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Chapter 15 - 15. ¿Qué hago ahora?

POV HUGO

En este mismo momento debo admitir que estaba confundido por la forma de actuar de Alexandra. Estaba contento por habérmela cruzado en el bar, pero todo lo que dijo no tiene sentido ¿verdad? No, claro que no, eso no puede ser cierto, porque estoy seguro de que en caso de que sea cierto, todos estos años en mi trabajo no servirían para nada.

No sé a dónde me estaba llevando, pero la estaba siguiendo igualmente, quería ver qué era eso que me quería enseñar, pero por su cara, casi puedo asegurar que estaba convencida de que más tarde me iría. Iba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta que nos paramos en la puerta de una casa, supongo que la suya.

"¿Estás listo para saber la verdad?" dijo girándose "No estoy tan seguro de eso." En este momento estaba más confundido para entender lo que estaba pasando realmente. Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, pero algo así como de tristeza, lo que me hizo fruncir el ceño. "Pues ahora vas a ver de lo que hablo."

Entramos en la casa, nos dirigimos escaleras arriba y nos metimos en unas de las habitaciones, un despacho para ser más exacto. Esperó a que entrara y cerró la puerta con seguro, lo que hizo que me pusiera un poco alerta.

"No te preocupes, no pienso hacerte nada, es para prevenir a mi hermana y a Diego a entrar." Dijo dirigiéndose al escritorio "¿Por qué iban a querer entrar?" pregunté siguiéndola y sentándome en una de las sillas "En este despacho solo se entra o para hacer un negocio o para discutir cosas sobre la mercancía."

"¿Mercancía de qué?" Empezó a sacar papeles de todos los lugares y a pasármelos. Acabó por sentarse en el sillón de enfrente y yo lo único que hacía era mirar para ella sin entender nada.

"Si quieres entender lo que está pasando y a lo que me refería en el bar, mira esos papeles. Estoy segura que te aclararán todas esas dudas que tienes." Empecé a mirar papeles y entre estrategias para pasar la mercancía, otros eran el dinero que ganaban con la mercancía, lo que gastaban en armas. Al parecer no estaba mintiendo cuando dijo que dirigía una mafia, y no me gustaba demasiado que digamos.

"Cómo te dije, no puedes hablar antes de saber la verdad." Dijo haciendo que levantase la mirada de los papeles para centrarla en ella "¿Por qué me enseñas esto?" pregunté más confundido que nunca "Porque te mereces saber la verdad, y porque debes adorar tu trabajo."

"En este mismo momento lo estoy odiando." Dije echándome hacia atrás en la silla "No digas eso. Como te dije, no soy la mejor persona que puedes tener a tu lado."

Todo esto era demasiado para mí, la persona por la que sentía algo, estaba metida en las mafias. Es que el destino tiene que estar en mi contra o algo. Empecé a andar de un lado a otro intentando encontrar respuesta a esto, pero simplemente, no la veía.

"Te estarás preguntando como me metí en este negocio, pero si te sirve de algo, no llevo prácticamente nada en este negocio." Dijo "¿Cuánto?" me paré, esperando por la respuesta "Un par de semanas, y lo estoy usando para conseguir un objetivo."

"Estoy seguro que lo puedes conseguir de otra manera, no de esta Alexandra. No me gustaría tener que escoger entre mi trabajo o a ti." Una sonrisa apareció en su rostro y negó "No tienes que escoger. Si te lo dije con tiempo es para que te centres en tu trabajo."

Esta vez fue mi turno de negar. Puede ser que no nos conozcamos de más de un par de horas, pero sentía una conexión con esta chica, una que ni siquiera sentí con Amelia "Pero no lo puedo hacer." dije "No nos conocemos de nada Hugo, solo hablamos un par de veces."

"Eso me da exactamente igual. Lo que siento por ti no se irá de ahí." Me senté de nuevo en la silla y apoyé mis brazos en mis rodillas "No puedes estar seguro si ni siquiera lo intentas." Dijo con el ceño fruncido "Es que tampoco quiero intentarlo. Estoy seguro de que te puedo ayudar a conseguir esos objetivos si necesitas mi ayuda."

"La cuestión es que no la necesito, porque eso solo sería meterte en más problemas." Me puse derecho intentando encontrar la razón por la que estaba metida en este mundo "¿Por qué?"

"¿Recuerdas la parte de que asesino a gente?" preguntó con ironía "Esto no me puede estar pasando a mí. Debería estar deteniéndote por todo lo que estás haciendo." Dije "Y puedes hacerlo, nadie te lo va a impedir."

"¿Por qué haces todo esto Alexandra?" pregunté, centrando mi mirada en ella "Hay muchas cosas que no sabes de mí, Hugo." Su tono se había vuelto algo más oscuro de lo que estaba acostumbrado a escuchar "Estoy dispuesto a escucharlas. Tiene que haber algo que te haga actuar de esta manera."

"¿De verdad quieres saber?" preguntó sorprendida y yo asentí "Me gustaría entender el porqué de que acabaras metida en este negocio." Dije "Porque lo heredamos. Mi padre murió hace un par de semanas como sabrás."

"Lo sé" eso era algo que sabía, cada vez estaba más perdido "Pero lo que no sabes es que él era el mayor narco italiano que había en la redonda." Mis cejas casi se unieron a mi cuero cabelludo, porque el narco más grande de Italia era el Titano, y su hijo había muerto hace años "Eso no puede ser, él solo tenía un hijo que murió."

"Nosotras no somos sus hijas realmente. Su mujer y él nos acogieron cuando mi hermana y yo nos escapamos del club." Dijo cruzándose de brazos, parecía que estaba intentando mantenerse unida, lo que me confundía más aun "¿De qué club hablas?" pregunté.

"Para empezar, yo no soy italiana… Me secuestraron con siete años en un parque y estuve doce años encerrada en ese lugar con Megan…" esto parecía ser algo de lo que no hablaba y algo que le costaba hablar "¿De dónde eres entonces?"

"Estados Unidos, más exactamente, de Los Ángeles" dijo encogiéndose de hombros "¿Cómo acabaste en Italia?"

"Después de doce años, Megan y yo conseguimos escapar de ese club. Todo el mundo nos miraba extraño, con asco, pero eso todo cambió cuando nos encontramos con Analissa. Ella fue la que nos trajo aquí, y desde esa estamos aquí." Una pequeña sonrisa apareció en su rostro "¿Y cuánto hace que estáis aquí?"

"Seis años." Dijo "¿Quién os secuestró?" pregunté lleno de curiosidad "Otra de las mafias de las que estás detrás." Fruncí el ceño, porque andábamos detrás de muchas mafias "¿Cuál?"

"La rusa, y es por eso que tengo que mantener la mafia. Tenemos que vengarnos de lo que nos hicieron esos estúpidos. No solo nos secuestraron… Nos torturaban… Nos mataban si no hacíamos lo que querían… Nos vendían a otros tipos… Mataron a mi hijo…" dijo, su voz entrecortándose "¿La niña…?" pregunté sin poder terminar de decirlo, hasta donde sabía, todos de la familia de ella estaban bien, el único que se había muerto era su padre.

"No, por suerte, logré escapar antes de que eso pasase." Dijo "Nosotros los pillaremos y los meteremos en la cárcel." Intenté convencerla, al final aún no teníamos pruebas de que ellas estuviesen detrás de la mafia italiana, estoy seguro de que eso seguiría así.

"Pero nosotras no queremos que acaben en la cárcel, ese es el problema. Tienen que acabar muertos." Dijo seria "No creo que sea lo mejor Alexandra." Intenté razonar con ella "Puede ser que no sea lo mejor, pero no pienso permitir que ellos se acerquen a mi hija. Amenazaron con matarla… entiéndeme."

Escuché la desesperación en su voz, alto y claro. También podía ver cómo estaba conteniendo las lágrimas, las cuales estoy completamente seguro que no vería caer "Podemos ponerte protección." Dije y ella negó "Y esa protección acabaría muerta. No quiero llevar más muertes sobre mis hombros de las que tengo ya."

"¿Te arrepientes de haber asesinado?" pregunté "Ni de coña, la gente que maté se lo merecía, y tenía que hacerlo si no quería dejar pruebas." Fruncí mi ceño y me quedé pensando, ¿a qué se refería con no dejar pruebas? "Nosotros tenemos un asesino que no deja ninguna prueba." Dije más para mí que para ella, y una sonrisa triste apareció en su rostro "Lo sé, me encargó de no dejar ninguna."

Espera, ¿ella era el asesino que llevábamos buscando todo este tiempo? Esto no podía ser cierto. Entiendo el porqué de la mafia, de verdad. Yo mismo me tuve que enfrentar a eso cuando era niño y mi padre acabó en la cárcel por mí culpa. Entendía los motivos por qué lo estaba haciendo. Solo quería defender a su hija, pero creo que hay otras maneras para conseguir todo eso que quiere.

"Sabía que esto iba a pasar." Dijo y volví a centrar mi mirada en ella "¿El qué exactamente?" pregunté sin entender a qué se refería "En este momento me odias por lo que hago." Dijo y negué, porque no lo hacía "No te odio, entiendo por qué lo haces. Y puede ser que esto que voy a decir acabe por destruir mi carrera, pero no me importa. Quiero ayudarte."

"¿Qué?" la sorpresa fue evidente en su voz, incluso podría decir que se separó del respaldo de la silla un par de centímetros "Lo que escuchaste. Quiero ayudarte Alexandra." Dije, y creo que nunca en mi vida había dicho algo tan serio. "¿Por qué lo haces?"

"Porque te quiero, y quiero intentar al menos ayudar a encontrar una manera de que no tengas que usar la mafia." Alexandra volvió a negar con una pequeña sonrisa en el rostro, pero esa sonrisa no llegaba a sus ojos "Nunca me desharé de la mafia, Hugo" dijo seria "¿Por qué? Pregunté.

"Para empezar, me ayudará a mí y a mi hermana a acabar con los rusos y me gusta la protección que tengo ahora mismo, eso me lo brinda la mafia. Si me deshago de ella, nunca me enteraré a tiempo cuando estamos en peligro y no tendría la misma protección que tengo en este momento. Para acabar, sé que puedo ayudar a mucha gente con el dinero de la mafia. Puedo ayudar a chicas como mi hermana y yo a superar sus traumas… a salvarlas del infierno que sea que estén viviendo… no quiero que nadie tenga que pasar por lo mismo que nosotras y las chicas que estaban con nosotras… Puedo hacer Italia un país mejor…"

Podía ver que eso era algo que la emocionaba, y sé que está en lo cierto, podría tener toda la protección que ella quisiese si se quedase con la mafia, y cuando decía que quería ayudar a las chicas que estuviesen en su misma situación, sé que era en serio, lo que hacía que no me disgustase tanto la idea, pero también sé que le destrozaría la vida a otra mucha gente con toda la droga que metía en el país.

"Es una buena idea, no lo niego, pero también destruirás la vida de otras muchas personas" asintió y entrelazó sus dedos "Pero ellos tienen opciones y lo hacen porque quieren… esas chicas las compran de familias que no tienen dinero o por otras cosas… Sé que habrá daños colaterales como las familias… pero podría ayudar a esas familias también" dijo, y viéndolo de esa manera también sé que era cierto.

"Es un gran plan" asintió, y por una vez desde que entramos en su despacho, podía ver que estaba ilusionada por algo "Entonces ¿te quedarás con la mafia?" volvió a asentir con una pequeña sonrisa en su rostro. "Lo de los rusos, ¿es cierto?" Alexandra frunció el ceño y se quedó mirando para mi esperando a que terminase la pregunta "De que tanto tu hermana como tú queréis matarlos"

"Si" Me quedé mirando para ella, se veía hermosa con la luz de la luna reflejada en su rostro "Quiero ayudarte, Alexandra" otra vez, sorpresa fue evidente en su rostro lo que hizo que una sonrisa apareciese en mi rostro. "Hugo, no es por mal, pero no me gustaría que por mi culpa pierdas tu trabajo."

Negué, porque puede ser que eso pase en algún momento. Es más, la DEA también estaba metida en mierdas de mafia, y no de las buenas precisamente, lo que quería hacer Alexandra era mejor que cualquiera otra mafia en el mundo "Encontraré otro si es necesario, pero yo solo quiero ayudarte."

"Hugo, soy una delincuente. Eso va en contra de tu trabajo." Dijo seriamente "Y cómo te dije, me da igual. ¿Es que no entiendes que te quiero?" pregunté medio frustrado "No es que no le entienda…"

"Entonces ¿Qué es?" pregunté sin darle tiempo a terminar lo que sea que fuese a decir "Es que no me fio de los hombres. Por lo general me cuesta fiarme de todo el mundo, pero más de hombres." Dijo prácticamente en un susurro "¿Y qué puedo hacer para ganarme tu confianza?" se encogió de hombros y estuvimos en silencio por unos minutos.

"Alexandra, puede ser que no te veas confiando en un hombre, entiendo que por lo que te hicieron en ese club, pero yo no te haría daño por nada del mundo… Sé que no nos conocemos de nada, pero hablo en serio cuando te digo que me gustaría tener algo contigo" dije "Hugo, no es tan fácil como piensas que es cambiarlo" dijo.

"No estoy pidiendo que cambies eso, no quiero que cambies y tampoco quiero que seamos algo así de repente… Solo te pido que me des una oportunidad… que me dejes conocerte y que me conozcas… puedes tardar años y me dará igual… solo sé que quiero estar contigo" dije, sentándome al borde de la silla.

"No sé si algún día seré capaz de estar con alguien de esa manera…" dijo en un susurro "Si no eres capaz, lo entendería, seríamos amigos… No debes forzarte a nada que no quieras Alexandra…. No quiero que te fuerces a algo que no quieras…"

Se quedó mirando para mí unos minutos, parecía metida en sus pensamientos y yo no iba a ser quién de interrumpirla. No sabía que es lo que le había hecho esos hijos de perra, pero sé que no podía ser bueno, y ahora podía entender la razón por la que siempre andaban con guardaespaldas, al parecer el Titano no era tan malo como aparentaba.

"Creo que deberías de irte, es tarde y tendrás que ir a trabajar" dijo mirándome "¿Podré verte alguna vez?" pregunté, porque no quería perderla "Seguramente nos acabemos encontrando en el bar de siempre." Dijo encogiéndose de hombros "Espero que eso sea pronto." Dije con esperanza. Al menos espero que no se vaya de Italia "Eso ya lo veremos."

"Por si te importa, yo iré todos los días. Al menos espero verte alguna vez. ¿Podría tener tu número para en caso de que decidas marcharte sin decirme nada?" pregunté "No me marcharé sin solucionar las cosas, pero no puedo darte mi número. ¿Quién me asegura que no me vayas a seguir con el GPS del móvil?"

"No lo haré." Dije rápidamente "No puedo tomar ese riesgo." Dijo cruzándose de nuevo de brazos "Vale, ¿y si te doy el mío?" pregunté "No lo sé."

"Con eso no te puedo seguir, y solo podrás llamarme tú." Se quedó pensando durante unos minutos mirando a la pared detrás de mí "Está bien, pero nada de trampas." Negué y me pasó su móvil y le puso mi número de teléfono. Solo espero que no se marche, no estoy muy seguro de que lo fuese a superar. Aún sigo sin entender muy bien cómo es que consiguió que me enamorase de ella tan rápido, y a pesar de que no se lo dije exactamente con esas palabras, espero que ella lo sepa.

"Bueno, creo que es mejor que te vayas antes de que despierte Megan y los demás. No creo que quieras enfrentarte a ninguno de ellos." Dijo levantándose de la silla "Tu hermana da miedo, asique no me puedo imaginar el miedo que da en cuanto se despierta."

"Sonara extraño, pero despierta de buen humor." Dijo con una pequeña sonrisa "Eso sí que es algo extraño." Asintió "Créeme, si está de mal humor con todo lo que duerme, entonces tendríamos problemas."

"Deberías ir a descansar. Ya son las cinco de la mañana Alexandra" dije "Ya me gustaría." Me levanté de la silla y me quedé mirando para ella sin entender a qué se refería "¿Tienes algo que hacer?" pregunté por curiosidad "Tengo que hacer un par de cosas, nada ilegal si es lo que te preocupa."

"No me preocupa tanto que hagas algo ilegal como lo que te pueda pasar algo." Sonrió y se apoyó en la mesa "¿Siempre eres así?" preguntó "¿Así como?" ahora sí que estaba confundido "No sé cómo decirlo… ¿Te preocupas así por todo el mundo?" y negó, porque no lo hacía con todo el mundo, solo con las personas que me importaban de verdad, y esta chica me importaba de verdad.

"¿Por qué conmigo?" preguntó, su voz llena de curiosidad "Porque como te dije, te quiero, y no me gustaría que te pasase algo."

"No te preocupes, estaré bien. Ahora ve antes de que alguien piense que te secuestraron o algo." Dijo con humor, lo que hizo que apareciese una sonrisa más grande de la que tenía "Me da la sensación de que eres demasiado pesimista."

"No lo soy. En el mundo en el que estoy metida es raro que no secuestren a alguien que trabaja en la policía, a personas de otras mafias…" asentí, porque en esto tenía razón "¿Me haces un favor?" pregunté.

"Depende de que se trate el favor." Dijo "Bueno, realmente son unos cuantos." Rodó los ojos y se cruzó de brazos "Pides demasiado." La sonrisa no se había ido de su rostro aun, por lo que suponía que no había traspasado ningún límite.

"Puede ser, pero ¿me los puedes hacer?" pregunté de nuevo "Como te dije, eso depende de lo que me pidas."

"Solo que pienses en eso de que te pueda ayudar y que te cuides, si necesitas cualquier cosa solo tienes que llamarme." Negó y centró su mirada en la mía. Tenía los ojos azules más hermosos que había visto en mi vida "No te preocupes, estaré bien."

Alexandra salí de detrás de la mesa y empezamos a caminar en dirección a la puerta del despacho. Fuimos en silencio hasta que llegamos a la puerta de la casa. Me quedé mirando para ella un par de segundos, y casi puedo asegurar que vi cómo se sonrojaba. "¿Nos vemos en el bar?" pregunté.

"No lo sé, pero intentaré ir más a menudo." Dijo con una pequeña sonrisa. No pude evitar que mi sonrisa aumentase hasta casi no cogerme en el rostro y pude ver una pequeña sonrisa en su rostro, lo que hacía que estuviese más contento de lo que estaría normalmente y a estas horas de la madrugada.

"Entonces nos veremos." Dije "Chao Hugo." Dijo "Descansa y cuídate por favor." Le pedí por última vez "Lo mismo digo."

"Chao Alexandra." Se despidió con la mano y en cuanto estaba en la verja principal y salí, ella se metió en casa. Esta noche había descubierto muchas cosas de Alexandra y de casos de los cuales llevaba mucho tiempo detrás, pero estaba preocupado por lo que le pudiese pasar y un poco menos importante, mi trabajo. Todo lo que había descubierto de ella hoy eran motivos para detenerla y mandarla a la cárcel, pero no podía hacer eso, no podía mandarla allí después de que confiase en mí. ¿Qué se supone que debo hacer ahora?