Esa idiota la había desobedecido, Winchester esperaba aquella destrucción pero no que un edificio entero se le cayera encima. Moviéndose con lentitud, pudo ver el cadáver de Juan cerca de donde se encontraba. Una enorme viga de madera se había introducido sobre su ano cuando el edificio cedió tras el bombardeo, el final de la viga salía de su boca mientras las astillas apuñalaban su cuerpo desnudo.
Una buena muerte para ti supongo, que irónico- observó Winchester moviéndose con cuidado para no ser detectada
Cuando trató de tocar el suelo, estuvo a punto de gritar por el punzante dolor pero cerró su mandíbula a tiempo mordiéndose la lengua. Mirando con horror, frustración y enojo su mano derecha, vio como una enorme estaca de madera atravesaba su mano de un lado a otro. Varias astillas y vigas se encontraban en varias partes de su cuerpo, como su rodilla, pecho y espalda pero nada tan grave como esa estaca que atravesaba su mano como si fuesen los clavos de la crucifixión. Observando a su alrededor, se mantuvo en silencio y vio como Ana era desarmada y esposada por los Milicianos restantes.
¡¿Y ahora qué?!- los confrontaba Ana furiosa- ¡¿Acaso van a hacerme gratis lo que ya me pagaron por hacer cuando llegaron al pueblo?! En realidad teníamos otra cosa en mente- le respondió Madera agarrándola del cuello con su mano derecha- como torturarte y asesinarte Creo que podemos ahorrarnos la tortura- le sugirió el padre Carlos viendo las ruinas del pueblo- con quemarla en una hoguera bastará para dar una advertencia al resto del pueblo y acrecentar nuestro poder ¡¿De qué poder me estás hablando?!- rugió Madera furioso al ver las ruinas de San Dominguez- ¡Ya se terminó, matémosla y salgamos de aquí! ¡Winchester de todas formas acabará contigo!- lo insultó Ana siendo lanzada a un costado por Madera quien se quedó petrificado al oírlo ¿Acaso dijiste Winchester?- le preguntó Madera horrorizado Si, Winchester, la Cazarrecompenzas que viene por ti Juan Madera ¿O debería decir John Timber? ¡Llévenla a la vieja misión abandonada y ejecútenla!- les ordenó Madera a sus hombres mientras trataba de alejarse de ella ¡Esperen!- les pidió el padre Carlos, viéndose molesto con ella- antes preparen una hoguera, la quemaremos como la puta que es dentro de una hora ¿Por qué tanto tiempo?- le preguntó Madera molesto Para que de esa forma su amiga caiga en nuestra trampa y podamos deshacernos de ambas- le sugirió el padre Carlos logrando que Madera pudiese sonreír ante la idea Bien, llévenla y enciérrenla en una habitación o algo similar y ejecútenla dentro de una hora- le ordenó Madera retirándose de allí- y no intenten nada fuera de lo planeado, no sabemos de lo que esta puta es capaz
Asintiendo con la cabeza, los Milicianos se la llevaron siendo seguidos por el padre Carlos, dejando a Winchester completamente sola.
Moviéndose con lentitud, y precisión, Winchester salió del edificio. Varias pilas de madera se alzaron y cayeron cuando Winchester emergió a la superficie, cojeando se retiró a donde pudiese armarse y curarse. Conociendo un solo lugar donde esconderse, decidió darle una visita al novio de su amiga.
Los pobladores se encontraban indignados ante lo oído, iban a ser vendidos como esclavos a un ejército invasor por el corrupto del gobernador. La inacción de ellos pudo costarles su libertad y ahora no había excusa para no hacer nada.
Querido- le suplicó la esposa del muchacho del banco- por favor no hagas nada, ya oíste las palabras del padre Carlos, Dios actuará, no noso… ¡Qué el padre Carlos se vaya a la mierda y que su Dios no se moleste en hacer nada, nosotros lo haremos por él!- le rugió aquel muchacho, sosteniendo su arma con fuerza- y si quiere mover su culo entonces que lo haga cuidándote el trasero mientras nosotros vamos a pelear por nuestra libertad ¡Ahora cállate de una puta vez y no interfieras inútil de mierda!
Su esposa quiso abofetearlo cuando notó que la culata del rifle de su esposo estaba a nada de alzarse en contra de ella. Viendo que un golpe sería devuelto por otro más duro, solo se limitó a asentir con la cabeza y retirarse a donde estaba su pequeño hijo quien tenía una pequeña daga escondida en el bolsillo de su pantalón y que usaría mas tarde en contra de ella. Después de esa noche, las putas del Padre Carlos no volverían a atentar contra sus vidas nunca más porque serían asesinadas por sus propios hijos, quienes pudieron ver en sus padres la verdadera honradez y en sus madres una maldad similar a las de los Milicianos, al gobernador y al demonio que le habían enseñado a odiar.
Los hombres se reunieron cerca de donde estaban los restos de la vieja escuela abandonada, viendo un gran suministro de armas que Winchester había escondido allí, se preguntaron:
¿A qué hora quieren que actuemos? Dentro de una hora- les contestó James- gracias a Ana y su sobrina somos hombres libres, no debemos dejar que la maten por culpa de nuestra cobardía. Es hora de actuar y acabar con ese infeliz de Madera de una vez por todas ¡SIIIIII!- gritaron los pobladores de San Domínguez listos para salvar el día de una vez y por todas