaespaldas. Sé que Diego quería serlo, pero él tenía que encargarse de Alison, no podía fiarme de nadie más para estar con ella, y aparte está que él es bueno con los niños, asique no podía conseguir mejor guardaespaldas para ella. Cogí el móvil para marcarle a Fabio y que viniese al despacho de mi padre cuanto antes.
"¿Puedo pasar, señorita?" dijo Fabio desde la puerta "Claro" acabé de mirar los papeles y los dejé a un lado en el momento que estaba delante de la mesa "¿Para qué soy bueno?"
"Como sabrás, voy a necesitar un guardaespaldas ya que Diego se encargará de la seguridad de mi hija, y después de todo lo que hemos pasado en este último par de horas, me fio de ti, asique quiero que seas mi guardaespaldas." Dije echándome hacía atrás en la silla y mis dedos entrelazados "¿En serio?" preguntó sorprendido.
"Sí, te ganaste mi confianza. Más te vale no perderla." Dije, seriamente, porque como la perdiese lo más probable es que acabase en el Mediterráneo "No lo hará, se lo agradezco, señorita." Asentí y le señalé para que se sentase, lo cual acabó haciendo"
"Antes de nada, quiero que me llames Alexandra, nada de señorita y que no me trates de usted." Asintió "Segunda, ya te adelanto que entrenaremos juntos un par de veces a la semana temprano." Volvió a asentir, haciendo que apareciese una sonrisa en mi rostro, este chico empezaba a caerme mejor. "Tercera, tendré que ir a la universidad un par de días antes de que empiecen las vacaciones y tendrás que venir conmigo, pero no irás con el traje."
"¿Y cómo quieres que vaya?" preguntó "Irás como si fueras un estudiante más." Dije. Si algo odiaba más que a nada en el mundo, era que el resto se fijase en mí, y con alguien tres de mi trajeado, hacía que esa atención prácticamente no se fuese.
"¿Y no crees que pondrán alguna pega por no ser estudiante?" preguntó "No te preocupes por eso, digamos que estás algo así como matriculado." La sorpresa se hizo evidente en su rostro lo cual hizo que una pequeña sonrisa apareciese en mi rostro "¿Y no será una pérdida de dinero para ti?"
Negué, porque si algo me sobraba en esta vida era dinero y sentirme más o menos normal me ayudaría un poco al menos en toda la locura que era mi vida "Eso es lo de menos, asique no te preocupes."
"¿Sólo eso?" preguntó "Eso y que no te tomes a mal mi mal humor, no quiere decir que esté enfadada contigo." Volvió a asentir y se cruzó de piernas "Podré lidiar con ello."
"¿Te gustan los niños?" pregunté, porque eso era algo muy importante si iba a ser mi guardaespaldas "Claro, ¿por qué lo pregunta?" preguntó "Al ser mi guardaespaldas, pasarás mucho tiempo con mi hija, es un poco tímida al principio, pero buena, y no lo digo porque sea su madre."
Una sonrisa apareció en su rostro, lo que hizo queme relajase. Podía ver claramente que hablaba en serio "No lo dudo."
"Ahora te puedes ir a descansar, y gracias por no decirle nada a Megan y a Diego de donde estaba." Dije agradecida. Sé cómo era Megan cuando quería saber algo, y que él no se lo dijese era una de las razones por las que lo quería como mi guardaespaldas. "Es lo que me había ordenado. Sólo me limité a seguir lo que había dicho."
"Me alegra saber eso, a partir de ahora podemos intentar ser amigos, pero que no se te olvide que antes de amigos soy tu jefa." Asintió y se levantó de la silla "Ahora puedes ir a descansar un rato. Salimos a las once."
"¿A dónde vamos a ir?" preguntó, abrochándose la chaqueta "Te lo diré por el camino." Dije, centrándome de nuevo en los papeles "¿La señorita Megan y Diego se tienen que enterar de esto?" preguntó.
"No, no se tienen que enterar. Si preguntan, iremos a la universidad, cosa que en parte es cierto." Dije mirándolo por un par de segundos "Se lo diré en caso de que pregunten." "Perfecto, ahora ve y descansa un rato. Será un largo día. Más tarde te presentaré a mi hija."
Una sonrisa apareció en su rostro "Será un placer conocerla." Y con eso salió del despacho y me puse a ordenar todos los papeles que estos habían desordenado. La verdad no entiendo como querían llevar la mafia teniendo todo como lo tenían cuando llegamos, pero al menos ese estúpido ya estaba muerto, y es lo que me importaba en este momento.
POV HUGO
Desde la primera vez que la vi, no pude sacar esos ojos de mi mente, pero ahora que había hablado un poco con ella, menos podía. Creo que me estaba enamorando de una completa desconocida, y a pesar de que no la conocía prácticamente nada, siento que puedo confiar en ella, no lo sé, es una cosa rara.
En este mismo momento estaba en el trabajo intentando encontrar alguna pista del asesino misterioso, y no teníamos nada, pero nada y eso era imposible, no podía ser tan bueno.
"Tenemos nuevo cadáver." Dijo Derek cuando llegó a su mesa "¿Otro?" pregunté no tan sorprendido y pensando en la pobre familia de esa persona "Sí, y si es quien se dice quién es, tenemos un problema."
Fruncí el ceño porque no estaba entendiendo nada de lo que estaba hablando "¿Quién se dice que es?" pregunté, lleno de curiosidad "Leonardo."
"¿La mano derecha del Titano?" pregunté sorprendido, porque ahora esto sí que no pintaba para nada bien "Ese mismo." Dijo cogiendo un par de papeles y su chaqueta "Vamos." Cogí mi arma, la chaqueta y salimos de allí para dirigirnos al lugar donde habían encontrado el cadáver de este tipo. Nada más llegar allí nos acercamos para confirmar si era él o no, y por desgracia lo era.
"Al parecer la mafia italiana se queda sin líder." Dije más para sí mismo que para él "¿Quién querría acabar con él?" preguntó. Todo esto solo parecía ponerse peor en vez de ir a mejor, y ahora con la muerte del Titano y Leonardo, no tengo ni la menor idea de lo que pueda pasar.
"Pues gran parte de las mafias. Recuerda que la mafia italiana es de las más grandes que hay en este momento a nivel mundial. El problema ahora es quien coño está dirigiendo la mafia." Dije "¿Y si se disolvió?" preguntó cómo esperanzado, haciendo que yo negase. No se iba a disolver una mafia tan grande así de la nada "Lo dudo, alguna de las otras mafias la tuvo que coger."
"¿Y cuál de ellas?" preguntó, girándose ligeramente en el asiento para mirarme "Algo me dice que los rusos, tendrán que aprovechar ahora que están por aquí." No me puedo imaginar que alguien desaprovechase esa oportunidad, y después de la mafia italiana, la rusa era otra de las más grandes, estaban en Italia, ¿Qué mejor manera de conseguir más poder y hacerse la mafia más fuerte del mundo"
"Eso puede ser." Se volvió a girar, mirando hacia el frente "Entonces tenemos que ponernos a investigar." Nos fuimos de allí sin decir muchas más palabras. ¿Quién mierda dirigía ahora la mafia italiana? Todo esto era muy raro, de verdad lo digo y teníamos que resolver esto antes de que se nos fuese de las manos, pero algo me decía que estábamos cerca de saber quién era el que estaba detrás de estos asesinatos, no sé por qué, pero es la sensación que tenemos.
Una vez acabamos el día sin descubrir nada nuevo decidí ir a un bar cerca de mi piso, más específicamente, en el que me encontré con la chica D'angelo. Me tenía loco y eso que casi ni la conocía, todo era muy extraño, pero me gustaba pasar tiempo con ella y haría todo lo que estuviese en mi mano para que al menos, se sienta cómoda conmigo, ya no pido más, solo que se sienta cómoda y ser amigos si se da la ocasión.
POV ALEXANDRA
En este mismo momento estábamos en la bodega con Dimitri. Después de pasar por la universidad para hacer uno de mis últimos exámenes, Fabio y yo nos fuimos derechitos para allí. Tenía que evitar que tanto Diego como Megan se enterasen de todo lo que me habían hecho allí dentro, mucho menos de que antes de tener a Alison, iba a tener un hijo que estos hijos de puta habían matado.
"Se ve que no te cansas querida… Mi hermano y yo hemos cometido un error pensando que eras la misma chica de hace años." Bufé, porque era cierto "Claramente. Evidentemente no me voy a cansar, me vas a pagar por todo lo que pasé allí dentro." Dije cogiendo la navaja de la mesa "Al menos podrías hacérselo a mi hermano."
"Vaya, que cariño le tienes a tu hermano." Dije irónicamente. "En estos últimos años hubo diferencias entre nosotros." Bufé de nuevo, porque siempre las hubo y no me va a ver ni un solo pelo de estúpida "Como siempre las hubo."
"Si, siempre las hubo, pero Stefan os quiere encontrar tanto a ti como a la pequeña para mataros." Rodé los ojos, porque eso era algo que ya sabía, no hacía falta que este viniese a decírmelo "Como si tú no quisieses lo mismo, estúpido."
"No quiero que acabéis muertas. Al fin y al cabo, eres la madre de mi hija y ella es mi hija, no sería capaz de hacerle nada." Dijo, y eso hizo que momentáneamente me parase, pero no demasiado tiempo y me giré para mirarlo.
"No te equivoques, es mi hija. Tú no eres nada para ella." Dije acercándome un par de pasos a él "Por mucho que intentes convencerte de eso, sabes que lo que te digo es cierto." Dijo, lo que me enfadaba, porque no era para nada cierto. Puede ser que fuese el que me embarazó, pero no era el padre de mi hija.
"No lo es. ¿De verdad pretendes que te crea que no serías capaz de hacerla nada a mí hija cuando mataste a nuestro hijo mientras estaba allí dentro?" pregunté irónicamente "Eso es porque tenía que hacerlo si quería que los dos estuviésemos vivos al final de la noche." Me reí, de los mejores chistes que me contaron en la vida.
"Si claro, ahora me vas a decir que lo hiciste para salvar nuestra vida." Dije acercándome a él y parando delante suya "Por mucho que te cueste creerlo querida, eso es cierto, y también sé que todo esto que me estás haciendo lo tengo merecido, no me quejo con eso, pero te puedo ayudar a acabar con mi hermano."
A pesar de que era tentadora la oferta, no iba a caer en sus juegos, no era tan estúpida como para creerlo, no después de todo lo que me hizo. "No voy a caer en eso tan fácil Dimitri." Dije dándole un golpe en la sien. Debo decir que me sentía genial poder hacerle una parte del dolor que me había hecho a mi durante los años que estuve encerrada.
"No lo estoy diciendo para que me sueltes o para que acabes por no matarme, te lo estoy diciendo en serio. A lo largo de los años me he dado cuenta de que mi hermano se ha vuelto un loco del poder y hace cosas que hace años dijimos que no haríamos." Dijo, sacudiendo la cabeza "Si claro, y yo te creo." Dije, pensando que es lo que haría ahora.
"Por primera vez en mucho tiempo estoy diciendo la verdad Alexandra." Me paré en seco, porque esa mirada nunca la había visto en él y había algo que me desconcertaba en todo esto "Supongamos que te creo, ¿Qué ganas con esto?" pregunté.
"Nada, como te dije no quiero nada, me merezco todo esto que me está pasando. Haré todo lo necesario y os daré la información necesaria para acabar con mi hermano." Negué, porque eso era demasiado fácil. Si hubiese querido eso desde el principio, ya habría liberado a las chicas antes de que alguien le pudiese hacer más daño. "No me fio."
"Entiendo que no lo hagas, pero te lo digo en serio. Espero que en algún momento lo creas." No me fiaba de este tipo para nada, pero por su lenguaje corporal y esa mirada que tenía parecía que decía la verdad. ¿Es que en serio estaba pensando vender a su hermano a nosotras que sabe cómo acabaría? No, eso no podía ser cierto, lo que estaba haciendo era intentar salir de aquí para acabar con nosotras y llevarse con él a mi hija, o peor, matarla y eso está claro que no iba a permitir que pasara.
"No sé cómo pretendes que te crea, si hace un par de días estabas diciendo que tu hermano no tardaría nada en darse cuenta de faltabas y que vendría a por nosotras." Dije "Eso es porque ahora no tengo otra cosa que hacer que no sea pensar. Te das cuenta de todo lo que hiciste, y se puede decir que desde hace mucho que no hago algo que no sea bueno, por eso quiero ayudaros, tanto a ti como a Megan. Sé que no saldré de aquí vivo, y para demostrarte que no voy de farol déjame decirte que mi hermano está rodeado de mercenarios rusos y os tiene demasiado asco." Dijo, como si eso fuese algo nuevo para mí.
"Dime algo que no sepa ya." Rodé los ojos y me crucé de brazos "Lo que supongo que no sabrás es que Stefan no os odia desde que os escapasteis sino de mucho antes. Sobre todo, a ti" Dijo, y eso no tenía sentido, porque yo no conocía a ese señor de nada como para que nos tuviese asco. "Si no nos conocía de nada."
"Eso mismo le dije yo, pero es lo que hace. Si quieres saber el por qué debes investigarlo por tu cuenta. Hay uno de sus guardaespaldas que se vende por lo que sea, odia a mi hermano por el trato que les da. Se apellida Smirnov y él te dirá todo lo que necesitas, incluso los movimientos que pueda hacer mi hermano. Si buscas en mi teléfono encontrarás su número." Dijo "¿Sabes qué? Estoy harta de tanta charla, mejor pasemos a lo que vine."
Después de una hora salí de allí, pero debo decir que salí más molesta de lo que entré, pero en este momento no tenía tiempo para esto, tenía que ir a casa y pasar algo de tiempo con Alison, no me perdonaría de no hacerlo. Lo primero que recibo al llegar a la casa es un abrazo de Alison, el cual acepto encantada.
"¿Dónde estabas mami? Pensé que me ibas a despertar y jugaríamos." Preguntó y yo la acabé cogiendo en brazos "Tenía que ir a hacer un examen a la universidad y era temprano, por lo que no quería despertarte, pero no te preocupes que jugaremos toda la tarde si quieres, ¿te parece?"
Su rostro se iluminó completamente y volvió a abrazarme "Eso sí, antes de ir a jugar ve a lavarte las manos que tenemos que comer, no creo que quieras que la abuela se enfade." Negó y empezó a moverse para que la dejase ir a lavarse las manos, lo cual acabé haciendo, no sin antes darle un beso en la frente. "Ve, te espero en la cocina."
Con eso salió corriendo hacia el baño mientras yo me quedé allí de pie mirando en la dirección en la que se había ido. "Fabio, necesito que me consigas el teléfono." Dije sin girarme en su dirección "¿Lo va a creer?" preguntó sorprendido y a lo cual negué, porque no lo creería.
"No, pero algo me dice que no va de farol. Y ese teléfono nos puede ayudar a descubrir información." Dije cruzándome de brazos "Como quieras, iré en este mismo momento a por él." Asentí "Gracias, y dile a los que están custodiando a Dimitri que no entre nadie que no sea yo o tú."
"¿No vas a dejar a entrar a tu hermana?" volvió a preguntar, y esta vez sí que me giré "Ella menos que nadie debe entrar allí dentro. Si no quieren hacerte caso, me llamas y yo misma se lo digo por teléfono."
"Como ordenes." Dijo "Gracias Fabio." Con eso se fue y me dejó sola en el salón, pero antes de salir de la casa se giró "¿Me vas a necesitar para algo más?" preguntó "En este mismo momento no, pero más tarde me gustaría que estuvieras para que Alison empiece a cogerte confianza y más tarde entrenaremos un rato." Asintió y se giró para salir por la puerta, pero antes de que lo hiciese lo paré.
"Quédate a comer con nosotros." Dije "No es necesario que lo…" empezó, y yo elevé una ceja. "Es una orden Fabio." Asintió y cerró la puerta "¿Puedes ir a ver si mi madre necesita ayuda?" volvió a asentir y se fue a la cocina. En el momento que Fabio se fue hacia la cocina, Megan no tarda en aparecer detrás de mí y con cara de pocos amigos.
"¿Me vas a decir a donde fuiste realmente o lo voy a tener que descubrir yo?" preguntó cruzándose de brazos y no pude evitar rodar los ojos, a veces odiaba que Megan fuese tan sobreprotectora, y supongo que ella lo odiaba de mí gran parte de las veces. "No sé de qué me hablas." Dije empezando a caminar hacia el baño, y sé que la llevaba detrás "Vamos, no eres estúpida. ¿Piensas que diciendo que tienes que hacer un examen en la universidad va a colar?"
"Pues no es mentira, como sabrás, faltan un par de semanas para terminar la universidad, y no pienso tirar la carrera por la borda solo por dos semanas y todo lo que está pasando." Dije, cosa que era medio cierta "Vamos, papá había conseguido que no tuviésemos que volver allí como para que me digas que tienes que hacer exámenes." Negué, porque eso me daba exactamente igual. En este momento ir a la universidad em servía como tapadera.
"Papá lo consiguió, pero eso no implica que vaya a aceptar lo que hizo papá. Tengo exámenes que hacer, y si te piensas que me fui a cualquier sitio que no fuese a la universidad, pues ve allí y pregunta si es cierto que no estuve o no. Y ahora si haces el favor deja de cuestionar todo lo que hago porque no quiero que Alison piense que estamos discutiendo." Dije "¿Y no es lo que estamos haciendo?" preguntó.
Me giré para verla, porque puede ser que estuviésemos, o al menos ella, pero no necesitaba una niñera, y Megan es lo que estaba haciendo en este momento "Tú no yo, asique deja de decir estupideces y déjame respirar un rato."
"Esto no se queda así Alexandra y lo sabes." Dijo y rodé los ojos una vez más "Eso ya lo veremos." Con eso se fue hacia la cocina junto a los demás y antes de que Alison llegase junto a mí, respire profundo para tranquilizarme, no quería que pensase que estaba enfadada o molesta.
"Mami, ¿te puedo hacer una pregunta?" preguntó secándose las manos "Claro princesa, ¿de qué se trata?" me senté en su cama y no tardó nada en venir junto mía y sentarse en mi regazo "El señor que estaba contigo antes…"
"¿Qué pasa con él?" pregunté, pero ya me hacía una idea de lo que quería preguntar "¿Quién es?" preguntó "¿Recuerdas que tu abuelo siempre nos ponía personas para cuidarnos de personas malas?" le pregunté y ella asintió "Pues esa gente se tuvo que marchar a otro lugar y los que ver por la casa son los que se encargarán de que la gente mala nos pueda hacer algo."
"¿Son como los príncipes de los cuentos?" preguntó con una pequeña sonrisa, lo que me hizo que apareciese una en la mía "Digamos que son algo parecido a eso." Dije, porque no podía estar más lejos de la realidad, pero ella creía en eso y no iba a ser yo quien se lo negase "¿Entonces ese es el que te cuida a ti?"
"Exacto, también te cuidará a ti cuando estés conmigo, pero de eso se encargará tu tío Diego." Dije y una gran sonrisa no tardó en aparecer en su rostro. "¿El tío Diego se quedará con nosotras?" preguntó y antes de que pudiese contestar algo, aparece Diego por la puerta de la habitación "Claro que me quedaré princesa. ¿Ya te quieres deshacer de mí o qué?" preguntó con un puchero presente en su rostro "No, no quiero. Así no tendré que echarte de menos siempre que te vayas."
"Esta vez no me iré a ningún lado, princesa." Dijo acercándose y estirando los brazos en la dirección de Alison, la cual acabó saltando y corriendo en la dirección de Diego, el cual acabó por cogerla en brazos y darle un beso en la frente "Chicos, hora de comer."
Alison se fue corriendo hacia la cocina y yo iba a empezar a nadar hacia allí cuando Diego me para y hace que lo mire, al parecer él también está molesto. No sé qué le pasa a todo el mundo hoy para estar molesto, aquí la única molesta debería ser yo. "¿Me quieres decir que es eso de que nadie puede entrar a ver a Dimitri?" preguntó Diego, lo cual me deja claro que Fabio había llamado a los que estaban en la bodega y estes había querido asegurarse preguntando a Diego.
"Pues que nadie puede, y punto." Dije saliendo del cuarto de mi hija "¿Qué es lo que te pasa Ale? Estás actuando raro desde que entramos ayer por la tarde." Dijo, y no era tan así "No lo estoy haciendo."
"Vamos mujer, primero te vuelves loca en cuanto ese tipo dice algo de un hijo vuestro y lo acabas electrocutando, luego en la reunión con los socios estabas ida y de la nada acabas matando a uno de ellos y por último te largas a saber dónde y llegas de madrugada. ¿me vas a decir que eso no es actuar raro?" me preguntó, y sé que era así, pero a nadie le debería importar lo que pasaba por mi cabeza.
"No lo es, y ahora deja de estar molesto y vamos a comer antes de que mi madre se enfade." Dije "La que está enfadada es Megan." Y me encogí de hombros, porque eso lo tenía más que claro "Se le pasará."
"Creme que no, porque sabes que se acabará enterando de que diste la orden de que nadie puede entrar allí dentro, se enfadará más de lo que está ahora." Me giré en su dirección y él acabó por pararse en seco "Y cómo le dije a ella, Dimitri es mío, y la única que le pondrá una mano encima soy yo, nadie más."
"¿Qué es lo que te hizo?" preguntó con algo de tristeza en su mirada, lo que hizo que me girase de nuevo para empezar a caminar hacia la cocina "Eso no te importa, y ahora deja de hacer tantas preguntas y vamos a comer, tengo cosas más importantes que hacer que discutir con vosotros lo que hago o no."
Y con eso, me fui a la cocina dejándolo allí de pie solo. A veces me da la sensación de que me tienen por una niña pequeña que no puede hacer nada por su cuenta, pero les demostraré que están más que equivocados con eso, que era mucho más fuerte de lo que todo el mundo pensaba.