Desigual a mis expectativas de la muerte caminante, el Príncipe era de carne y hueso, reales. Medía cerca de 1.85 cm y tenía una figura musculosa, vestía por un traje negro bastante a la moda para mi sorpresa. Mi aliento se quedó en mi garganta mientras pensaba en lo hermoso que él era, el tipo de hermosura que distrae a cualquier chica y la aleja de la realidad; y de pelear contra el agarre de un sacerdote zombie.
El Príncipe caminó hacia el altar como modelo en pasarela, pero nada exagerado, bastante natural se podría decir, era un dios en persona. Lo miré con un extraño tipo de curiosidad mientras pasaba sus dedos por su oscuro cabello negro, despejando sus ojos color ámbar, los cuales eran hipnotizantes, él era hipnotizante.
Yo estaba de pie al borde de un desconocido dilema y en todo lo que podía pensar era en lo maravilloso que se veía en ese traje. El príncipe relajadamente le dijo al sacerdote, "La puedes soltar ahora," El agarre del cadáver se aflojó de mis muñecas, pero no del todo. Estaba inseguro de dejarme ir por si escapaba o no.
El Príncipe sonrió y dijo, "no te preocupes, la tengo, no correrá." Parpadee. ¿A qué se refería con eso? No estaba totalmente convencida, pero era suficiente para el zombie, quien me soltó y se acomodó en su posición detrás del arco. Inmediatamente pensé en mi oportunidad de correr y ser libre.
Mis ojos se posaron a lo distante, en las tumbas y traté de moverme, pero me encontré a mi misma atascada al lugar. No podía moverme, y no sabía por qué. "Mírame si tienes miedo, amor." Dijo el Príncipe suavemente. Diablos ¿Me acaba de llamar 'amor'? No sabía cómo sentirme al respecto.
El Príncipe se aproximó donde yo estaba y no podía decidir si mis latidos eran mas rápidos o más lentos. El hombre era un sueño, pero también una pesadilla. Todo de él era perfecto, pero todo lo que representaba era oscuro y me aterrorizaba.
Tenía rasgos fuertes y bellos, no excedidos. Me encontré perdida en sus ojos, dos albercas doradas que brillaban a la luz de la Luna como piedras de ámbar a tal grado de distraerme por completo. Moviéndose debajo del arco, el Príncipe se colocó a un lado opuesto al mío. Me ofreció una sonrisa y dijo, "Eres más hermosa de lo que imaginaba." Suavemente alcanzó mis manos y las llevó a sus labios, los cuales rosó en mis nudillos.
Mi boca yacía abierta con asombro mientras mi cerebro cedía. ¿Quería huir de él o estaba dispuesta a quedarme? Una parte de mi quería correr y salir de todo esto. Pero la otra quería permanecer para siempre en la presencia de esos ojos.
La niebla nos cubrió y me empezaba a sentir como en un sueño, solo era él y yo. Una fuerza desconocida e invencible me forzó a aceptar mi destino junto a él. Quería pelear al impulso. Sentí incomodidad cuando apretó mis manos. Él era fuerte. 'No luches contra mi.' sonó un eco en mi mente. ¿Estaba soñando o acabo de escuchar una voz en mi mente? Su voz.
Inteligencia se presentó en sus ojos, como si pudiera leer mi mente. Lágrimas cayeron en mi mejilla y pensé con el propósito de que mentalmente me escuchara. 'si puedes escucharme, déjame ir.