Chereads / JANETTE LA MOSQUETERA DETECTIVE / Chapter 8 - CAPITULO 7: JANETTE DESCUBRE AL ASESINO DE LADY JINEVILLE

Chapter 8 - CAPITULO 7: JANETTE DESCUBRE AL ASESINO DE LADY JINEVILLE

La universidad de medicina de París se encontraba llena de personas aquel día en especial. Una gran parte de los doctores más prestigiosos de la ciudad estaban en aquella habitación donde Janette los había citado, Kusag Jineville junto a varios periodistas de distintos diarios también se encontraban en dicho lugar.

Aquel punto de encuentro era una habitación grande. Dicho cuarto era un salón de clases donde los pupitres de madera y las sillas se encontraban de forma circular y ascendente, creando una especie de anfiteatro.

En el centro de dicho cuarto se encontraba sentado el doctor Dejules y, a su lado, el inspector Sabresse. Un hombre robusto, calvo con un fino bigote negro, su nariz aguileña le daba un tono ceremonial y severo. Me encontraba sentado delante de él esperando a que Janette apareciera. Debimos estar casi media hora esperándola a la vez que Dejules se encontraba muy nervioso. Sudaba demasiado, viendo para todos lados como si se encontrara en un interrogatorio.

- Bien jovencito Trustan, ¿donde está su amiguita?- me preguntó Sabresse con un tono petulante y de molestia- no tenemos todo el día ¿sabe?

- Je… estoy seguro de que ella vendrá de un momento a otro… espero- me disculpé sonriendo de forma nerviosa a la vez que tragaba saliva constantemente

La puerta se abrió, en ese momento, entrando Janette, quien tenía varias botellas de alcohol en sus brazos junto con algunas jeringas llenas de Cocaína en su interior. Al moverse se tambaleaba de un lado a otro a la vez que daba pequeños gritos de mareo, me levanté a ayudarla; pero ella con rapidez puso todo en la mesa y nos dijo con una sonrisa nerviosa

- Je, lo lamento, no esperaba encontrar tantas botellas en este lugar; pero por favor… comencemos

Después se puso enfrente de todos, como si fuese una maestra dispuesta a dar una clase, solo que ella tenía una expresión demasiado divertida, con sus ojos cerrados y una expresión de falsa seriedad.

- Señores, bienvenidos, la razón por la que están aquí de seguro que no les debe ser un misterio, el asesinato de Madame Jivenille- inició Janette con un tono ceremonial

- ¡Oh por favor!- exclamó el Inspector Sabresse- ¡tanto usted como yo sabemos que el asesino fue Monsieur Jineville!

- ¿De verdad?- preguntó Janette con un tono divertido- porque, hasta donde ustedes investigaron, Madame fue envenenada con una gran cantidad de heroína. El resto lo sacaron por deducciones dignas de un escritor de novelas policiales baratas

- ¡¿Cómo se atreve?!- exclamó furioso Sabresse conteniéndose lo más que podía de agredir a Janette

- ¡Fácil!, con investigación y deducción en lugar de imaginación seguida de fantasías- le contestó Janette con una expresión seria a la vez que levantaba su dedo índice apuntando al techo, después, retomando un tono más tranquilo, Janette continuó con su explicación- como bien sabrá Inspector, Madame fue envenenada con una sustancia que no estaba originariamente en la comida, es decir la cocaína

- Si en efecto- asintió Sabresse aun molesto

- Lo que al parecer ni usted ni nadie sabe siquiera deducir es que la cocaína no es una droga que se pueda conseguir con facilidad, se necesita un permiso medico antes de poder usarla e incluso algunos doctores están pensando en prohibirla al ver efectos negativos antes que positivos en sus pacientes con su uso

Dejules tragó saliva al oír aquello

- Además de que si usted usa la lógica inspector, señores, todos se descompusieron e intoxicaron por culpa de la carne en mal estado, no libro de culpa a la cocinera de ello ya que ella debía velar por la integridad de su comida y la salud de sus comensales; pero creo que ejecutarla porque la carne estuviese en mal estado es un poco excesivo ¿no cree?

- Dígaselo a Madame Jineville- gruñó Sabresse- ella está muerta por culpa de la cocinera

- Para nada, permítame recordarle que Madame Jineville comió la misma carne que los demás y cómo podemos ver los demás sobrevivieron a su descompostura, en especial los pequeños- después sonriendo agregó- si se supone que la carne poseía un alto nivel de cocaína en su interior ¿Por qué solo ella fue la única que tuvo una sobredosis letal? ¿No deberían los demás haber muerto o quedado en estado agónico por dicha concentración de aquella droga?

Todos se encontraban murmurando e incluso varios doctores veían con asombro la lógica de Janette.

- Inspector, si la muerte de Madame Jineville fue por culpa de la carne intoxicada, entonces su esposo no debió ni haber tocado la carne si sabía que esta lo iba a matar, las pérdidas de esa noche habrían sido mayores a solo la pobre señora

Con una sonrisa triunfal y un brillo en sus ojos azules Janette añadió:

- La razón por la que madame Jineville murió no se debió a un envenenamiento por la comida sino a una negligencia médica- al decir aquello todos emitieron gemidos y exclamaciones de sorpresa- y la razón de dicha negligencia se dio por culpa de la alcoholemia del doctor Dejules

Dejules se paró sorprendido exclamando:

- ¡Esto es un ultraje!- furioso prosiguió con su exclamación- ¡Inspector!, ¡usted no puede tomar en serio lo que esa mujer tonta dice!

- Concuerdo en que son excesivas sus acusaciones; pero su lógica…- Murmuraba avergonzado Sabresse al ver que mi amiga tenía razón en lo que decía

- Teniendo en cuenta dicha reacción por parte del buen doctor- continuó Janette sonriendo con mucha malicia, añadió- quisiera preguntarles a ustedes si reconocen de algún lado estas botellas que he traído junto a estas jeringas con cocaína en su interior

Al ver que todos estaban en silencio fue que Janette continuó con su discurso:

- Bien, veo que desean encubrir el hecho de que aquella noche cuando el doctor Dejules fue llamado a atender a madame Jineville, se encontraba mas ebrio que un juerguista en noche de año nuevo, por lo que, al ir a atender a los invitados de Madame Jineville, con un poco de suerte podía reconocer las numeraciones de las casas. Al entrar a atender a todos, Madame fue la primera en quien hacerse cargo y teniendo ella fuertes dolores, el Doctor Dejules le quiso inyectar un poco de morfina; pero por accidente le inyecto la cocaína que tenia para cerrar la noche de juerga con listón de oro. La dosis justa de morfina para poder calmarla fue la que le inyecto de cocaína para matarla. Al darse cuenta de su error se tranquilizó y continuó atendiendo a todos, de forma nerviosa, durante el resto de la noche; pero ya era tarde para arreglar el error, Inspector, el Doctor Dejules es el asesino- luego con una sonrisa dijo- y estas botellas que he traído son solo la mitad de lo que tiene en su despacho dentro de esta universidad, Inspector, si usted va a revisar su oficina y su casa, encontrara una cantidad similar de botellas como para llenar una licorería entera

Dicho aquello se sacó su sombrero haciendo una reverencia y se retiró de allí. Sonriendo, con nerviosidad, me levanté y la seguí. El caso había sido resuelto.

A la mañana siguiente, en el periódico de Paris, salía la noticia de que el doctor Dejules había sido arrestado por el asesinato de Madame Jineville a la vez que su viudo fue liberado ese mismo día. En el periódico se hacía mención de la intervención de Janette; pero aquel engreído de Sabresse se llevaba todo el crédito.

- ¡Esto es una infamia!- exclamé molesto- ¡ese idiota encerró a una persona inocente y tú pudiste dar con el culpable!, ahora… ¡¿tiene la osadía de llevarse el crédito por tu investigación?!

- Si, suele pasar a menudo- me respondió ella con una sonrisa agradable- la mitad de sus casos resueltos son los míos

- ¡¿Cómo?!- exclamé sorprendido levantándome de mi asiento

- Pero yo no hago esto por fama sino por qué debo hacerlo, ya que si yo no lo hago, nadie más lo hará- después con una sonrisa, a la vez que su sombrero tapaba su mirada, añadió- el mosquetero nunca hará el bien por fama y fortuna sino porque su honor junto a su nobleza se lo imperan

- De todos modos mereces el reconocimiento por tu trabajo- le contesté todavía indignado ante lo ocurrido y convencido de que ella merecía la gloria por aquel exitoso trabajo

- Que liberaran a Monsieur Jineville me es suficiente crédito, ahora Jean, amigo, busca alguna otra noticia interesante, algo me dice que el próximo caso será igual de emocionante que este- me pidió Janette a la vez que se acomodaba en su asiento

- Si insistes- suspiré de resignación

Continúe leyendo el diario a la vez que oía a Janette roncar, se había dormido en su asiento con sus piernas puestas sobre la mesa, la luz del sol, que salía por la vitrina blanca, la iluminaba por completo. Aquello hizo que mi enojo inicial se calmara y en su lugar sonriese, algo en mi interior me decía que adoraría trabajar al lado de Janette la Mosquetera Detective.