Por un momento abrí mi boca para agradecer al extraño pero mis ojos registraron algo fuera de lo normal. Pude ver la mano que me daba soporte y parecía podrida, de un cadáver. Violentamente me sacudí tratando de librar mi brazo de su agarre y ciegamente me di vuelta y corrí. No sabía en que direccion corría, pero no me importaba.
Callendo sobre las tumbas y sentí las gemas del vestido de diseñador atorarse por doquier y llenándose de lodo. Llena de pánico, intenté correr en la dirección donde creía la puerta estaba cuando de pronto la niebla volvió a cubrir todo aún más.
Respiré con fuerza y vida una congregación de gente pálida en ropa victoriana sentada a los costados de una alfombra negra que llevaba a un arco negro de madera cubierto de rosas marchitas, en un altar.
"¿Qué diablos es esto?" susurré en asombro y terror.
Dedos fríos tomaron mis muñecas y me encontré a mi misma frente a un cadáver podrido. Comenzé a gritar y retorciendome y el cadáver empezó a llevarme al altar.
"Lo siento querida." el dijo gentilmente.
Intenten te clavar mis talones al suelo, pero él era muy fuerte.
"¡Basta! no puedes hacer esto." protesté."¡Esto no es real! debe ser un sueño."
El sacerdote apuntó al árbol y dijo, "Tú te posaste bajo el árbol."
Miré a ese tonto árbol en un estado de shok mientras me daba cuenta de que la leyenda era real. Negué mi cabeza. "Cometí un error, no tenía idea, pensé que era-"
"¿Una leyenda?,¿Un cuento?" el cadáver que parecía ser el sacerdote me interrumpió.
Asentí con la cabeza, "Si" dije desesperadamente esperando que me entendiera y me dejara ir.
"Lo siento querida, posarte bajo el árbol en ese vestido esperando a nuestro señor, haz realizado tus votos." dijo el sacerdote.
No, esto es un error o un mal sueño... o una broma. "¿A qué te refieres con que hice mis votos?, ¿Quién es su señor?" pregunté.
El sacerdote me ignoró y me sostuvo mientras seguía mi camino al altar.