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Chapter 3 - CAPITULO 2: ELIZABETH CONOCE A SU PROMETIDO Y A SU FUTURO AMIGO

La guerra entre los españoles contra sus colonias en las Américas era el tema de conversación que se daba en los pasillos del palacio real de Huttentorg. Elizabeth caminaba con rapidez por la sala para poder eludir aquella conversación, no porque no la entendiese y no quisiese hablarla, sino porque le interesaba y deseaba dar su opinión; pero las damas nunca debían hablar de esos temas, eran cosas sumamente violentas para las frágiles mujeres. Cuando llego a la sala de estar fue que el fiel criado del joven Víctor le dijo

- Madame, espere aquí mientras le anuncio al conde Van Torner de su presencia

- Estaría encantada- le agradeció Elizabeth con una sonrisa falsa; pero lo mejor actuada posible- ansió conocerlo

- De inmediato- le dijo el sirviente mientras se retiraba

En su interior Elizabeth se preguntaba a si misma por qué no huía ahora que tenía la oportunidad. Sus padres eran buenas personas; pero no quería decir que siempre tuviesen las decisiones acertadas. Podría no ser su esclava; pero era claro que tampoco era libre en su accionar. Los pasos del Conde Víctor Van Torner la sacaron de sus pensamientos. Bajando por las escaleras, un hombre de cabello rubio con ojos color castaños, llevando un traje negro junto con una camisa blanca y una franja que tenia la bandera de Holanda, apareció en la presencia de Elizabeth. Parecía un príncipe de cuentos de hadas; pero su forma de mirarla como si solo fuese una molestia la extrañó

- Querida- le dijo Víctor Van Torner con un tono demasiado extraño, era suave y educado; pero a la vez era demasiado dulce- me halaga el verte aquí delante mío finalmente, no puedo esperar a que nuestra boda se realice, ¡será maravillosa!

- No lo dudo Conde Van Torner- le respondió Elizabeth, Víctor la miraba con cariño. Al poco tiempo apareció en la sala de estar un muchacho risueño, de cabello castaño claro corto, con facciones que solo podrían ser angelicales, estando solo con sus pantalones marrón claro puestos y sus botas de montar, su pecho estaba al descubierto

- ¡Víctor!, ¡ven a nadar querido amigo!, el agua esta ¡divina!- le dijo aquel muchacho

Elizabeth se sonrojó al ver a aquel muchacho mientras que Víctor se mostró demasiado nervioso y le dijo

- Por supuesto Félix, enseguida voy amigo- después tratando de fingir indignación añadió- ahora necesito que te retires, ¿Qué no ves que hay una dama presente? Cuesta creer que un caballero de tan finos modales y una valía en combate inigualable no sepa pequeñas reglas de educación, moral e incluso buenas costumbres

- Oh lo siento señorita- se disculpo Félix mientras se retiraba y le decía a Víctor- no tardees

Víctor completamente nervioso le dijo a Elizabeth

- Realmente lamento todo esto señorita Van Zorben, Félix es un intimo amigo mío que conozco desde la infancia, por lo que él ya está muy mal acostumbrado a andar por mi casa como si fuese suya

- No se preocupe Conde Van Torner, realmente su pintoresco amigo es algo que no esperaba encontrar hoy- le respondió Elizabeth abriendo su abanico y cubriéndose el rostro con el mismo

- Pero olvídese de él- continuo Víctor con un tono apasionado- hablemos de nosotros, no puede darse una idea de cuánto he ansiado conocerla, siempre desee escribirle cartas para poder expresar mi eterno cariño hacia usted; pero me ha sido imposible el poder hacerlo debido a las constantes presiones que mi posición como conde imperan en mi vida

- Mi estimado conde Van Torner- le dijo Elizabeth; pero Víctor le dijo

- Por favor, llámeme Víctor, si no es un gran atrevimiento

- Por supuesto que no lo es- le respondió Elizabeth, luego con una mirada de pesar le contestó- puedes llamarme Elizabeth, escucha Víctor, creo que concordaras conmigo en que todo esto es muy apresurado, necesito pensar todavía en mi vestido de novia, en cambiar mi apellido y en ir conociendo este hermoso palacio, centímetro a centímetro, debido a que este lugar será mi hogar, por lo que espero que no considere un acto grosero de mi parte el pedirle que me dé un momento para poder conocer Huttentorg

- Para nada Elizabeth, al contrario, me es admirable que desees conocer mi hogar y adoptarlo como tuyo propio antes de contraer matrimonio conmigo- le dijo Víctor con un tono de autentica admiración

- Creo que su simpático amigo le está esperando, yo mientras tanto…

- Por supuesto, adelante Elizabeth, te estaré esperando para la hora de la cena, suele ser a las cinco aquí, no sé si en tu hogar…

- También es a la misma hora, nos vemos dentro de un rato Víctor- se despidió Elizabeth retirándose de allí, después oyó a su futuro prometido decir

- ¡Félix!, ¡allí voy querido amigo!, ¡no vayas a salir del agua hasta que yo no llegue!

Elizabeth se retiro de allí en silencio intentando no reírse ante lo evidente para ella; pero no para los demás miembros de aquella corte. Su prometido era un hombre de gustos homosexuales.

Se retiro del palacio pensando en lo que debía hacer a continuación, su prometido tenía otras cosas en la cabeza y en su cuerpo en ese momento. Elizabeth pensó que podría hacerle un favor a ambos si se retiraba al bosque que se encontraba en las cercanías del palacio del Conde Víctor Van Torner, sonriendo, se dirigió allí para huir. Podría decirse luego que Elizabeth se perdió en dicho bosque, si es que pensaban en buscarla allí en un primer momento, algo le indicaba que Víctor agradecería en el fondo de su corazón que ella lo hiciese. Por lo que riendo se adentro al mismo.

Estuvo caminando por varias horas adentrándose en el mismo bosque hasta qué, llegando a las cercanías de una pequeña granja abandonada, Elizabeth noto un camino que la llevaría a una ciudad cercana. Se detuvo en ese momento tratando de pensar en que hacer a continuación. Si se dirigía a una ciudad, aunque fuese distante de Huttentorg, su aspecto llamaría demasiado la atención, además de que no sabría qué hacer si algún villano quisiese pasarse de listo con ella. Con pesar suspiró entendiendo que el huir era un callejón sin salida en su vida, no resolvería nada escapando. Al poco tiempo oyó un ruido proveniente de unos árboles, sorprendida, tomó una rama gruesa que estaba cerca suyo para dirigirse a donde provenía dicho sonido. Si iban a atacarla, entonces ella no se las pondría fácil, aun así el ruido no era de una persona o animal, sino de otra cosa, algo que nunca antes había oído. Sintiendo mas curiosidad que miedo Elizabeth se acercó a donde provenía el ruido para encontrar cerca de la granja abandonada, tirado cerca de un árbol en pleno pasto verde, una criatura extraña, parecía un gigante con una armadura de metal color cobrizo; pero el rostro humano de aquella criatura le inquieto demasiado. La criatura le vio y sonriendo le dijo

- Hola

Elizabeth al oír el sonido metálico de aquella criatura largó un grito e intentó huir; pero la criatura le dijo

- ¡Espera!, ¡soy inofensivo!

Se detuvo al oír aquello, ciertamente estaba aterrada, deseaba huir de allí; pero el modo tan agradable que parecía adoptar la voz mecánica de aquella criatura le obligaba a reforzar su curiosidad antes que su miedo, dándose vuelta encaró a la criatura

- ¿Qué eres?- le preguntó Elizabeth asustada

- Un Guardián Del Metal- le respondió aquella criatura

- ¿Tienes un nombre o solo eres una especie de autómata?- continuó con su interrogatorio Elizabeth

- Me llamo Zyorg y provengo de un planeta alejado de la tierra, se llama Wintago- le respondió aquella criatura para luego añadir- no te preocupes humana, soy de los buenos

- ¿Zyorg?- preguntó Elizabeth largando a reír- ¡qué nombre tan tonto!

- ¿Y cuál es tu nombre pequeña humana?- le respondió Zyorg totalmente molesto

- Elizabeth Van Zorben – le contestó Elizabeth sonriendo con orgullo- dentro de poco seré la futura condesa de Huttentorg

- Bueno, Van Zorben y Huttentorg si son nombres ridículos- rió Zyorg, al mirar el rostro de enojo de Elizabeth fue que dijo con una voz calma- pero Elizabeth es un nombre lindo y cautivante

- Por su aspecto imagino que usted está herido, ¿no es así señor Zyorg?- le inquirió molesta Elizabeth mientras se sonrojaba debido al halago de aquel Guardián Del Metal

- Podría decirse- le contestó Zyorg cuando sintió un sonido de pitido, aquel ruido desconcertó a Elizabeth, por lo que sonriendo Zyorg le dijo- bueno está listo

- ¿Qué cosa?- preguntó Elizabeth

- El sistema de camuflaje- le respondió Zyorg para luego cambiar de forma

Ante sus ojos, Zyorg tomo otro aspecto, era un muchacho de bello semblante, con el cabello castaño claro, rostro angelical, ojos azules, llevando un traje sencillo, unos pantalones negros con unos zapatos de tela negra, una camisa de campesino marrón claro junto con un cordel de tela como cinturón, luego de tomar esa forma le preguntó a Elizabeth

- Bueno, ¿qué te parece?, ¿me veo como tu especie?- su voz era suave y para nada metálica

- Te vez hermoso- dijo Elizabeth anonadada luego se puso roja como tomate y le dijo- ¡es decir!, ¡tu camuflaje te quedó muy hermoso!, ¡no pareces un autómata!

- Gracias- le respondió Zyorg sonriendo

Ambos se vieron por un momento riendo un poco como si fuesen unos enamorados.