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Chapter 17 - CAPITULO 16: LA ELECCIÓN DE WINCHESTER

Solo tenía un arma y era su rifle que apenas si podía usar con una sola mano. Sosteniéndose con la boca su pañuelo para ahogar su grito, Winchester se quitó con fuerza aquella estaca de la mano. Un fuerte y ahogado alarido salió de su boca y tras calmarse un poco, procedió a curar sus heridas por medio de una botella de alcohol que había guardado en la mina al lado de donde yacía Santiago quien se veía mortalmente pálido y Winchester sabía que no era por una enfermedad o por el cansancio.

A…Ana- gemía en un fuerte delirio provocado por su subconsciente- Ana… ¿Donde estas? Lo siento Santiago- le respondió Winchester acercándose a él- Madera la capturó y dentro de una hora la va a matar ¡N…NO!- gritó Santiago intentando levantarse sin éxito- Estoy… estoy muy débil ¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué no puedo salvar a Ana? ¿Por qué nunca puedo salvar a las mujeres que quiero? Mami, Ana, por favor perdónenme por no estar ahí para ustedes… las quiero No es tu culpa muchacho sino de ella, quiso jugar al héroe desobedeciendo mis órdenes y por eso fue capturada- le contó Winchester revisando la poca munición que tenía, solo una ronda en su rifle- y no hay nada que podamos hacer para salvarla, sin embargo te sacaré de aquí y te dejaré en el siguiente pueblo. Al menos de esa forma su muerte no será en vano y podré pagarle su ayuda en el pueblo ¡No!- se negó Santiago intentando una vez más salir de la cama-p…por favor… llévame con ella… intentaré salvarla No digas tonterías- lo confrontó Winchester sacándose su pañuelo azul y vendándose la mano con él- en este estado lo más probable es que te maten antes de que puedas apuntar ¿Y qué… con eso?- le respondió Santiago cayendo una vez más como costal de papas en la cama- prefiero morir a estar sin la mujer que amo… ahora apártate que voy a ir por ella, con o sin tu ayuda

La imagen de Santiago retorciéndose en la cama era demasiado desagradable para Winchester, sin embargo había algo más en ella que le impedía tomarlo con su mano sana y cargarlo en sus hombros empezando la huida ¿Acaso era su conciencia lo que la remordía al ver esa imagen? Lo dudaba, hacía muchos años que ella había dejado de tener una ¿Sería que el muchacho le despertaba pena y lo confundía con un sentimiento de culpabilidad? Podría ser, no sería la primera vez que Winchester confundía la pena con otros sentimientos como el amor o la amistad ¿O acaso sería que en el fondo ella si había formado un lazo sentimental con Ana, convirtiéndose en una genuina amiga? Aquel pensamiento si tenía más sentido que los otros debido a que había pasado mucho tiempo al lado de Ana y aunque ella no la conociera del todo, Winchester si la conoció mejor que nadie en todo el pueblo, quizás mejor de lo que su amante la conocía. Ambas lucharon juntas codo a codo, persiguieron un mismo objetivo y aunque Ana fuese un poco más sentimental que Winchester, ella poseía ese fuego interno que siempre admiró en todo ser humano que conoció en sus viajes por el Oeste. Para su sorpresa, Winchester se descubrió a sí misma queriendo a Ana como una autentica amiga que merecía su ayuda y si la dejaba morir entonces nunca se lo perdonaría a sí misma mientras viviera.

Moviéndose con rapidez, Winchester sujetó a Santiago diciéndole:

No iras a ningún lado muchacho- cerrando sus ojos y largando un suspiro añadió- está bien, me convenciste, iré a ayudarla ¡Pero iré sola! Tú te quedaras aquí descansando No… no me puedes pedir que… que me quede de brazos cruzados Winchester- protestó Santiago dejando de moverse, Winchester sonrió y le dijo Me temo que es lo único que puedes hacer. Tus heridas emocionales junto a tu vergüenza te han debilitado demasiado y mucho me temo que necesitas tiempo para recuperarte- sonriendo, se acostó encima de él susurrándole- pero, afortunadamente, hay una cura para tu daño emocional. Es algo que aprendí hace años atrás cuando vivía en un edificio de oscuros pasillos y rojas paredes ¿Winchester?- gimió Santiago sin oponer mayor resistencia, poniéndole el dedo índice en la boca, Winchester le susurró Shhh- quitándose el pantalón, mientras se acomodaba sobre el miembro de Santiago, añadió- pero será nuestro secreto, Ana no tiene porque enterarse. Te prometo que para cuando despiertes te sentirás mucho mejor

Sin nada más que decir, Winchester procedió a curar las heridas emocionales de Santiago dando inicio a un bello baile de amor.

 

Los pobladores caminaban hacia la vieja misión abandonada dispuestos a acabar con el miserable que intentó venderlos como esclavos, a la distancia se veía a los Milicianos preparar una enorme hoguera en donde quemarían a Ana en nombre de Dios. Madera se veía nervioso debido a que el pasado venía a cobrarle cuentas por lo ocurrido hace años atrás, cuando conoció a una jovencita cuyo nombre no recordaba pero que masacró a sus hombres con aquel maldito rifle Winchester.

Dormía plácidamente, finalmente se había relajado y todo parecía indicar que estaría mejor al despertar, por lo menos podría levantarse de esa cama. Rompiéndose un pedazo de camisa, Winchester ató, con la tela azul de su vestimenta, el cargador de su rifle a su brazo izquierdo. De un solo movimiento el cargador se movía hacia adelante sin necesidad de que usara su mano derecha para cargar. Las balas eran limitadas aunque Winchester tenía un haz bajo la manga, solo esperaba encontrar un caballo antes de que fuera tarde.

Mirando a Santiago, susurró:

Realmente eres un gran muchacho, no me sorprende que Ana esté enamorada de ti porque creo que yo también lo estoy. Ahora descansa que iré por tu chica, aparte de que tengo una cita importante a la que acudir y no pienso faltar

Moviéndose con rapidez, Winchester fue a confrontar su destino.